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Channel: Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos
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COVA DEL BOLUMINI Y EL PORTÍN DESDE EL CAMPING DE MARIOLA.

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Bele, ese es el nombre de uno de los viticultores mas antiguos de la Sierra de Mariola, esta persona ejerció el oficio de la agricultura hace unos 3.000 años, su poblado se asentó en Mariola durante 10 siglos. Fué uno de los Íberos que convivió con nuestras sierras, mucho antes de que siquiera el Cristianismo existiese. (desde el Siglo XI hasta el I A.c) Bele vivió en un poblado íbero (oppidum) en la loma de “El Cabeço de Mariola”, (justo la montaña de arriba del actual “Camping de Mariola”), este poblado íbero aprovechó el dominio visual que otorga la cima y dominaron la zona gracias a sus fortificaciones naturales, usando el mismo relieve de la montaña que hacia de pendiente, obligando a los enemigos a penetrar en el poblado solo por una entrada. Alrededor del asentamiento, se distribuían casas y huertos de agricultores que dependían de estos fortines, ya que la vigilancia y protección era clave para la vida en época de conflictos bélicos. Así es como los Íberos se aseguraron un aprovechamiento de los recursos de la sierra, asentándose en un territorio en la que abundan las fuentes de agua, creando una zona con aprovechamientos agrícolas y teniendo gran producción de madera, además la frescor de la sierra en los meses estivales les fue de gran ayuda a los pastores de bovino y caprino, generando pastos y confort para el ganado. También controlaban la zona de tránsito y circulación del territorio, ya que estaba en contacto con la “Vía Heráclea”, un importante camino histórico que se utilizaba mayoritariamente para el comercio de recursos con colonias griegas. Bele, el viticultor citado anteriormente, no es un personaje ficticio que he creado para acompañar este texto, él fue una persona real que vivió en Mariola. Gracias a las expediciones arqueológicas realizadas en 2013, se han podido conseguir restos de nuestros ancestros, como la ánfora de cerámica de Bele, donde maceraba y guardaba el vino, en ella ha quedado grabado su nombre en grafía Íbero-levantina. Además de esta ánfora, se han encontrado diversas cerámicas que indican diseños típicos de la Edad de bronce final, similares e los encontrados en el Castell de Xátiva. Muchos de los restos cerámicos, se hallan termo-alterados y con restos de ceniza, esta ceniza nos cuenta que al parecer, el poblado fue saqueado con fuego y que impidió que sus habitantes pudiesen recuperar sus pertenencias y reservas domésticas, concluyendo así una etapa de 10 siglos de vida en la naturaleza, finalmente conquistada y saqueada por el imparable crecimiento del Imperio Romano. Estos descubrimientos nos muestran el patrimonio que descansa en nuestras sierras, los restos de lo que fueron las costumbres, oficios, culturas y vidas de nuestros antepasados, recordándonos que la Sierra de Mariola nos ha dado cobijo y ha sido nuestro hogar durante miles de años, formando parte de nuestra vida e historia. Rubén Celada -https://espacios-naturales.blogspot.com.es/2017/11/ceramica-y-ceniza-el-recuerdo-de-la.html
CÓMO LLEGAR:Por la A-31 AP-7 dirección Madrid, después del túnel de Villena, salir por la derecha, por la CV-81en dirección Onteniente, pasamos primero por Cañada, Camp de Mirra y Benejama, sin entrar en Bañeres pasamos a la provincia de Valencia y poco antes de llegar a Bocairente, en el polígono a la derecha, desvío dirección Alcoy por la CV-794 seguir hasta el km 9 aproximadamente hasta la entrada del Camping, aparcar en la parte de arriba.
COMPONENTES: VICENTE, JUANJO, PEPE CERVERA, PACO VERDÚ, ANTONIO SOLER Y VICENTE CERVERA.
ITINERARIO: CAMPING / IZQUIERDA PR / COLLADO DCHA. / DEJAR CAMINO / EL PORTÍN / CAVA DEL PORTÍN / ELS TAULENYETS / SUBIDA AL CABEÇÓ DE MARIOLA / COVA BOLUMINI / CASA DEL COLLET / CAMPING.

LA RUTA: Esta es una corta ruta diseñada para mis amigos veteranos que aunque tarde, se van aficionando a la montaña. Tiene un desnivel asequible con buenos alicientes, El Portín (1.087 m), la Cava del Portín y especialmente la Cova de Bolumini.

Iniciamos desde la parte de arriba del camping Mariola, cerrado en estas fechas. Hace un día primaveral despejado. Nos hacen pasillo unos altos chopos que reverdecen y plantas trepadoras en plena floración junto con algún árbol frutal.

Al llegar al límite de la verja del camping giramos a la derecha, bajando por el camino asfaltado que hemos venido, marcado como GR-7 y PR-CV 370, seguiremos a este último en parte de nuestro recorrido.

Unas decenas de metros después dejamos el camino por la izquierda, siguiendo las paletas informativas del PR hacia la Cova del Bolumini. Tenemos vistas al Cabeçó de Mariola cubierto de denso pinar y en su base una hermosa masía.


Esta parte del sendero discurre junto a una acequia de desagüe y bancales sembrados de forraje. Hay que cruzar la acequia y girar a la izquierda por un camino pedregoso que nos sube hacia la pinada.  Vemos el Montcabrer al fondo.

Tras este pequeño esfuerzo alcanzamos un diminuto collado balizado con un poste con paletas informativas de algunas variantes de este sendero. A este punto regresaremos parar subir a la Cova del Bolumini.

No hacemos caso de ninguna de las indicaciones y continuamos por el camino de la derecha que se adentra en el pinar, para más adelante dejarlo por la derecha tomar un estrecho sendero que nos eleva con vistas a una masía y a Bocairent.


Con suave desnivel nos sigue subiendo hasta conectar con el cordal de la sierra, donde ya vemos a lo lejos el pilón del Vértice Geodésico del Portín. Entre grandes panorámicas atacamos la redondeada loma siguiendo los hitos de piedras.

Culminamos la loma y alcanzamos el punto más alto de nuestra ruta de hoy. El Portín (1.087 m), también es la máxima altura del término de Alfafara. El sendero continúa hacia la Cava de don Miguel. Nosotros retrocederemos.


Aprovechamos para tomar unas frutas junto a unas rocas, disfrutando de las diáfanas vistas a 360º, el Montcabrer elevándose sobre la espesura del pinar, el Benicadell,  Agres,  Alfafara, y Bocairent donde comienza la provincia de Valencia.

Emprendemos el regreso por el mismo sendero hasta llegar a la base de la loma, donde siguiendo otros hitos de piedras proseguimos por la izquierda. Este sendero remonta una corta vaguada y se torna más visible.

Enseguida tenemos a la vista la Cava del Portín, antiguo pozo de nieve escondido en esta parte de la sierra. Hay que tomar precauciones puesto que no hay nada que indique su presencia y tiene algo más de 12 metros de profundidad.









Podemos rodearlo y con cuidado asomarnos a su interior. Salvo por su carencia de cúpula su estado es aceptable, se mantienen los sillares de la ventana o puerta por donde se extraía la nieve, pero su fondo está invadido por la maleza.

Mirando hacia atrás vemos solitario en la loma el vértice del Portín. El sendero continua por la cuerda de la sierra esquivando algunas rocas y pequeños pinos, dándonos vistas a ambas vertientes, con masías y pequeñas hoyas sembradas.


Arribamos a un roquedo peculiar, Els Taulenyets, especie de mesa pétrea elevada parecida a las Taulas o Talaiots de Menorca, salvando las distancias, puesto que éste parece haber sido formado por la erosión y es de una pieza.


Después de las fotos de rigor, continuamos por el sendero que más tarde comienza a descender por zona más despejada hacia el collado de esta mañana, con miradas al Cabeçó de Mariola y al camping rodeado por la masa de pinar.

Subimos al Cabeço de Mariola (1.047 m) donde los resultados de las excavaciones han confirmado que en esta zona, hubo un poblado de larga duración que se inició a finales de la Edad de Bronce y perduró durante toda la época de los íberos hasta el siglo I antes de Cristo.


Para llegar a la cueva no hay ninguna indicación pero se intuye una bajada a la derecha después de un grupo de carrascas. Es un descenso inclinado junto al frontal rocoso que va ganando tamaño hasta dejarnos en la boca de la cueva.


Llegamos a una de las joyas de esta sierra: la Cova Blanca o del Bolumini. Los cambios de coloración de la roca, se debe a dos agentes naturales: uno es la pigmentación blanca de la roca de la visera y de algunas paredes, en la que se desarrollan líquenes.









El otro es debido a la naturaleza calcárea de la cavidad, en la que encontramos cristalizaciones de caliza, pero principalmente a consecuencia de un proceso kárstico, disolución de la roca por el agua de lluvia que se filtra desde la parte superior de la montaña.


Además, la disolución de la caliza ha dado origen a unos depósitos de arcilla de color rojo: arcilla roja bolar (también referida como "bolar de Armenia", del que deriva "bolarmeni"= bolumini. De ahí el nombre de la cueva.


En el interior de la cavidad se recuperaron restos prehistóricos, entre estos, tres ídolos oculados sobre hueso, que formaban parte del ajuar funerario de un enterramiento del tercer milenio antes de Cristo. Regresamos a la parte alta.










Cruzamos el llano de frente para salir a una zona de terrazas abancaladas con muretes de piedra seca en total desuso. No es una bajada muy definida pero pronto se reafirma y se convierte en sendero que nos desciende.


Esta parte de la sierra es más abrupta hasta llegar a la Casa del Collet, antiguo corral y masía donde conectamos con el PR que viene desde Alfafara. Ahora por camino llano y ancho llegamos a las instalaciones del camping.











Antes de cerrar la ruta nos hacemos fotos en un hermoso árbol con varios trocos y cargadito de espectaculares flores de color fucsia. También hay una rara especie de araucaria de preciosas ramas flácidas.

Luego con el coche nos vamos a Alfafara, al restaurante La Almassera donde habíamos reservado mesa para comer, menú variado con carne a la brasa, que da un perfecto colofón a esta bonita ruta por la sierra de Mariola.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.087 M. (El Portín)
ALTURA MÍNIMA: 890 M. (Camping)
DESNIVEL POSITIVO: 300 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 300 M.
DIFICULTAD:BAJA.

POR LA MONTAÑA DE LA VALL D’ALCALÁ

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Habuabdele Yuan Fudäyl, Al-Azraq (El Azul) Wissir y señor de villas, alquerías y castillos desde Pegohasta Penaguila, vasallo del rey aragonés D. Jaime Idesde que este conquistara elReino de Valencia, harto de incumplimientos rompió la tregua por segunda vez y se dirigió con sus tropas hacia Xátiva, saliéndole al paso el rey le obligó a refugiarse en el castillo de Llutxent, donde quedó cercado.  Allí, tras largas discusiones con el infante D. Alfonso, hijo mayor de D. Jaime, logra un pacto de vasallaje. Se firma el 16 de abril de 1245 en un lugar junto a un pozo de agua (aún existe y hay una placa conmemorativa) a media legua de la población, por lo que se le denominara PACTE DEL POUET. El documento está interlineado en escritura árabe y en romance castellano. El romance después de tantos años puede leerse, así como el árabe que es legible por los traductores. Curiosamente los textos no expresan lo mismo. Parece que los escribanos quisieron contentar a los dos bandos para que todos quedaran satisfechos. En el mismo, se llega al acuerdo para el reparto de los 17 castillos que poseía Al-Azraq.Los de PopTárbena los entrega en el acto al rey aragonés. El de AlcaláPerputxentse los queda para sí y sus descendientes. Los de MargaridaXeroles, Cairola, Beniaya, CastielGalineralos retendrá durante tres años, partiéndose las rentas con D. Jaime. Pasado dicho plazo se los entregará.De la misma manera se reparten las alquerías de TollosEbo.Y también pactan que a partir de ahora los que pudieran ganar, se repartirían las rentas a medias. Este pacto, como casi todos los de aquella época, no se cumplieron y tiempo después, (a pesar de los esfuerzos de la esposa del rey Dª Violante por convertirle al cristianismo, casándolo con una princesa), volvió a rebelarse pero esta vez tuvo que abandonar todos sus dominios y posesiones y refugiarse en el Reino de Granada. (Arturo Moreno, Alicante Vivo)
CÓMO LLEGAR:Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de pasar los túneles del Barranc de la Batalla, salida nº 436, en la rotonda por la CV-700 dirección Benimarfull y Planes. Seguir hasta tomar por la derecha dirección a la Vall de Alcalá, después de pasa Margarida llegar a Alcalá de la Jovada. Aparcar a la entra del pueblo.
COMPONENTES:VICENTE, PEPE Y PATRO.
ITINERARIO:ALCALÁ DE LA JOVADA / CAMÍ DE BENIAIÁ / CAMÍ DE SALTES / ACUEDUCTO / PANEL DEL TRATAT DEL POUET / CORRAL DE SALTES / PISTA DERECHA / CASETA / CARRASCAL / MAS DE CAPAIMONA / CRUCE IZQDA. / DESVÍO DCHA. / BARRANC DE MALAFÍ / CORRAL DE SEGUÍ / RACÓ DE L’ESPINAL / POR BARRANCO DE PAET / PISTA / CRUCE, SEGUIR RECTO / CRUCE IZQDA. / CRUCE DCHA. / FONT DE PAET / CORRAL DE LA RETURA / CRUCE DERECHA / PISTA DE ATERRIZAJE / NEVERA DE DALT / CRUCE IZQUIERDA / CRUCE, RECTO / SENDA IZQUIERDA / DESVÍO IZQDA. / BCO. BONDO / CALERA / ÁREA RECREATIVA / NEVERA DE BAIX / CRUCE, DE FRENTE / FUENTE DE AL AZRAQ / ALCALÁ DE LA JOVADA.

LA RUTA:Hoy toca ruta por tierra de moriscos, marcada por batallas, pactos y finalmente su expulsión en 1609. Alcalá de la Jovada es un pequeño pueblo dormido en su diminuto valle de cerezas, que se despereza los fines de semana.



Iniciamos desde la piscina municipal por una estrecha calle que nos conecta con el asfaltado Camí de Beniaia. Caminamos un trecho entre cuidados bancales de cerezos con grandes ejemplares repletos de frutos todavía verdes.

Más tarde, por la izquierda abandonamos el asfalto por la ancha pista de tierra del Camí de Saltes o Camí del Molí.Mirando hacia atrás, damos la última ojeada al pueblo y al macizo montañoso del Penyal Gros.


Enseguida hacemos un extraño viraje para atajar el cauce de un barranco por medio de un viejo acueducto medieval de un solo arco, pasando por encima de su inutilizada acequia y remontar a la otra vertiente.

Proseguimos por la pista hasta llegar al lugar donde se firmó el “Tractat del Pouet”. El documento está interlineado en escritura árabe y en romance castellano, ambas versiones no dicen lo mismo; y como todos los pactos de la época fue incumplido.


La pista nos eleva con suavidad y el paisaje va cambiando. Llegamos a los restos de estructuras del despoblado de Saltes, aldea andalusí que después de la expulsión fue utilizada como corrales para ganado.


Alcanzamos una bifurcación del camino muy definida, que seguimos por la derecha descendiendo un poco y entre un pinar con muchos claros.  Pasamos muy cerca de una caseta de aperos con miradas al regall del Benicadell. 


El camino se torna más sinuoso esquivando algunas redondeadas lomas y entrando en una zona más húmeda donde el paisaje vuelve a cambiar, comienzan a predominar las carrascas y tenemos miradas a la sierra deAlfaro.


Poco después, tras un recodo, surgen en el paisaje els Massos de Capaimona, o Ca Maimona, de donde parece surgir la toponimia. Construidos sobre otro despoblado morisco, siguen desgajándose en el tiempo junto a su vieja higuera.


Es uno de esos lugares que a su paso, no te deja indiferente. Esa forma de vida diseminada, relegada, aislada sobre sí misma, era la única manera de subsistir a las presiones señoriales,  la precariedad del medio y la pobreza de la tierra. 


Retornamos al camino que comienza a trazar una gran curva a la izquierda, dejando en el centro el Mas de Capaimona. Tenemos un cruce que tomamos a la izquierda y otro desvío luego a la derecha, enfrentándonos con la mole de Alfaro.


Comienza un prolongado y suave descenso rodeando una de las altas lomas que preceden al Barranc de Malafí, donde conectaremos más tarde. Los pinares de la zona no son frondosos y ralean en muchas laderas.


En las tierras bajas cercanas al barranco, todavía siguen abancaladas y cuidadas al día de hoy. Remozadas casetas de aperos junto a ruinas de corrales ancestrales sirven de cobijo a sus nuevos dueños.


Llegamos al cauce del Barranc de Malafí  que está en cuajado esplendor primaveral, sobretodo los matorrales de mirto blanco en plena floración. Para lo redondeada que es la sierra de Alfaro, en la parte del barranco exhibe impresionantes farallones.


Marchamos por su cauce y en un recodo pasamos junto a los restos y ruinas del Corral de Seguí, con su  aljibe de estilo morisco y alargada pileta de abrevadero labrada en piedra; expuesto a las escasas pero torrenciales riadas.


Tenemos un corto pero hermoso recorrido por el lecho del barranco hasta llegar al inicio del Racó de l’Espinal, donde enormes paredones, riscos y espolones, confieren al barranco un aspecto agreste y encajonado

En cuanto el sendero del PR prosigue para meterse en el lecho de aluvión del Barranc de Malafí, nosotros lo dejamos por la izquierda, cogiendo un camino que en ascenso nos mete en el Barranc del Paet, junto a unas colmenas.

Cambia el paisaje. Comienza un bonito recorrido de subida por el estrecho cauce del barranco, del que entramos y salimos varias veces, cogiendo algunos senderos y trazas que atajan por laderas de pinar poco denso.

Son ejemplares de menor gallardía, pero se nota que han sido reforestados. En ascenso moderado seguimos subiendo, teniendo el cauce a nuestro lado pero utilizando cada vez más tramos de camino que ataja.


Con cruces y giros a izquierda y derecha, salimos del barranco y el trazado discurre por camino junto al cauce. Llegamos a la Font del Paet, con su larga pileta abrevadero, con bancos y mesas de piedra. En su caño apenas mana un hilillo de agua.


La pista forestal toma protagonismo entre laderas y vaguadas, que la lejanía hace más espesa la masa de pinar. La siguiente referencia es el Corral de la Retura, de curiosa construcción junto a un risco abancalado con terrazas.


El desnivel de subida se acentúa por la cómoda pista para alcanzar un cruce por la izquierda que obviamos. Este tramo llega hasta una bifurcación de esta mañana con el Camí del Molí, que ahora recuperamos.


Damos el último empujón hasta alcanzar el depósito de agua para incendios y la pista de aterrizaje para avionetas. Con la altura volvemos a recuperar las vistas al Penyal Gros, La Foradá, y por detrás al Pic de la Safor. 


En la bajada a la Nevera de Dalt, este tramo es de ida y vuelta, nos cruzamos con un grupo escolar que está de excursión. La nevera conserva su techumbre y ventanas de entrada; también la pequeña caseta dels nevaters.

Volvemos a la pista de aterrizaje y cruzamos la larga planicie en su totalidad. Llegados al final hacemos un giro a la izquierda dejando el Camí del Molí. Tenemos una limpia mirada al Alt de Miserat con sus antenas.


Empieza un suave descenso en el que el camino que hace varios recodos cerrados pasando por las ruinas de un antiguo corral, hasta unirse en paralelo al curso del Barranc d’Alcalá. En otro cruce de caminos seguimos recto.


Un tiempo después, dejamos el camino por la izquierda, ver mojones, por un estrecho sendero que se adentra en el bosque de pinos, ahora más denso, con abundante matorral bajo y arbustos, lo que alegra la marcha.











Cogemos otro desvío a la izquierda para cruzar el estrecho cauce del Barranco Hondo. En la otra ladera hacemos un corto tramo de ida y vuelta por la izquierda para visitar La Calera, que hasta la aparición del cemento fue la materia prima en las construcciones rurales. 


El sendero nos lleva cerca de la carretera CV-712 por que la transitamos paralelamente hasta atravesar el Área Recreativa donde hay mesas y bancos de piedra. Seguimos por un camino de cemento hacia nuestro próximo objetivo.


La Nevera de Baix está datada en el siglo XVIII, en el mayor auge del comercio de la nieve. Los pozos de nieve son depósitos donde se guarda y conserva la nieve convertida en hielo. Con las primeras nevadas se abocaba con capazos por las ventanas al interior. 










Desde dentro, los operarios la pisaban con los pies y con pisones la distribuían en capas alternativas con paja. Era transportada de noche en caballerías y se comerciaba en mercados comarcales y abastecía al puerto de Dénia.


Por detrás de la nevera, bajamos a un camino de tierra que nos conduce a las primeras calles de Alcalá de la Jovada, que sigue dormido a estas horas, pasamos por delante de la sala museo Al-Azraq y el Llavador Municipal.













Luego, caminamos por la iglesia de la Concepción donde hay un busto que representa a Al-Azraq, dueño señor de estas tierras de las que fue expulsado hace unos 750 años. También tiene una fuente con su cara en bronce.












Cerramos esta entretenida ruta por tierras moriscas visitando sus huellas históricas, que queramos o no, sucedieron así.

RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:SI. (En la Font de Paet, aunque a veces está seca)
DISTANCIA:18,9 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:5 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:819 M. (Pista aterrizaje)
ALTURA MÍNIMA:606 M. (Barranco Hondo)
DESNIVEL POSITIVO:520 M.
DESNIVEL NEGATIVO:520 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

A LA SAFOR PER LA FONT DE LA REPRIMALA

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El topónimo arábigo Safor, que significa roca o espacio en forma de anfiteatro rocoso, denomina con precisión este hito paisajístico; por extensión, también da nombre a la comarca donde se localiza esta espectacular herradura rocosa. El circo de la Safor –uno de los parajes sublimes toda la montaña valenciana– constituye una enérgica vertiente de singular morfología, una atalaya sobre la llanura litoral y el río Serpis que la fecunda, una fuente de recursos naturales (agua, pastos, leña, carbones, etc.), una abrupta ladera colonizada y vivida, y la imagen simbólica de un entorno mediterráneo. El circo se desarrolla en la vertiente norte de la Serra de la Safor (1013 m. a unos 15 Km de la costa), con un desnivel de más de 800 m en forma de anfiteatro circular. La red de barrancos secundarios (Munyós, Canteres, Pous,etc.), que drenan la abrupta herradura, confluye en el Barranc de la Safor que, poco después, se une al Riu Serpis en el estrecho de la Arcada. En el seno del circo hay un gran contraste hídrico, climático, edáfico y botánico que estructura una diversidad de microambientes y nichos ecológicos. En contraposición al circo, pero en la ladera meridional de la misma sierra, se halla el poljéPla de la Llacuna, “llamado así por las muchas aguas que allí acuden quando llueve, las que se introducen en las entrañas de la tierra por varios sumideros” (A. J. Cavanilles). La forma del circo es ovalada, casi semicircular, de 2’5 km de radio mayor y unos 2 km de radio menor. A unos 300 m de la cima hay una ruptura de pendiente, consecuencia de la desigual estructura rocosa. En el interior del circo existe una densa red de drenaje, numerosos canchales de derrubios y depósitos coluviales y aluviales. El borde septentrional del circo se encuentra truncado por el río Serpis, que ha desempeñado un importante papel en la génesis y evolución de la gran herradura rocosa. El circo se halla en un sector de gran complejidad tectónica y litológica (calizas y dolomías permeables y carstificables separadas entre sí por un conjunto margo-detrítico impermeable y de despegue, muy plástico en condiciones de saturación). La morfología circular del circo se habría producido por la acción combinada de procesos de carstificación y erosión lineal de los roquedos carbonatados sobre un nivel de base de despegue, constituido por margas arenosas. La masa carstificada se deslizó a favor de las margas arenosas; a su vez, el río Serpis removió y evacuó el material deslizado de la ladera. En el circo –ahora una abrupta cuenca torrencial de recepción– hay numerosas surgencias y fuentes, algunas de las cuales se benefician de galerías de captación. La vegetación termo y mesomediterránea subhúmeda del circo de la Safor, muy castigada por los incendios, se completa con la de microambientes submediterráneos en los cantiles rocosos. El paraje alberga algunos destacados endemismos. Entre otras especies, cabe citar algún tejo, helechos en las partes más húmedas y bosquetes de carrascas y robles marcescentes. (Joan F. Mateu)
CÓMO LLEGAR:Por la AP-7 A-7 dirección Valencia, salida en la nº 425 ALBAIDA/GANDIA para continuar por la N-340 y seguir más tarde por la CV- 60 dirección Gandía hasta cerca de Beniflá, donde en la rotonda tomamos la CV-680 dirección Potríes. Continuar hasta Villalonga por la CV-685, donde tomamos la Vía Pista hasta la Font de la Reprimala. Hay sitio para aparcar.
COMPONENTES:VICENTE, PEPE, PATRO Y SANTI.
ITINERARIO:FONT DE LA REPRIMALA / INICIO RUTA / CANTERA / DCHA. VÍA VERDE / TÚNEL 1 / TÚNEL 2 / CASETA DEL MORÚ IZQ. / B. DE LA PARRA / IZQDA. / ASFALTO / L’ISIDRET / CASA TARZÁN / IZDA. SUBIDA / MIRADOR / CRUCE BAJADA / FINESTRA / NEVERA / CIM DE LA SAFOR / REGRESO HASTA EL CRUCE DE BAJADA / TROCHA DESCENSO / PISTA / REF. DE LA SAFOR / CANTERA / FINAL.

LA RUTA:la Safor le hemos dado muchas vueltas desde diversos puntos pero casi siempre desde Lorxa y la Vía Verde. Esta vez nos vamos a Villalonga para hacer un inicio diferente, pero la variante es la bajada desde el circo de la Safor.

Iniciamos desde la Font de la Reprimala, bueno, realmente unos metros más arriba que fue donde aparcamos. Seguimos la carreterita asfaltada en suave ascenso, acompañados por el río Serpis y algunas casas de campo.


Nos separamos momentáneamente del cauce del río para llegar a la Cantera, donde hay una gran explanada, un autobús está descargando a un nutrido grupo de senderistas. Un giro a la derecha nos mete de lleno en el circo de la Safor.


Las miradas son espectaculares al pequeño semicírculo montañoso al que comienza a darle el sol. Llegamos a una bifurcación, seguimos por la derecha, bajando un poco entre la pineda. Por la izquierda será el regreso.


El camino pasa a ser de cemento un corto tramo y pista de tierra después. Hacemos un gran recodo entre tierras cultivadas para volver a unirnos al cauce del río Serpis cerca de un pequeño acueducto de cuatro ojos.









Oímos estruendo de agua al caer y vemos en la otra orilla una cascada que se precipita al cauce del río, pero es artificial, puesto que el agua mana de una tubería de plástico. En un principio nos ha sorprendido su caudal.


Entramos en la Vía Verde y el Racó del Duc, que aprovechan las infraestructuras de la vía férrea de Alcoi a Gandia y sus túneles. Creada en 1893 para el desarrollo industrial de la zona, junto con las fábricas de la luz.


Conocido como el tren de los ingleses hizo su último recorrido en el año 1969 al decaer las exportaciones, y sus instalaciones fueron abandonadas. Antes de entrar al primer túnel vemos uno de los cinco edificios de las fábricas de luz.


El primero de los túneles es el más largo de los tres que vamos a cruzar y se requiere la ayuda de una linterna pese a los varios agujeros o ventanas que dan al cauce del río, pero que aportan poca claridad, el móvil es un buen recurso.


A la salida, el entorno ha cambiando por completo, el río hace una diminuta hoz en un enclave montañoso con un pequeña pinada y desaparecen los bancales de cultivo. Enseguida viene el segundo túnel.


Éste mucho más corto no necesita iluminación. El paisaje sigue mutando en un entorno más agreste con algunos bancales que aprovechan el bajo cauce del río. Luego atravesamos una especie de pasillo de altas paredes de piedra seca.


En el Racó de la Tartada, el río hace un meandro al pie de unos farallones rocosos donde la vegetación se torna más exuberante, un pequeño puente da servicio a una caseta. El cauce del río prosigue encajonado entre rocas.


El último de los túneles de este recorrido es muy corto, salva una rocosa pestaña que acaba en el río. Al otro lado, llegamos al Azud del Morú, construcción hidráulica aprovechada para alimentar la fábrica de luz del Racó del Duc.


A unas decenas de metros está la Caseta del Morú que nos sirve de referencia, a partir de aquí es terreno conocido que ya hemos pateado. A la izquierda da comienzo el Barranc de la Parra y el PR-CV 42 que nos llevará a la cima de la Safor.


Este PR empieza a subir con fuerza por la ladera del barranco, aprovechando pequeñas repisas de piedra caliza que ayudan a superar un fuerte desnivel. Al inicio del barranco también existe un  sendero que por el cauce llega a la Font de la Mata.











Tomamos rápidamente altura dejando el cauce del río Serpis a nuestros pies, con miradas a las sierra próximas, y en un momento dado al Salt, una larga caída de agua desde la parte alta que solo se ve después de grandes lluvias.


Arriba, conectamos con un ancho camino que se torna asfaltado,  pasando por un refugio nuevo y por l’Isidret. Tenemos vistas a Casa Tarzán, muy visible entre la pineda, y que será nuestro próximo objetivo.


Subimos las rampas asfaltadas dejando atrás la bonita casa rural situada en un sitio estratégico. Delante de unas casas de campo abandonamos la pista que continúa hasta Lorxa. Nosotros tomamos el sendero balizado por la izquierda.


Comienza una dura y constante subida en la que tenemos que afrontar un fuerte desnivel. El sendero se abre paso entre abundante matorral bajo y coscoja. Las vistas se expanden con una mirada inédita al Benicadell.


Hay que tomárselo con calma hasta alcanzar el primer borde la cuerda del circo de la Safor, donde ya podemos asomarnos a contemplar la parte interior del circo. Con la altura ganada admiramos el surco del cauce del río Serpis.


Cogemos como referencias de subida algunos pivotes rocosos hacia los que el sendero va atajando, dejando y volviendo al cordal de la sierra. Otro mirador nos permite nuevas vistas al circo, ahora más brumoso.


A medida que ascendemos la vegetación cambia y predominan los bosquetes de pequeñas carrascas. Llegamos a la Penya Roja (911 m.), donde podemos contemplar el agujero de la famosa Finestra de la Safor.


La subida se vuelve más escarpada en el último tramo pasando entre los bosquetes de carrascas, en cuyos troncos nos apoyamos para tomar impulso. Arriba obtenemos vistas generosas a las crestas superadas.

En el otro lado todo lo ocupa nuestro último objetivo, la verde llanura donde está la Nevera de la Safor y la parte más elevada de todo el circo con la cima de la Safor. Es una bonita imagen por la que vale la pena el esfuerzo realizado.


Bajamos al llano para ver la Nevera que continúa deteriorándose con el paso del tiempo. Las hiedras ocupan todo su interior que ha perdido la profundidad. Atacamos el último repecho para llegar a la parte más elevada.


Cima de la Safor (1.013 m.) y máxima altitud del circo del mismo nombre. La bruma comienza a invadirlo todo acortando las vistas que normalmente llegan hasta el mar. Montamos el campamento para nuestro merecido almuerzo.


Emprendemos el regreso deshaciendo camino a la Nevera, subir el escalón y seguir bajando por la cresta, dejando atrás la Finestra hasta un punto marcado con un waypoint, poco antes de llegar al último mirador. 


No hay ninguna referencia concreta pero se intuye una posible bajada. Se trata de llegar a una especie de plataforma sobre unas piedras donde se perciben algunas trazas de bajada. Más adelante aparece algún esporádico hito.


Comienza un vertical descenso muy lento y técnico buscando el mejor paso, pero de una gran belleza agreste y salvaje; contemplamos grandiosos espolones, contrafuertes  y farallones que rodeamos por su base.


Con destreza avanzamos lentamente metidos en el interior de este pequeño y a la vez grandioso circo, donde el matorral sustituye a las rocas y lateralmente nos permite abrumadoras vistas de la muralla que forma el circo.


Mirando hacia arriba descubrimos el agujero de la Finestra que se queda en lo alto, y hacia abajo en vertical, el refugio y la Cantera que se nos antojan inalcanzables. Conectamos con una trocha pedregosa e incómoda.


La trocha, especie de torrentera excavada por el agua en las grandes lluvias, se convierte en la canal que nos guía en la bajada, moderándose poco a poco a medida que el desnivel comienza a amortiguar el descenso.


En el fondo del circo enlazamos con una pista de tierra que nos lleva hasta el Refugio de la Safor, situado en una repisa de tierra llana. Viene otro descenso rápido y escalonado con diversas lazadas hasta una pista asfaltada.


Con las miradas puestas en las paredes del circo, ahora ya tenemos ubicada la Finestra, seguimos bajando suavemente hasta la Font de la Safor, con escaleras de acceso y barandas, pero a la que no descendemos

Llegamos al cruce de pistas de esta mañana, subimos un poco hasta la Cantera y ya en suave descenso, hasta el aparcamiento junto al cauce del río Serpis donde cerramos esta espectacular ruta con una bajada alucinante.
Hacemos una pequeña parada en los chorros de la Font de la Reprimala para refrescarnos. A estas horas el pequeño restaurante está abarrotado de familias y gente joven que ha venido a pasear o a hacer rutas más cortas.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:SI. (Al inicio en la Font de La Reprimala)
DISTANCIA:14,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:06:55 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:1.013 M. (CIM de la Safor)
ALTURA MÍNIMA:90 M. (Font de La Reprimala)
DESNIVEL POSITIVO:1.065 M
DESNIVEL NEGATIVO:1.078 M.
DIFICULTAD:DIFÍCIL

POR LOS MONTES DE LA ESPERANZA, TACORONTE Y SAUZAL, TENERIFE.

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La Batalla de Acentejo fue una batalla que se produjo durante la conquista de Tenerife, en el  Barranco de Acentejo en el año 1494, aunque su fecha no puede atribuirse con exactitud, se estima que pudo haber ocurrido en mayo. Esta batalla también se conoce como La Matanza de Acentejo, la cual da lugar al nombre del  municipio homónimo en el norte de Tenerife, el cual, a su entrada, tiene un mural conmemorativo de éste episodio. Es considerada como uno de los episodios más importantes de la Historia de Canarias, especialmente, por ser la principal derrota del ejército castellano durante la Conquista de Canarias en el siglo XV. Tras la conquista de la isla de La Palma en 1493, quedaron todas las islas del archipiélago bajo mando castellano, a excepción de la isla de Tenerife, que seguía controlada por los guanches. Las tropas castellanas se internaron en Tenerife para poder tener el control de todas las islas, pero se encontraron con una resistencia mayor de lo esperado. La contienda enfrentó por una parte, a los aborígenes de la isla de Tenerife, capitaneados por el Mence y de Taoro, Bencomo, asistido por su hermano Chimenchia, y por otra parte, al ejército castellano, en el cual también se integraron aborígenes de la propia isla (Menciyato de Güímar) como de otras (Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria), capitaneados por Alonso Fernández de Lugo. El ejército castellano desde el campamento se adentró en el territorio de Taoro se apoderó de animales que pastaban por la zona y, confiándose al no encontrar presencia de los guanches, emprendieron el camino de regreso. Por otra parte el ejercito aborigen los vigilaba y seguía por el monte para esperar la oportunidad de hacerles una emboscada, lo que se produjo en el barranco de Acentejo. Éste era un lugar de monte, con una cuesta hacia arriba con presencia de matorrales y arbustos, presentando una desventaja táctica a los jinetes castellanos, y, al mismo tiempo, una ventaja a los aborígenes de Tenerife, ya que eran oriundos de esta zona. El desenlace de la batalla se salvó como una victoria de los aborígenes tinerfeños, utilizando como armas principalmente las pedradas y los bastonazos, frente a un ejército castellano tecnológicamente superior, obligando a los soldados castellanos supervivientes a retirarse a su campamento en Añazo (actualmente en  Santa Cruz de Tenerife). Se dice que el pueblo de La Esperanza tiene ese nombre debido a la esperanza de salvación de los castellanos tras la huida de la batalla, al divisar desde esa zona montañosa el campamento en la costa. El propio Alonso Fernández de Lugo salió malherido, pero pudo salvar su vida gracias a la ayuda de Pedro Benítez el Tuerto.
CÓMO LLEGAR: Por la TF-312 para enlazar con TF-5 seguir hasta la salida nº 19 hacia Tacoronte. Seguir por la calle de las Higueras hasta conectar con la TF-226, seguir hasta la Esperanza, girar a la derecha por la calle del Roquillo y luego a la izquierda por el Camino de Juan Fernández, hasta el lugar de aparcamiento.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: PARKING / PISTA EL RAYO / CRUZ DE FLORES / DESVÍO IZQ. / PLAZA DE LA PAZ / DERECHA / GIRO DCHA.  / GIRO IZQ. / DCHA. / DESVÍO DCHA. / DESVÍO IZQDA. / DESVÍO DERECHA / CRUZ DE FUNE Y DCHA. / SEGUIR DE FRENTE / A LA DCHA. / DE FRENTE / PARKING.



LA RUTA: Llegamos el jueves por la noche a Tenerife y ayer dedicamos el día a posesionarnos en el hotel, alquilar el coche a partir de hoy, bajar a recordar viejos tiempos en el Puerto de la Cruz, y preparar la ruta de hoy.

No queremos forzar mucho la rodilla de Susi y hemos elegido una ruta cercana y con poco desnivel. Toda ella transcurre por pistas forestales muy cuidadas entre abundante vegetación con un buen grado de humedad.


Iniciamos tomando la pista del Rayo por la izquierda. Toda la ruta está balizada por postes con paletas informativas y carteles de madera, y está acondicionada para vehículos, motos, ciclistas, caballos y senderistas.

Pese a ser sábado, no hemos visto coches ni caballos, solo algunos ciclistas y otra pareja de caminantes. Hemos realizado una tranquila ruta en un día brumoso. Al principio ha sido cuando con más gente nos hemos cruzado.

Nos extraña ver una zona del camino donde han sido talados enormes ejemplares de pino, con troncos de más de 60 centímetros de diámetro y alturas que llegarían a los 20 metros. Oímos ruidos de motosierras.

Vemos gente que está cortando los troncos más pequeños y cargándolos en sus vehículos. Al preguntar nos aclaran que han talado los pinos que no son canarios por riesgo de incendios y los sustituyen por plantones de esta variedad.

El pino canario tiene la característica de ser resistente al fuego, debido al grosor de su corteza y a la capacidad de florecer del tronco, que vuelve a rebrotar incluso cuando ha perdido todas sus hojas, por eso sobrevive a incendios moderados.











Pasamos por una zona donde predominan los eucaliptos, con ejemplares extremadamente delgados y de alturas superiores a los quince metros. Pero el paisaje vuelve a cambiar raleando la vegetación invadida por la bruma.

Por la izquierda vemos un precioso rincón donde hay una pequeña cruz revestida de flores y sobre una madera varias figuritas aparentemente religiosas, jarros y macetas con flores. No sabemos si aquí también celebran las cruces de mayo.


La bruma acorta las miradas del cambiante paisaje donde aparecen los helechos con esporádicos y espigados eucaliptos, y una barrera de pino canario. Hacemos un desvío a la izquierda pero sin dejar la pista el Rayo.











Nos llama la atención un altísimo ejemplar de pino canario con ramaje por todo el tronco pero de poca envergadura. Cerca, quedan apilados los troncos talados de pino no canario cortados en piezas de tres metros para su aprovechamiento maderero.


Seguimos rodeando una loma entre florido matorral alto y espesura de arbustos. Pasamos por la zona de las Helecheras, señalada por un cartel de madera y, más tarde entramos en el término municipal de Tacoronte.


Alcanzamos el cruce de caminos de la Plaza de la Paz de El Sauzal, y Fuente Fría. Curioso nombre el primero para un camino. Torna a cambiar el paisaje, hay mucha humedad con restos de barro y alta arboleda a ambos lados.


Dejamos atrás el cruce con un sendero PR balizado que se adentra en el bosque. Nosotros continuamos por la embarrada pista, que forma un estrecho pasillo entre la exuberante arboleda donde destaca un raro pino de colgante ramaje.


En un corto tramo hacemos dos giros a la derecha, iniciando el regreso por la parte de arriba, en camino casi paralelo al que traíamos. Entramos en el término municipal de La Matanza por ancho camino de tierra.


Los arbustos son abundantes y con delgados troncos parecidos a la laurisilva, el entorno vuelve ser más húmedo y cerca de un enorme tocón, debió ser un árbol grandioso, volvemos a girar a la derecha por la pista de los Covachos.


Al no llegar a estar embarrada, se hace muy cómodo el caminar por la nueva pista, con un largo y hermoso pasillo de tupida vegetación. El musgo comienza a invadir algunas rocas y pomos de flores culminan varios arbustos.


A los pies de la arboleda vuelven los helechos, y poco después, un precioso tramo de matorral bajo de diversas variedades en plena floración, dejando amplias manchas de colores amarillos, azules, blancos y distintos tonos de verde.  


Otro giro a la izquierda nos mete en la pista de la Fuente Fría, donde hay un cruce a la pista de Las Crucitas. Entramos y salimos de pasillos de arboleda, y entre helechos volvemos a adentrarnos en el término municipal de Tacoronte.


Llegamos a una zona con numerosos desvíos y cruces de pistas, todos ellos balizados, pero para los visitantes es imprescindible el manejo del GPS. Varios giros a la derecha y uno a la izquierda nos llevan a tomar el sendero PR-TF 25.


Caminar por el sendero todavía es más agradable que por la pista; se adentra entre la retorcida arboleda hasta la Cruz de Fune, una diminuta ermita en un florido rincón bajo un acebo, donde llega una romería en el mes de mayo.


Proseguimos por la derecha, aunque está un poco confuso por un cruce de senderos. Entramos en la zona de deforestación, donde están siendo talados los grandes pinos que no son canarios, los troncos y ramajes están desordenados.


Seguimos de frente y luego a la derecha entre los restos del pinar derribado hasta cerrar la ruta en el aparcamiento. Recorrido muy agradable por caminos rurales entre variada vegetación. Imprescindible el GPS.
RECORRIDO: CIRCULAR
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 11,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:30 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.178 M.
ALTURA MÍNIMA: 1.015 M.
DESNIVEL POSITIVO: 218 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 237 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

MASCA, PARQUE RURAL DE TENO, TENERIFE.

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Las casitas del Caserío de Masca se alinean sobre las crestas de las montañas. Ocupan prácticamente cada porción del espacio habitable, encaramadas al filo del abismo que dibujan los barrancos más hondos de la isla. El Mirador de Cherfe (en la carretera que llega desde Santiago del Teide) regala una estupenda panorámica del conjunto habitado. Este siempre fue un rincón angosto y perdido de la civilización al que la electricidad llegó no hace mucho y donde las carreteras eran poco más que caminos polvorientos. De hecho, durante años solo hubo una vía de comunicación con el exterior, el Camino de los Guanches, que conectaba Masca con Santiago del Teide. Pero gracias a ese secular olvido, se conserva como antaño. Ser un sitio pequeño no le impide coleccionar tesoros valiosos como la casa de los Avinculados, en el Caserío de Piedra, o una minúscula iglesia del siglo XVIII. Hasta cuenta con un museo y un centro de artesanía, que han sido montados en el interior de una de las casas del núcleo. El caserío es uno de los mayores encantos del Parque Rural de Teno, al condensar los elementos que hacen inconfundible a la arquitectura tradicional de Canarias: uso de mampostería y madera, sencillez conceptual y plena adaptación al entorno. Popular como el caserío es el Barranco de Masca, de los más bellos de la isla y perfecto para practicar senderismo entre su abundante vegetación. El recorrido se realiza en unas cuatro horas y transcurre desde la montaña hasta el mar, punto en el que una embarcación traslada a los senderistas de nuevo a tierra firme. Eso sí, no te recomendamos adentrarte en él porque no está homologado y es verdaderamente peligroso. En un roque utilizado como santuario aborigen, no lejos del caserío, se ha encontrado un conjunto arqueológico con grabados rupestres. Las leyendas cuentan que por su carácter de sitio apartado y solitario, era uno de los escondites preferidos de los piratas que merodeaban por la isla. El Caserío de Masca es Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico. La visita a esta zona se puede alargar para, además de Masca, conocer otros caseríos de los alrededores como el mismo El Palmar, Las Portelas y Teno Alto.









Bajar desde Masca por el barranco hasta una playita de enclave único en los acantilados de Los Gigantes, era una de las rutas de senderismo que teníamos programadas, nos entusiasmaba la idea de que para el regreso pudiéramos tomar uno de los barcos que hace el recorrido marítimo por los acantilados.


Madrugamos un poco para tener más opciones de regreso. Buenas carreteras hasta llegar a Santiago del Teide, pero en la subida hacia Masca y luego la serpenteante y vertical bajada hasta llegar al caserío, es poco apta para los que no tengan seguridad o se mareen. Es preferible llegar en guagua o taxi, que también se las trae.

La verdad es que se trata de un recorrido espectacular. A estas horas todavía no hay nadie que regrese y no nos cruzamos con ningún vehículo. Hicimos una bajada lenta y sosegada, pero apenas hay sitio donde parar a hacer algunas fotos.


El paisaje es tremendamente abrumador pero no hay que perder de vista la carretera. Poco antes de llegar al caserío hay un pequeño parking junto a amplio mirador. Las pocas casas están distribuidas sobre la cresta de un puntiagudo peñón.


Es como estar encerrados dentro de una caldera montañosa que solo tiene salida hacia el mar por el tortuoso cauce del barranco de Masca, o volver a subir por las culebrinas de la carretera. Salvo algunas palmeras su vegetación es autóctona y muy cuidada.

Nos hemos calzado las botas y con la mochila y los bastones nos dirigimos por la derecha al bar Restaurante Aquí me Quedo, donde sabíamos que teníamos que comprar los tiques de regreso por barco a Puerto Santiago.


La gran decepción. No se venden tiques porque el barranco de Masca está cerrado desde hace unos meses y los barcos no entran a recoger a nadie en la playita, además de que está prohibido bajar por el cauce.


Después de hablar con el dueño del bar y con un señor que vende cositas para los turistas, los motivos principales son dos: el recorrido no está homologado y demasiadas veces se meten a efectuarlo personas sin ninguna experiencia, nula preparación física y sin material de senderismo apropiado.


Ello ha ocasionado algunos accidentes y rescates, que aunque son multados con hasta 3.000 € siguen sin hacer ningún caso a las medidas de seguridad. La gota que colmó el vaso fue el rescate de seis turistas alemanes. 





Aunque pagaron su rescate, 24.000 €, el Cabildo insular quiere que Masca invierta en homologar el sendero, y ésta es la gran cuestión: los habitantes de Masca dicen que, los taxistas y las guaguas son de Santiago del Teide y ellos no ven un duro por llegar aquí, y los tiques del recorrido marítimo son de las navieras, que tampoco les llega nada, por lo tanto no harán nada hasta que se solucione o bien, ampliando el parking haciéndolo de pago o cobrando a los que quieran hacer la ruta. En resumen, todo es una cuestión económica.


No han publicitado el cierre del barranco quizás para no mermar la afluencia de gente, no obstante el turismo sigue llegando, es casi una visita obligada llegar al caserío de Masca, su enclave es excepcional y la gente busca la serenidad del ambiente y se quedan a comer.


Nos quitamos las botas y emprendemos el regreso a Santiago del Teide. Ahora si nos cruzamos con vehículos que vienen, e incluso con una guagua, las que hacen este recorrido son más pequeñas y todos ceden el paso o aguardan en zonas más amplias. Esta vez si paramos en dos miradores.

En Santiago del Teide estamos poco tiempo, vemos la iglesia y el monumento al guanche. Nos vamos a Puerto Santiago, intentaremos coger uno de los barcos que hacen el itinerario de los acantilados de Los Gigantes con posibilidad de avistamiento de cetáceos.


Aparcamos dentro del puerto y escogimos uno de los barcos que partía en esos momentos. Saliendo de la dársena ya tenemos una buena vista a la muralla rocosa de los acantilados, formaciones volcánicas de tamaño colosal con alturas entre los 300 y 600 metros.







Navegamos a cierta distancia de los acantilados envueltos en una especie de neblina que nos emborrona los detalles y resaltes de los paredones. Estamos de suerte, nuestro capitán avista en el horizonte movimiento de aletas que entran y salen del agua.


La embarcación hace algunos virajes para acercarnos, la verdad es que son poco visibles, pero sus experimentados ojos posicionan la nave para que podamos tomar fotografías. Con el zoom de la cámara logro algunas buenas tomas.

Luego desaparecen unos minutos y vuelven de nuevo juguetones, son dos pequeños grupos de delfines que al vernos se acercan en paralelo a los laterales de la nave. Otras veces dicen que se avistan calderones, y en otras, a lo lejos, alguna ballena.

No tienen nada que ver con los avistamientos de ballenas jorobadas que vimos en Islandia con sus enormes colas entrando y saliendo del agua, pero alegra ver estos simpáticos mamíferos acompañando las estelas de la nave.


Tal como vinieron han desaparecido. En el horizonte vemos la silueta de la isla de La Palma, recordamos cuando hace unos años, mirábamos desde La Palma, la isla de Tenerife, inconfundible con la tremenda altura del Teide.


Un vuelo de gaviotas grises se sumerge en el mar persiguiendo posiblemente algún banco de peces. Viramos para el regreso acercándonos mas a la base de los acantilados donde hay varadas algunas embarcaciones privadas.


Hablo con el capitán sobre la posición de la pequeña playa de Masca, donde termina el cauce del barranco y donde hasta hace unos meses se acercaban a recoger a algunos senderistas, tampoco tiene idea si se restaurará el servicio.











Muy cerca de los acantilados podemos ver alguna de las paredes más elevadas, aquellas que se elevan hasta los 600 metros como grandes escudos pétreos que contienen que las fuertes ráfagas de viento penetren en tierra firme.


Aceleramos el regreso dejando una gran estela blanca, el ayudante del capitán coge unas galletas y levantando los brazos atrae a las gaviotas que a gran velocidad persiguen la nave hasta arrebatarle la galleta de las manos. ¡Genial!


Escrutando los detalles de los acantilados, las líneas de las antiguas coladas de lava que cayeron al mar y como vientos y aguas han modelado las rugosidades de estas inmensas paredes, llegamos de nuevo a puerto.

Marchamos hacia Valle Alto donde después de haberse disipado todas las nieblas, brumas y nubes, tenemos una limpia visión por primera vez del majestuoso cono del Teide. Tenemos reserva para dormir una noche en el refugio Altavista.


Seguimos recorriendo esta zona de costa embravecida hasta llegar a Garachico, pequeño puerto pesquero por el que paseamos recorriendo sus miradores. Al final hemos arreglado una jornada improvisada.

DE LA CRUZ DEL CARMEN A CHINAMADA, MIRADOR DE AGUAIRE Y LAS CARBONERAS, PARQUE RURAL DE ANAGA, TENERIFE.

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El espectacular paisaje de Anaga es el resultado de la acción de las fuerzas erosivas sobre un territorio volcánico, originado en un periodo de intensa actividad eruptiva que comenzó hace unos 6,5 millones de años. Su desmantelamiento erosivo, ha excavada una densa red de barrancos y dejado al descubierto numerosos diques y pitones, testigos de antiguas emisiones volcánicas. Por su altitud y orientación, Anaga se beneficia de los vientos húmedos del NE (vientos alisios), que condicionan la existencia de un ambiente húmedo y lluvioso en las partes altas, en claro contraste con las zonas áridas, de elevada insolación y escasa pluviometría, de las costas. Esta diversidad de ambientes favorece el asentamiento de la vegetación en pisos, con comunidades vegetales muy diferenciadas. Entre los hábitats naturales de Anaga se encuentran algunas de las mejores manifestaciones de los ecosistemas de Canarias. Destacan por su buen estado de conservación, los bosques de laurisilva de sus cumbres, los sabinares como los de Afur, los cardonales tabaibales del extremo oriental del macizo, y pequeños enclaves de pinar y comunidades de agua dulce como las del Barranco de Tamadiste. Este abanico de comunidades alberga numerosas especies animales y vegetales con más de 120 endemismos locales (exclusivos de Anaga), algunos de ellos muy escasos y amenazados. Desde la instalación de los primeros colonos en el siglo XVI, comenzó el abancalamiento de las laderas de los barrancos con el fin de ampliar la superficie de cultivo y evitar la erosión de las tierras más fértiles. El esfuerzo invertido por aquellos campesinos ha llegado a nuestros días como un importante patrimonio paisajístico y cultural. Al margen de la actividad agrícola y ganadera propia de una economía de autoabastecimiento, se inicia entonces una importante actividad económica basada en el comercio del azúcar, la madera y, posteriormente, el vino. . estos productos se destinaban al comercio europeo a través de algunos embarcaderos situados en las costas de Anaga, como es el caso del Roque de las Bodegas, en Taganana. Durante las últimas décadas, la región ha sufrido un importante éxodo poblacional hacia zonas urbanas próximas, como consecuencia del auge del sector servicios. Esto ha supuesto en envejecimiento de la población y el progresivo retroceso de las actividades tradicionales.
CÓMO LLEGAR:Por la TF-312 hasta conectar con la TF-5. Tomar la salida 8B por la TF-13 en dirección Guajara/Tegueste hasta pasar La Laguna. En la rotonda tomar la TF-113 Camino de las Mercedes y más tarde por la derecha tomar la TF-12 que pasando por el Mirador de Jardina nos llevará hasta la ermita de la Cruz del Carmen.
COMPONENTES:VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO:PARKING /  DESVÍO A LAS CARBONERAS / SALIDA DEL BOSQUE / ARCÉN CARRETERA / CASAS / DEPÓSITO DE AGUA / FUENTE Y CRUCE / CRUZ / CHINAMADA / MIRADOR DE AGUAIDE / CHINAMADA / POR CARRETERA / DCHA. A LAS CARBONERAS / LAS CARBONERAS / CRUZ DE LAS CARBONERAS / A CRUZ DEL CARMEN / FUENTE Y CRUCE / MISMO CAMINO HASTA EL PARKING.


LA RUTA:Ya estuvimos el otro día en el Centro de Visitantes del Parque Rural de Anaga, pero había niebla y llovía de vez en cuando, nos dijeron que hoy mejoraría, y así parece. Hemos escogido una pequeña ruta con variantes del PR-TF 10.


Iniciamos desde el parking cruzando la carretera y por la derecha del restaurante Cruz del Carmen comienza la ruta. Está balizada con postes con paletas informativas y paneles. En unos metros de sendero todo cambia por completo.


El grado de humedad es muy alto y las tonalidades de verde infinitas. El camino esta mojado pero no resbaladizo, y su constante desnivel de bajada es moderado y cómodo. En la primera curva tenemos un grupo de escolares atentos a su profesora.


Se abren para dejarnos paso. El sendero hace unas curvas con rampas de bajada, a veces reforzadas con troncos hundidos en la tierra para evitar el desmoronamiento en las lluvias. Entramos de lleno en el bosque de laurisilva.


Los musgos y líquenes impregnan de verde los troncos retorcidos de los árboles y las ramas caídas, aquí la poda es natural y nada se toca de donde ha caído. Helechos de menor tamaño acompañan los bordes del camino.


Es un paisaje encantador como de cuento de hadas, muy similar al que pateamos hace poco por la isla de Madeira. Viene otro recodo en acusada pendiente también reforzado con troncos apuntalados por piquetas.


Llegamos a una bifurcación señalizada con paletas, a Las Carboneras, Chinamada y Taborno, de la que no hacemos caso, siguiendo por nuestro itinerario, que ahora hace una inclinada bajada algo escabrosa.












Entramos en una zona más abrupta y cerrada, en un entorno más salvaje bajando casi al lecho del barranco, con apretadas laderas de vegetación arbórea hasta llegar a un terreno más llano donde el desnivel se frena.


Pronto comenzamos a subir moderadamente remontando la otra ladera, también con abundante vegetación, en un sendero donde afloran las raíces de los árboles, un estrecho pasillo que termina bruscamente al salir del bosque.


La visión de unas grandes casas habitadas nos descoloca, la laurisilva ha desaparecido como por arte de magia y entramos en campos de cultivo rodeados de grandes montañas  atestadas de arboleda hasta sus cimas.


Esta área describe a la perfección como se vive en los núcleos rurales incluidos dentro del Parque Rural de Anaga. Cuidados bancales de papas de distintas especies, donde se aprovecha hasta el último palmo de esta fértil tierra.


Salimos a la carretera donde caminamos unas decenas de metros por el arcén para llegar a otro núcleo de casas de campo con bancales más extensos. Luego, seguimos descendiendo cerca de un depósito de agua junto a una arboleda.

Seguimos bajando del promontorio y el paisaje vuelve a permutar. Aunque el cielo está encapotado, tenemos miradas al mar y a la peculiar silueta del Roque El Fraile (714 m.) que nos acompañará en gran parte del recorrido.













Un poste de madera con paletas nos indica de donde venimos, a donde vamos,º y será el cruce de regreso a la vuelta de Las Carboneras. A partir de ahora la ruta es circular, y el tramo recorrido lo repetiremos al regreso.


Pese a la bruma que nos invade humedeciendo el ambiente, tenemos largas vistas al macizo de Anaga con sus afiladas crestas que se elevan entre los profundos surcos de los barrancos, salpicadas de casas de campo en el verde paisaje.


Bajamos suavemente para enlazar con la otra ladera que atravesamos a media altura junto a casas de campo ganaderas y con campos de cultivo. Nos llama la atención los muros de las terrazas cubiertos de helechos de un verde intenso.


Mientras rodeamos los contornos de la ladera, vemos como la masa nubosa se acumula y queda enganchada en las crestas de Anaga, soltando agua y humedad que mantiene vivo el ecosistema del bosque de laurisilva. 


En el otro lado las miradas se dirigen hacia el mar, a tres bonitas lomas redondeadas, que unidas por sus laderas forman un diminuto conjunto montañoso con varias casas diseminadas  a diversas alturas. Es Chinamada.


Merece la pena detenerse a contemplar el bucólico paisaje, por la izquierda la agresividad del desgajado macizo de Anaga, por delante la suavidad de las lomas que cobijan Chinamada, y por detrás el suave azul del mar en un día nublado.


El fuerte desnivel de bajada se hace más llevadero por los peldaños excavados en la colada de lava. Un rayo de sol ilumina las aristas montañosas mientras pasamos por la valla de un chalet que tiene dos bonitos dragos.


Arribamos a la carretera. Dudamos en rodear el montículo para ver el mar, pero decidimos ir al mirador de Aguaide siguiendo el sendero PR que va a Punta del Hidalgo. Todo está cerrado y muy tranquilo. 


No hay nadie en las casas cueva, el restaurante no está abierto, estamos en temporada baja y el resto de instalaciones son comunitarias, la ermita, el local de la Asociación de vecinos, ya que las casas del pueblo están repartidas por la montaña.


Nos elevamos por la loma más prominente y enseguida tenemos vistas al último tramo que hemos recorrido. Dejamos el sendero principal que baja por la izquierda, y por la derecha pasamos cerca de una casa de campo.


Al tomar altitud tenemos buenas vistas al mar y a los riscos cercanos. Llegamos al mirador de Aguaide, en forma de media luna con barandas de madera, de amplias vistas al acantilado y al faro de Punta del Frontón.











De regreso nos fijamos en algunos preciosos ejemplares de tajinaste escondidos en las laderas y disfrutamos de generosas panorámicas de este bonito rincón. Llegados de nuevo al primer caserío, seguimos de frente por la carretera.


Para hacer la ruta circular tenemos que patear algo de carretera, éste es el trozo más largo con 1,25 km. Al principio no tenemos vistas pero enseguida aparecen los riscos y el mar con la figura del Roque El Fraile.


Veremos a la derecha un muro de piedra y unos escalones que nos elevan hasta media altura por la ladera del Tenejías (814 m.) donde un agradable sendero se abre paso entre helechos y matorral bajo en plena floración.













La nubosidad en el mar ha mejorado y a esta altura las miradas son abrumadoras. En primer plano el Roque El Fraile en el que se distinguen todas sus estrías y, por detrás, uno de los Roques de Anaga flotando en el mar.


Aunque el paisaje es el mismo, al ir rodeando la montaña las perspectivas van cambiando ofreciéndonos miradas distintas. No tardamos en tener a la vista sobre un pequeño rellano el pueblo de Las Carboneras con sus coloridas casas.


Otros escalones labrados en la piedra y protegidos por barandas de madera nos descienden lateralmente a la carretera y las primeras casas del pueblo que dormita plácidamente. Seguimos por la carretera la dirección de las balizas.


A continuación, vemos bajo la protección de un tejadillo, la Cruz de Las Carboneras con maceteros repletos de flores dada la reciente celebración. Poco más adelante por la derecha, dejamos la carretera subiendo por unos escalones.

El nuevo sendero nos mete otra vez en la vegetación comenzando una lenta subida, todo cuanto hemos bajado en la ida tenemos que remontarlo, aunque de una forma más dócil. Damos la última mirada a Las Carboneras y al Roque El Fraile.


Insistimos en la subida hasta alcanzar la fuente, a la que han cambiado el caño por un grifo de cierre automático, a unos metros tenemos el cruce de senderos balizado donde se cierra el círculo de la ruta, ahora repetiremos camino.
Las nubes enganchadas en las alturas se van cerrando y comienza a llover moderadamente, pero su persistencia nos hace enfundarnos los chubasqueros y guardar la cámara para protegerla. Seguimos deshaciendo camino.
Al entrar en el bosque de laursilva  la humedad es más acusada y la lluvia se cuela entre las hojas pero sin llegar a encharcar el sendero, lo que nos permite mantener un buen ritmo y cerrar la ruta en el Restaurante Cruz del Carmen.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:SI. (En las Carboneras)
DISTANCIA:13,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:957 M. (En la Cruz del Carmen)
ALTURA MÍNIMA:594 M. (En Chinamada)
DESNIVEL POSITIVO:630 M.
DESNIVEL NEGATIVO:683 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


TEIDE: TELEFÉRICO, MIRADOR DE PICO VIEJO, MIRADOR DE LA FORTALEZA, REFUGIO ALTAVISTA.

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"Echeide/Echeyde" era el nombre que le daban los antiguos aborígenes tinerfeños al gran volcán, en su mitología en el edificio volcánico vivía "Guayota", una figura demoníaca de vital importancia en su cultura, representativa de "el Mal". Aunque el volcán en sí, ha tenido muchos nombres según las culturas antiguas que lo descubrían. El Parque Nacional del Teide ocupa la zona más alta de la isla de Tenerife, Isla capitalina del Archipiélago Canario, situado al norte de África en el Océano Atlántico, cerca de la costa de Marruecos. El Parque Natural del Teide es el mayor y más antiguo de los Parques Nacionales de las Islas Canarias y uno de los más antiguos de España (1954). En el P.N del Teide se encuentra el volcán que le da nombre con su punto más alto (Pico Teide) en las coordenadas: 28°16'20.9"N 16°38'33.1"W. La ONU ha destacado al Teide como uno de los 16 volcanes de la época, lista de los volcanes más peligrosos del mundo. El colosal edificio volcánico es increíblemente sorprendente, tal ha sido la actividad volcánica en la zona que se considera uno de los puntos geológicos más importante y bajo estudio continuo del mundo. Desde su formación, la cual echa por tierra muchas hipótesis sobre su génesis hasta su actividad futura inminente (a efectos geológicos) según los estudiosos. Por supuesto la actividad volcánica va de la mano de una gran actividad sísmica la cual se suele dejar notar a percepción de las personas hasta varias veces al año. No solo la actividad volcánica y sísmica puede ser peligrosa en la zona, los procesos de ladera, los túneles volcánicos huecos, cavidades acuíferas, galerías... en ocasiones también generan perjuicios de movimientos de masa de tierra. Esto junto a la rápida oxidación de los minerales de origen volcánico, la aceleración por temperaturas relativamente altas y un clima muy húmedo en la zona Norte, provocan procesos de edafogénesis con un fuerte componente de tixotropía, que conlleva en ocasiones a grandes desplazamientos de tierra en las laderas de la isla. Por otro lado el Parque Nacional del Teide consta de una comunidad  biológica prácticamente única en todo el mundo, las grandes brechas que abre en el ecosistema un biotopo de alta montaña sumamente particular de base volcánica y alimentado por la humedad de los vientos alisios del Océano Atlántico ha generado multitud de especies endémicas así en la flora como en la fauna que destacaremos mas adelante. Mas estas, están muy condicionadas, por lo cual sufren una gran vulnerabilidad y carecen de un equilibrio muy estable, por ello, el marco legal amplio que rodea este ecosistema tan particular.
CÓMO LLEGAR:Por la TF-21 hasta la Base del Teide Majúa y Telesférico.
COMPONENTES:VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO:TELEFÉRICO / LA RAMBLETA / MIRADOR DE PICO VIEJO / MIRADOR RAMBLETA-1 /  MIRADOR RAMBLETA-2 / POR LA DERECHA / DESVÍO AL MIRDOR / MIRADOR DE LA FORTALEZA / CAMINO DEL REFUGIO / REFUGIO ALTAVISTA.

LA RUTA:Subir al Pico Teide no es fácil, y no lo digo solo por el esfuerzo. Estamos en el entorno de un Parque Natural muy protegido y controlado, donde no pueden subir más de 200 personas al día, desde las 10:00 a las 17:00 y para hacerlo a la cumbre hay que solicitar un permiso especial con varios días de antelación. En estas fechas y hasta el final del verano casi todas las plazas del teleférico están reservadas y más aún las del refugio Altavista. Solo existe una posibilidad de acceder a la cumbre sin el control, ni el permiso especial, y es pernoctando en el Refugio Altavista. A éste se puede llegar de dos maneras: con teleférico, descendiendo 150 m. de desnivel en media hora, o a pie, caminando desde Montaña Blanca en unas 03:30 horas superando más de 900 m. de desnivel. Todas las personas que duerman en el refugio podrán subir a la cumbre hasta las 09:00 horas en que llegan los guardas y comienzan los controles.

Esta vez al estar en Tenerife es distinto. Tenemos reservado el Teleférico a las 16 horas y luego bajaremos al refugio a pernoctar, conseguimos la reserva de milagro. Mañana, al descender del Teide, Susi bajará con el Teleférico y yo tengo pensado hacerlo a pie por la ruta nº 9 del Pico Viejo.


Tras el desayuno salimos tranquilamente, pensando en hacer varias paradas de camino. La primera en  La Orotava. El día esta tapado y nuboso; paseamos por el ayuntamiento y el hermoso jardín del Liceo de Taoro.













Caen unas gotas y nos refugiamos en la iglesia de San Agustín hasta que deja de arreciar. Continuamos por la Casa de los Balcones  y otras ilustres casonas, admirando sus bellas y cuidadas fachadas de estilo tradicional.


Proseguimos viaje conectando con TF-21 que en moderada subida nos va elevando. Solo cuando superamos la capa del mar de nubes, el día se torna claro. Nos detenemos en el Centro de Visitantes del Portillo.

La imagen del Teide ya lo ocupa todo. Los guardas del Parque Nacional nos informan que no podré hacer la ruta de bajada desde Pico Viejo. Durante este mes los lunes, miércoles y viernes hay control cinegético del muflón en esa zona.


Si podría hacerlo por Montaña Blanca desde el refugio Altavista, pero no me seduce la idea, hace 5 años ya subimos por esa zona. Me quedo contrariado, mientras, vamos parando en el Domo de Montaña Rajada y las minas de piedra pómez.













Nos detenemos en los miradores astrovolcánicos  y en el Tabonal Negro con sus magníficos campos de lava. Llegados al Parador Nacional, comemos en la cafetería para luego acercarnos a los Roques de García. 












Desde esta perspectiva la imponente imagen del Teide lo acapara todo, no puedes dejar de mirarlo con su espectacular hendidura central que lo raja de arriba abajo, dejando al descubierto la tierra calcinada de las fumarolas.


No hacemos el recorrido completo pero nos elevamos por las escalinatas buscando los mejores ángulos fotográficos para inmortalizar tanta belleza. Recordamos hace más de treinta años con nuestros hijos donde todo estaba menos controlado.


Nos vamos con antelación a la Base del Teleférico para lograr aparcar en buen sitio, y cambiarnos con ropa de montaña, botas, bastones y mochilas, con ropa de abrigo, cena y desayuno, líquidos y barritas energéticas.


Tenemos suerte y nos dejan embarcar poco antes de nuestro horario. En la subida, las panorámicas son generosas al mar de nubes. Llegados a la Rambleta, nos recreamos en los dos miradores a ambos lados del Teleférico.


Nos lo tomamos con calma puesto que tenemos mucho tiempo para llegar al refugio y nos dirigimos al Mirador del Pico Viejo. La gente que tienen los últimos horarios de bajada en el Teleférico, van retornando a la Rambleta.


Nos embadurnamos de crema de alta protección solar, a esta altura, aunque no hace calor, la exposición es máxima por encima del mar de nubes. El paisaje volcánico nos ofrece infinitas tonalidades entre el marrón oscuro y el ocre de las fumarolas.


El cuidado y ancho sendero culebrea sinuosamente, subiendo y bajando con suavidad por las coladas de lava. Han ejecutado un perfecto trabajo de mampostería con las rocas volcánicas, delimitándolo a ambos lados y encajando una a una todas las piedras.


Las miradas son grandiosas, podemos ver los rectos perfiles de las aristas como caen desde la cima. Las laderas, compuestas de rocas de lava que a pesar de su inclinación parecen mantenerse unas a otras evitando su deslizamiento.


Desde una ondulación elevada ya tenemos ante nuestros ojos una visión muy singular del cráter del volcán Pico Viejo en contraste con el blanco algodonoso del mar de nubes. Mientras haya gente en el sendero, hay algún guarda vigilando.


Ubicados en esta posición, también podemos reconocer la formación de la gran Caldera de las Cañadas del Teide. En el centro distinguimos empequeñecidos, los Roques de García, el Parador Nacional y el trazo de la carretera TF-21.


El cráter de Pico Viejo, de 800 metros de diámetro, estuvo ocupado durante mucho tiempo por un lago de lava. Gran parte de sus erupciones sucedieron cuando el lago subía de nivel y se desbordaba. Al bajar de nivel, tal vez por una erupción lateral, quedaron atrás las partes ya solidificadas, que formaron una terraza.

El mar de nubes se forma a una altitud entre los 1.500 y 1800 metros, debido a que el aire húmedo procedente del noroeste, conocido como alisio, choca contra la laderas de la isla. Llegamos al mirador de Pico Viejo.


En el mirador hay un guarda del parque vigilando. También está balizada la bajada por el sendero nº 9, y un letrero muy visible con la prohibición de no pasar los lunes, miércoles y viernes por el control del muflón.

Así que, mañana no habrá bajada. Quedamos nosotros y otra pareja que conversamos con el guarda, luego accede a hacernos algunas fotos en tan bello lugar, y posteriormente emprendemos el regreso hacia la Rambleta.


El sendero es el mismo de ida y vuelta, pero ahora nos fijamos en distintos detalles del paisaje. En la Rambleta, seguimos de frente, dejando a la izquierda cerrado con una cancela, el paso por el sendero Telesforo Bravo al Teide.


El nuevo trazo del sendero es mayormente cuesta abajo, más irregular que el anterior y los campos de lava que atravesamos, muy erizados y descompuestos. El sol está en pleno apogeo y aprieta de lo lindo. Apenas nos deja enfocar la cima.


En algunos recovecos y escondidas umbrías todavía podemos descubrir pequeñas manchas de nieve. El mar de nubes sigue inmenso; por un tramo reforzado con pasamanos de cadenas bajamos un poco para llegar a un cruce de caminos.


Siguiendo recto nos desviamos en un corto tramo al Mirador de la Fortaleza, desde el que no conseguimos grandes vistas, ya que la plancha del mar de nubes lo cubre prácticamente todo, y el sol las miradas al Teide.


Regresamos al cruce y ahora, giramos a la izquierda, para seguir descendiendo. Salvo pequeños trechos de sendero uniforme, el resto son bajadas escalonadas apoyadas por peldaños para superar el heterogéneo campo de lava.


Posteriormente comenzamos a tener las primeras vistas al refugio de Altavista, justo al final de la barrera oscura de lava, y donde comienza Montaña Blanca, que distinguimos por sus colores de suaves ocres.


Susi empieza a estar cansada, en las bajadas su rodilla sufre más, pero el refugio va creciendo a medida que nos vamos acercando y en los últimos trazos el sendero amortigua su desnivel con rampas largas y suaves.


Refugio Altavista (3.260 m.) no hay mucha gente todavía, las miradas a Montaña Blanca y el mar de nubes son muy extensas. En su interior casi todo sigue igual como lo recordamos de hace cinco años, con las máquinas expendedoras.


Descansamos un poco mientras nos registramos. Un buen cambio es la Internet gratuita. Esta vez tenemos mucha suerte y nos designan dos literas en una habitación pequeña donde dormiremos seis personas.


Mientras hacemos tiempo para la cena, salimos varias veces al exterior, comprobando como poco a poco va oscureciendo, y las luces del sol al esconderse por el oeste, proyectan sobre el mar de nubes la puntiaguda sombra del Teide.


Es un atardecer rápido, enseguida oscurece y descienden las temperaturas. Nos vamos turnando para coger huecos en las mesas para cenar, damos buena cuenta del reforzado picnic del hotel, y sobre las diez estamos en la cama. Nos levantaremos antes de las cinco.

RECORRIDO:LINEAL.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:4,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:03:15 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:3.563 M. (Camino del Mirador de Pico Viejo)
ALTURA MÍNIMA:3.260 m. (Refugio Altavista)
DESNIVEL POSITIVO:107 M.
DESNIVEL NEGATIVO:383 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

REFUGIO ALTAVISTA, PICO TEIDE, TELEFÉRICO.

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Existen muchas razones por la cual el parque natural del Teide tiene tanto valor, el punto más alto de España (mapa político), La décima isla más alta del mundo, su origen volcánico, su valor paisajistico, sus características ecológicas, las peculiaridades para la observación del cielo nocturno... Son razones muy importantes por las cuales el Teide goza de una historia importante. En la época aborigen (antes de la conquista por la Corona de Castilla, 1496) el Teide fue venerado y punto mágico de encuentro para todas las comunidades aborígenes (Menceyatos) peregrinaban hasta la parte superior de la isla y desarrollaban rituales. Por otro lado en la Edad Antigua, se hicieron múltiples referencias al volcán desde la cultura Griega y Romana. Durante la Edad Media, las citas encontradas hacen referencia sobre todo a ubicaciones y descripciones de las islas, pero mas tarde en el Renacimiento se denota un interés científico particular en las islas y sobre todo en las comunidades biológicas del Parque Natural del Teide.    Debido a factores abióticos como la orientación, zona geográfica, altura... se desarrollan en la isla una cantidad muy grande de microclimas dando lugar a las diferentes comunidades biológicas que se asientan  a diferentes alturas tanto en el Norte como en el Sur. La Singularidad del Parque Nacional reside pues no solo en el origen volcánico del terreno sino también en la biocenosis del mismo, el condicionante Altura juega un papel crucial entre tanto, pero es por la conjunción de todos los factores lo que conlleva que el factor endémico del Parque sea de un 40% si hablamos de animales, y un 32% si hablamos de vegetales. Estas son unas tasas endémicas muy altas, otro aspecto más que pone en valor el Parque Nacional. Mas la rareza del Teide no solo reside en el reino animal, por otro lado, el Teide es un espectáculo de caprichosas formas geológicas, colores extraños, paisajes lunares, malpaíses, tubos volcánicos y excentricidades geológicas dignas de admirar y estudiar con detenimiento:    Famoso corte por la carretera TF-24 en la que quedan al descubierto el perfil edáfico formado por las continuas llegadas de materiales que han sido alterados con el tiempo. La imagen muestra el paisaje de Montaña Blanca las grandes bombas volcánicas de varios metros de envergadura y detrás en la parte superior se observa las antiguas coladas de lava en descenso.  El tubo volcánico de “la Cueva del Viento", es el mayor de la Unión Europea con mas de 17 km de recorrido es una muestra más de la complejidad de las formas volcánicas que hacen del Parque un lugar único. Entre los Roques de García antiguos diques volcánicos encontramos quizás la imagen más reconocida del Teide por ser la que aparecía en los antiguos billetes de 1000 pesetas. No es ni mucho menos el único Roque, entre ellos también esta "El Zapato de la Reina" o como formación geológica del mismo origen la grandísima "Catedral".
CÓMO LLEGAR:Desde el Teleférico recorriendo el sendero de bajada hasta el Refugio de Altavista
COMPONENTES:VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO:REFUGIO ALTAVISTA / IZQUIERDA / SENDERO DERECHA / FUMAROLAS / PICO TEIDE / RAMBLETA / MIRADOR DE LA RAMBLETA / TELEFÉRICO.
LA RUTA:Pese a estar en una habitación para seis personas apenas hemos pegado un ojo, pero al menos hemos descansado. Nos levantamos antes de la hora prevista y sacamos las mochilas fuera de la habitación. Nos aseamos y tomamos café de la máquina, con galletas, frutos secos y una barrita. Antes de salir nos abrigamos bien, la temperatura ha bajado, no debe de haber más de 10º. El cielo parece claro, y con los frontales,  distinguimos bien el sendero que comienza a la izquierda del refugio. En la oscuridad vemos bailar las luces de algún frontal de alguien que nos precede. Es imposible hacer fotos sin claridad, no logro centrar ningún punto en el objetivo.
Con cortas rampas el sendero nos va elevando con rapidez. Tenemos que superar un desnivel de unos 500 m. e intentaremos llegar antes del amanecer, que será a las siete y pocos minutos. Al no poder hacer fotos, me adelanto unos metros y me voy girando, para que con mi frontal Susi tenga más visibilidad, está progresando muy bien. Por fin, en el cruce con el Mirador de la Fortaleza, logro hacer una foto a la tablilla del sendero y al panel de la Rambleta.
Hemos cogido un ritmo suave pero constante, con algunas paradas para ingerir líquidos. Alguna gente joven y más fuerte nos adelantan. A partir del sendero Telesforo Bravo el desnivel es más encrespado y la subida se ralentiza. Parece que el diafragma capta alguna luz y logro hacer las primeras fotos.

Seguimos esforzándonos. Quizás al caminar en la obscuridad y no ver cuánto  nos queda, subamos más relajados, sin la obsesión de alcanzar la cima. En una arista comenzamos a ver emerger las primeras luces amarillo-rojizas del amanecer.

Susi me dice que me adelante, para poder captar las fotos de la salida del sol. Al llegar hay muy poca gente todavía y voy haciendo algunas fotos con claridad, la línea del horizonte está cada vez más encendida.


Sigo sin perder de vista el pasillo de la cresta donde están las fumarolas, controlando la llegada de Susi. La gente va  alcanzado la sima y situándose, pero sigo viendo menos gente que hace cinco años. Poco a poco la claridad va aumentando, y un pequeño y encendido segmento del sol va apareciendo por detrás del horizonte. Todos estamos pendientes, viendo como emerge milímetro a milímetro. En ese momento llega Susi.


Pico Teide (3.718 m.) máxima altura de Canarias, de España y de cualquier tierra emergida del Océano Atlántico. Con la claridad es alucinante comprobar que estamos rodeados por un inmenso mar de nubes algodonosas. Susi está sonriente y pensativa, ¡¡lo ha vuelto a conseguir!!


Poco a poco la claridad va aumentando, y un pequeño y encendido segmento del sol va apareciendo por detrás del horizonte. Todos estamos pendientes, viendo como emerge milímetro a milímetro. Todos adorando al dios SOL, todos adorando al dios de la vida.











Y cuando el ardiente círculo sobrepasa la línea del mar de nubes culminando el gran espectáculo, todo son sonrisas. Un grupo de franceses brindan con champan, otros bebidas calientes de las termos. Solamente hay dos cámaras, una con trípode y la mía, los móviles están ganando la batalla.











Ahora que el sol está subiendo, asistimos a otro fenómeno maravilloso. Al darle el sol por el Este, en el Oeste, una alargada y puntiaguda sombra va creciendo sobre el mar de nubes. Es la sombra del Teide que forma una impresionante pirámide perfecta, al igual que ayer al atardecer en el refugio Altavista.

Somos de los últimos en comenzar a descender, queremos aprovechar cada minuto de este día inolvidable. Pasamos por una zona protegida por una baranda con cadena y que al subir no vimos en la obscuridad. Un tufo a azufre invade la zona y vemos cortinas de humo cálido, son las fumarolas del Teide que nos recuerdan que este volcán está vivo todavía.


Percibimos que el sendero Teodoro Bravo está muy cuidado, arreglado para mejor uso de los que suben con el teleférico, pero el desnivel sigue siendo el mismo. En la ladera se ven zonas amarillo-verdosas que indica la presencia de fumarolas. En un lateral seguimos viendo la sombra del Teide.


Las fumarolas son la manifestación más visible de la actividad del Teide. Se producen cuando el calor interno del volcán evapora agua de lluvia que se ha infiltrado en el terreno. Los gases provenientes del interior llevan azufre, que cristaliza en la superficie en depósitos de llamativo color amarillo.

El sol ya está en lo alto y poco a poco seguimos bajando por el sendero que en muchos tramos está provisto de peldaños. Mirando hacia arriba vemos el desnivel que hemos deshecho, y hacia abajo cada vez tenemos más cerca las instalaciones del teleférico.











Llegamos al cartel de la zona de control y a las instalaciones de la Rambleta (3.550 m.), mientras nosotros descansamos, sube una cabina del funicular con tres guardas y más tarde nos dan acceso a la cabina para descender. Quedamos unos diez. El cabreo por no poder descender por Pico Viejo se ha pasado.

El tiempo de bajada es muy corto. En la base hay una cafetería, nos detenemos para desayunar tranquilamente. Hemos decidido regresar al hotel a descansar y preparar las maletas, mañana muy temprano nos vamos.

RECORRIDO:LINEAL. 
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:3,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:03:10 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:3.718 M. (Pico Teide)
ALTURA MÍNIMA:3.260 M. (Refugio Altavista)
DESNIVEL POSITIVO:525 M.
DESNIVEL NEGATIVO:245 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


RODEANDO EL CABAL Y EL SANXET

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El Penyó Cabal y El Sanxet, su nombre proviene del árabe yabal que significa montaña o sierra,  está situado en las últimas estribaciones por el sureste de la Sierra de Aitana.Su abrupto relieve se levanta sobre los barrancos del Salt, que lo separa de la cresta del Carrascal y el barranco de Gulabdar que hace lo propio con la Serra de Polop y el Ponoig.  Seguramente este nombre hacía referencia a la ubicación de la montaña, situada entre el Ponoig y la sierra del Carrasca. 
CÓMO LLEGAR:Autopista A-7 hacia Valencia, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la CV-70 dirección Callosa, después de pasar la gran curva cerrada que evita el Barranc del Salt, y antes de llegar a la siguiente del Barranc de Canet, hay una entrada a la izquierda, un carretil asfaltado con los letreros de Camí de l’Almasare y Camí de Guap-dar que n os llevará hasta la cadena.
COMPONENTES:VICENTE, PEPE Y SANTI.
ITINERARIO:LA CADENA / CASA DE DIOS / BARRANC DE GULAPDAR / COVETA DE LA MOSCARDA / SENDA DCHA. / DCHA. AL CABAL / MAS DE LA CARRASCA / SUBIDA AL POU / POU DE NEU DEL SANXET / SANXET DE DALT / COLL DEL SANXET / EL SALT / RACÓ DE TOVAINES / DCHA. BAJAR / MAS DE CARDONA / LA CADENA.
LA RUTA:La lluvia nos ha jugado una mala pasada, pero es lo que tocaba. Nuestra intención era hacer las crestas del Penyó Cabal y del Sanxet, y justo en el momento de iniciar la cresta del Cabal ha comenzado ha llover.

Iniciamos desde un punto distinto, algo complicado de llegar si no se conoce la zona, pero hoy en día nos podemos descargar en el móvil la ubicación desde GoogleMaps. Llamemos al lugar La Cadena, que es su única referencia.

Nos encontramos por debajo de las paredes del Salt y del Racó de les Tovaines, por donde caminaremos al regreso. Continuamos el carretil asfaltado por el hemos llegado, en dirección a la Casa de Dios y admirando los hermosos farallones.

El día está bastante nublado, con nubes en movimiento que amenazan alguna gota. Entre la arboleda y el denso pinar, a penas perceptible, pasamos el inicio del barranc del Salt y dejamos asfalto que sigue hacia el Mas del Pí.

Seguimos de frente por camino de tierra que con la altura alcanzada nos permite ver hacia atrás, la parte alta de la barrera rocosa del Racó de les Tovaines, y por la izquierda, la bonita mole del Penyó y su casa más cercana.

También comenzamos a tener nubladas vistas de Polop y el mar por la formidable brecha que abre el barranc de Gulabdar entre las paredes del Penyó y el Ponoig. Mientras, vamos llegando a la Casa de Dios.

Dominando su amplia atalaya, la Casa de Dios (654 m.) es un emplazamiento privilegiado bajo los riscos del Sanxet y frente a la abertura del barranc de Gulabdar, con vistas infinitas a la montaña, el mar y al cielo. 

Proseguimos por detrás de casa elevándonos por el barranco, sobrepasando una zona de labor y luego abandonados bancales yermos cerca de los farallones, todo ello sin dejar de volver la vista atrás, hacia el mar.  

Un Ponoig inmenso,  toma posesión por la otra ladera del barranco que comienza a estrecharse . Nos acercamos a las paredes para remontar el último tramo más empinado. Las vistas lejanas hacia el mar siguen siendo espectaculares.

El barranco se encajona en este trecho que salvamos con rampas y zigzags para llegar a la Coveta de la Moscarda (920 m. ), encaramada en una especie de montículo de forma piramidal, es  referencia y cruce de sendas. 

Por la izquierda el sendero continua hacia el collado del Llamp, pero nosotros en pocos metros nos desviamos a la derecha ver mojones, es una senda no balizada por la ladera del Cabal. Las nubes nos tapan las miradas al Ponoig y el Puig Campana.

Este precioso sendero nos introduce por la ladera entre un pinar de poco porte, y en suave diagonal ascendente nos va elevando. La comodidad del sendero nos permite tener miradas al collado del Llamp y al nublado Puig Campana.

Salimos del bosque de pinos para comenzar a rodear el puntal de la sierra al tiempo que aparece en el horizonte el precioso circo de els Castellets con su curvada cresta que sobresale de la pineda, da igual que esté nublado, es sublime.

A unos pasos tenemos el mojón que marca el desvío para comenzar a subir por la cresta del Cabal. En ese momento empieza a llover. Nos enfundamos los chubasqueros pero la lluvia arrecia. Decidimos bajar a la Casa de la Carrasca.

Las nubes que se desprenden del Puig Campana, se enganchan en el Cabal y el Sanxet. Lo meditamos bien y decidimos no realizar la ruta por las crestas de estos dos picos. Entendemos que con la lluvia se agravan los pasos aéreos.

Como conocemos la zona la solución es sencilla, desde la Casa de la Carrasca tomamos el sendero que más tarde enlaza con la senda que viene del Mas de Papatxí y con la bajada de las crestas que tenemos en nuestro Track.

Con lo cual haremos una circular rodeando las crestas que pensábamos subir. Ahora llueve poco pero las nubes siguen enganchadas en las crestas y estamos convencidos de que hemos tomado la decisión adecuada.

Caminar bajo una lluvia tenue y campos mojados es una delicia, las fragancias de la tierra lo impregnan todo. Nos elevamos para salvar el primer obstáculo por medio de unas rampas que nos dan panorámicas al valle del Sella.

Damos las últimas miradas a la Casa de la Carrasca y a las crestas y, en el otro lado, las vistas se centran en las paredes de escalada del Divino, parte del circo de els Castellets y, en el centro, el amplio valle de Sella.

En esta vertiente caminamos por debajo de las paredes del Cabal que forman un ancho pasillo con la sierra de la Carrascal y sus crestas, y por detrás de ella, se va dejando ver la enorme loma de Aitana con sus antenas.

La senda se abre paso en la umbría, entre abundante vegetación de matorral bajo hasta que vamos entrando en un denso bosque de pinos. Poco después enlazamos con la senda principal con miradas al Mas de Papatxí.

Enseguida tenemos marcado un Waypoint, del Track anterior al regreso de las crestas. Como en su bajada pasaba por el Pou de Neu del Sanxet, decidimos desviarnos para conocerlo. Está situado a media ladera bajo las paredes del Sanxet.

No hay un sendero marcado, tan solo rastros, pero con el GPS podemos seguirlos. No tardamos en encontrarlo, pero su estado es lamentable además de estar invadido por la maleza. Intentamos avanzar hacia las paredes, pero no merece la pena.

Retornamos por el mismo sitio hasta el sendero principal prosiguiendo la marcha por la derecha. Pronto alcanzamos las ruinas del Mas del Sanxet de Dalt y en la otra ladera del barranc del Salt, también en ruinas, vemos el Mas del Sanxet de Baix.

Ha dejado de llover pero las nubes siguen enganchadas. En el Coll del Sanxet, decidimos parar a tomar un bocado. No importa que las nubes y la bruma acorten las miradas, las panorámicas son una maravilla.

El retorcido descenso pegado a las paredes nos va abriendo nuevas vistas laterales de la colosal barrera montañosa. La base del Salt, sigue con abundante de vegetación, pero no cae ni una sola gota por la cascada y el musgo ha perdido toda la humedad. 

Seguimos al abrigo de las verticales y descarnadas paredes rocosas de la Cresta del Carrascal en su otra vertiente, ahora en leve ascenso, acercándonos a los enormes y puntiagudos peñascos que configuran su dentada cresta.

Arribamos a la parte más alta, haciendo un giro a la izquierda y descender a uno de los parajes más hermosos de esta zona, el Racó de les Tovaines, “les pedres que parlen”. Minúsculo circo que forman las paredes, creando un microclima de exuberante vegetación que la senda atraviesa.

Dicen que el músico Oscar Esplá, el pintor Emilio Varela, el matemático Germán Bernácer y el arquitecto Juan Vidal, que residían en la Font del Molí, decidieron transportar un piano a este hermoso lugar, del que conocían sus especiales características acústicas, para deleitarse escuchando un concierto inolvidable.

Sobrepasado el circo, las paredes se convierten espolones inexpugnables y puntiagudos farallones agrestes que vamos dejando atrás. Posteriormente tenemos marcado un giro a la derecha de 90º, que nos desciende por un pedregoso sendero.

Nuestras miradas todavía buscan la ubicación del Racó de les Tovaines y sus lienzos amurallados en la parte alta. No hay duda de que se trata de uno de los paisajes más emblemáticos de la montaña alicantina.

Conectamos con un camino que sigue descendiéndonos por la derecha, muy cerca del Mas de Cardona situado al pie de las paredes, decidimos no entrar a visitarlo, y seguimos hasta enlazar con el carretil asfaltado de esta mañana.

Tan solo tenemos que seguirlo un breve tramo para llegar al aparcamiento de la cadena, donde concluimos esta improvisada ruta que la lluvia nos ha hecho variar, pero que se ha convertido en un agradable recorrido.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:9,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:04:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:939 M. (Pou de Neu del Sanxet)
ALTURA MÍNIMA:618 M. (Inicio)
DESNIVEL POSITIVO:600 M.
DESNIVEL NEGATIVO:600 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

LA FORADÁ, LA VALL DE GALLINERA

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El término de la Vall de Gallinera se localiza en el interior de la comarca de la Marina Alta, en el extremo septentrional de la provincia de Alicante, en el límite con la provincia de Valencia. Posee 53,67 km2 y es un municipio formado por ocho núcleos urbanos, que de Oeste a Este son: Benissili, Llombai, Alpatró, La Carroja, Benitaia, Benissivà, Benialí y Benirrama. La Rambla Gallinera ha excavado una estrecha depresión margosa cerrada al Norte por la Serra de la Safor, las de Almirante y Albureca, y al Sur por la Serra Foradada. El terreno es muy abrupto y la escarpada orografía puede apreciarse desde miradores como los del Xap o de La Carroja. La etimología del término Gallinera proviene del mote pre-romano formado por KAL (roca, peña) e INAR (obertura, agujero), por lo que el topónimo indica el referente paisajístico más destacado del valle, la denominada Penya Foradà, que es una roca horadada que forma un arco de piedra, situada en una de las cimas de la Serra Foradada, a 737 m de altitud. La Vall de Gallinera forma un valle estrecho y alargado, dividido por la rambla Gallinera, que discurre de O a E. Las montañas que delimitan el término se sitúan en el Prebético Externo, dentro de las Sierras Béticas, cuyas estructuras tectónicas tienen una dirección OSO-ENE. La mayor altitud se produce en la cima de la Serra de la Safor (1.013 m) y en el Tossal de la Creu (912 m), en la Serra Foradada. Predominan las calizas micríticas arcillosas, estratificadas con bancos margosos y calizas nodulares. La Serra de la Foradada posee un relieve muy abrupto, a consecuencia de un frente de cabalgamiento de las calizas sobre las margas. A media ladera aparecen margas blancas y azules de la facies Tap, y es en este sector donde se produce la mayor parte de la actividad humana del valle, con los núcleos de población y las innumerables fuentes que dan lugar a sistemas de regadío tradicionales. La pendiente media es muy acusada por lo que existe una erosión hídrica alta y los suelos deben protegerse mediante la construcción de bancales. En la solana, al Norte de la rambla Gallinera, los materiales son calizos y presentan pendientes elevadas con procesos erosivos destacados, con vaguadas muy encajadas en forma de uve.
CÓMO LLEGAR:Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de pasar los túneles del Barranc de la Batalla, salida nº 436 MURO / BENIMARFULL / ALQUERIA D’ASNAR, en la rotonda por la CV-700 dirección Benimarfull. Seguir hasta tomar por la izquierda dirección Vall de Gallinera y sin dejar la CV-700 llegar a Benissivá, se puede aparcar en la carretera.
COMPONENTES:VICENTE, JUANJO, TONI, PEPE COVES, PELEGRIN, CERVERA, PACO VERDÚ, VICENTE CERVERA Y TELE.
ITINERARIO:BENISSIVÁ / BENITAIA / CONVENT FRANCISCÁ / EL VIDRE / CRUCE / CAMINS MORISCOS /  EL PASSET / COVA OBRADA EL MORO /  CASUP DE LA FORADÁ / LA FORADÁ / IZQUIERDA / DERECHA / FONT D’EN MORAGUES / CRUCE / BENISSIVÁ.

LA RUTA:Hoy ruta con los amigos veteranos para que conozcan los espléndidos parajes de nuestra provincia y la Vall de Gallinera es uno de ellos, con la Foradá y las cerezas de montaña como emblema del valle. 


Iniciamos desde el carrer Carretera en Benissivá, subiendo por el pasillo lateral entre campos de  naranjos y casas de campo para evitar cruzar ahora por Benitaia, que lo haremos al regreso. Tenemos la primera imagen de la Foradá.


En un cruce, una estaca informativa nos indica seguir por la izquierda, subiendo las rampas del camino de cemento que da servicio a los vallados bancales de fincas particulares. En un principio los cultivos son de cítricos.


Unos enormes cipreses vallados dentro de un elevado muro de piedra nos indica donde se hallaba ubicado el antiguo Convento Franciscano cuyos restos están dentro de una propiedad privada. Dicho emplazamiento no fue elegido al azar, ya que dos veces al año, el alineamiento solar hace pasar los rayos del sol por la Foradá alumbrado el Convento el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís.


Vamos tomando altura y dejando el pueblo atrás. Aparecen los primeros bancales de cerezos, en estas fechas, con enormes y apetecibles frutos rojos. Aunque ya tienen la primera cosecha realizada, quedan árboles repletos para una cata.


El valle se va abriendo y la Foradá no deja de mirarnos. Llegamos a un cruce balizado a partir del cual la ruta será circular y al regreso repetiremos de bajada. Nosotros nos vamos por la izquierda pese a ser la ruta menos habitual.


Algunos pueblos del valle van apareciendo cerca del cauce del río Gallinera. Poco después dejamos el asfalto por un sendero que nos sigue subiendo. Luego derivamos por la izquierda, a otro sendero sin balizar y marcado con mojones. En otro cruce continuamos recto.


Este sendero menos usual, fue realizado por los moriscos para llegar a sus tierras, las más alejadas y de peor calidad. Nos eleva junto a las paredes alejándonos de la Foradá y salir a la parte alta por el Passet. Desde arriba vemos gran parte del valle.


Metidos en la umbría, las vistas a la Foradá son cada vez más laterales. La senda se estrecha entre la vegetación al llegar a las rocas. Tres pivotes de tubo metálico hacen de filtro al sendero, quizás contra motoristas.


Pegados a las paredes vemos los pueblos de Benissivá y Benialí, y más alejado al fondo del valle,  Benirrama. Últimas miradas laterales a la barrera montañosa con la Foradá y por detrás asomándose, el Penyal Gros (852 m.) máxima altura de esta sierra.


El sendero termina en la parte de arriba con otros pivotes metálicos. Las primeras vistas son para los derruidos corrales del Passet, donde un incendio arrasó el exiguo matorral que ahora brota de nuevo, pero los esporádicos pinos se perdieron para siempre.


Seguimos el cordal de la sierra hacia la Foradá, es un tránsito incomodo después del incendio, al no haber raíces se desmorona siendo más inestable. Las vistas al valle son fastuosas, y los campos de la Vall de Alcalá siguen cultivándose.












Llegamos a la Cova Obrada del Moro (663 m.) Tiene la entrada por un pequeño corral sin techo, es una oquedad natural abierta al valle que fue tapiada para el refugio de ganado. Por una de sus troneras vemos la Foradá.


Alcanzamos el punto donde llega el sendero haciendo la ruta clásica, y que luego utilizaremos en parte para la bajada. Desde aquí tenemos una mirada al valle y a la pared de la Cova Tapiada en lo alto del farallón rocoso.


Continuamos el acercamiento a la Foradá, cada vez más nítida y su agujero más grande. La mole del Penyó Gros emerge solitaria a sus espaldas; después de una pequeña caseta de aperos y un espolón rocoso, empieza la subida.


Atacamos la loma por detrás haciendo una subida escalonada y varias lazadas que ayudan a superar  el fuerte desnivel. Primero de frente, luego a la izquierda , atentos que ese sendero sigue al Penyó Gross, y giramos a la derecha.


Penya Foradá (723 m.) Lugar emblemático para todos los pueblos del valle por el acontecimiento del alineamiento solar que sucede dos veces al año, el día 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, y el 9 de marzo. En esos días los rayos del sol que pasan por el agujero de la montaña iluminan los restos del antiguo convento franciscano del valle, y que fue construido allí por tal motivo.


Tras las fotos y el disfrute del lugar, emprendemos el regreso por el mismo camino, nos cruzamos con gente que sube y baja por distintos sitios, pero todos vamos girando la cabeza atrás volviendo a mirar, una y otra vez, este fenómeno de la naturaleza.


Desde esta posición vemos el valle que llega hasta el mar, y el trazado del sendero de bajada, como después de un inclinado descenso,  serpentea por la ladera. Alcanzado el punto de enlace, giramos a la izquierda.












El primer tramo de bajada es fuerte y pedregoso, pero con algunos escalones llega hasta la misma base de la Penya Foradá, donde tenemos un cruce balizado con otra estaca, a Benissivá se continúa bajando  por la derecha.


En la segunda parte del sendero, el desnivel se amortigua y nos permite saborear hermosas perspectivas de la Foradá desde su base, y por delante la amplitud del valle con el Alt de Miserat. Conectamos con el camino de cemento.











Pronto lo dejamos por un camino que se convierte en senda a la izquierda, para ver la Cova i Font d’en Moragues. Se trata de un abrigo en la pared de la sierra con abundante vegetación, que en un lado mana un hilo de agua fresca.


Retornamos por el mismo sendero el corto tramo hasta el camino de cemento, prosiguiendo la bajada hasta el cruce donde se cierra el círculo, y repitiendo camino está vez, por Benitaia hasta el aparcamiento en Benissivá.

Nos aseamos un poco y nos vamos al Restaurante El Jabalí en Benialí, a saborear un buen arroz al horno y carne guisada de jabalí, poniendo la guinda a esta bonita ruta clásica por la Val de Gallinera y la Foradá.

RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:8,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:04:15 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:723 M. (La Foradá)
ALTURA MÍNIMA:302 M. (Benissivá)
DESNIVEL POSITIVO:480M.
DESNIVEL NEGATIVO:480 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

LA COVA SANTA Y LA CATEDRAL DEL SENDERISMO, VALL DE LAGUAR.

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Después de la conquista de Jaume I en el siglo XII, la población musulmana del Reino de Valencia continuó siendo mayoritaria durante mucho tiempo. Normalmente se acepta como fecha de la incorporación de la ciudad de Dénia, en el mundo de los cristianos, la dada por las fuentes musulmanas el 11 de mayo de 1244, desgraciadamente la incorporación de la Marina nos es desconocida. Casi 400 años después de la conquista de Jaume I, en la Marina salvo las villas de cristianos viejos de Dénia, Xábia, Teulada, Benissa y Calpe o en la población mixta de Ondara y Forna, el resto de lugares de nuestra comarca estaban íntegramente habitados por moriscos. En 1348 el rey Pedro IV, el Ceremonioso, ordena a los sarracenos llevar turbante para poder distinguirlos de los cristianos, lo cual nos hace pensar que se parecían muchísimo. El decreto de expulsión de los moriscos tuvo unas repercusiones muy negativas para nuestras tierras, pero para tratar de buscar las causas cabe hacer un pequeño análisis del contexto histórico: La convivencia entre las comunidades cristiana y musulmana fueron degradándose poco a poco y el enfrentamiento fue incubándose hasta que estallaron las Germanias, que fueron unas luchas entre los campesinos y la nobleza con sus vasallos mudéjares. Por una parte los mudéjares cultivaban las tierras y pagaban altos impuestos, eran la auténtica riqueza de los señores, que los tenían como esclavos. En el otro lado estaban los hermanados (agermanats): campesinos, artesanos y gente de oficio que no podían competir con los sueldos de la comunidad islámica que además estaban muy manipulados por la jerarquía católica. Eso unido al aumento del precio de los productos básicos, la epidemia de la peste del año 1519, los ataques de la piratería, hicieron estallar la situación. Los agermants fueron derrotados, pero a los musulmanes se les aplicó progresivamente más restricciones por parte de las autoridades. Fueron obligados a bautizarse y pasaron a llamarse moriscos o cristianos nuevos, aunque obviamente, continuaron practicando su religión a escondidas, se les prohibió cambiar de casa, hablar su lengua, su manera de vestir y sus tradiciones. Tampoco podían circular cerca de la costa porque se les acusaba de ayudar a los piratas berberiscos. No se les permitía la posesión de armas. Trascendental en el proceso de expulsión fue el desarme de la población morisca en 1563. Por parte cristiana nunca existió la verdadera voluntad de integrar a la población vencida, sumisa y perseguida. La conquista de Jaume I había supuesto dar las mejores tierras y regadíos a los nuevos repobladores, arrinconando a los moriscos en las montañas, donde pasaron a ser esclavos de sus señores. La Marina pasó a ser un gran reducto morisco. Sin embargo la obsesión por la unificación de la fe encabezada por el Santo Oficio los reprimió fuertemente. La intransigencia religiosa perseguía cualquier brote de herejía y la Inquisición prohibió la importación de libros o estudiar en el extranjero. También se registraron las bibliotecas para destruir cualquier disidencia. Desde los púlpitos se sugería otra vez la posibilidad de un alzamiento morisco para atemorizar a los cristianos viejos, sembrando el miedo y el silencio que acabó transformándose en odio irracional y temor recíproco. Predicar una cruzada contra el islam en un Reino con una numerosa comunidad islámica alimentó la violencia, que iniciada por unos pocos era muy fácil de arraigar. Entre los años 1580 y 1595 el Santo Oficio juzgó a 1.266 moriscos, el 78% del total de procesados. Llegaron a proponer al rey soluciones abominables, como la castración de todos los varones moriscos o el embarque masivo en bajeles sin timón. Muy pronto comenzó a hablarse de una posible expulsión de los moriscos. La nobleza se oponía, se quedarían sin mano de obra barata y sumisa. Mientras que las clases medias y algunos intelectuales rechazaron la medida, pudo ser por recortar la influencia de la nobleza, atacando directamente sus intereses económicos. La situación fue empeorando progresivamente durante todo el siglo XVI, hasta que se decretó la expulsión de los moriscos en el año 1609. Por lo tanto se les dieron tres días para embarcarse hacia el norte de África, y abandonar unas tierras donde habían vivido y trabajado durante casi 9 siglos. Aquello que no pudieran llevarse pasaba a ser propiedad de sus señores, también se prohibía explícitamente vejar, esconder y encubrir moriscos. Al principio se establecieron algunas excepciones, como por ejemplo permitir que se quedaran los menores de 4 años con permiso de los padres y a los menores de 6 años si el padre era cristiano viejo aunque la madre fuera morisca. Pero muy pronto se revocaron y modificaron, y la mayoría de historiadores coinciden en afirmar que se quedaron muy pocos. El Marqués de Carracena estimaba que no se embarcaron 1.832 infantes en todo en Reino de Valencia, mientras que fueron expulsados 111.396 moriscos, de una población estimada entre moriscos y cristianos de 450.000 habitantes, aproximadamente. Para tranquilizarlos se permitió que 10 de los moriscos que se embarcaron en el primer viaje volvieran para dar noticias al resto. La primera expedición volvió el 19 de octubre, y, las malas noticias que llegaron hicieron estallar la situación, y 17.000 moriscos se amotinaron en la montaña del Cavall Verd donde resistieron más de dos meses, hasta que finalmente fueron reducidos. Por los puertos de Xábia y Dénia fueron expulsados un total de unos 43.000 moriscos. Esta decisión provocó uno de los mayores dramas humanos de nuestra historia, además de una gran crisis económica provocada entre otras razones por el abandono de los campos por falta de mano de obra. Nuestras tierras tardarían muchos años en recuperarse de la gran crisis económica, social y cultural que provocó la expulsión, con repercusiones posteriores, malas cosechas, epidemias, la perpetuación de un régimen señorial opresor, que favorecieron fenómenos como el bandolerismo. (Traducido de Fent Camí).
CÓMO LLEGAR:Autopista A-7 hacia Valencia, salida en la nº 62 ONDARA/DENIA/JAVEA, seguir por la N-332 a Ondara, por la derecha tomar salida por la CV-731 a BENIARBEIG / BENIDOLEIG / ORBA / FONTILLES, al salir de Orba, continuar por la CV-715 durante 1 km y torcer a la izquierda por la CV-721 hasta llegar a Fleix, hay un parking a la salida del pueblo, junto al inicio de la ruta.
COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO:FLEIX / FONT GROSSA Y LAVADERO / BAJAR / FORAT / RIU GIRONA / A LA COVA / BARRANC DE L’INFERN / COVA SANTA / POU DE LA JUVEA / LES JUVEES D’ENMIG / GIRO IZQDA. / ENCINAS / FONT DE REINÓS / CAUCE DEL BARRANC / POU Y CASA / LES JUVEES DE DALT / BAJADA / CASA DEL BARRANCO / BARRANC DE RACONS / CARRETERA / FONT DELS OLBIS / BENIMAURELL / FONT DE BENIMAURELL / LAVADERO / FLEIX.

LA RUTA:Los años pasan y hace ya unos cuantos que no realizamos la clásica ruta del PR-CV 147 la Catedral del Senderismo. En las últimas visitas hemos utilizado otras vías, que las hay, y muchas. Añadiremos la variante a la Cova Santa.


Iniciamos desde el pequeño rellano que han habilitado como parking, con miradas a los lomos del Cavall Verd. Cruzamos para coger la carreterita asfaltada que une por el interior los pueblos de Fleix y Benimaurell.


Enseguida tenemos vistas al pueblo de Benimaurell, al hotel Laguar, y a algunos cerezos que no han sido recolectados y están repletos de frutos rojos. Pasamos por debajo de una ancestral higuera de exuberante tronco y ramaje.


Nos llevamos una decepción al llegar al Llavador y a la Font Grossa, siempre la he visto manar por sus cuatro caños, e incluso rebosar por las paredes y ahora está seca, apenas un poco de humedad en las piletas.


Esto nos da una idea de la sequía que arrastramos, los acuíferos están vacíos y las últimas lluvias no los reponen. Giramos a la derecha para bajar al lecho del río Girona en dirección a les Juvees d’Enmig, pasamos por un pequeño túnel de vegetación. 


Los escalones y los zigzags iniciales nos conducen entre los bucólicos bancales de almendros y cerezos, deleitándonos con la panorámica visión del lecho del río Girona y el sinuoso trazado con escalinatas y sendas que nos hacen placentero el caminar.


Al llegar al pequeño arroyo que da caudal a la cascada, también está seco, traspasamos el agujero escavado en la roca, donde han colocado una pasarela de madera para superar los destrozos que ocasiona el agua en las lluvias torrenciales.











Al otro lado, las vistas son maravillosa. El desnivel a descender es fuerte pero con los lazos escalonados que efectúa la senda es muy fácil.  Desde esta posición comenzamos a tener una visión parcial de la catarata, que como suponíamos está seca.











Es frustrante ver la pared de caída y la poza secas pese a las recientes lluvias. La cascada era el toque bucólico, el resto del paraje sigue siendo impresionante. Los escalones terminan en la base de la cubeta vacía donde cruzamos a la otra vertiente.


Continuamos elevándonos por la otra ladera pegados a las paredes, para luego descender poco a poco hasta el lecho del río Girona. Mientras, disfrutamos de las vistas a las ennegrecidas paredes calizas como proas de buques.


Una vez llegados al lecho del río Girona giramos a la izquierda por su cauce de piedras de aluvión. Pocas veces hemos visto agua en el río, siempre se filtra bajo las piedras y desaparece hasta cerca de la presa d’Isbert.












Aquí da comienzo la variante a la Cova Santa. Es un trayecto de unos dos kilómetros de ida y otros tantos de vuelta por el cauce del río. Al principio es algo incómodo por el pedregal ya que no existe sendero.


El cauce es muy sinuoso con muchas revueltas y altos paredones, que paulatinamente se va angostando hasta encajonarse. La segunda parte es más entretenida, aparecen grandes rocas en el cauce y la piedra caliza moldeadas por la erosión.


Pronto tenemos un gran mojón en el lecho del río que marca el inicio de un sendero lateral por la izquierda que remonta la ladera y conecta en el barranc de Racons, con el sendero principal para llegar a Benimaurell.


Lógicamente lo desechamos y continuamos por el cauce, que sigue estrechándose entre un hermoso colorido de adelfas en flor que dan el toque primaveral a este agreste paraje de paredes inhóspitas pobladas de matorral.












El barranc de l’Infern se retuerce en un pronunciado recodo y termina de estrangularse, sus paredes parecen tocarse, y el lecho ya es de piedra caliza tremendamente erosionada por el paso de caudales torrenciales.











Todavía hace un recodo más donde las paredes casi llegan a unirse formando una capsula de piedra y un angosto pasadizo para entrar a una especie de burbuja extraordinaria, el silencio es atronador, entramos en la Cova Santa.


Es un lugar místico. La burbuja vuelve a estrecharse y hay una pequeña poza con agua. Recuerdo que habían más agarres para evitar la poza, ahora solo quedan dos pivotes de hierro clavados en la roca, pero son suficiente.












Dejamos las mochilas y los palos para subir. El interior es como en una catedral, diminutas burbujas que parecen capillas, cada una más reducida y escasa de espacio. Sin embargo, suben hasta arriba buscando la luz.












Hay otras pequeñas pozas y charcos fáciles de evitar, hasta que traspasando un arco de piedra llegamos a la última, donde el barranco se cierra totalmente. Se puede salvar, puesto que hay una cuerda con nudos para izarse.











También está equipada con unas diez grapas o peldaños y una cadena para izarse, pero eso está preparado para los barranquistas que vienen de cruzar el barranc de l’Infern. Nosotros somos senderistas y nuestra curiosidad llega hasta aquí.


Emprendemos el regreso. Deshacemos el paso de los pivotes y recuperamos las mochilas y los palos. Pasamos por una poza que se salva con un tablón en sus aguas y poco a poco salimos de nuevo a campo abierto.

El regreso es mucho más ágil y rápido al ir aprovechando los cortos trazos y recortes de sendero que tomamos por los laterales, evitando en gran parte el pedregoso cauce del río hasta llegar al principio del desvío. 











Comienza la elegante subida a les Juvees del Poble d’Enmig. Sus largas y bien peritadas rampas, sirvieron antaño para que  moriscos y mulas acarrearan con los aperos de labranza y subieran hasta la parte alta, llana y abancalada.













El desnivel es erizado, pero entre largas lazadas  con bajos escalones, paulatinamente vamos ganando altura. Enfrente vemos el trazado que hemos recorrido y el blanco cauce del río en dirección a la Cova Santa.


En el segundo tramo de rampas por la otra ladera del barranco también hay que currárselo  hasta llegar al Pou de la Juvea. Seguimos en ascenso por la pista que luego pierde el asfalto, hasta arribar a les Juvees D’Enmig. 


Dejamos atrás varias casas de campo antes de girar a la izquierda cerca de la gran casona y pasar por el boquete de encinas. Hay carteles con descripciones de los tramos del barranc de l’Infern, por aquí suelen aparcar los barranquistas.


El sendero prosigue en suave descenso cerca de un aljibe y antiguos bancales hasta llegar a la cornisa del barranc  de l’Infern, con unas miradas impresionantes a las altas laderas. Comienzan las largas lazadas.


Las primeras nos descienden por debajo de rocas calizas rojizas ennegrecidas por las lluvias, haciendo un pequeño desvío por un reciente desprendimiento, es zona muy inestable y hay vestigios de otros anteriores.











Cortas rampas hacen el descenso más vertical hasta llegar a la Font de Reinós, de la que al menos sigue manando un reguero de agua en sus exiguas piletas. Entre plantas de humedal la bajada se acelera hasta el lecho del barranco.


Caminamos un breve tramo por la derecha del cauce hasta la comenzar a subir por la otra ladera. Rocosos peldaños nos hacen tomar altura con rapidez y tenemos vistas al cauce del barranco que va hacia el encajonamiento de la Cova Santa. 


A media ladera el sendero se estabiliza haciendo más suave el ascenso. Entramos en antiguas zonas abancaladas moriscas, con las ruinas de una casa y un viejo aljibe, y con tremendas miradas al barranc de l’Infern.



Otras lazadas y rampas nos sitúan en les Juvees de Dalt,  desde donde observamos los desfiladeros del barranco. Quedan los restos de algunas casas y otras que han intentado restaurar, también varios aljibes.


Tras un buen almuerzo iniciamos el descenso por la izquierda, un estirado sendero escalonado,  suavemente nos baja por el barranc del Tuerto, dejando en la otra ladera las ruinas de los corrales y la Casa del Barranc.


Este barranco tributa a otro de mayor entidad, el barranc dels Racons, por el que ahora el escalonado sendero nos comienza a elevar desde su lecho. Es una larga y bonita subida que nos eleva a la parte alta del cauce.


En este punto cambiamos de ladera para seguir subiendo entre restos de yermos bancales moriscos. En este lado el desnivel es mucho más fuerte, por lo que el sendero efectúa largas lazadas para superarlo con moderación.


Comenzamos a tener extensas miradas a todo el camino recorrido por el cauce del barranc dels Racons, que llegan hasta la sierra de la Carrasca en la Vall de Ebo. Las últimas rampas se acortan hasta alcanzar la otra vertiente.

Concluida la tercera subida de hoy, las panorámicas son preciosas, aunque hay algo de bruma en el mar, los lomos del Cavall Verd, el Montgó y el edificio del hotel Laguar sobre la cornisa del barranc de l’Infern. 


Salimos a la carretera donde está el panel del sendero PR-CV 147, muy cerca de la Font dels Olbis, que desistimos de bajar a comprobar si mana agua, y seguimos por el asfalto hacia el pueblo de Benimaurell.












Entramos en el pueblo admirando los bonitos roquedos del Cavall verd y bajamos a la Font de Benimaurell y su lavadero, donde nos refrescamos en sus dos caños, pese al cartel de “agua no tratada”.


Ahora solo nos queda caminar por la pista asfaltada los poco menos de dos kilómetros que hay hasta Fleix, paseando por las huertas particulares y luego admirando las trazas del sendero de esta mañana para llegar a les Juvees d’Enmig.

Pasado el lavadero y la seca Font Grossa llegamos a Fleix cerrando esta preciosa ruta. Si no lo habéis hecho, es muy aconsejable desplazarse por el cauce del río Girona hasta la Cova Santa. Espectacular.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:SI. (Font de Reinós, Font dels  Olbis, Font de Benimaurell) 
DISTANCIA:17,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:06:35 HORAS
ALTURA MÁXIMA:596 M. (En la subida del Barranc dels Racons)
ALTURA MÍNIMA:178 M. (Riu Girona)
DESNIVEL POSITIVO:982 M.
DESNIVEL NEGATIVO:982 M.
DIFICULTAD:ALTA.

SERRA DE MARIOLA: EL PIC TEIX, LA CAVA GRAN Y LA COVA DELS PILARS.

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Los primeros habitantes de lo que hoy es el municipio de Agres vivieron en esta cueva según demuestran las cerámicas neolíticas que se han encontrado en ella. La cavidad se encuentra al Este de Agres, en la vertiente izquierda del barranco de Cantalar, cerca del Santuario de la Mare de Deu. Este santuario, lugar de peregrinación de gran devoción, fue construido en 1578 aprovechando los parámetros del antiguo castillo, pero desde bastantes años antes en este sitio ya se veneraba a la Virgen que, según la tradición, se apareció aquí a un pastor y le restituyó un brazo perdido. 
En el gran abrigo rocoso con dos bocas seguramente realizaron muchas de sus actividades los moradores neolíticos. Presenta un bello aspecto por la combinación del barroquismo de la roca con la hiedra y las higueras que hoy adornan el yacimiento. Desde aquí las vistas son igualmente espectaculares. Podemos ver al otro lado del Valle de la Sierra de Agullent, en cuya cumbre se asienta el importante poblado ibérico de la Covalta. Debajo nuestro y hacia el Este se ve la lengua de tierra que se prolonga hacia el valle donde se ubica el importante poblado Bronce de la Mola. Desde la parte central del abrigo se pasa al interior de la cavidad que tiene dos salas. La primera es la más amplia y en ella destaca una columna estalagmítica que a modo de tótem atrapa la vista del visitante, Quien sabe si pudo tener algún significado especial en época prehistórica para lo que habitaron la cueva en tiempos en que la naturaleza, desde los árboles a las rocas, tenia un significado mágico que hoy no comprendemos. Dos ventanas rocosas dan una luz tamizada y misteriosa a esta sala. La otra sala, que es bastante más pequeña se abre en el lado más alejado de la entrada y hay que acceder agachándose y con linterna, ya que la claridad de las claraboyas naturales no llega hasta ella. En esta sala también hay una columna estalagmítica. En este yacimiento aparecieron útiles de sílex y cerámica incisa, impresa, peinada y cardial encuadrable en el Neolítico y en la Edad del Bronce. También es destacable su uso como lugar de culto por los íberos, de los que está demostrado el uso de cuevas como lugares sagrados donde hacían libaciones dedicadas a sus dioses del uso de la cavidad en esa época da fe de la aparición de cerámica ibérica a torno pintada, anillos y brazaletes de bronce de esta cultura y la significativa presencia de cerámica griega, que era usada en ocasiones especiales, apareciendo en algunos ritos ajuares de enterramiento íberos. El hecho de no haber aparecido ningún resto humano y de que esta cultura no usa las cuevas como lugar de enterramiento lleva a pensar el posible uso cultural de la cueva. Quien sabe si los íberos del vecino poblado de Covalta acudieron aquí con fervor tal como hoy peregrinamos al santuario de la Mare de Deu. (http://arqueologiaalicante.blogspot.com/2011/03/cueva-de-los-pilares-agres.html) Julio Asunción.
CÓMO LLEGAR:Por la A-31 dirección Madrid, después del túnel de Villena, salir por la derecha, por la CV-81en dirección Onteniente. En pasar Bocairente girar a la derecha por la CV-700 hasta Alfafara y luego a Agres. Aparcar arriba en el Satuari.
COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO:SANTUARI / BAJADA A LA FONT / FONT DE L’ASSUT / CAMÍ DE LA MOLA / SENDA DERECHA / DESVÍO A LA MOLA / POBLADO DE LA MOLA / DCHA / FONT DE L’ANFICOSSET / .DERECHA / ROCAS CAÍDAS / ROQUEDO / IZQ. PENYA FRARE / BAJAR IZQ. / DE FRENTE / PENYA EL FRARE / POSTE / SENDA DCHA. / COLLADO / IZQUIERDA / PICO TEIX / CAVA DE L’HABITACIÓ / REFUGIO CEA / CAVA GRAN / BAJADA A LA COVA / BANCALES / COVA DELS PILARS / SANTUARI.


LA RUTA: Hoy queríamos hacer una ruta distinta en Mariola bajo los parámetros del Poblat del Bronze de la Mola, la Cova dels Pilars y la cava Gran que ha sido restaurada. Al final hemos armado una buena ruta por una zona poco frecuentada.











Iniciamos desde los frescos chorros de la Font del Santuari, bajo los viejos muros construidos en 1578, pero en dirección hacia Agres, siguiendo las hornacinas del Vía Crucis y los centenarios cipreses hasta las primeras casas del pueblo.


Giramos a la derecha bajando la pista de cemento y torciendo de nuevo a la derecha, con miradas a los tejados de las casas y para arriba, en la loma al Santuario, dentro del recinto del castillo donde se venera a la Mare de Deu.


Al acercarnos al Llavador Municipal y a la bonita Font de l’Assut, ubicada en su interior con sus tres caños de agua cristalina; vamos teniendo las últimas miradas al Santuari que se queda colgado en su loma.


Seguimos por la pista asfaltada en dirección al Poblat del Bronze de la Mola en ligero ascenso. Este camino rodea a media ladera la parte externa de la sierra Mariola.  Al alejarnos tenemos miradas hacia atrás del alargado pueblo de Agres.


Es un tramo tranquilo con vistas a los bancales con plantaciones de almendros, olivos y cerezos. Llegamos a una bifurcación donde dejamos el asfalto por la derecha subiendo una corta cuesta y con señalización al Poblat.












Poco después sufrimos un despiste, no vemos el waypoint que marca el desvío hacia el Poblat del Bronze de la Mola y seguimos por un sendero a la derecha que teníamos que tomar al regreso del poblado, por lo que nos perdemos su visita.












Para cuando nos damos cuenta es demasiado tarde. El nuevo sendero alegra la marcha, construido sobre mampostería nos conduce siempre a media ladera y ceñido a los contornos de la sierra, entrando en la umbría.


Pasamos por bonitos recodos y apartados rincones, algunos con grandes rocas desprendidas de lo alto de la montaña. Las vistas son siempre a la estrecha Valleta de Agrés donde el cauce del  río se pierde y a las lomas de la Vall d’Albaida.


Subimos un poco para encontrar el escondido paraje donde se encuentra la Font de l’Anficosset, que sobre una exigua pileta mana un débil caño de agua fresca, que mantiene a rebosar una cuadrada balsa. La humedad conserva algunas plantas.












Muy cerca también están las ruinas de una pequeña caseta de aperos, para la custodia de antiguos bancales. Bajamos un corto escalón para esquivar una torrentera, y luego el sendero sigue ceñido a la ladera.


Entramos en un bosque de pinos más apretado, metidos de lleno dentro la fresca umbría. El paisaje se torna más agreste, aparecen altos farallones y grandes roquedos que tenemos que esquivar con miradas al Benicadell.


Tras una pequeña elevación conectamos con el ancho camino del PR-CV 277 que viene de la Font del Baladre. Al haber fallado la opción del Poblant, decidimos descender un tramo hasta a Penya del Frare para otear Muro de Alcoy.


El camino hace unas eses, y luego lo dejamos por la izquierda, por una tenue sendita que nos lleva a la solitaria Penya del Frare (735 m). Grandes miradas al castell de Cocentaina, Muro y el valle desde el Benicadell a la Safor. 

Regresamos por el mismo sitio hasta el cruce, ahora seguimos de frente el camino, hasta un poste informativo del PR, y a unos metros del mismo, tomamos un sendero a la derecha sin balizar, ver mojones.











Comienza una preciosa y moderada subida en donde la sendita nos dirige por el cordal de la sierra, con enormes panorámicas al  macizo del Montcabrer, y por el otro lado, a la gran barrera montañosa del Benicadell.


Hacemos un giro a la derecha bajando un poco para introducirnos en la umbría, dando un rodeo a un enorme pivote rocoso que salvamos cómodamente. Volvemos a la vertiente de la solana para seguir ascendiendo.


Ahora, nos acompañan por la derecha los primeros contrafuertes y luego pasando cerca de su base, de la singular peña del Alt de la Reja (1.127 m.) en forma de peineta, y con vistas al valle, ya se distingue el embalse de Beniarrés.


Alcanzamos el collado donde termina el Alt de la Reja. Comienza un suave descenso que el sendero nos ciñe a la izquierda,  a media altura, abriéndose paso entre las torrenteras en la base de una alargada ceja montañosa.

Las vistas hacia atrás, al Alt de la Reja, son espectaculares. En la parte trasera tiene abierta una ancha canal rocosa por la que asciende hasta la cima una hermosa franja de pinar, que le da una visión extraordinaria.

Entramos en el Sender Botánic dels Teixos, zona protegida y que actualmente está en restauración. El sendero se bifurca y nosotros seguimos por el ramal de la izquierda, subiendo un repecho con grandes vistas a nuestras espaldas.

Arriba, todo cambia de nuevo. El sendero hace una comba para subir al Pic Teix, del que distinguimos la caseta forestal, distintas miradas al Benicadell, y al compacto Montcabrer observado desde la parte alta del barranc de la Quebrantá.

También podemos ver la casona del Racó Llobet  metida en el barranco y al otro lado Muro de Alcoy. Emprendemos la dilatada subida a la garita forestal, haciendo un pequeño rodeo para evitar los roquedos.

Pic Teix (1.264 m.) No tiene punto geodésico y el guarda está charlando con unas ciclistas. Las miradas desde este punto son de 360º. La poca sombra que hay está invadida por mosquitos y optamos por almorzar más tarde.

Descendemos por la pista de cemento al mismo tiempo que vamos escrutando y admirando los distintos ejemplares de tejos esparcidos en la ladera. Este pequeño bosque de tejos resulta ser el más meridional de toda Europa.

Camino del Refugi del Montcabrer, nos detenemos a contemplar la Cava de l’Habitació, que fue construida entorno al siglo XVIII, cuenta con un diámetro exterior de 9 metros y una profundidad de 10 metros.

Nos desviamos para ver la Cava Gran recientemente restaurada, dotándola de una escalera metálica por la que se puede acceder al fondo de la cubeta, donde hay un tejo. Han mantenido los arcos que estaban en peligro de derrumbe.

La Cava Gran de Agres, construida a mediados del siglo XVIII, es propiedad pública desde 2008. Se construyó para el almacenaje y conservación de nieve. El vaso del depósito tiene un altura de 17 m. y un diámetro de 15 m. con una capacidad de almacenaje útil de 2.000 m3. 

La estructura de su cubierta es una bóveda nervada apuntada, formada por seis semiarcos de sillería, rematada por un pináculo de más de tres toneladas que carga sobre la clave. La cubierta fue desmantelada a principios de siglo XX.

Volvemos al refugio para comenzar la clásica bajada por el PR-CV 27 hacia el Santuario.  Es un ágil sendero que recorre la ladera izquierda del barranc d’els Quinyons, dejándonos en la base de las murallas del Castillo de Agres.

Vamos a por nuestro último objetivo, para ello, tomaremos  un camino de cemento que baja al lecho de barranco y sube por la otra ladera haciendo algunas rampas, luego pasa a ser de tierra y se pierde por unos bancales.

Seguimos los rastros por los bancales y bajamos por un escalón hasta un promontorio rocoso, giramos a la derecha y lateralmente comenzamos a ver la cavidad, hay que superar un pequeño terraplén y ya estamos en la cueva.

Cova dels Pilars. Unas hiedras hacen de cortinaje a la entrada de la cavidad grande y en el interior retorcidos troncos de higueras dificultan el paso. Esta sala tiene unas dimensiones aproximadas de 25 metros por 10 metros con suelo relleno de sedimento.

En la parte central de la cavidad destaca una columna estalagmítica. La luz exterior no desaparece en esta sala gracias a tres aperturas naturales existentes, situadas en la parte superior de la misma que la iluminan decorativamente.

La segunda sala es de proporciones mucho más pequeñas, donde si se pierde la luz natural por lo que se hace imprescindible iluminación artificial, destacando una segunda columna central al igual que en la primera sala pero de dimensiones más pequeñas.

En esta pequeña sala es donde se encontraron en su día la gran cantidad de restos cerámicos localizados. Al no llevar linternas, decidimos dejarlo para otra ocasión en la que podamos incluir también el Poblat del Bronze de la Mola.

Deshacemos el camino de regreso subiendo a los bancales de olivos con vistas a Agres, y por el camino llegar de nuevo a las murallas del castillo y al Santuari, donde cerramos esta bonita ruta por la inagotable serra de Mariola.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:SI. (Font del Santuari, Font de l’Assut, Font de l’Anficosset y Font de la Cava Gran)
DISTANCIA:14,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:45 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:1.264 M. (Pic Teix)
ALTURA MÍNIMA:689 M. (Barranc Corralet de Mores)
DESNIVEL POSITIVO:809 M.
DESNIVEL NEGATIVO:821 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

RÍO CHÍCAMO, RUTA CIRCULAR.

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En las áridas tierras al Norte de Abanilla surge brotando del mismo suelo el río Chícamo, un regalo para los campos y huertas de Mahoya y Abanilla. Nace bajo la cara Sur de la sierra del Cantón, a 320 metros de altitud y pronto nos depara otra impresionante sorpresa al encajonarse en el estrecho del Cajer, desfiladero de conglomerados calcáreos que ya los árabes supieron aprovechar para construir canales colgantes tallados sobre la misma roca. El paisaje dentro del cauce del Chícamo es árido, pero el color de sus tierras contrasta frecuentemente con el verdor de los bosquecillos de taray y palmeras. Es por ello que a esta tierra se le ha llamado desde antiguo `La Palestina muciana´. Flanqueado por los picos del Agudo y el Zulún de la Sierra de Abanilla, este río desciende siempre encajonado, unas veces seco, otras arrastrando caudalosos ríos colorados de las eventuales lluvias torrenciales. A los 10 km de haber nacido, el río Chícamo pasa por La Hurta y Mahoya junto a Abanilla y riega la tierra rica en frutales. Este es el tramo de río que os proponemos descender, aunque otros 20 km más le restan de cauce agonizante, perdido entre la huerta del Bajo Segura, tras la sierra de Orihuela, donde cambia de nombre para llamarse rambla de Abanilla. Antiguamente su cauce desembocaría en el río Segura, al pasar entre Redován y Orihuela, pero en la actualidad se pierde entre la llana huerta que rodea las moles rocosas de la sierra de la Muela y la Sierra de Callosa.
CÓMO LLEGAR:Por la CV-84 dirección Aspe. En la rotonda continuar por la CV-845, pasar por Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes y en la pedanía de Barbarroja entramos en la región de Murcia por la MU-410, hacia Macisvenda, antes de llegar tomar por la izquierda la carretera MU-9-A hasta el aparcamiento.
COMPONENTES:VICENTE, PEPE COVES, JUANJO, TONI, PACO VERDÚ, ANTONIO SOLER, CERVERA, PELEGRIN, VICENTE CERVERA Y TELE
ITINERARIO:APARCAMIENTO / CHARCA / MOLINO / CRUZAR RÍO /  CRUZAR OTRA VEZ / CUIDADO / CAJER / POZO / ASFALTO / CAMINO / COLLADA / COTA MÁS ALTA / MINA / DCHA. CAMINO / APARCAMIENTO.

LA RUTA:Volvemos al río Chícamo, esta vez, con el grupo de amigos veteranos. Hemos elegido una pequeña ruta circular que regresa por la sierra, pero nos perderemos parte del cauce del río y los Badlands.


Iniciamos desde el aparcamiento, por el camino de tierra de la izquierda que pasa cerca de algunas casas de campo y cuevas en las laderas tan típicas en la zona, y por cuidados bancales de olivos antes de llegar al barranco.


Después de un recodo entramos en el cauce y la vegetación cambia, aparece el cañaveral y plantas acuáticas. Por un pequeño puente vadeamos el cauce de agua del río Chícamo que aquí se retiene cerca de su nacimiento.


El camino nos lleva hasta la Charca del Fartet (Aphanius Iberus) especie de pez catalogada en peligro de extinción. Las aguas turbias nos impiden observar algún ejemplar. Es de pequeñas dimensiones y rodeada de vegetación.


Antes de seguir curioseamos entre la vegetación y retenciones de agua. Arriba en las laderas del barranco vemos las fachadas de varias casas-cueva, y por detrás, nos vamos alejando de la pequeña pero abrupta sierra del Cantón.


Al poco llegamos a un antiguo molino hidráulico del siglo XIX que pertenece a la Comunidad de Regantes de la Huerta de Abajo y Sahués. Ha sido remodelado recientemente y pasamos por debajo de su porchada.











Enseguida entramos en contacto con el pequeño curso de agua del río Chícamo. Es extraordinario como un delgado reguero de agua da vida a todo el cauce con pinos, juncos, mimbres y floridas adelfas que pintan de color el paisaje.


Comienza un precioso recorrido por el estrecho sendero junto al río entre la apretada vegetación. Poco acostumbrados a los cursos de agua recién surgida de la tierra estamos maravillados, ansiosos de hacernos fotos.


Tener que vadear el río apoyándonos en algunas piedras para no mojarnos es todo un espectáculo. El cañaveral surge en puntos concretos, flanqueando el curso del río o en sitios cercanos donde la humedad es alta.


Pasamos por un lugar donde la vegetación es exuberante, palmeras, pinos, cañaveral y adelfas, comprimidas, descuidadas y desaliñadas que impiden el paso. Tomamos la salida por un corto terraplén.


Volvemos al sendero junto al cauce oculto por la espesa vegetación hasta que tenemos que vadearlo de nuevo. Esta vez las piedras son escasas e inestables, lo cual origina hilarantes escenas y posturas poco deportivas.


El sendero se torna intrincado entre la espesura, los retorcidos troncos y las raíces de los pinos. Esto hace que nos saltemos un cruce para vadear el río y continuemos recto por una inclinada pared rocosa sin salida.

Volver atrás por la reclinada pared resulta más peliagudo de lo esperado, la situación es distinta y para retornar, lo tenemos que hacer con cuidado y uno a uno, ayudándonos a mantener el equilibrio y la verticalidad.


Unos metros atrás, vadeamos el río por unos vacilantes troncos que nos obligan a descalzarnos las zapatillas y colocarnos el calzado de agua, ya que intuimos que no estamos lejos del encajonamiento del Cajer.


Un corto tramo de tierra y enseguida tenemos que vadear de nuevo el río. Ahora no hay problema y chapoteamos sin remilgos por las frescas aguas. En esta parte la profundidad es escasa y abundante la vegetación.


De nuevo en tierra firme  vemos como las paredes del cauce se van estrechando y la vegetación apenas deja espacio para el sendero, que se abre paso entre el cañaveral, formando una especie de túnel de altas cañas.


El espacio se estrecha y resulta más cómodo caminar por el agua hasta lugares donde el sendero es algo más limpio. Vemos como el barranco se constriñe y en algunos recodos, aunque las paredes no son altas casi se tocan.












Entramos de lleno en el desfiladero del Cajer. El curso del agua se comprime, la erosión ha formado una especie de tortuoso canalillo excavado en la roca. Comienzan leves cascadas y pequeños remansos de agua.


Con las retenciones el nivel del agua va subiendo y tenemos que hacer algunas prospecciones con los bastones para evitar meternos en alguna poza demasiado profunda, que salvamos saliendo del agua y volvernos a meter.


Empieza lo bueno, las paredes casi se tocan y el agua fluye por el estrecho canalillo del cauce. La erosión producida por el agua de las lluvias torrenciales y riadas en el cauce es tremenda, y a la vez, de una gran belleza.


En la zona del desfiladero apenas hay vegetación ya que el suelo es rocoso, compuesto de aglomerados y antiguos aluviones de piedra. En cortos tramos se ensancha levemente el cauce y baja el nivel de las aguas.












Pero pronto vuelven a encajonarse las paredes quedando a muy pocos metros unas de otras, formando sinuosos recodos de altos roquedos por donde tenemos que transitar de uno en uno admirando el bello recorrido.


El flujo del agua disminuye en profundidad al llegar al final del desfiladero, el cual se intuye al comprobar que la vegetación vuelve al cauce con las floridas adelfas, el cañaveral, los juncos y mimbres, y la luz del sol.


Nada más salir, el cauce se amplía, y aunque sigue habiendo mucha vegetación ya no es agobiante. Nos calzamos las zapatillas creyendo que ya todo es camino de tierra, pero enseguida tenemos que volver a vadear el río.


El paso por la rambla es distendido, siempre acompañados por el curso del reguero de agua y mayoritariamente por el cañaveral que marca su zona húmeda, con alguna casa de campo y sus descuidados bancales.


Viene otro trecho donde la rambla se estrangula y la humedad hace que la vegetación se apriete junto al curso del río, sobretodo de juncos, mimbres y adelfas por los que tenemos que abrirnos paso sorteando el agua.


Conectamos con una pista asfaltada que nos eleva por la derecha sacándonos de la rambla, y dejando el cauce del río Chícamo. En la parte alta vemos algunas casas de labor y bancales de secano más cuidados.


Tomamos un camino  de tierra por la derecha que continua elevándonos. El paisaje ha cambiado por completo, ya no hay humedal y las lomas de la sierra están salpicadas de matorral de esparto y romero, con esporádicos pinos.


Alcanzamos una collada donde seguimos girando a la derecha, cerrando el circulo. Poco después coronamos la loma más elevada y las vistas se amplían, al pueblo y la sierra de Barinas, y la sierra del Cantón emerge de nuevo.


Empieza una bajada con larga pendiente en la que hay que prestar mucha atención. Dejamos arriba el incipiente pinar con ejemplares de poco porte y tomamos dirección hacia la Mina, especie de cantera donde se extrae tierra arcillosa.


La atravesamos por uno de sus caminos, rodeándola para evitar pasar cerca de las enormes máquinas que están excavando y poder enlazar con el camino de esta mañana, cerrando el círculo y la ruta en el aparcamiento.











Luego nos vamos al cercano campo de un amigo donde preparamos un buen arroz con costra a la leña como manda la tradición, y recordamos entre risas el tramo de la roca inclinada y el fabuloso paso por el estrecho del Cajer.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:7.2 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:03:20 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:439 M. (Collado)
ALTURA MÍNIMA:273 M. (Salida del río)
DESNIVEL POSITIVO:242 M.
DESNIVEL NEGATIVO:242 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

AL MONTGÓ PER LA CRESTA, DESDE LA ERMITA DEL PARE PERE.

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En 1921, la Administración puso en marcha una actuación de gran importancia para el paisaje del Parque Natural del Montgó: la Colonia Agrícola Montgó. Los trabajos previos a la puesta en cultivo de la Colonia incluyeron la construcción de bancales de piedra en la ladera del Montgó con el objetivo de posibilitar el cultivo de áreas de gran pendiente, aunque en muchos casos sólo se consiguió crear, entre andén y andén, el suelo necesario para la plantación de una hilera de vid, o en su caso algún algarrobo o almendro. Las labores de abancalamiento se dieron por finalizadas en 1921 entregándose 51 lotes a los colonos. Para poder acceder a las parcelas se construyó una carretera que hoy en día se conoce por el “Camí de la Colonia”. Hacia 1925 la mayoría de las 51 parcelas de algo más de tres hectáreas cada una, que habían sido repartidas, estaban cultivadas y parecía que la colonización había sido un éxito. Sin embargo, en los años siguientes decayó la exportación de uva y la Crisis Económica de 1929 y sus secuelas condujeron al abandono del cultivo por parte de los colonos, quedando las tierras sin producción conformándose grandes espacios de matorral en los sectores latos de las vertientes del Montgó. Aquí podemos observar los restos de una Casa de Colonia. Presenta una estructura muy arquetípica dentro de este tipo de casas. Su planta es rectangular, de 11x6 metros, con cubierta a dos aguas. En el mismo cuerpo y en un lateral, está el corral, al que se puede acceder tanto por una puerta exterior como por una interior que lo comunicaba desde la casa. Los muros son de mampostería trabada con mortero de cal, pero se ven también ladrillos compactos de barro en los marcos y dinteles de  puertas y ventanas. Todavía son evidentes las señales de enlucidos de mortero de cal. A un lado de la casa aparece un horno y al otro lado de la casa la cisterna, con brocal que tiene forma de cubo, pero una zona ligeramente rebajada, justo por donde se tenia que colocar la persona para extraer el agua. Los bancales del Montgó son los aterrazamientos construidos en las laderas. La parte vertical llamada pared o “marge”, se realizaba tradicionalmente de piedra en seco, sin argamasa, encima de este muro queda una banca agrícola útil de suelo. La función del bancal es retener la tierra y facilitar las labores agrícolas, así como en aprovechamiento máximo del agua de lluvia. La parte horizontal de la terraza permite retener el agua y evita la escorrentía y la erosión hídrica. Los bancales pues, constituyen una antigua y eficiente solución a las necesidades agrícolas de un medio rural poco propicio para estas labores: relieve abrupto, pluviosidad escasa e irregular y suelos pobres, como podemos encontrar en todo el Mediterráneo el caso que nos ocupa.
CÓMO LLEGAR:Autopista AP-7 dirección Valencia, salida 62 Ondara/Dénia/Jávea, hacia Dénia, en la quinta rotonda donde está la gasolinera de Repsol girar a la derecha  y en la siguiente rotonda dirección Hospital y la Pedrera, calle Pou de la Montaña, cruzar las vías del ferrocarril y seguir hasta el transformador, aquí por la calle de la derecha, la más ancha, que al final se estrecha convirtiéndose en carretera seguir durante 1,5 km hasta la ermita del Pare Pere. Actualmente hay señalización al PARC NATURAL DEL MONTGÓ.
COMPONENTES:VICENTE, PEPE Y PATRO.
ITINERARIO:ERMITA DEL PARE PERE / CAMÍ DE LA COLONIA / CRUCE IZQDA. / DCHA. COVA DE L’AIGUA / ESCALONES / COVA DE L’AIGUA / RACÓ DEL BOU / IZQ. A CIM DEL MONTGÓ / ENLACE SENDERO DE JESÚS POBRE / BARRANC DE L’HEDRA / IZQ. DESVÍO A LA CREU / CREU DE DÉNIA / CRESTAS / CRESTEO / RUINAS / SENDA BAJADA / ENLACE PR / PINO Y CUEVA / CIM DEL MONTGÓ / BAJAR CORNISA / BAJAR CRESTA / RAMPAS / IZQ. DÉNIA, BAJAR / COVA DEL CAMELL / BARRANC DELS LLADRES / RUINAS CAMÍ DE LA COLONIA / BARRANC DE L’EMBOIXAR / VISTAS / CASA DE LA COLONIA / DESVÍO COVA DE L’AIGUA / ERMITA PARE PERE.

LA RUTA:Pese a su corta altitud, el Montgó (752 m.), es un tremendo espolón cercano al mar muy visible desde el interior. Lo hemos recorrido muchas veces, pero hoy añadiremos una corta variante al crestear las dos cimas.

Nacido en Dénia (1583-1658) Fray Pedro Esteve, el Pare Pere, es considerado un religioso al que se le tiene mucha devoción en los pueblos de toda la comarca. La tradición cuenta que enfermos del cólera sanaron al comer unos panes que él bendijo.


Iniciamos desde la misma ermita, por el camino de tierra de la izquierda, para atajar por la estrecha senda que entre el bosque de pinos nos lleva al principio del Camí de la Colonia, donde está la fuente y el panel informativo.


Nos dejamos llevar por el sinuoso camino que con grandes lazadas de desnivel moderado nos eleva por la falda de la sierra. Pasamos por casetas de piedra para aperos y comenzamos a tener vistas del puerto de Dénia en un mar calmado.


Las vistas siguen creciendo y desde el puerto vemos partir el ferri a Ibiza. Obviamos un ramal del camino que se va por la derecha, y poco después, también por la derecha, tomamos el sendero que sube a la Cova de l’Aigua.


Por el sendero adquirimos altura con rapidez hacia un colosal frontal rocoso en la sierra que forma un grandioso rincón. Las panorámicas al mar siguen creciendo. Llegamos a una bifurcación por la que luego seguiremos al regreso.


Alcanzamos la boca de entrada a la Cova de l’Aigua. A la izquierda está la reja que protege las inscripciones romanas que ya fueron saboteadas, y el resto de la cueva esta limpio, pero pintarrajeado por los imbéciles del espray.


En el año 283 d.C. soldados soldados romanos de la Legión VII Germina grabaron un epígrafe en esta cueva. Situada en la cara norte del Montgó, el agua de lluvia filtra acumulándose en el interior de la cavidad, que se aprovecho como aljibe en el siglo XVI.


Las miradas hacia el mar, con Dénia a nuestros pies, son impresionantes desde la umbría. Descendemos por el mismo sendero hasta la bifurcación, y ahora seguimos por la izquierda, en dirección al Racó del Bou.


Este precioso sendero nos conduce a media altura abriéndose paso por los contornos de la rocosa ladera norte. En esta zona crecen las plantas más interesantes del Montgó, algunas de ellas son endémicas y exclusivas.


Arribamos a otra bifurcación balizada, recto llegaríamos al Racó del Bou, pero ahora giramos a la izquierda subiendo hacia el Cim del Montgó. Estamos en un abrupto rincón de paredes verticales donde el sendero se abre paso entre abundante palmito.


La subida se agudiza y se vuelve rocosa teniendo que apoyar las manos para salvar el erizado desnivel. El segundo tramo es más suave hasta llegar arriba, donde conectamos con el PR que viene de Jesús Pobre.


Seguimos por la izquierda. La parte alta nos da vistas infinitas acortadas por la bruma; por el mar sobrepasan Gandía, por el interior el cogollo montañoso de la provincia y, por delante, las crestas por donde vamos a caminar.


Los desniveles se mimetizan y pasan a ser ondulaciones de un terreno poblado de matorral bajo, romero, lavanda, lentisco y palmitos, porque después tantos incendios apenas se conservan dos o tres ejemplares de pino.

La senda busca la parte central de la sierra para acercarse hacia las cimas, se trata de una senda muy definida pero tremendamente incomoda debido al lapiaz, quebrado y pulido que dificulta un avance rápido.


Transitamos por la zona alta de la ladera del Barranc de l’Hedra pasando junto a uno de los contados pinos. La elevación nos da miradas lejanas a la Oltá, el Bérnia, el Puig Campana, Segaria y el mar.


A la izquierda, marcada con pintura roja tenemos la bifurcación para subir a la Creu de Dénia. Más adelante hay otra subida pero es preferible coger ésta. El desnivel de la loma no es muy fuerte y enseguida estamos arriba.


La Creu de Dénia (690 m.), la delgada cruz de hierro se mantiene sujeta por tres cables de acero y con preciosas vistas al lomo del Montgó, el mar y Dénia. En vez de bajar, proseguimos hacia delante por toda la cresta de la sierra.


No es un transito difícil y tampoco hay un sendero marcado. Existe la misma incomodidad que por el sendero de abajo, hay que ir sorteando el molesto lapiaz y buscar las partes de la cresta menos expuestas al vacío.


Vemos quedarse la Creu de Dénia atrás, y por delante el objetivo es una rocosa muela que rodeamos por la derecha. En su parte alta están los restos en piedra seca de lo que debió ser un redil para el ganado.


Comenzamos a bajar de la muela haciendo una pequeña comba hasta conectar con el sendero oficial que en un principio traíamos. A media subida, en la cueva y el magnifico ejemplar de pino que queda, almorzamos.


Proseguimos subiendo y tenemos esplendidas vistas a la proa de barco que parece formar el Cap de Sant Antoni adentrándose en el mar. Emprendemos la prolongada y suave subida por la última de las lomas al cercano vértice geodésico de la cima. 


La Creu de Xávia (752 m.) Todavía tengo recuerdos de la antigua cruz de madera junto a un pequeño hoyo donde nos protegíamos de los fríos vientos, y un día porque sí, desapareció. Las miradas al mar son grandiosas.


Emprendemos la bajada por la cornisa, con todo el espectáculo de la costa y el mar ante nuestros ojos. Los accidentes geográficos se perfilan con nitidez, vemos con todo detalle la pequeña bahía de Xávia a nuestros pies.


Después viene la cresta, no es lo mismo subirla que bajarla. Al subir, solo miras los agarres en las rocas, ahora, la verticalidad influye, y tienes que mirar dónde poner los pies sin quitar un ojo del tremendo paisaje.


Vamos virando a la izquierda, y en la ladera la inclinación disminuye al tomar la zigzagueante senda de mampostería. Comienzan las largas lazadas que amortiguan los más de 450 m. de desnivel que deshacemos.


Llegamos a un cruce de senderos balizado con direcciones a Les Planisses, el GR-330, y nosotros giramos a la izquierda hacia Dénia, para enlazar con el PR-CV 152. Es un trecho señalizado por estacas de madera.


En la parte baja, antes de llegar al barranc dels Lladres está la Cova del Camell, vallada con barandas de madera. No entramos a su interior que está algo complicado y cruzamos el barranco para conectar con la pista.


De nuevo en el Camí de la Colonia que sigue sinuoso todos los contornos de la sierra sin apenas desniveles. Admiramos los escabrosos farallones del Montgó, con vistas a Les Rotes y al mar, acercándonos a Dénia.


Poco antes de llegar al desvío a la Cova de l’Aigua donde cerramos el circulo de la ruta, pasamos por las ruinas de una de las Casas de la Colonia. Luego repetimos camino hasta la ermita del Pare Pere. Hermosa ruta la realizada.
RECORRIDO:CIRCULAR
AGUA POTABLE EN RUTA:NO. 
DISTANCIA:14,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:06:10 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:752 (CIM del Montgó)
ALTURA MÍNIMA:101 M. (Ermita Pare Pere)
DESNIVEL POSITIVO:982 M.
DESNIVEL NEGATIVO:994 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

PARA CAROL, EL MULHACÉN POR EL RÍO.

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Abū al-Hasan 'Ali ben Saad (أبو الحسن علي), Emir de Granada, llamado Mulay Hasan o, por los cristianos, Muley Hacén, accedió al trono en agosto de 1464, sucediendo a su padre Sa'd al-Musta'în cuando ya el Reino de Granada vivía fuertes conflictos internos que le impidieron sacar provecho militar de la guerra en Castilla. Con la sultana Aixa tuvo a su hijo Boabdil, que le quitaría el trono en 1482. En ese momento Mulay Hasan huyó de Granada con su hermano el Zagal para combatir a su hijo. En 1485 ya muy debilitado nombró heredero a su hermano, falleciendo ese mismo año en el castillo de Mondújar. Una leyenda cuenta que Isabel de Solís, una noble castellana de gran belleza, fue apresada en una incursión nazarí y conducida cautiva a las mazmorras de La Alhambra. Allí, El Rey Mulay Hasan se enamoro perdidamente de ella, lo que hizo que descuidara sus asuntos de estado. El árabe convirtió a la joven cristiana al Islam y la declaró su favorita con el nombre de Zoraya, “lucero del alba”, lo que provocó la enemistad de la Sultana Aixa, madre de Boabdil. Se dice que de Isabel tuvo dos hijos: Don Fernando de Granada (c. 1460 - Burgos, marzo de 1512), cuarto marido de Mencía de la Vega, sin sucesión, y Don Juan de Granada, que se casó con Beatriz de Sandoval y tuvo descendencia. En cualquier caso, todas estás intrigas palaciegas supusieron la debacle del rey. El romance no fue admitido por su celosa esposa, que se dedicó a levantar la corte en contra de su marido, dando lugar a una serie de enfrentamientos y dramáticos acontecimientos que terminaron en una sangrienta guerra civil. Cuenta la leyenda que cuando el rey Muley Hacen fué destronado por su hijo Boabdil, se retiró del mundo refugiándose en la alcazaba de Mondújar. Allí, alejado de todos, pasó sus últimos tiempos, con la única compañía de su favorita, Zoraya, y de los hijos que había tenido con ella. Vivía el viejo rey amargado, siempre encerrado en la torre más alta de la fortaleza, mirando sin descanso las altas y lejanas cumbres de Xolair, que mas tarde se llamaría Sierra Nevada y escuchando las historias que sobre ella le contaba su amada Zoraya. De este modo, concibió el deseo de ser enterrado en ese lugar, lejos de los hombres, con la única compañía del cielo infinito. Y así, sintiendo que su fin se aproximaba, pidió que lo sepultaran allí, donde nadie pudiera jamás turbar la paz de su espíritu. Y se dice que Zoraya cumplió su deseo, enterrándolo en lo más alto de la Sierra, entre las nieves eternas, donde sólo reina el silencio. Desde entonces, el pico más alto de la península ibérica lleva el nombre del rey nazarí que renunció a su reino por amor y son muchas las búsquedas que se han hecho en la montaña para intentar localizar la tumba del monarca y los supuestos tesoros que debía contener, pero nunca ha sido hallada.
CÓMO LLEGAR: Desde Capilerira al Área Recreativa de la Hoya del Portillo en coche, y caminando hasta el Refugio Poqueira.  Incluimos el TRACK de la ruta .
COMPONENTES:VICENTE Y CAROL.
ITINERARIO:REFUGIO POQUEIRA / RÍO MULHACEN / LAGUNILLOS / PISTA / CRUCE DE SENDAS / MULHACÉN / CRUCE DE SENDAS / COLLADO DEL CIERVO / REF. Y LAGUNA DE LA CALDERA / PISTA / REGRESO POR EL MISMO ITINERARIO AL REFUGIO DE POQUEIRA.


LA RUTA: Siete meses después volvemos para efectuar rutas muy parecidas a las realizadas en noviembre, en esas fechas Carol no pudo venir y han fallado otros componentes, por lo que iremos solos. El paisaje ha cambiado, ahora hay más nieve.


Accederemos desde Capileira en vehículo  hasta la Hoya del Portillo y caminando por el PR-A 26 llegaremos al refugio donde pernoctaremos tres noches, subiendo en una jornada al Mulhacén y en la otra al Veleta.

Amanece una mañana espléndida con el cielo limpio, no hace frío y vemos mucha más nieve en los neveros, sobre todo en la zona del Veleta y cimas aledañas, pero no en el Mulhacén, por lo tanto no cargamos con los crampones.


Tras un buen desayuno hacemos las fotos de rigor e iniciamos desde el refugio la marcha de hoy. Tomamos dirección hacia el cauce del río Mulhacén, el sol no aprieta y alumbra las laderas montañosas con los altos neveros.


Enseguida llegamos al cauce del río,  bajamos a su poco profundo lecho con algunas chorreras y borreguiles. El sendero se abre paso por su derecha, en el sentido de la marcha. Debido al deshielo su caudal baja bullicioso.


Comienza una subida moderada pero constante en la que el sendero serpentea encajonado dentro del cauce del rio, salvando algunos trechos rocosos, saliendo y entrando de nuevo al carril de la marcha hacia arriba.


Carol no está muy entrenada por lo que vamos a coger un ritmo tranquilo, no tenemos prisa ni horario. El sol todavía no ha salvado la loma del Mulhacén y en la umbría del río pasamos junto a varios neveros grandes. 


Luego el cauce se ensancha, las paredes se van alejando pero al sol le cuesta entrar, tenemos que remontar un terraplén, las laderas se pintan de amarillo manchadas por el almohadillado matorral  de piorno. 


Un gran nevero cubre una pequeña cascada en el cauce del río donde sus aguas pasan por debajo formando un endeble túnel de hielo y nieve. Lo salvamos por la derecha sin llegar a pisarlo, arriba tenemos largas vistas.


El cauce vuelve a encajonarse un poco con nuevos neveros laterales que pateamos sobre las huellas recientes. Al fondo ya se distingue el Puntal de la Caldera (3.219 m.) y la limpia arista de la loma del Mulhacén.


Poco más adelante también observamos el recto trazado de la carretera de la sierra en las laderas. Atravesamos otra zona de neveros laterales cuyo deshielo empapa los suelos y alimenta los verdes borreguiles.

Llegamos a la zona de los lagunillos, que apenas son pequeñas charcas agrupadas en un tramo llano y verde de borreguiles. Nos queda una escasa cuesta y vemos la primera cabra cerca de un pedregal, nos parecía raro no ver ninguna.

Alcanzamos el antiguo trazado de la carretera de Sierra Nevada, donde comienza la loma del Mulhacén con el desnivel más fuerte que hemos de superar hasta la cima. En su suelo apenas quedan restos de nieve dura.

Unos pequeños consejos para Carol y enfilamos para arriba, atravesando la carretera en pos de los primeros mojones de piedras que nos marcan el sendero y las iniciales rampas de cortos tramos que nos ayuda a subir.

La senda culebrea por el pedregal de la loma ganando altura con facilidad, y enseguida tenemos panorámicas al Puntal de la Caldera, su helada laguna y el refugio vivac, donde se acumula más cantidad de nieve.

Pronto alcanzamos el cruce con el ramal que en diagonal, viene de la Caldera y del Collado del Ciervo, posiblemente al regreso bajaremos por él, para echarle un vistazo a las caras norte del Mulhacén y de la Alcazaba.

Es importante la cadencia y el ritmo de subida, haciendo cortas paradas para tomar aliento y contemplar el grandioso paisaje  que se va ampliando con la altura. Tenemos perspectivas de todo el cauce del río Mulhacén.

De descansillo en descansillo vamos ascendiendo, y con la altura ganada, las vistas son muy extensas y portentosas, aparecen el Cerro de los Machos (3.327 m.) y el Veleta (3.396 m.) en un paisaje brutal y bello.

Cerca del cordal de la loma, las lajas de piedra aumentan de tamaño con reflejos metálicos del sol. Quedan unos doscientos metros con poco desnivel entre las antiguas construcciones de piedra que nos separan de la cima.

Mulhacén (3.479 m) máxima altura de la península, su punto geodésico corona un pequeño montículo rocoso donde hay un nicho con la imagen de la Virgen de las Nieves. Las primeras fotos son para Carol, ¡lo ha conseguido!.

No hace frío pero tenemos ráfagas de aire, en un día espectacular. Hay un grupo de legionarios veteranos y gente que va llegando desde el Mulhacén II. El gran espacio que existe en la cumbre, nos permite movernos y hacia todos los puntos.

Visitamos la parte oeste y encaramados sobre enormes bloques de piedra de colores ferrosos contemplamos ensimismados el majestuoso paisaje, Carol está absorta mirando las altas cumbres pintarrajeadas de blanco.

Nos asomamos al tremendo tajo vertical de más de seiscientos metros donde vemos la laguna de la Mosca entre los neveros, es cara norte, y su chorrera,  recorre todo el barranco de San Juan y la vereda de la Estrella.

En la zona Este, también sobre grandes roquedos, observamos la tremenda línea que hace coincidir el Puntal de las Siete Lagunas (3.248 m) y el de la Cornisa (3.313 m), con la Alcazaba (3.364 m), tercera altitud de Sierra Nevada.

Emprendemos el descenso por el mismo camino de llegada, ahora todo es más fácil y ágil. Carol tiene una gran sonrisa por su logro. Cerca del desvío al Collado del Ciervo, saludamos a Carlos Soria que sube acompañado de una montañera.

El sendero diagonal nos deja en el Collado del Ciervo (3.120 m.) con solo asomarnos tenemos brutales panorámicas a las caras norte del Mulhacén, el Puntal de las Siete Lagunas y la Alcazaba con la laguna de la Mosca.

Seguimos bajando hacia la laguna de la Caldera y el refugio atravesando un nevero, pero antes de llegar, hacemos un giro a la izquierda para conectar con la carretera de la sierra. Seguimos su trazado admirando la loma del Mulhacén.

Llegados a los mojones de piedras bajamos por la derecha para deshacer el camino de esta mañana. Ahora nos entretenemos pateando todos los neveros que vemos. Metidos en el barranco cesan las rachas de viento.

La luz del sol ilumina las laderas pintadas totalmente de amarillo y el regreso resulta placentero y agradable. Con el deshielo las aguas del río aumentan su caudal y forman remansos y pequeñas cascadas.

Pensábamos parar a comer pero vamos muy bien de tiempo y decidimos hacerlo cómodamente en el refugio. El cauce del río se torna más impetuoso en el último tramo, luego salimos de él por la senda que nos lleva al refugio de Poqueira.

En la terracita, nos pedimos unas birras y con nuestras viandas preparamos un suculento banquete para celebrar el logro de nuestro primer objetivo. Luego buena ducha y descanso, mañana toca el Veleta.
RECORRIDO:LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO. Pero en estas fechas con el deshielo se puede recargar de ríos, arroyos y chorreras usando pastillas potabilizadoras.
DISTANCIA:9,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:3.479 M. (Mulhacén)
ALTURA MÍNIMA:2.500 M. (Refugio Poqueira)
DESNIVEL POSITIVO:1.036 M.
DESNIVEL NEGATIVO:990 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

AL VELETA POR EL RÍO SECO Y LOS LARGOS NEVEROS, DESDE EL REFUGIO POQUEIRA.

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En la cara norte del Veleta quedan los restos de un ambicioso proyecto que nunca vio la luz: un túnel que comunicara las dos vertientes de la montaña sin tener que bordearla. La carretera que comunica Granada con el Pico del Veleta, la más alta de Europa,es una colosal obra de ingeniería de inicios del siglo XX, diseñada y hecha realidad por el ingeniero Juan José Santa Cruz (desgraciadamente fusilado en 1936) a instancias del Duque de San Pedro de Galatino. Fue terminada y oficialmente inaugurada en 1935, y muchos años después, en 1966, se concluyó el tramo que continua hasta las Alpujarras. Hoy en día está cerrada al tráfico rodado. Como podéis imaginar, su construcción fue durísima, tanto por los materiales y maquinaria de la época, como por las inclemencias del tiempo. Además, la obra estuvo paralizada por la Guerra Civil y su recorrido se modificó en varias ocasiones. Testigo de estos cambios es el túnel del Veleta, que data de esa época y que aun hoy se puede visitar. El plan inicial era que la carretera en vez de bordear el Veleta por la Carihuela, lo cruzara. Se inició la boca de entrada mas o menos donde hoy está la estación superior del telesilla Stadium con la idea de que el túnel pasara por debajo de las Posiciones del Veleta y acabara en los Corrales del Veleta. Unidos estos dos puntos, la carretera continuaría hacia el Cerro de los Machos y desde aquí por el sur hacia la Alpujarra por el tramo que aun hoy existe. Pero no pudo ser. Ambos lados nunca llegaron a encontrarse. Del total del túnel que entonces se excavó (unos 170m) hoy quedan unos 30 metros abiertos por la parte de los Corrales y es usado a menudo como refugio improvisado por los montañeros.
CÓMO LLEGAR:Desde Capilerira al Área Recreativa de la Hoya del Portillo en coche, y caminando hasta el Refugio Poqueira.  Incluimos el TRACK de la ruta .
COMPONENTES:VICENTE Y CAROL.
ITINERARIO:REFUGIO POQUEIRA / RÍO MULHACÉN / CRUZAR RÍO / RÍO SECO / LAGUNAS / PISTA IZQUIERDA / COLLADO DEL LOBO / NEVEROS / MÁS NEVEROS / REFUGIO DE LA CARIHUELA / PISTA Y SENDAS / PICO VELETA / SENDA / CARIHUELA / MISMO RECORRIDO HASTA EL REFUGIO POQUEIRA.


LA RUTA:Hoy amanece un día como el de ayer, tranquilo y luminoso pero sin aire. Al final hemos decidido cargar con los crampones, nadie se fiaba de la nieve dura acumulada en la carretera, antes de subir a la Carihuela.


Mucha gente en el desayuno al ser fin de semana pero la mayoría subirá al Mulhacén, no vemos a nadie que vaya a efectuar nuestro recorrido al Veleta. Iniciamos como ayer saliendo desde el  refugio en busca del cauce del río Mulhacén.


El sendero metido en la umbría, nos lleva hasta el lecho del río que remontamos un corto tramo por la derecha, hasta que unos mojones nos indican que tenemos que vadearlo, y por la otra vertiente, subir la loma dejando el río.


Pronto salimos a la solana para encaramarnos a la ladera derecha, en el sentido de la marcha, del cauce del río Seco, donde ya tenemos a la vista la loma nevada del Veleta por detrás del Púlpito (2.979 m). Nos quedamos en pantalón corto.


De loma en loma vamos tomando altura por laderas rocosas de pizarra negra y marrón que contrastan con el amarillo y el verde de los piornos. Hacia atrás, vemos el cauce del río Seco con apenas un hilillo de agua serpenteando hacia el sur.


Las laderas se abren ensanchando el valle, vemos neveros y desaparecen las grandes rocas, ahora las laderas son de pedregal disperso, los cambios de clima las han demolido en pedazos. Entramos en la zona de los Raspones del río Seco.


Aparecen los primeros y alargados neveros que en gran parte cubren el estrecho cauce del río Seco, hoy con agua del deshielo que alimentan las diversas chorreras que bajan tumultuosas desde las paredes más elevadas.


La amplia y hermosa franja formada por las crestas de los Raspones, son como las apretadas púas de un peine rocoso que flanquea la subida hasta la carretera. Todavía mantienen zonas de nieve que realza su semblante agresivo.


El trazado de la carretera de la sierra se deja adivinar arriba. Antes de comenzar a rodear una enorme plataforma rocosa, atravesamos una verde planicie de encharcados borreguiles con preciosas flores blancas.


La plataforma rocosa nos saca a un nivel superior pero extensos neveros cortan el paso habitual, buscamos la manera de pisar la menos nieve posible, esto nos hace perder de vista los hitos de piedras y escorarnos a la derecha.


Fuera de senda resulta algo más fatigoso ascender, pero la carretera está a la vista y la alcanzamos unos doscientos metros antes de los hitos que marcan el enlace. Nos perdemos el pasar junto a las lagunas de río Seco que vemos desde arriba.


Más de la mitad del piso de la carretera de la sierra esta invadido por la nieve a modo de inclinada ladera. Por detrás viene desde la loma del Mulhácen con poca nieve, y por delante, en ascenso, hacia los Raspones con laderas nevadas.


Pese a la nieve, se puede caminar perfectamente por la franja de tierra y nos permite tener esplendidas imágenes de las lagunas cimeras de río Seco, la más grandes, sobre las que todavía flotan grandes trozos de hielo.


Atravesamos el primer nevero en la inclinada ladera de nieve, está muy pateado  y lo pasamos sin los crampones. Nos asomamos a los precipicios en la parte alta tras superar la ubicación de las últimas lagunas.

Con nieve o sin nieve, siempre me ha cautivado la tremenda imagen que tenemos antes de entrar al Collado del Lobo, mirando hacia atrás; de cómo la oscura silueta de la loma del Mulhacén y la Alcazaba reverbera al sol.


Llegamos al Collado del Lobo, paso excavado para la antigua carretera y que hace de puerta de entrada a los últimos tresmiles de la travesía Integral de Sierra Nevada. Por su ventana vemos la mole del Cerro de los Machos (3.327 m).


El paisaje cambia por completo, la carretera hace una curva en ángulo recto para pasar por debajo del Cerro de los Machos, viendo el Veleta asomarse por detrás. Un nuevo valle nevado se abre ante nuestros ojos.


A los pies del Cerro de los Machos subimos unas rocas para asomarnos a una gran ventana con portentosas miradas a las caras norte del Puntal de la Caldera, el Mulhacén y la Alcazaba, de inigualable belleza agreste.


Continuamos en suave desnivel progresivo por el trozo de pista no invadido por la nieve y dentro de un paraje excepcional, con extensas vistas a la palas de nieve que bajan del Cerro de los Machos y que tenemos que atravesar.


El primer gran nevero se cruza al nivel de la pista que la gran pala de nieve ha cubierto por completo. La gente pasa sin crampones y seguimos sus huellas muy concentrados en asegurar los pasos y clavar bastones.


Solo hacemos fotos antes y después de haber cruzado el nevero. Las huellas no son muy profundas pero estables, no hay sensación de inseguridad. El siguiente nevero es algo más largo y en ascenso para conectar con un roquedo.

Nuevo tramo sin nieve hasta sobre pasar el Cerro de los Machos, donde unos mojones marcan el sendero de subida. Ahora las miradas son para el Veleta, sin nieve en la cima, pero con  unas tremendas palas que bajan por su ladera.

Ni se nos ocurre pensar en el Paso de los Guías para esta ocasión. Atravesamos la gran pala en diagonal siguiendo la huella, este es un largo trecho algo ondulado pero sin precipicios, lo cual nos hace ir muy relajados.











Viene un largo trayecto algo inclinado pero con nieve pateada donde nos sorprende un ciclista arrastrando su bici por la huella de nieve y con zapatillas rígidas, teniendo que dejarle paso a él y a su imprudencia.


El último trozo de pala, debido a la acumulación de nieve nos ha ahorrado alguna curva del camino, saliendo a la chorrera que hay debajo de la Carihuela, que se alimenta de su nevero, y que hoy cae como una cortina.











La próxima curva de la pista debería llevarnos hasta el Collado de la Carihuela, pero el espesor de la nieve acumulada lo ha taponado. Hay una huella a la izquierda que lo deja a un lado y sigue ascendiendo a la cima.

Dejamos atrás el Refugio Vivac de la Carihuela (3.205 m) construido en 1994 junto con su gemelo el de la laguna de la Caldera. Tiene capacidad para 16 personas, que en caso de necesidad, como es lógico, caben muchísimas más.

Aprovechamos un poco más inclinación de la pala de nieve para seguir subiendo hasta una curva en la Carretera de la Sierra, donde hay unas ruinas y una visión  muy directa a nuestro próximo objetivo, la cima del Veleta.


Hemos conseguido subir sin los crampones y decidimos ir subiendo por la Carretera de la Sierra para relajar la tensión de las piernas, tomando algunos atajos por sendas que nos permiten ver a la gente pulular en la cumbre.











Pico Veleta (3.396 m.) cuarta altitud de España y segunda de ésta sierra. Contrariamente a lo que se cree, su nombre deriva de la árabe balata que significa cortado, tajo o balate. Cumbre muy concurrida por sus cercanos accesos.

Las increíbles vistas lo acaparan todo. El Cerro de los Machos queda a nuestros pies y se prolonga hasta la gran mole del Mulhacén; en el otro lado, el resto de la cordillera de los tresmiles con el Cerro Caballo al final de todos.


Situados en este privilegiado lugar, nos relajamos con un buen y prolongado almuerzo. Quedamos sorprendidos al ver un escalador que llega a la cima por uno de los corredores del Corral del Veleta. Iniciamos el regreso.

Ahora lo hacemos por el sendero amojonado que desde la cima y bordeando la arista desciende fácilmente hasta la curva de la carretera donde comienza el nevero de esta mañana. Nos colocamos los crampones.

Lamentamos la tontería de esta mañana porque dan una seguridad terrible, no hay tensiones. Damos las últimas miradas al refugio de la Carihuela y a los agrestes Tajos de la Virgen recordando su antigua travesía.


Empezamos la travesía del nevero más prolongado y extenso que se cruza por el centro de la inclinada ladera. Las fotos son impresionantes con la Carihuela al principio. Seguimos celebrando la gran ayuda de los crampones.

En la ida, sin crampones y con la tensión de la travesía, ni siquiera nos dimos cuenta de la preciosa laguna de Aguas Verdes o de los Vasares, según el mapa en que miremos, con su chorrera que se desliza por el barranco.










En los cortos tramos de tierra entre neveros no gastamos el trabajo de quitárnoslos y caminamos con cuidado, hasta que poco a poco en la pista van quedando espacios y franjas suficientes para patear por la tierra.


El Mulhacén y la Alcazaba se van acercando al pasar por la base del Cerro de los Machos mientras una cabra posa para nosotros. Deshacemos la gran curva en suave ascenso hacia la puerta del otro valle: el Collado del Lobo.


Con el sol más alto, las vistas en el otro lado son muy luminosas, coronadas por al Mulhacén y en la parte baja, las lagunas cimeras del río Seco con sus témpanos de hielo flotando en las aguas de color esmeralda.


Estamos atentos a los mojones de la pista para hacer la bajada correcta y entramos en el cauce del río Seco con miradas a los raspones y a las lagunas que dejamos a nuestra derecha, pasando muy cerca de las de menor tamaño.


Alcanzamos el nevero donde esta mañana perdimos el rastro de los mojones, que ahora localizamos y cruzamos sin ningún problema. Con buen ritmo atravesamos la llanura y junto al cauce del río subimos las lomas que amarillean.


Después de subir a un roquedo donde hay una valla para el ganado y rodear la colina, aparece en el horizonte el refugio de Poqueira y el trazado de los caminos en la loma del Mulhacén, pero queda un buen trecho hasta el río.











El descenso se agiliza para llegar el cauce del río que con el deshielo baja tumultuoso. Buscamos donde vadearlo y nos mojamos los pies. Luego buena ducha caliente, gran cena con poca gente y descanso, mañana partimos.


Buen desayuno y cargamos con los trastos para volver por el PR-A 26 a la Hoya del Portillo, y con el coche recorriendo las Alpujarras, a casa; con el ánimo henchido por haber conseguido los dos objetivos en un fabuloso fin de semana.
RECORRIDO:LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO. Pero en estas fechas con el deshielo se puede recargar de ríos, arroyos y chorreras usando pastillas potabilizadoras.
DISTANCIA:19,4 KM,
TIEMPO EN MOVIMIENTO:09:20 HORAS (Con más de 4 km de neveros, la ida sin crampones y la vuelta con ellos)
ALTURA MÁXIMA:3.396 M. (Pico Veleta)
ALTURA MÍNIMA:2.500 M. (Refugio Poqueira)
DESNIVEL POSITIVO:1.039 M.
DESNIVEL NEGATIVO:1.039 M.
DIFICULTAD:ALTA.

LA COVA TALLADA Y LA TORRE DEL GERRO DESDE LES ROTES

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Estratégicamente oculta en los acantilados, la Cova Tallada es conocida desde siempre. Explotada como cantera de bloques de tosca y arenisca en tiempos de la ocupación romana, y sobre todo en la dominación musulmana. De aquí han salido bloques para construcción del castillo de Denia, más tarde para la Iglesia de San Bartolomé de Jávea y varias casas señoriales. Fue visitada por Felipe III junto con Isabel Clara Eugenia en 1599. Durante la Segunda Guerra Mundial fue escondite y punto de abastecimiento de los submarinos, (se supone que alemanes), habiéndose visto un enorme tanque de hierro de al menos 6 m. de diámetro por unos 10 de largo al NE del islote que protege la entrada de la cavidad y a unos 15 m. de profundidad. Poco después de acabarse la guerra desapareció sin que nadie supiera cómo ni cuándo.
CÓMO LLEGAR:Autopista AP-7 dirección Valencia, salida 62 Ondara/Dénia/Jávea, hacia el puerto de Dénia. Seguir por la carretera hacia Xábia, y luego por la izquierda hacia Les Rotes, llegar hasta el final donde termina la carretera, hay que ir temprano para tener aparcamiento, es una zona muy visitada.
COMPONENTES:VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE.
ITINERARIO:LES ROTES / TORRE DEL GERRO / A LA COVA / CRUCE / COVA TALLADA / REGRESO POR EL MISMO SENDERO.

LA RUTA:Seis años hemos tardado en volver a la Cova Tallada, esta vez por la ruta corta desde Les Rotes. Aconsejo no ir en estas fechas por la masificación y la gran cantidad de piraguas que llegan por mar y ocupan su interior.

Hemos madrugado para llegar temprano y tener aparcamiento, luego resulta difícil. Las primeras vistas son para la Punta del Aigua Dols, la Platja de les Arenetes, punto de partida de la excursiones en piragua. Arriba la Torre del Gerro. 


Iniciamos por la calle Vía Láctea entre privilegiados chalets en dirección a la sierra,  para torcer luego a la izquierda y seguir subiendo por la carreterita de acceso. El tamaño y la categoría de los chalets va aumentado con la altura.

Llegamos a un cruce donde se bifurca el sendero hacia la Cova Tallada por la izquierda, si no se quiere subir a la Torre del Gerro continuaríamos por el sendero, nosotros si que la vamos a visitar y seguimos la carreterita por la derecha.


Las rampas son cada vez más inclinadas pero en la siguiente curva ya tenemos panorámicas de la pineda de Les Rotes hasta el puerto de Dénia y su castillo; y por el otro lado, vemos asomarse la cornisa del Cabo de San Antonio.


Pronto termina el asfalto y se prosigue por una plancha de cemento que ocupa solo la mitad de la anchura del camino. El paisaje marino y la torre van creciendo a medida vamos culminando la subida a la loma.











Torre del Gerro (182 m.), construida por el duque de Maqueda en el siglo XVI para vigilancia de los ataques berberiscos. Su nombre proviene del “gerro” o jarro. Su curioso diseño está entre una torre de ajedrez y un alfil. 

La atalaya tiene una altura de 13,5 metros y, a sus espaldas hay un cruce de senderos balizados que vienen desde el puerto de Xábia y que van al Montgó en dirección a Les Planes, la gran mole del Montgó ocupa todo el paisaje.










Hasta no hace mucho tiempo había marcado un sendero de bajada por el barranco y que enlazaba con la senda a la Cova desde Les Rotes. Pero vemos que las marcas han sido borradas y el acceso a la senda tapiado con piedras y ramas.


Aunque quedan trazos de sendero decidimos deshacer camino por el mismo sitio hasta el cruce con la senda a la Cova Tallada, que al inicio esta protegida por un murete de piedra en el que hay un marco metálico para enmarcar el paisaje.


Este es un corto tramo que bordea los acantilados formando un pasillo entre las rocas que al final lo taponan. Por la izquierda hay una bajada dotada de altos peldaños de cemento y barandas que nos desciende hasta una cornisa.

Giramos pegados a la cornisa por la derecha, con extensas miradas a la recortada costa rocosa hasta el cabo de San Antonio. En la parte baja de la ladera distinguimos el surco del sendero que nos llevará a la Cova.


Al dar la vuelta, el sendero prosigue pegado a las paredes sobre el acantilado, es sencillo pero para seguridad han instalado un tramo de cadenas a modo de pasamanos que ayudan a solventar las irregularidades del terreno.


Ahora viene un trecho de fuerte descenso para el que han articulado una serie de escalones de cemento apoyados por troncos de madera que permiten bajar con cierta fiabilidad hasta un rellano conde comienza el sendero.


Nos abrimos paso entre abundante palmito y algunos ejemplares de pino achaparrados por el viento. Las vistas hacia atrás alcanzan hasta la Torre del Gerro y el puntal por el que acabamos de bajar, y en el mar, a grupos de piraguas.


Luego, el sendero se torna más incómodo y pasa sobre la inclinada roca de la ladera, que también han asegurado con cadenas sujetas a unos cortos pilares de piedra. Este paso es más sencillo si no viene gente en sentido contrario.

Nos acercamos a la entrada de la Cova pero todavía no la distinguimos. El sendero es rocoso y erosionado por el oleaje marino, hay que prestar más atención. Llegamos a un poste balizado con paletas informativas.


Las indicaciones son las dos entradas a la Cova y la subida por el Santuari a Xábia. Nosotros entraremos por la primera que es algo más sencilla, hay que extremar precauciones porque es un entorno rocoso y descarnado.

Vamos a nivel del mar bordeando las rocas y pegados a la pared. No hay peligro de resbalar si se lleva buen calzado, la roca erosionada por las aguas se adhiere perfectamente a la suela. Uno a uno vamos pasando hasta la boca de entrada.


Las primeras imágenes tomadas a contraluz son impresionantes con el mar y el islote al fondo. Poco a poco los ojos se van acostumbrando a la penumbra, y los que llegan por primera vez quedan atónitos ante tan bonito espectáculo.











La gran sala tiene unos 70 m. de ancho y diversas alturas entre los 15 y 20 m., cinco bocas por las que entran la claridad y el agua del mar. Hay otras galerías bastante más extensas a las que se puede acceder con frontales o cascos de espeleología.


El mar penetra en el interior hasta un nivel de unos sesenta centímetros, lo que permite a gente que ha venido en piragua desde Les Rotes, vararlas mientras visitan con frontales otra parte de la Cova más interior.

Nos quedamos en traje de baño y calzamos los escarpines, el suelo bajo el agua es irregular al ser la parte donde se tallaron más bloques de arenisca, bajo el agua se ven los trazos de los cortes pese a los siglos transcurridos. 


Salimos por una de las bocas frontales a una especie de balcón pétreo al mar abierto y profundo. La transparencia del agua invita al baño. Enfrente tenemos el islote que dista unos 60 m. una punta y 4 m. en la otra. 

La estancia comienza a abarrotarse de gente y piraguas, es algo que debería estar controlado, al final todo son rastros de suciedad queramos o no. Volvemos a cambiar de calzado para regresar, en la boca de salida hay atasco.

La salida es más fácil que la entrada, enseguida estamos en el poste informativo y subiendo el escalón en el sendero. La gente sigue llegando y nos vamos turnando en los pasos más angostos, sobretodo en el paso de las cadenas.


Tras la subida por los escalones al camino, descendemos por la carreterita. La grúa tiene trabajo remolcando coches que hacen caso omiso de la prohibición de aparcar. Cerramos la ruta en el aparcamiento.
Como colofón nos damos otro baño refrescante en la Punta del Aigua Dols y nos vamos al restaurante Mena a tomar unas cervezas. Mientras no regulen el acceso yo aconsejaría ir en primavera y en otoño, el agua sigue estando buena.

RECORRIDO:LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:4,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:02:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:182 M. (Torre del Gerro)
ALTURA MÍNIMA:0 M. (Nivel del mar)
DESNIVEL POSITIVO:235 M.
DESNIVEL NEGATIVO:225 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


ENTRE DOS BARRANCOS Y EL MOLÍ DE LA CALERA, SANTA POLA

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El Molino de viento de la Calera fue construido en 1771 para abastecer de molienda de grano a la población. En sus inmediaciones se encuentra una calera (a la que debe su nombre) que se utilizaba para la producción de cal de forma tradicional. Tiene dos puertas, orientadas al norte y al sur, para prevenir el peligro que suponían las aspas y para habilitar una y otra, respectivamente, según de donde soplara el viento. La distribución interior comprendía dos plantas y en la parte baja se encontraba el almacén. El espacio libre y el hueco de la escalera se utilizaban para ordenar los sacos del grano o harina. La mayoría de los labradores que acudían al molino llevaba ya el grano debidamente preparado. Una pequeña explanada o era se utilizaba par extender los cereales. El agua se subía a los molinos de viento en cántaros a lomos de caballerías.
CÓMO LLEGAR:Por la CV-865 a Santa Pola hasta la plaza Rodríguez de la Fuente, al final de la playa de Levante. A primera hora suele haber aparcamiento.
COMPONENTES:VICENTE, JUANJO, TONI, JUAN, PACO VERDU, PEPE CERVERA, VICENTE CERVERA Y TELE.
ITINERARIO:PLAZA RODRÍGUEZ DE LA FUENTE / CARRER DEL CARMEN / BARRANC DE LA TÍA AMALIA / SUBIR IZQ. / SENDERO / DEPÓSITO DE AGUA / RONDA NORTE / CRUZAR BARRANCO / IZQ. / MOLÍ DE LA CALERA / DEPÓSITO BUTANO / DCHA. / DESVÍO DCHA. / BALSA / BARRANCO IZQ. / BARRANC DE LA PINADA / SALIR IZQ. / RECTO / SEGUIR RECTO / GIRO DCHA. / CRUCE DCHA. / IZQ. FULLA ROTJA / GIRAR DCHA / BAJADA BARRANCO /  BARRANC DE LA TÍA AMALIA / PLAZA RODRÍGUEZ DE LA FUENTE.

LA RUTA: Con un track de mi amigo Julián Palomar, cambiando el inicio más cerca de la playa por comodidad, efectuamos una de las últimas rutas veraniegas. Aunque tiene muchos cruces es un trazado sencillo y sin dificultad técnica.


Iniciamos desde la plaza, hacia la calle del Carmen para buscar el inicio del Barranc de la Tía Amalia, nos introducimos en él dejando atrás los edificios, y seguimos por su cauce hasta llegar bajo el puente de la Ronda Norte.


Pasado el puente remontamos por la izquierda la cuesta saliendo del cauce del barranco. Una vez arriba seguimos por el sendero de tierra paralelo a la carretera que nos pasa cerca del depósito de Aguas de Santa Pola.


Seguimos el sendero hasta que se corta al llegar a un puente de la Ronda Norte. Tenemos que pasar a la acera izquierda para cruzarlo y volver de nuevo al sendero que comienza a descender a un ancho barranco.


Se trata del Barranco de Paco el Manyaco donde una senda recorre su precioso cauce, pero hoy no lo haremos. Buscaremos la senda de subida a la otra ladera, ya que nuestro trazado de hoy discurre por su parte de arriba.


En este punto hay varias sendas, pero debemos seguir por la izquierda hasta enlazar con un camino ancho que continuamos por la derecha, pasando junto a una vieja construcción derruida que podría tratarse de una antigua calera.

Enseguida entramos en una amplia explanada donde está ubicado el Molí de la Calera, sin aspas y con sus puertas tapiadas, está protegido por un murete circular. Construido en 1771 abastecía de molienda de grano a la población de Santa Pola.

Proseguimos por la derecha tomando un camino asfaltado hasta un deposito de butano donde vuelve a ser de tierra. Poco más adelante conectamos con otro camino a la derecha, que se abre paso entre pinos de poco porte.

Posteriormente dejamos este camino haciendo un fuerte giro a la derecha que nos desciende un poco hacia una pequeña balsa-abrevadero artificial que alivia a los pequeños mamíferos en los meses de fuerte calor.

Bajamos un terraplén hasta el fondo del barranco que corresponde al cruce en el Barranc de Paco el Manyaco y el Barranc de la Pinada. Nosotros seguiremos por la izquierda, por el cauce del Barranc de la Pinada.


Comenzamos un bonito y sinuoso recorrido por el lecho del barranco que antiguamente estuvo tapiado formando terrazas para aprovechar el agua de las lluvias, en donde cultivaban almendros, olivos y algarrobos.


Tan solo quedan algunos tocones y viejos troncos de algarrobo derribados, los pinos han sustituido a los árboles de cultivo. Tenemos que cambiar constantemente de lado buscando la mejor forma de salvar los viejos muretes de piedra seca.

Poco a poco salimos por la izquierda del barranco a terreno llano y a un sendero por el que debemos seguir recto hasta enlazar con uno de los caminos principales que sigue paralelo a la carretera de servicio del faro. 

En pocos metros giramos a la derecha, por otra pista que nos dirige hasta el enlace con la pista del PR que va al punto geodésico situado sobre el refugio y a las antiguas baterías antiaéreas, que desechamos siguiéndolo por la derecha.

Un poco después viramos a la izquierda tomando la dirección balizada hacia el Paraje de la Fulla Rotja. Seguimos un tramo en suave descenso por la pista hasta el waypoint marcado como giro a la derecha, no hay referencias en el camino.

Hacemos un corto trecho campo a través buscando la mejor bajada hacia el Barranc de la Tía Amalia. Es un trozo algo confuso por falta de mojones pero no tiene ninguna dificultad hasta conectar con la senda que transita por el lecho del barranco.


Este agradable sendero recorre todo el cauce del barranco hasta conectar con el cruce de esta mañana bajo el puente de la Ronda Norte y de ahí seguir hasta finalizar la ruta en la playa de Levante. Luego tras el baño, hemos almorzado en casa de Juan.

RECORRIDO:CIRCULAR
AGUA POTABLE EN RUTA:NO
DISTANCIA:10,9 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:03:20 HORAS
ALTURA MÁXIMA:111 M.
ALTURA MÍNIMA:0 M. (Nivel del mar)
DESNIVEL POSITIVO:204 M.
DESNIVEL NEGATIVO:205 M.
DIFICULTAD: BAJA

NORUEGA

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Después de Gales, Islandia y Madeira, este será muestro cuarto viaje de turismo activo (senderismo) contratado, con lo cual ya somos casi expertos en esta forma de viajar, aunque todos han sido muy diferentes debido a la idiosincrasia de cada país. Esta vez nos vamos a Noruega el país escandinavo de los fiordos Patrimonio de la Humanidad, y que nada tiene que ver con la abrumadora geografía de Islandia. La duración del viaje será de 8 días y recorreremos la parte sur de Noruega a través de sus fiordos más bellos eligiendo la misma compañía del año pasado, http://www.tierraspolares.es/. El sistema es el mismo que en Islandia una furgoneta con 8 viajeros y una guía, la diferencia con los demás viajes ha sido que solo nosotros dos y la guía éramos españoles, los seis restantes eran italianos. Pero no ha supuesto ningún problema, la guía traducía y con nuestras raíces de valenciano y las ganas de comunicarnos no ha habido dificultad.


Todo está organizado a modo de una expedición y los itinerarios de viaje trazados diariamente, las rutas son orientativas porque pueden variar por causas imprevistas como el tiempo o época del año. El orden de las actividades puede cambiar y no coincidir con lo descrito, la ruta es orientativa y está sujeta a modificaciones y variaciones sobre el terreno debido a causas climatológicas, de la mar, del hielo, logísticas o técnicas, que requieren la flexibilidad del viajero, se trata de un viaje de aventura.


No se requieren condiciones físicas especiales pero si ganas de realizar una ruta en un entorno natural, con un espíritu de colaboración, camaradería y de trabajo en equipo en las que se valora sobre todo el buen humor, el buen ambiente y la tolerancia hacia los compañeros de viaje, a los que no conocemos de nada. Seremos ocho personas y la guía de habla hispana que dirigirá las operaciones comunes, pero las actividades se harán entre todos; algunas tareas como cargar el vehículo, preparación de la comida, fregar los platos, hacer la compra u otras tareas que sean necesarias, se realizarán por igual entre todos los componentes incluido la guía.


El viaje se realiza en un vehículo con tracción 4x4 de nueve plazas, ideal para descubrir el país de un modo ligero, familiar, flexible y diferente, totalmente idóneo para las carreteras de Noruega. Es un viaje en el que se recorre una gran distancia, pues se realizan más de 1.000 km en los que se incluyen varios traslados en ferry de un fiordo a otro. Los periodos de conducción están estudiados para ser optimizados e intercalados con actividades y evitar traslados largos, lo normal es hacer un par de horas al día, aunque hay algún día con hasta 4 horas de coche. 


Además de una mochila de día donde llevar el picnic que habremos preparado, ropa de abrigo, chubasqueros, pantalón de agua o la cámara fotográfica necesarios para cada una de las excursiones; se recomienda llevar una bolsa de viaje o mochila con el resto del equipaje, mejor que una maleta rígida. Para realizar cómodamente el viaje, y al disponer de un espacio limitado en el vehículo, es importante llevar un equipaje moderado, ya que todos los días tendremos que cargar y descargar.


Los alojamientos son de tipo albergue o cabañas en la montaña. Las habitaciones pueden ser compartidas, con camas o literas, baños y duchas comunes. La cocina y el comedor están totalmente equipados. Todos lo albergues tienen calefacción y agua caliente. En algunos casos el alojamiento se hará en apartamentos exclusivos para el grupo pero con el mismo estándar que los albergues.


Durante los días de excursión, por el día llevaremos una dieta tipo picnic con algunas cosas que prepararemos el día anterior y bocadillos o sanwich, y por la noche se cocinará en los alojamientos con comidas planteadas por el guía o con las compras que realicemos en los supermercados imperando el gusto de todos, ya que colaboraremos en su elaboración. Los desayunos son abundantes y muy variados; existe la posibilidad de hacer alguna barbacoa al aire libre.


Todas las actividades están pensadas para un nivel de iniciación, no se necesita experiencia y son opcionales. La mayoría de ellas representan el espíritu del país como: caminar por la lengua del glaciar Folgefonna, adentrarnos en lancha rápida por el interior de sus fiordos, una sencilla navegación en kayak y hacer los mejores trekking en diversos terrenos, subiendo al famoso Preikestolen (el Púlpito) en el Lysefjord, también visitaremos la mayor y mejor conservada de las iglesias Stavkirke.


En Oslo, Stavanger y Bergen dispondremos tiempo libre para visitar estas bonitas ciudades, realizar compras, comer o cenar degustando la gastronomía noruega. Estas serán las actividades en el país de los fiordos, ahora os iremos relatando nuestra experiencia día a día.


La primera jornada ha transcurrido con los vuelos para llegar al destino. Salimos al mediodía con vuelo directo a Oslo y trasbordo a Stavanger, donde nos recogió la guía y nos llevó al apartamento para dejar el resto del equipaje. Luego nos fuimos a cenar al restaurante donde estaba el resto de la expedición italiana, con las consabidas presentaciones y plan de ruta para el día siguiente.

EL PÚLPITO Y EL FIORDO DE LA LUZ, NORUEGA.

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El fiordo de Lyseo Lysefjord es un fiordo de Noruega del Mar del Norte, que se encuentra en el distrito de Ryfylke, al este de la ciudad de Stavanger en el condado de Rogaland en el suroeste del país. El nombre significa fiordo claro o de la luz, y se dice que deriva de las rocas de granito de color claro que se encuentran a lo largo de sus riberas. El fiordo fue tallado por la acción de los glaciares en la Edad del Hielo y estaba inundado por el mar cuando los últimos glaciares se retiraron. De extremo a extremo, mide 42 km con las paredes rocosas cayendo casi verticalmente más de mil metros sobre el agua. Debido a lo inhóspito del terreno, el fiordo está sólo ligeramente poblado y sólo tiene dos pueblos: Forsand y Lysebotn, ubicados en extremos opuestos del fiordo. La poca gente que vive o ha vivido a lo largo del fiordo son sólo capaces de dejar sus casas en bote, como las colinas son demasiado inclinadas para carreteras. Lysebotn, en el extremo más oriental, está muy poblada por los trabajadores de las cercanas centrales hidroeléctricas en Lyse y Tjodan, ambas construidas dentro de las montañas. En la lista de Lyse, el agua cae 620 m hasta las turbinas, produciendo hasta 210 MW de potencia eléctrica; en Tjodan, el agua cae 896 m para una producción de 110 MW. Las dos centrales proporcionan electricidad para más de cien mil personas. Una carretera espectacular que se alza a casi 900 metros a través de una serie de 27 curvas cerradas une Lysebotn con el mundo exterior. Lysefjord es una atracción turística extremadamente popular y un viaje de un día desde el cercano Stavanger, desde donde los cruceros recorren toda la distancia del fiordo. Así como un extraordinario paisaje del mismo fiordo, dos puntos a lo largo de su recorrido son populares viajes secundarios. La roca de Preikestolen,  cuyo nombre significa púlpito, está ubicada sobre una caída vertical de 604 metros, puede verse desde el fiordo, pero es más impresionante desde arriba. Al final del fiordo está el monte Kjerag, un popular destino de senderismo con caídas todavía más espectaculares. Está legalmente permitida la práctica del Salto Base en este sitio. En cuanto a la roca misma, se trata de un saliente que se asoma sobre el Lysefjord. La meseta superior mide unos 25 m x 25 m. La saliente es medida cada año y no presenta mayores variaciones con el paso de los años. Sin embargo, desde el punto de vista geológico, algún día el púlpito cederá y caerá al fiordo. La caída del fiordo ocurrirá, según la leyenda, cuando cinco hermanos se casen con cinco hermanas.
COMPONENTES:ANA (GUÍA), CARLO, LUISA, FRANCO, SILVANA, MIQUEL-ANGELO, SUSI Y VICENTE.
ITINERARIO:APARCAMIENTO / 1ª PLATAFORMA / 2ª PLATAFORMA / 3ª PLATAFORMA / PUNTO FOTOGRÁFICO / PÚLPITO / CIMA / REGRESO POR EL MISMO CAMINO.

LA RUTA:Ayer en la cena y presentación ya se comentó que hoy tocaba Preikestolen, el Púlpito, nos entusiasmó que el primer día fuera así, pero ha sido esta mañana en el madrugador desayuno cuando hemos comentado las actividades del día.

Cargamos la furgo solamente con las mochilas del día, donde ya hemos puesto el picnic del mediodía, líquidos, algunas prendas de abrigo y los bastones,  ya que esta noche volveremos a pernoctar en el apartamento de Stavanger.


Salimos hacia el puerto para embarcar con la furgo en el ferry que nos trasladará hacia la zona de Ryfylke y al Lysefjord “el fiordo de la luz”. Somos de los primeros en embarcar y subimos a los salones del ferry vacíos a estas horas.


Son muy puntuales y enseguida partimos. Apenas comienza a clarear cuando vamos dejando atrás Stavanger. Nos abrigamos para salir a las cubiertas y contemplar las luces de la ciudad que comienza a despertar.


Apenas hay tráfico marítimo y sobrepasamos numerosos islotes de todos los tamaños, algunos con vegetación y habitados, pero la mayoría son meras rocas que sobresalen del agua y tienen artilugios con luces para avistar de su presencia.


Nuestro destino se vislumbra al frente, entre las montañosas costas por donde el sol amanece y sus dorados rayos comienzan a iluminarlo todo, deshaciendo nubes bajas y neblinas matutinas. La calma es total.


La luz del sol nos dejar ver la arboleda de las pobladas colinas, pequeños grupos de casas de madera salpican las laderas a media altura. Todo está cronometrado y antes de arribar a puerto el ferry levanta la compuerta de su proa.


Ocupamos nuestros asientos en la furgo y salimos en dirección a la cercana zona del parking controlado donde se inicia el treking del Preikestolen. Nos abrigamos, hay humedad y una fresca brisa, varios paneles describen el itinerario.


Iniciamos por un corto tramo de camino asfaltado donde en medio hay una piedra monolítica. Dice la tradición que abrazarla nos traerá buena suerte, no cuesta nada hacerlo. Tras pasar por debajo de una carretera, el camino ya es de tierra.

Nos sorprende una empinada escalinata de amplios escalones construida con piedras de granito que tanto abunda en la zona. Pronto tenemos miradas entre la pineda a las aguas del Lysefjord donde se reflejan las montañas.


Otra tanda de escalones más rústicos enlazan con una pasarela de madera que salva las chorreras de un arroyo por una barranquera. Con un esfuerzo más alcanzamos la primera de las plataformas pétreas en la que el desnivel se apacigua.


Se trata de un amplio rellano de sonrosada piedra granítica que nos permite tomar un respiro, asomarnos al fiordo o contemplar las pobladas laderas de pinos y abedules. También vemos la siguiente plataforma.


Entramos en el bosque para conectar con un ancho camino empedrado que enlaza con una preciosa travesía en la que caminamos sobre las desgastadas piedras de granito al borde del fiordo con impresionantes vistas a sus aguas.

Luego viene otra tanda de inclinados escalones de piedra que ayudan a salvar el erizado desnivel. Estos tramos nos traen recuerdos del Camino Inca. Por suerte tras un trecho duro viene una zona relajada, esta vez sobre pasarelas de madera.


De nuevo por sendero empedrado hasta conectar con otras pasarelas de tablas que cruzan un amplio llano inundable para entrar en una zona de grandes piedras redondeadas por la erosión y más maderas que nos acercan a la gran roca.


Llegamos quizás, al tramo más duro de la ruta donde hay que salvar un fuerte y vertical desnivel. Al haber poco espacio en la enorme roca de granito, los peldaños de piedra son la mejor solución ya que permiten subir con seguridad.


Aprovechamos los rellanos para tomar aire y contemplar las hermosas vistas que el paisaje y la altura nos ofrecen. Otro ciclo de erguidos peldaños que cada vez parecen ser más altos se abren paso entre las rocas.


En un rellano hacemos una breve parada técnica para reponer líquidos y tomar alguna fruta con que afrontar la última subida. Subimos y bajamos escalones para conectar con otras pasarelas de tablas y llegar a la segunda plataforma.


Esta segunda plataforma tiene un aire más bucólico que la anterior, no vemos el fiordo pero a ambos lados tenemos dos pequeñas lagunas separadas por una ancha lengua de granito sonrosado. Los abedules aprovechan cualquier resquicio de tierra para crecer.


Nos dirigimos hacia la última plataforma con un suave desnivel. Caminamos sobre la gran planicie de granito observando otras lagunas y masas boscosas, y al llegar a una cornisa tenemos la primera visión del Lysefjord, el fiordo de la luz.


Perdemos la visión del fiordo al tener que bajar y subir para rodear la cornisa a cambio de mejores vistas del bosque y las lagunas. Para salvar este tramo sin perder altura pasamos por pasarelas y puentes de madera.


De nuevo sobre el suelo de granito seguimos avanzando hacia la última plataforma que se sitúa sobre otra cornisa, llegados a este punto, las vistas lo inundan todo. Vemos como el estrecho y largo fiordo penetra tierra adentro.


Por el otro lado, la plataforma continúa como una ancha faja entre la montaña y el profundo abismo del fiordo. Esta elevación nos da mejores vistas al fiordo hacia ambos lados, por la derecha todavía no se ve el  Púlpito.
















Alcanzamos el punto de los fotógrafos, y ahora sí, el Preikestolen, el Púlpito, aparece ante nuestros ojos. Aquí nos quedamos los fotógrafos mientras que todos los demás caminan rápido para situarse en la plataforma cerca del abismo.


A estas horas hay poca gente y por riguroso turno vamos haciendo las fotos a las modelos de nuestro grupo. Hay reglas no escritas que la gente respeta, separándose, dejando un espacio y un tiempo para realizar las fotos.


El Preikestolen, el Púlpito (604 m.) realmente espectacular. Dependiendo del grado de vértigo la gente se acerca lo más posible hacia el vacío. Es impresionante estar sobre esta base de granito. El fiordo cobra vida con los barcos que lo navegan.

Al no haber aglomeración podemos disfrutar de nuestro picnic en este insólito emplazamiento, luego excepto Susi y Miquel-Ángelo que se quedan tomando el sol, el resto de la expedición vamos a subir hasta la cima que hay arriba del Púlpito.

Nada más tomar un poco de altura tenemos una grandiosa perspectiva de la base y en unos pasos, al tremendo canal que forma el estrecho Fiordo de la Luz. Trepamos un poco hacia el interior perdiendo las grandes miradas.

A media altura tenemos otro balcón donde asomarnos sobre la gran roca. El espectáculo es genial, vemos la base del Preikestolen y sobre las aguas del fiordo, una embarcación rápida traza círculos de estelas que forman un corazón.

Delante tenemos enormes bloques de granito que configuran la cima de la montaña unos hitos de piedras nos guían hacia la derecha para subir escalonadamente entre las grandes rocas que ya nos dejan ver  la rectangular base de granito.

Continuamos subiendo y girando a la izquierda para llegar a la parte más elevada. Algunos se van quedando en camino pero vale la pena seguir un poco más para conseguir maravillosas fotos. La base bulle como un hormiguero de gente.

Comenzamos el regreso descendiendo por el mismo sendero ahora mucho más rápido. En la base nos reunimos con el resto del equipo para emprender el retorno. A estas horas la cantidad de gente se ha multiplicado enormemente.

De vuelta por la cornisas nos fijamos en otros detalles, la masa forestal es grande y vemos cuatro lagunas y una cascada. Tras las plataformas de granito los tramos de bajada por los peldaños se hacen más llevaderos.

Al final del camino volvemos a abrazar el monolito que nos ha traído suerte y una estupenda mañana. De la furgo al ferry y de regreso a Stavanger. Nos da tiempo a una refrescante ducha y pasear por la ciudad.

Stavanger es la capital de la provincia de Rogaland y la cuarta ciudad de Noruega y también capital petrolífera de la nación. Decidimos no entrar a ningún museo y callejear por el puerto y sus edificios más importantes.
RECORRIDO:LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO
DISTANCIA:9,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:650 M. (CIMA DE ARRIBA)
ALTURA MÍNIMA:270 M. (APARCAMIENTO)
DESNIVEL POSITIVO:624 M.
DESNIVEL NEGATIVO:599 M.
DIFICULTAD:MODERADA.
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