Quantcast
Channel: Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos
Viewing all 899 articles
Browse latest View live

LA COSTA NORTE DE MENORCA

$
0
0
Si Mahón es como es, si Menorca es como es, se lo debe en gran parte a una posesión que por los siglos ha sido la envidia de todas las civilizaciones e imperios que han cruzado el Mediterráneo. Esta codiciada posesión es el puerto natural más grande de nuestro mar. Asomada a él, ha crecido una ciudad luminosa, ilustrada y humana. Una muestra de cómo la vida de esta ciudad transcurre alrededor de su puerto la encontraremos paseando por la bellísima plaza del pescado o por el mercado del Claustro del Carmen, ambos edificios construidos sobre el puerto. Como ellos, tantas otras casas mahonesas se levantan sobre el mismísimo acantilado, dejando algún que otro hueco en forma de mirador para compartir las increíbles vistas a esta maravilla de la naturaleza que es el puerto de Mahón.

Hoy también tenemos un día gris y lluvioso, pero es lo que hay y no nos vamos a detener. Tras el desayuno cogemos el coche y damos una vuelta por cala Morell y nos dirigimos hacia los acantilados de la costa norte, en primer lugar Fornells.

La Mola de Fornells, también llamada Talaia de Fornells, está protegida como espacio natural de Menorca. Se trata de un promontorio de 123 metros de altura de costa tajada. Debajo en el acantilado que da al mar, hay la cueva de Na Pulida, muy apreciada por los submarinistas.

En esta cueva, descubierta en 1831 por un pescador local, estalactitas y estalagmitas crean un asombroso juego de formas a lo largo de 300 metros de laberínticas galerías. Sólo se puede llegar a ella por mar. En téoria, cualquiera puede visitarla, pero hay de disponer de equipos y estar acompañados por conocedores del terreno.

La mola también es una zona militar; su entorno natural de caza y pesca es de los mejores de Menorca. Construida por los ingleses entre 1801 y 1802, con la intención de proteger el puerto de Fornells y el Castillo de Sant Antoni.










Su forma es troncocónica y está construida con piedra y mortero con una serie de encadenados verticales de refuerzo. Es una de las mayores torres de defensa de Menorca. Tiene la peculiaridad de tener un talud adosado que rodea su perímetro.

Tiene cuatro niveles: en el subsuelo está la cisterna; en la planta baja se encontraba el espacio destinado a armas, munición y víveres; la primera planta era para la guarnición, y en la planta superior, encontramos la terraza “de combate” con dos plataformas circulares para el asentamiento de dos piezas artilleras.

La puerta de entrada original (como en muchas torres) se encontraba en la primera planta, si bien actualmente el acceso de entrada lo encontramos en su parte baja. Ha sido restaurada recientemente y su estado es bueno.

Está situada al norte de la población de Fornells; es de fácil acceso y está señalizado. Actualmente alberga en su interior un centro de interpretación. También se la conoce por Torre de la Punta y Torre de Tirant. Es de titularidad publica (Consell Insular de Menorca).


Ahora nos dirigimos al faro de Cavallería, el faro por excelencia de Menorca al encontrarse en una de las zonas abruptas de la costa norte. En su entorno también observaremos restos de diversas baterías antiaéreas de la guerra civil.


Situado en la punta del cabo de Cavallería, el extremo más septentrional de Menorca, un buen lugar para contemplar la puesta de sol en verano. La torre blanca del faro de Cavallería, de 15 metros de altura, está ubicada sobre uno de los acantilados más altos e impresionantes de la isla.


Se encuentra a 94 metros sobre el nivel mar y tiene una apariencia luminosa de 2 destellos cada 10 segundos. La luz del faro es visible desde 22 millas náuticas. También es una estación Racon que emite la letra B en código morse en un periodo de 72 segundos.


Antes de inaugurar el faro del cabo de Cavallería en 1857, en el accidentado y peligroso contorno de esta zona costera del norte de Menorca, se habían producido desde el siglo XIV, más de setecientos naufragios.

A pesar de la mejora para la navegación que supuso este faro, en la costa norte de la isla se siguieron produciendo naufragios importantes que motivaron la construcción del faro de Faváritx y el faro de Punta Nati a principios del siglo XX.

El faro de Cavallería se mantuvo con petróleo hasta los años ochenta del siglo pasado y fue el último faro de Baleares en utilizar este combustible, y sus ópticas han sido reemplazadas en varias ocasiones, adaptándose a los tiempos modernos.

CAMÍ DE CAVALLS: DE CALA EN TURQUETA A LA PLATJA DE SONXORIGUER.

$
0
0
El Camí de Cavalls tiene, para todos los habitantes de la isla, un significado que va más allá de lo puramente histórico. Su recuperación para abrirlo al público de manera definitiva ha sido el fruto de un trabajo intenso y persistente hecha por mucha gente con el convencimiento de que ésta era una justa reivindicación basada en motivos históricos, culturales y sociales. Sus origen parecen situarse en tiempos del rey Jaime II, quien ordenó a los caballeros de aquel tiempo mantener un caballo armado para la defensa de la isla y de sus habitantes. El camino es una consecuencia de este orden real. Poco se podían esperar aquellos caballeros cuando vigilando la costa dieron origen a este camino, que siglos más tarde debería costar tantos esfuerzos conseguir que el antiguo camino volviera a quedar libre y franco al paso de los ciudadanos. La historia del Camí, es pues, antigua y bien documentada. Durante la primera dominación inglesa, por ejemplo, el gobernador Richard Kane, 1736, lo consideró como un "camino real" y, como consecuencia, ordenaba mantenerlo "limpio y transitable como se hacía antiguamente".  No demasiado años más tarde, en 1758, era el gobernador francés, el Conde de Lannion, quien mandaba su mantenimiento y ensanchamiento. De 1780, fecha el primer mapa de la isla que se conoce, realizado por el cartógrafo Louis Stokes de Arco de la Rochette, que contiene el Camí de Cavalls. Un par de años después el Conde de Cifuentes, gobernador español de la isla dice "los caminos llamados de caballos estén abiertos y del todo libres y compuestos de poderse libremente transitar ...". Ya dentro de este milenio, respondiendo a una demanda social, se aprobó en el Parlamento de las Islas Baleares la ley del Camí de Cavalls (Ley 13/2000 de 21 de diciembre) con el objetivo de consolidar el uso general, libre y gratuito de dicho camino. Ahora les invitamos a todos a recorrer el Camino, a dar la vuelta a Menorca. Con la información que encontrarán en esta página esperamos despertar su curiosidad por el conocimiento y el respeto a los valores naturales de Menorca, su idiosincrasia y su historia. Conocer es disfrutar, amar y respetar.

CÓMO LLEGAR: Desde Cala’n Forcat hasta conectar con la RC-1, en la rotonda antes de la carretera a Cala Morell, girar a la derecha dirección  Ciutadella por la calle Mariners y Pescadors y calle San Esteban hasta conectar con la RC-2, Ronda Sur, seguir por la derecha hasta salir por la izquierda en una rotonda hacia el Camí de Sant Joan de Missa y más tarde, por la derecha girar hacia el Camí a Cala en Turqueta hasta llegar al aparcamiento.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: PARKING / CALA EN TURQUETA / MIRADOR DE LA CALA / PUNTA DES TAMBORS / CALA DES TALAIER / BÚNKER / BAHÍA SON SAURA / INSTALACIONES MILITARES DEST ESCALONS / BÚNKER PESQUERA DES COMTE / TORRE VIGÍA PUNTA SA CELDA / CALA SON VELL / TALAYOT DE PUNTA PRIMA / COVA DELS PARDALS / CALA PAREJALS / CALA SON XORIGUER / PLATJA DE SON XORIGUER.
LA RUTA: Por fin el tiempo ha mejorado y aunque nos quedan dos días los vamos a aprovechar. Nos decidimos por el Camí de Cavalls en la zona de Cala en Turqueta; tenemos un Track que inicia en Son Xoringuer hasta esta Cala.

El trayecto será lineal y pensando en el retorno decidimos cambiar el sentido de la marcha iniciando en Cala en Turqueta dejando el coche su parking, ya que en temporada de invierno no hay servicio de bus, y en Son Xoriguer llamar a un taxi.

Somos los primeros en llegar y tenemos todo el ancho parking para nosotros; suponemos que en verano será un agobio intentar aparcar. La caseta de información y los servicios están cerrados aunque todo está muy limpio.

Iniciamos por camino ancho junto al muro de piedra de un pedio, este tramo de algo más de un kilómetro es el que tienen que recorrer a pie todos aquellos que quieran llegar a la cala. Enseguida entramos en el bosque de pinos.

Las estacas de señalización del GR-223 indican un sendero a la derecha entre la abundante vegetación paralelo al camino, y que se unen a cien metros de la playa ante una tranca de madera y una cadena que cierra el paso a vehículos.

Unos altos e inclinados pinos nos acompañan hasta la arena de la playa, donde dos puntas rocosas no muy elevadas, y repletas de vegetación, se adentran unos cientos de metros en el mar formando una cerrada cala paradisiaca.

Cala en Turqueta es para muchos la más bonita de la isla. Se trata de una pequeña playa de aguas azules con fondo de arena blanca rodeada de pinos y dividida en dos partes por unas rocas de poca altura.

El nombre de Turqueta viene del color del agua, que recuerda al turquesa más claro y cristalino. Es curioso estar solos en esta playa cuando en verano está abarrotada. Debido a su orientación el sol se esconde muy pronto.

Por la derecha subiendo por las rocas enlazamos con el Camí de Cavalls. Es una zona de vegetación exuberante, con pinos, encinas, acebuche y matorral de lentisco. Desde esta elevación podemos la otra punta de la cala.

Llegamos a un claro entre los pinos donde tenemos un excepcional balcón protegido con barandas de ramas de acebuche, donde podemos asomarnos a contemplar cala en Turqueta desde una posición privilegiada.

Poco más adelante, en la Punta des Tambors algo más elevados, volvemos a tener grandes miradas a la punta de na Foradada y el accidentado litoral de acantilados. Unas cuantas cabras parecen indicarnos el lugar idóneo.

Continuamos bordeando todo el contorno de la rocosa costa en forma de pequeñas plataformas y acantilados de poca altura que se adentran en el mar. El paisaje ha cambiado, la arboleda ha remitido quedando solo el matorral bajo.

Un entrante del mar nos indica que nos acercamos a otra cala. Curiosamente la masa de pinar vuelve al límite de la costa, primero con ejemplares a achaparrados por la fuerza de los vientos y de buen porte en los sitios protegidos.

La cala des Talaier es una pequeña playa virgen y paradisíaca, Está rodeada de pequeñas formaciones rocosas y sus aguas son cristalinas y de gran pureza. Su nombre deriva de la atalaya de Artrutx, una antigua torre de vigilancia cercana a la cala.

No bajamos a la playa y la rodeamos por su parte interior, por la pineda, donde hay un muro de contención que protege la cala en las riadas. Nos separamos algo del mar para cruzar el muro de un predio por una tranca de madera.

De nuevo las plataformas rocosas marcan todo el recortado paisaje litoral. Al alejarnos y mirando hacia atrás, vemos la Atalaya del Cap d’Artrutx, torre defensiva construida por los españoles durante el siglo XVII, es cilíndrica con una base ligeramente inclinada.

También pasamos por los restos de un antiguo búnker de la guerra Civil antes de que unas estacas de madera unidas con cuerdas delimiten las rocas y el camino, de la masa de pinar y dunas que rodea las siguientes playas.

Estamos en les Platges de Son Saura del sur, que son un conjunto de dos playas vírgenes, separadas por una pequeña punta rocosa, que conforman el arenal más amplio de la costa sur de Ciutadella con la marisma litoral del Prat de Bellavista.

El Camí de Cavalls bordea la primera de las playas, la de Bellavista, sin pasar por la marisma y las dunas, protegidas por las barandas de cuerdas. Cruzamos por la arena llena de algas por el temporal, cerca de la orilla del mar.

Por la plataforma rocosa que las separa, y cruzando una acequia por la que entra agua del mar, posiblemente para alimentar y mantener el nivel de agua en la marisma, llegamos a la segunda playa, la de es Banyul.

Fuera de temporada están algo descuidadas por los restos arrastrados por el temporal. Tras unos grandes pinos otro muro de piedra seca nos corta el camino, y una tranca de madera nos accede al siguiente predio.

Arribamos a las instalaciones militares de Dest Escalons junto a su diminuto embarcadero y otro búnker en la Pesquera des Comte, donde los republicanos tenían que defender la isla de un hipotético desembarco franquista en la guerra Civil.

A partir de aquí, en la zona de los Melaos, encontramos una franja de acantilados sin vegetación y que, por su orientación están muy expuestos a la erosión del mar y del viento, mostrando extrañas y quebradas formas.

Tenemos que traspasar otro predio, este corresponde a la Cova des Pardals y son Vell. Desde acantilados más tranquilos observamos nítidamente las grandes alturas de la sierra de Tramuntana en la cercana Mallorca.

En la distancia distinguimos sobre la base de una punta rocosa los restos de la Torre Vigía de Punta sa Celda, una de tantas, que vigilaban para alertar a la población de las frecuentes incursiones moriscas. El camino discurre cerca.

Entramos en una franja de achaparrado pinar, sabinas y matorral, y por un sendero de tierra bajamos hasta la diminuta cala de son Vell, solitaria y escondida, donde quedan restos y ruinas de antiguas construcciones.

El sendero de tierra prosigue un trecho separado del mar y paralelo al muro de piedra de un predio, con lo que dejamos de ver el Talayot de Punta Prima. Volvemos al mar junto a una caseta y un muro en forma de “U” que protege un agujero de bajada escalonada.

No hay nada que nos indique que estamos en la Cova des Pardals, solo la curiosidad hace que nos asomemos al agujero y bajar por sus escaleras. La sorpresa es mayúscula al ver que estamos en una cueva con salida al mar.

La oquedad, de tamaño regular, está pavimentada y muy limpia, forma un diminuto embarcadero donde varar para tomar un baño o practicar la pesca cuando el mar está en calma. Curioso y escondido lugar.

A la salida de la cueva seguimos el contorno del litoral y mirando al frente distinguimos en la isla de Mallorca las montañas nevadas, posiblemente el Puig Major. Se ha movido un poco de aire el mar comienza a picarse.

Salimos del predio por un abertura en el muro sin tranca de madera y con vistas al far del Cap d'Artrutx. Al llegar la la Cala Parejals la costa se vuelve urbana y entre la vegetación aparecen casas y chalets.

Poco después entramos en la punta de la Cala de son Xoriguer, recorremos todo su semicírculo con su parte rocosa y de arena, hasta la otra punta que hace de separación con la Cala’n Bosch. Aquí cerramos el Track de la ruta.

Proseguimos hasta la estrecha calita, a las urbanizaciones y hoteles. Decidimos comer en un pequeño restaurante sin entrar a la dársena y luego llamamos a un taxi, que por carretera nos deja otra vez en el parking de Cala en Turqueta.

RECORRIDO: LINEAL, SOLO IDA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 12,2 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:55 HORAS
DESNIVEL ACUMULADO:185 M.

DIFICULTAD:MODERADA.

CAMÍ DE CAVALLS: DE CALA SANTADRIÁ A CALA’N BOSCH.

$
0
0
El far del Cap d’Artrutx fue construido en 1858, al principio funcionaba con aceite de oliva y, más tarde, pasó a hacerlo con petróleo. En 1969 la altura de la torre se aumentó 17 metros para poder cumplir los requerimientos del Plan de Mejora del Alumbrado de 1967. Para reforzar la consistencia de la torre, se añadieron los contrafuertes que le dan la fisonomía actual, única entre los faros del archipiélago Balear. El sistema fue automatizado al final de la década de 1980. El 26 de septiembre de 2005 fue inscrito en el catalogo insular de patrimonio histórico de Menorca. Junto con el faro de Capdepera, en Mallorca, el far d’Artrutx marca los extremos del estrecho entre las dos islas. Tiene una apariencia luminosa de grupos de 3 destellos cada 10 segundos y se encuentra a 45 metros sobre el nivel del mar. La apariencia diurna es una casa blanca con una torre de 34 metros con contrafuertes decorada con bandas blancas y negras. Su luz se puede ver desde 19 millas náuticas. Actualmente las antiguas viviendas de los fareros alojan un restaurante. El faro se encuentra dentro de la urbanización de cabo d’Artrutx, núcleo turístico con todos los servicios típicos de este tipo de núcleos urbanos. Gracias a su ubicación, desde el faro podemos disfrutar de preciosas puestas de sol con vistas a la isla de Mallorca.
CÓMO LLEGAR: Desde Cala’n Forcat hasta conectar con la RC-1, en la rotonda antes de la carretera a Cala Morell, girar a la derecha dirección  Ciutadella por la calle Mariners y Pescadors y calle San Esteban hasta conectar con la RC-2, Ronda Sur y tomar dirección a Santadriá. Hay dos pequeños aparcamientos arriba de la cala.
COMPONENTES:VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: PARKING / CALA SANTADRIÁ / LA PUNTETA / CLOT DE SAERA / CALA BLANCA / CAP DE SA PARED / CALA EN BASTÓ / CALA AIXADA / CALA DES SAC DE BLAT / BATERIA DE COSTA / BARRACA DE GANADO / MARINA OLIVARET / PASEO MARÍTIMO D’ARTRUCTX / CAP Y FAR D’ARTRUTX / CANAL PONT / DÁRSENA / CALA’N BOSCH.

LA RUTA: Hoy será nuestro último día en Menorca. Hemos elegido una ruta del Camí de Cavalls cercana a su paso por Ciutadella, adaptando su inicio en Cala Santadriá, huyendo un poco de la zona urbana y finalizar en Cala’n Bosch.

De camino paramos un poco en la bocana del puerto de Ciutadella,  frente a sa Farola y junto al Castell de Sant Nicolau, una de las torres defensivas repartidas por la de costa de Menorca, levantadas durante las ocupaciones de españoles, franceses e ingleses, entre los siglos XVI y XIX.


Iniciamos desde el parking bajando por unas escaleras junto a uno de los restaurantes, ahora todos están cerrados. En un rincón vemos un grupo de ánades; bajamos a la arena invadida por la hojas de posidonia.


La cala Santandriá es una cala estrecha y profunda, de más de 500 metros de largo, en el fondo de la cual hay dos playas de arena blanca y aguas transparentes. Tiene todos los servicios y es de ambiente tranquilo y familiar, pese a estar en una zona turística.


Salimos de la playa y por asfalto subimos una corta cuesta para girar a la derecha y por camino de tierra entre pinos y abundante vegetación, recorrer la larga entrada del mar a la cala hasta llegar a la Punteta.

Vemos la Torre des Castellar, otra de las torres defensivas construida por los británicos entre 1799 y 1802 con la intención de defender las calas de la isla como apoyo al Castillo de Sant Nicolau, ante un posible desembarco enemigo.


Entramos en la parte rocosa de la costa. Por un camino de tierra nos acercamos hacia una urbanización y poco antes de llegar hay un pequeño entrante de mar rocoso donde el oleaje golpea con saña, es el Clot de sa Era.


Un poste informativo nos indica que debemos continuar por detrás del primer edificio para salir de nuevo al mar en un corto espacio de paseo marítimo, y de nuevo, caminar por detrás de las chalets de primera fila.


Llegamos a Cala Blanca, una cala de arena blanca y fina situada en una zona turística. A menudo presenta importantes acumulaciones de posidonia, que la protegen de los temporales. De aguas poco profundas y tranquilas, es ideal para disfrutar en familia.


Dejamos atrás la cala y los chalets entre pinos y,por acera de baldosas seguimos paralelos al litoral  de planas plataformas rocosas hasta alcanzar el mirador des Cap de sa Pared, donde tenemos buenas vistas a un mar más calmado.


Abandonamos la acera por un camino de tierra más cercano al litoral donde vemos restos de algunas casamatas antes de llegar a Cala’n Bastó, pequeña cala en la costa oeste del municipio, situada dentro de un Área Natural de Especial Interés.


Comienza una curiosa zona en la que tenemos que atravesar varios muros de piedra seca sin tranca que bajan perpendiculares al mar pero sus franjas de terreno son muy estrechas, quizás servían para separar el ganado.

En este tramo en el que vamos más separados del mar, observamos en algunas de sus plataformas rocosas,   ses barraques, levantadas en piedra seca y que servían para resguardarse los pastores. También la pequeña Cala Aixada.


Después vienen otros predios cuyos rectilíneos muros llegan hasta el mismo mar, unos con tranca y otros con apertura para el paso. En el llano paisaje pedregoso se distingue la vertical silueta del Far del Cap d’Artrutx.


Algo más alejada del litoral vemos una construcción que parece ser una batería antiaérea de costa, el contorno de Menorca está repleto de vestigios de la guerra Civil. Sin acercarnos a ella, pasamos por la Cala des Sac des Blat.


Atravesamos un predio con tranca junto a un panel de la finca pública son Olivaret y luego otro muro sin puerta que nos sitúa junto a una enorme y larga casamata con numerosas ventanillas para ametralladoras.


La silueta del faro va creciendo y ya es visible la urbanización que rodea el cap d’Artrutx. Nos acercamos a otra de ses barraques, su parte trasera está derruida pero se puede entrar. El mar golpea con fuerza las rocas.


Cerramos la última tranca de predio en Marina Olivaret y volvemos al asfalto y la acera, entramos en el paseo Marítimo d’Artrutx, por la izquierda desfilan los chalets de la zona y, por la derecha el mar y el litoral rocoso.


El Far  d’Artrutx. Se trata de un faro construido a mediados del siglo XIX, y rodeado de una urbanización que afea bastante su entorno. Su principal característica son sus rayas blancas y azules, que vistas desde el mar llaman bastante la atención.


Cuando se inauguró por primera vez, el sistema de iluminación funcionaba con petróleo, y la electricidad no llegó a este faro hasta el año 1930. Cerrado y vallado rodeamos su muro de piedra seca contemplando su alta torre.


Por un sendero salimos de las rocas hacia el paseo marítimo, ahora en dirección a la urbanización de Cala’n Bosch. Llegamos hasta el canal que comunica el mar con la dársena deportiva de Cala’n Bosch con 276 puestos de amarre.

No la visitamos porque ya lo hicimos ayer, y por una de las calles llegamos a Cala'n Bosch, una playa de aguas tranquilas y arena blanca y fina, rodeada de uno de los principales núcleos turísticos de Menorca.

Aquí cerramos la ruta. En estas fechas no hay servicio de Bus por lo que llamamos a un taxi para regresar a Santandría. Luego culminamos el día en el puerto de Ciutadella, con un buen yantar en el Café Balear.
RECORRIDO: LINEAL, SOLO IDA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 10,7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:15 HORAS.
DESNIVEL POSITIVO: 85 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


AL PUIG CAMPANA POR LA DIRECTA DESDE LA COVA DEL CREMAT

$
0
0
El interés geológico del Puig Campana es múltiple dependiendo de la disciplina desde la que se aborde. Presenta por una parte un interés tectónico ligado a su formación. Asimismo presenta interés geomorfológico por tratarse de una abrupta elevación muy cercana a la línea de costa. Igualmente presenta gran interés estratigráfico por ser uno de los pocos afloramientos jurásicos del Prebético de la provincia de Alicante. Desde el punto de vista hidrogeológico el Puig Campana es también muy interesante dado que constituye el principal reservorio de agua que alimenta la Font del Molí de Finestrat. El Puig Campana se encuentra situado en la Zona Externa de la Cordillera Bética y concretamente en el dominio Prebético. El Puig Campana, constituido por calizas de edad jurásica, se encuentra rodeado por materiales más modernos, de edad cretácica en su mayor parte. Por el sur (zona de Finestrat), asociados a una importante zona de falla, afloran arcillas y yesos rojos del Triásico. La mole del Puig Campana alcanza gran altura como consecuencia de fenómenos de origen tectónico asociados a empujes tangenciales de dirección este-oeste. En concreto lo que ha originado la gran elevación de los materiales jurásicos ha sido una gran fractura que desde la población de La Nucía recorre el borde este y sur del Puig Campana, pasa al sur de Relleu y continúa hacia el oeste. Esta fractura separa dos grandes bloques que se mueven oblicuamente uno con respecto al otro, lo que genera una compresión local que da lugar a la extrusión de los materiales calcáreos jurásicos, que constituyen el Puig Campana, sobre los cretácicos y terciarios que le rodean. Inicialmente, la altura alcanzada por estos materiales era muy superior a la que actualmente se observa. Las cotas actuales son sólo producto de una fuerte erosión posterior a la etapa de deformación. En el perfil del Puig Campana destaca una curiosa hendidura conocida como la brecha de Roldán, ya que tiene asociada una leyenda similar a la otra brecha del mismo nombre existente en Pirineos. Esta figura muestra un esquema explicativo del origen de estas muescas que pueden llegar a tener diversos tamaños. Las calizas se encuentran atravesadas por numerosas fracturas con apenas desplazamiento, llamadas diaclasas. Éstas, con el paso del tiempo, son ampliadas por la disolución del agua de lluvia e, incluso, cuando la altitud es suficiente, por el efecto de cuña de hielo en los fríos días invernales (gelifracción). Estos procesos llegan a producir un fuerte cuarteamiento de la roca en bloques de distinto tamaño. La fuerza de la gravedad hace el resto. Los bloques en situación inestable acaban desprendiéndose, alimentando los numerosos canchales que revisten las empinadas laderas especialmente las situadas en zonas de umbría. Las sierras de Bernia, Castellets y Serrella desarrollan también esta característica morfología en dientes de sierra.
CÓMO LLEGAR:Por la Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucía, en la rotonda nº 5, la de Mercadona, tomar dirección hacia la Partida del Copet y el colegio Elian’s. En el colegio seguir por su derecha, dirección Polop hasta una casa de campo a la izquierda, con valla de obra de color ocre. Terminada la valla girar a la izquierda, hay un cartel del Camí al Mas de la Monja. En unos tres kilómetros llegaremos a un rellano donde podemos aparcar antes de llegar a la cadena que corta el paso.
COMPONENTES: VICENTE, PEPE Y SANTI.
ITINERARIO: APARCAMIENTO / MAS DE LA MONJA / PISTA IZQDA. / SENDA DCHA. / PR-CV 289 / REF. PINO / COVA DEL CREMAT / PIEDRA SUBIDA DIRECTA / REFERENCIA / PR-CV 14 CONEXIÓN / CIMA PUIG CAMPANA / SUBIDA A LA CREUETA /  BANCAL DEL MORO / CAVA DE NEU / COLL DEL POUET /  PR-CV 17 / FORN DE CAL / MAS DE LA MONJA / APARCAMIENTO.

LA RUTA: Hay montañas que tienen el don de la ubicuidad, vayas donde vayas, siempre hay un punto en que aparecen en el horizonte y son reconocibles a grandes distancias por su silueta o fisonomía; entre ellas el Bérnia y el Puig Campana.

Es la segunda vez que iniciamos desde el Mas de la Monja, queríamos añadirle alguna variante pero esta es una ruta bastante dura y técnicamente exigente, intentaremos antes de bajar, acercarnos a la Creueta.


Iniciamos desde un pequeño rellano donde el PR-CV 17 llega desde Polop. El ancho camino de tierra se inclina girando a la izquierda y tenemos las primeras vistas a la brumosa costa en un día despejado. Llegamos a la cadena que cierra el paso a vehículos.

Antes del incendio del 2009 era un pulmón para La Nucia, por desgracia ahora es una zona arrasada. Los discursos políticos para su regeneración, como siempre, han quedado en nada. Solo la naturaleza, que nunca miente ni falla, lo está consiguiendo, pero nada volverá a ser igual.

Sin dejar de subir, el camino comienza a rodear el Tossal Grau (669 m.) teniendo de frente una imagen poco conocida de las estribaciones del Ponoig  y las paredes del Puig Campana. Algunos retablos de almendros dan color al paisaje.


Terminamos de bordear el Tossal Grau y tenemos a la vista el Mas de la Monja actualmente muy deteriorado. Sin llegar a entrar, seguimos un corto tramo dejando el PR, para tomar otro camino por la izquierda, que nos baja al cauce del Barranc d’Iborra.


El camino remonta el cauce del barranco en dirección a las laderas del Puig Campana, con bonitas miradas a las crestas del Roget y a la costa envuelta entre la bruma. A diferencia de ayer la temperatura está subiendo, hace calor.


El desnivel sigue aumentando con lo que se acortan las vistas a la montaña,  entramos en la zona crítica del incendio del 2009, el matorral cubre de verde las laderas pero se percibe la falta de pinos y carrascas que fueron arrasadas.


Poco después el camino termina y debemos tomar un estrecho ramal a la derecha, que remonta ladera arriba varias terrazas abancaladas arrasadas por el incendio, la trocha se pierde y se recupera, cuesta esquivar los troncos de pino caídos.


Avanzar por el enjambre de ramas y subir por los muretes derruidos resulta trabajoso, en la parte baja es donde más se acumulan los restos quemados. Por suerte, de las piñas caídas en el incendio están brotando nuevos retoños.




A medida que subimos se va aclarando el panorama y es más fácil continuar. Alcanzamos el PR-CV 289 que circunda el Puig Campana, sin arboleda y también afectado por el incendio. Al menos, las vistas siguen siendo maravillosas.


Proseguimos por la izquierda. Poco más adelante llegamos a una especie de rellano donde hay una piedra grande con las marcas del PR y un poste con paletas informativas de la Cova del Cremat, junto a un matorral.


Antes de comenzar a subir decidimos indagar la ubicación de la cueva. Tras el matorral hay una especie de socavón y entre las rocas parece haber algún agujero de entrada pero no está nada claro, debe tratarse de una sima y lo dejamos.


Volvemos al poste, y por la derecha, comienza la subida directa a la cima. Los primeros hitos cuestan un poco de localizar, pero una vez hecho hay que intentar no perderlos, ya que no hay senda definida, tan solo rastros de senda.


Nos dirigimos hacia unos roquedos en una subida fuerte y constante con pocas referencias por delante. El calor comienza a hacer mella y no podemos quitarnos más ropa. Aparecen pintados unos puntos rojos que refuerzan los hitos.


Cogemos altura con fluidez pero debemos estar muy atentos a los hitos y puntos rojos, hay momentos que se hace difícil localizarlos, por lo que  no perdemos de vista el Track del GPS. Desde los roquedos tenemos unas vistas impresionantes.


Alcanzamos enormes rocas casi gemelas que rodeamos por la parte de arriba, entre ellas queda una ventana natural por la que obtenemos preciosas miradas a la costa. Los hitos y marcas toman dirección hacia una gran barrera rocosa.


Transitamos por la base de las paredes con dificultad para encontrar nuevas señas, que una vez localizadas, hitos y puntos rojos, nos ayudan a superarla por la izquierda entre un bosquecito de carrascas.


Subimos plataformas, la siguiente más elevada que la anterior, y en las miradas al mar calibramos el desnivel acumulado. Y por fin, una referencia, por la izquierda vemos el Pic Prim, y cómo no, la gran muesca del gigante Roldán: el Portell del Puig Campana.

Para los que conocemos esta montaña sabemos que al ver el Pic Prim (1.318 m.) ya hemos superado en altura el Bancal del Moro y estamos muy cerca de la cima. Alcanzamos el PR-CV 14 con gran regocijo. Seguimos sin ver la cumbre pero sabemos que está a unos metros.


Puig Campana (1.408 m.) segunda altura de la provincia y quizás la más conocida por su peculiar forma que le da nombre. Se encuentra a tan solo siete kilómetros del mar que hoy se mantiene brumoso, buenas miradas al Divino y Aitana.
Iniciamos el descenso hacia la cara norte. Cogemos la senda que baja por el cordal y que es algo más directa para llegar al Collado del Bancal del Moro. Al haber tantos cruces de sendas, intentar siempre ir a la derecha.
Desde el collado vemos la ubicación de la Creueta, hoy bastante visible. Distinguimos dos personas que lo están intentando pero van por el lado equivocado. Nos acercamos hasta la base de las rocas pero desistimos, el calor nos ha dejado tocados.
Regresamos al collado tomando el sendero, empieza un descenso veloz, las rampas y zigzag se suceden deshaciendo desnivel con rapidez, no hay mayor dificultad pero hay que prestar mucha atención a los resbalones.
Después las lazadas se alargan y son menos verticales,  se sosiega la bajada con miradas a las paredes que dejamos atrás y por delante todo lo acaparan el Penyó Divino, els Castells, Sella, Aitana y el Coll del Llamp que va creciendo.
Entramos en un pequeño bosque de pinos y un poste vertical nos indica la corta senda de ida y vuelta al Pout de la Neu del Puig Campana, pequeño pozo que  ha sido cercado para hacerlo más visible. Es una zona reforestada.
Llegamos al Coll del Pouet y por el ancho camino de la izquierda, PR-CV 17, nos llevará de regreso. El Puig Campana se ha comprimido y en el otro lado vemos los grandes paredones del Coll del Llamp y el Ponoig.
Con un desnivel aceptable, el camino va girando a la derecha entrando en la parte alta del Barranc d’Iborra, abriendo el pequeño valle al mar que vuelve a copar nuestro horizonte. Nos prolongamos bajo la zona quemada en el incendio, y el Puig Campana nos va mostrando sus mil caras.
De camino nos detenemos en unas barandas donde han restaurado un viejo horno de cal, que hasta la aparición del cemento fue la materia prima en las construcciones rurales. Se obtenía a partir de la oxidación de la piedra caliza por efecto del calor (>1000º C).
Dejamos atrás el Mas de la Moja entre los campos de almendros en flor, y proseguimos el camino hacia la cadena para cerrar la ruta un poco más abajo, dando las últimas miradas al Puig Campana y al Ponig.
Rigurosa ruta realizada, conociendo una cara distinta de esta montaña. Recomendable pero con matices, solo para gente con experiencia, acostumbrada a rutas técnicamente exigentes y que sepan desenvolverse sin sendas.





RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO
DISTANCIA: 12,1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:00 HORAS,
ALTURA MÁXIMA: 1.409 M. (Cima del Puig Campana)
ALTURA MÍNIMA: 465 M. (Aparcamiento del Mas de la Monja)
DESNIVEL POSITIVO: 1.010 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 994 M.
DIFICULTAD:DIFÍCIL.


MAPA DE ÁFRICA, PLA DE LA CASA PER LA “V”, PENYA L’HEURA Y EL RECINGLE ALT, EN LA SERRELLA

$
0
0
La Serrella se muestra exuberante a nuestros ojos cuando de lejos la contemplamos. El  vigor de su relieve con cumbres destacadas, cortados, runares y perfiles espectaculares, hace que nos recuerde a las montañas pirenaicas. La grandiosidad y belleza de su agreste paisaje, nos ofrece todos los atractivos excursionistas posibles: un gran número de ascensiones y travesías con un panorama cambiante desde la cresta cimera por donde llanearemos a caballo entre los valles de Seta y Guadalest. Encontramos la Serrella partida en tres grandes bloques: la Serrella del Recingle Alt y dels Frares; la del Pla de la Casa; y la del Regall, la Mallada del Llop y la Canal, haciendo de corte los barrancos Fondo y del Moro.  Así mismo la Serrella está dividida por sus dos vertientes. Estas características estructurales hacen que los itinerarios excursionistas se articulen en forma de peine sobre el eje axial de la sierra. La Serrella es una montaña que requiere y merece varias excursiones para comprender y admirar la fuerza de su paisaje, las travesía a lo largo de la sierra, o bien, de una vertiente a otra son uno de sus grandes atractivos. Para los que quieran grandes recorridos, pueden encadenar itinerarios y cruzar la Serrella desde Benasau hasta Bolulla. En nuestras excursiones descubriremos rincones idílicos caminando por Frares y nos sorprenderemos del encanto y tranquilidad del Pla de la Casa. Si subimos por el barranco de la Canal, con las panorámicas del mar a nuestras espaldas, sentiremos el encanto de sus contrastes; más arriba, en la Mallada del Llop encontraremos el lugar idóneo para verlo con todo su esplendor; pero para disfrutar toda esta belleza, muchas veces tendremos que sufrir al progresar por los runares que hacen retroceder pisadas haciendo más fatigoso el trayecto. Los itinerarios propuestos no agotan las posibilidades excursionistas que nos brinda la Serrella; enlazar itinerarios e improvisar otros, es en todo momento un recomendable y enriquecedor ejercicio excursionista. Proponemos caminatas circulares, tal de facilitar el acceso a la sierra; las sendas está bien trazadas, Aún así, hay que tener cuidado con aquellas poco definidas, en las que tendremos que hacer uso de nuestra orientación e intuición. A todo esto cabe agregar que las ascensiones exigen una mínima experiencia montañera; no son difíciles pero el terreno es complicado, con fuertes pendientes e inestables runares, que son los que dan personalidad propia a la sierra.
CÓMO LLEGAR:Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de los túneles de la Font Roja, Salida en la nº 449 a BENILLOBA, continuar por la CV-70 a Benilloba, seguir hasta Benasau y el Port d’Ares, llegar al Rincón de las Mermeladas (antiguo restaurante del Rincón de Olvido); a unos metros hay un camino a la izquierda, donde podemos aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: INICIO / CAMINO / CONTADOR / PIE DELS BARDALS / SENDA DE LA PENYA / PENYA DE ÁFRICA / COLL BORRELL / MIRADOR / INICIO PEDRERA / EN LAS PAREDES / AL PIE DE LA CANAL / SUBIENDO LA CANAL / POU DE NEU / CIMA DEL PLA DE LA CASA / BAJADA DEL PLA / DERECHA RUNAR / PINO / DERECHA SUBIDA / PENYA L’HEURA / SENDERO CORDAL / RECTO / RECINGLE ALT / SENDA DERECHA / PISTA / DEPÓSITO IZQUIERDA / BAJAR AL BARRANCO / CONTADOR / CAMINO / FINAL.

LA RUTA: Casi dos años después volvemos al Pla de la Casa por la Canal o la “V”, eso sí, con alguna variante. Esta vez subiremos a la Penya l’Heura, que siempre queda apartada, y por supuesto al Recingle Alt.

Hoy tenemos un día frío, la escarcha ha helado en las umbrías dejando un manto blanco en el suelo y blanqueando ramas de árboles y arbustos. Hace un día despejado por el que más tarde el viento moverá grandes nubes.

Iniciamos desde un camino que hay poco después del Rincón de las Mermeladas, donde estuvo el restaurante el Rincón del Olvido. Pronto tenemos a la vista la cresta rocosa dels Bardals con la escotadura del Contador a la izquierda.


El camino se va encrespando y las vistas hacia atrás se amplían con la cara norte de Aitana nevada. Dejamos atrás un poste con paletas informativas del nuevo GR-330, trazado que cruza por estos caminos.


Abandonamos el camino por una empinada senda que serpentea bordeando el Barranc del Pinar hasta la base de las paredes. Se ensanchan las miradas a Aitana. Cesa la vegetación en un entorno duro y pedregoso que tenemos que salvar.


Subimos escalonadamente para llegar a la escotadura del Contador. Desde su base podemos observar las dos vertientes, damos las últimas miradas a la sierra de Aitana que por ahora dejaremos de ver, para centrarnos en la Serrella.


Bajamos por la derecha sin llegar al cauce del Barranc Fort, siguiendo los rastros de una senda por la umbría de los pinos y cerca  de las paredes dels Bardals. Caminamos  junto a preciosas hiedras, enormes peñas y apriscos de ganado abandonados.


A veces el trazo se disipa entre una mínima capa de nieve, pero vuelve a aparecer más adelante. Una corta subida a una plataforma rocosa nos lleva al Recingle Finestra. Tenemos la primera  mirada a los farallones del Pla de la Casa.











Hay que bajar pegados a la pared de la derecha aunque no veamos nada, y rodear el risco, no hay peligro y merece la pena. Ante nosotros tenemos un enorme agujero en una gran peña, su contorno se asemeja al mapa del continente de África.









Imaginando un poco más, podría ser la cabeza de un puma o a la de una pantera: Es el Recingle Finestra. Su acceso es asequible hasta su base y los más osados pueden trepar hasta su agujero con precaución.

Volvemos a la rocosa loma donde tenemos una gran panorámica de la Mallada del Llop, la Aixortá, el Bérnia, el pantano de Guadalest y reflejos en el mar; además de la gran peineta del Cantalar de Gil con la cima del Pla de la Casa.

Tomamos el sendero que nos desciende hasta el Collado Borrell, donde confluyen varias sendas. Proseguimos por la derecha, con el PR-CV 182 que sigue los contornos de la falda de la sierra hacia la subida clásica de este PR.










A unos cientos de metros, nos desviamos a la derecha, hacia un pequeño enclave rocoso desde el que podemos observar lateralmente el final dels Bardals con la Penya de África y los farallones del cantalar por donde vamos a subir.


Continuamos por el sendero principal recortando las laderas de la sierra hasta llegar al pie de la inclinada torrentera bajo los espolones intermedios del Cantalar de Gil. Al conocer su situación, ya podemos fotografiar la gran “V”.


Tenemos marcado un Waypoint de inicio de la pedrera, donde giramos a la izquierda para comenzar a subir. Es un tramo muy empinado e incómodo. Hay que intentar buscar la zona de piedras grandes que son más estables y por las que se avanza mejor.









Debemos acercarnos a las paredes y desde su base, en diagonal ir superando el fuerte desnivel en tan corto espacio, para dirigirnos hacia el pie de los enormes farallones y localizar la canal, que está situada a la derecha de la subida, formando una estrecha y alargada “V”.










Una vez localizada, disfrutemos del entorno que nos rodea. Realmente agreste y espectacular, con enormes agujas rocosas. Aparentemente no vemos salida, por lo que tenemos que ubicarnos debajo y frente a la canal.










Su tránsito es escalonado en ascenso, se supera bien apoyando las manos; al final hay un pequeño escalón en la umbría donde creemos que vendrá lo complicado, pero para sorpresa nuestra salimos a la zona llana que da nombre al Pla de la Casa, a 200 metros del nevero.


El resultado mucho más sencillo de lo esperado y al ser una subida muy directa se ataja bastante. Enlazamos por la izquierda con el sendero que va a la nevera del Pla de la Casa. Situada a una altitud de 1.350 m. fue construida en el siglo XVIII.










La cumbre del Pla de la Casa (1.387 m.) está ubicada en un reducido montículo sobre los inapreciables restos del Castell de Xeroles, por lo que hay que tomar las debidas precauciones para subir a su pequeña cruz. Las vistas de 360º son una pasada.


Regresamos al pozo de nieve y deshacemos camino hasta la subida de la canal, pero continuamos el sendero atravesando todo el llano que le da nombre a esta montaña. Antes de bajar contemplamos la Penya l’Heura.


Hacemos el fuerte descenso, pero antes de llegar al Collado Borrell, dejamos el PR y por una sendita a la derecha seguimos bajando hasta llegar al pino recostado, y sin ir a la Font Roja, por la izquierda remontamos el camino.



Después de la segunda curva, a la derecha veremos un mojón junto al tronco de un pino marcado con un punto azul. Comienza el sendero de subida entre el bosque de pinos hasta un gran rellano con una pequeña caseta.



Por la derecha continúa la subida con más fuerza e inclinación; el bosque cambia de pinos a carrascas. Ganamos altura con facilidad y las grandes montañas aparecen por detrás acompañadas de grandes nubarrones.


En la parte alta el desnivel se amortigua  y el sendero se bifurca, a la derecha se dirige a la Penya Mora y por la izquierda se acerca a un núcleo rocoso y los cortados con la altura máxima. Penya l’Heura (1.351 m.), segundo objetivo de hoy.


Grandes miradas. Aitana aparece de nuevo en el horizonte y la grandiosidad del valle de Guadalest hasta el mar, ahora con una montaña más, el Pla de la Casa, que hemos dejado atrás, y enfrente el Recingle Alt, nuestra próxima meta.


Por delante vemos todo el cordal de la sierra hasta el Recingle sin apenas desnivel. Tomamos un estrecho sendero por la izquierda que pegado al filo de la sierra con extensas vistas, nos lleva a enlazar con la pista forestal.



La cruzamos por unos mojones que prolongan el sendero por las últimas lomas hasta el bosquete de pinos de la antecima, y por la senda protegida por estacas y cuerdas llegamos a nuestra tercera cumbre de hoy.



El Recingle Alt o cima de la Serrella (1.359 m.) los nubarrones siguen creciendo pero apenas amenazan. Nuevas panorámicas que llegan hasta la brumosa costa y a la nevada cara norte de Aitana. Almorzamos protegidos del aire.


Emprendemos el regreso por el mismo sendero de la loma, con todas las vistas ahora al frente. Al llegar a la pista forestal la seguimos por la derecha con buena inclinación de bajada protegida por cemento hasta el depósito de agua para incendios.


En el Coll de la Casseta del Retor, seguimos por la izquierda durante un kilómetro aproximadamente hasta enlazar con otro camino que baja hacia el barranco, donde subimos hasta el Contador, cerrando el círculo de la ruta.


Con miradas a Aitana deshacemos sendero hasta el camino, cerca de una casa tenemos con el zoom de la cámara, la última vista a la Penya de África por detrás. Ruta muy montañera por parajes espectaculares.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: SI (En la Font Roja)
DISTANCIA: 13,7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:20 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.379 M. (Cima del Pla de la Casa)
ALTURA MÍNIMA: 902 (Inicio)
DESNIVEL POSITIVO: 997 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 950 M.
DIFICULTAD:DIFÍCIL.

EL REGALL, EL MORRET DE LA TERRA NOVA Y LA MALLADA DEL LLOP, DESDE FAGECA

$
0
0
Fageca es una hermosa población situada en la Vall del Seta, entre las sierras de Alfaro y de la Serrella y a un altura de 769 metros sobre el nivel del mar. Uno de los lugares con encanto donde puedes disfrutar del corazón de la montaña alicantina. El topónimo de Fageca proviene de la palabra que en árabe significa “haya”, un árbol que tiempo atrás era muy común en esta zona. Con el paso del tiempo el árbol característico fue un olmo que acabó muriendo debido a la grafiosis. Tras la conquista cristiana a mediados del siglo XIII, quedó bajo jurisdicción  los marqueses de Guadalets, teniendo una gran presencia morisca dedicada a labores agrícolas. La población contaba en el año 1602 con 34 familias. Poco después, en 1609 sus habitantes se sublevaron con motivo del decreto de expulsión de los moriscos que acabó despoblando la zona, lo que hizo que años después se repoblase principalmente por mallorquines. Desde el siglo XIX se ha producido una emigración continua hacia núcleos industriales cercanos como Alcoy que ha ido reduciendo su población pero que ha conservado la fisionomía de sus calles así como el paisaje que la rodea. Su economía es agrícola con producción de almendros, olivos y frutales (cerezas, melocotones, albaricoques, ciruelos, etc.). Y su rica  gastronomía tradicional nos da platos tan sabrosos como olletas, potajes y mintxos. Las fiestas de Fageca son en honor a “la Mare de Deu del Dolors i l’Esperit Sant” y se celebran la semana del cuarto domingo de agosto, día en que aumenta sus visitantes en una población que sabe conservar sus tradiciones. Sin duda, Fageca es un lugar excelente para pasar unos días por sus muchas opciones para realizar senderismo, rutas en bici, espeleología o simplemente disfrutando relajados de su vida tranquila.
CÓMO LLEGAR:Por la A-7 y AP-7 dirección San Vicente del Raspeig. Tomar la salida 691 dirección Alcoy y Cocentaina . Tomar la salida 442 dirección Benilloba por la CV-790 y luego girar a la izquierda por la CV-706 dirección Millena. Antes de llegar a Millena, seguir por la derecha dirección Gorga por la CV-710. En Gorga continuar por la CV-754 hacia Cuatretondeta, donde continuaremos por la misma carretera hasta enlazar con la CV-720 que viene de Castell de Castells. Seguimos por la derecha hasta Fageca. Intentar aparca en la carretera.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: FAGECA / FONT DEL ESPERIT SANT / BARRANC DEL MORO / FONT DEL CUQUERO / COLLADO / PENYA DEL CORB / BARRANCO / TORRENTERA / REGALL / MORRET DE LA TERRA NOVA / MALLADA DEL LLOP / COLL DE LA CANAL / COLL / NEVERA DE FAMORCA / FONT DEL NOGUER / SESTER / ASFALTO / IZQUIERDA / FAMORCA / FAGECA.

LA RUTA: La semana pasada recorrimos la parte oeste y central del macizo de la Serrella con el Pla de la Casa, Penya l’Heura y el Recingle Alt, y hoy vamos a rematar su parte Este con la Mallada del Llop, el Regall y el Morret de la Terra Nova.


Iniciamos desde Fageca, con dificultades para aparcar en la carretera. La cruzamos para bajar a la Font del Esperit Sant, con su techado y reformado lavadero. Hace un día frío y despejado con algo de viento.


El camino continua entre cuidados bancales de almendros en flor y cerezos cuyas yemas ya empiezan a brotar. Dejamos detrás el cruce con el PR-CV 168 que viene de Famorca y con el que cerraremos la ruta, ahora seguimos con el PR-CV 182.


Giramos a la izquierda tomando altura, y entre almendros en flor dejamos el pueblo atrás hasta que poco a poco vamos entrando en la umbría del barranc del Moro. El sendero toma la vertiente de la izquierda en el sentido de la marcha.


Primero entre pequeñas lomas y cauce estrecho, para ir abriéndose exigiendo una fuerte subida. Mientras se van calentando las piernas, por detrás ya vemos parte de la sierra de Alfaro, y por delante los farallones y runares típicos de esta sierra.


Es un paisaje desolado, en constante deterioro y degradación por la erosión, pero de una belleza espectacular y barroca en sus espolones y roquedos, siempre rematados por matorral o grandes hiedras que buscan la humedad de sus paredes.


Distinguimos en la otra vertiente la boca en forma de semicírculo de la Cova de Bernat, utilizada como sestero redil de ganado. Viene un tramo empinado para salvar un roquedo y cruzar el estrangulado cauce del barranco.


Poco más arriba, en un diminuto rellano entre dos enormes farallones, hay una caseta de obra que canaliza las aguas de la Font del Cuquero. En un montón de piedras han dejado la cañería con un grifo de pulsador.











El barranco se abre de nuevo, hacia abajo todo lo cubre la sierra de Alfaro, y hacia arriba, el cauce hace de enlace entre las últimas estribaciones del Pla de la Casa por la derecha y las primeras de la Mallada del Llop por la izquierda.











Es un tramo inclinado y herboso, casi siempre embarrado por las filtraciones de agua e incómodo de  transitar. A cambio nos depara espléndidas miradas a las extrañas formaciones rocosas de ambas sierras.


El sendero prosigue perdiendo fuerza en la subida y estabilizándose, acercando su trazo a los enormes paredones del Pla de la Casa, donde los runares y torrenteras marcan la distancia entre los grandes pivotes rocosos,


Nos acercamos al collado, donde un viejo poste con una paleta de madera señala la clásica subida al Pla de la Casa a los pies del Cantalar de Gil, y en este caso, antes de la subida que hicimos la semana pasada por la canal de la “V”.


En el collado, vamos girando a la izquierda para encarar la subida a la Mallada del Llop y enseguida tenemos generosas vistas al mar, a la sierra de Aitana sin nieve, y al valle de Guadalets con los espolones dels Bardals.


El nuevo sendero transita sobre les Penyes del Collado, bajando un poco para rodear la Penya del Corb. Obtenemos buenas vistas a la sierra de Alfaro, y a sus pies distinguimos los pueblos de Fageca y algo más alejado el de Tollos.


Aquí se bifurca, a la derecha sigue para hacer la subida lateral a la Mallada del Llop, y por la izquierda, nosotros bajamos al barranc del Moro en su inicio, donde tenemos que remontar por una empinada senda.


Cerca de unos pinos la senda se pierde y tenemos que virar a la izquierda para comenzar a subir por un trabajoso runar de piedras pequeñas; mejor buscar entre los cojines de monja pasos más firmes. Impresionantes vistas al Pla de la Casa.


Tras el runar ya no hay senda y seguimos avanzando por la redondeada loma. A medida que tomamos altura, el paisaje montañoso se amplia considerablemente con perspectivas inéditas a la parte oeste del macizo de la Serrella.


Un gran mojón de piedras marca la máxima altura de la loma, el Regall (1.322 m.) primera cumbre de hoy. Enfrente tenemos nuestro próximo objetivo, y por la derecha todo el cordal de la Mallada del Llop que vamos a recorrer.


Descendemos de frente hasta un diminuto colladito entre los dos montículos con miradas que atestiguan el enorme pasillo por donde se prolonga la Serrella. Atacamos la siguiente cima rodeando el enclave rocoso por la derecha.


Morret de la Terra Nova (1.282 m.) escarpado roquedo donde apenas tenemos donde cogernos. Largas vistas a la cara norte de la Mallada del Llop, al Aspres de Famoca en el barranc de la Canal, al Montgó y al mar Mediterraneo.


Bajamos por el mismo sitio y sin llegar a subir de nuevo al Regall, en diagonal, vamos subiendo hasta alcanzar el cordal de la sierra en dirección a la Mallada del Llop. Para llegar a la senda principal, utilizamos trazas de otras sendas.


Marchamos cómodamente por el cordal avanzando por pequeños lomos. Mirando atrás tenemos una panorámica de todo el cresterío que forma el Morret de la Terra Nova, con preciosas cárcavas y rugosidades.


Por delante las vistas llegan al mar y, asomándonos a los precipicios, podemos ver toda la vertiente del vall de Guadalets culminada por el Pla de la Casa y el Recingle Alt, con el Mont Cabrer al fondo. Todo un espectáculo montañero.


Aunque todavía no vemos la cumbre, en cada lomo que coronamos las vistas siguen creciendo a 360º, vemos las paredes del barranc de la Canal, se asoma el Puig Campana y al Este, en un claro, las playas de Oliva y Gandia.


En la última lomada alcanzamos a ver el Benicadell que marca el límite con Valencia y al frente toda la sierra de Aitana y en el mar, sierra Gelada. Un grupo de gente llega a la cima desde el barranc de la Canal.


Cima de la Mallada del Llop (1.367 m.) máxima altura de hoy. El aire sigue golpeando fuerte y buscamos un resguardo para el almuerzo con inmejorables vistas al pantano de Guadalets y al Montgó por encima de Famorca.


Emprendemos el regreso bajando por delante pero sin llegar al collado del barranc de la Canal, girando a la izquierda para meternos en el cauce por la otra vertiente sin llegar a las paredes, pero junto a unos hermosos roquedos.


El sendero hace una comba bajando un poco para volver a subir, pasando por un bonito rincón donde hay un ejemplar de fleix y una gran hiedra que se ha adueñado de una enorme pared, antes de llegar al collado.


Desde el collado volvemos a tener amplias vistas a las cimas del Regall y del Morret de la Terra Nova al frente.  Bajamos cerca de las coloridas paredes que forman una barrera y que antes veíamos desde arriba.


En ellas hay oquedades y algunos abrigos primitivos que fueron saqueados. Llegamos al Pou de Neu de Famorca. Invadido  por las hiedras y la vegetación, no conserva la cúpula, pero sí el contorno circular y las ventanas de acceso.


Seguimos bajando hacia una caseta de obra donde comienza la canalización del agua de la Font del Noguer, que al igual que la anterior, en un murete de piedras han dejado la cañería con un grifo de pulsador.


Avanzamos por una zona húmeda y destartalada, antiguamente era un pequeño vergel con algunos chopos autóctonos. Antes de dar comienzo a la vertiginosa bajada hacia Famorca pasamos por otro sester.











Con el pueblo de Famorca a nuestros pies empieza una fuerte y retorcida bajada de más de cuatrocientos metros de desnivel, en la que vamos siguiendo las casetas de control de las cañerías del agua de la Font del Noguer.


Aparentemente parece que no lleguemos al pueblo al ser una bajada vertical. Pasamos por hermosos rincones de umbría, largos runares y planas peñas que parecen taponar el barranc del Pelat. Conectamos con un camino asfaltado.

Con desnivel amortiguado entramos en Famorca entre bancales de almendros en flor. Pasamos por la fuente y el lavadero para cruzar el pueblo por una de sus estrechas calles morunas, y salir PR-CV 168 junto a un muro de piedra seca.

Los casi dos kilómetros de recorrido entre los dos pueblos, la mayoría son por camino de tierra, con algunos altibajos para salvar ramblas hasta entrar en Fageca por la Font del Esperit Sant, cerrando el círculo de la ruta.

En dos jornadas hemos transitado por las cumbres más esenciales del macizo de la Serrella, situada en el corazón montañoso de la provincia, y quizás, con las panorámicas más espectaculares desde sus elevados riscos.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: SI. (La Font del Cuquero y la Font del Noguer)
DISTANCIA: 13,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:50 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.360 M. (La Mallada del Llop)
ALTURA MÍNIMA: 691 M. (Famorca)
DESNIVEL POSITIVO: 932 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 949 M.
DIFICULTAD:  ALTA.


PER LA OMBRÍA Y EL CORDAL DE LA SERRA DE SES CORDELLERES, Y SA COVA DE DALT.

$
0
0
Sa Cova de Dalt nos sorprenderá por sus enormes dimensiones. Una boca de más de veinte metros de anchura da paso a una enorme sala de 50x20 metros y que alcanza los diez metros de altura. Esta es la zona que fue aprovechada con más intensidad por los habitantes neolíticos. El lugar donde más restos de ocupación se encontraron fue junto a un pequeño muro de piedras que se encuentra en el noroeste de la estancia. Aquí se encontraron más de mil fragmentos de cerámica cardial, entre la decoración propia del Neolítico más antiguo. Su nombre proviene de la decoración mediante la impresión del borde de una concha (Cardium edule) sobre el barro antes de la cocción. También se encontraron cinco placas de caliza cubiertas de ocre, más de 4.000 restos de fauna y algunos restos humanos. Además el mismo muro puede tener una gran importancia. Es posible su descripción neolítica, lo que haría de este rustico muro una de las primeras estructuras arquitectónicas documentadas en toda la Comunidad Valenciana. Su construcción parece corresponder a mejorar la habitabilidad de la cavidad. A través de una entrada de 1,50 metros se accede a otras dos salas en las que se necesita iluminación artificial, sobre todo en la última. En la sala de la derecha se encontró un lugar de enterramiento con restos infantiles pero de los que no se ha podido determinar la cronología. De ser neolíticos adquieren importancia al ser escasos los enterramientos encontrados correspondientes a este periodo. La última sala destaca por las formaciones estalagmíticas que la adornan, especialmente una gruesa columna al fondo de la misma. Un acceso con forma de ojo de gato da paso a un estrecho pasillo con dos pequeñas estancias, la última de ellas iluminada por un agujero en su techo. A esta zona hay que acceder agachado debido a sus exiguas dimensiones. La cueva también se utilizó en otras épocas, sobretodo como refugio y redil de ganado. Se han encontrado puntas de flecha eneolíticas, también cerámica romana e islámica, pero sin duda su ocupación neolítica es la más extendida en el tiempo y la más importante arqueológicamente hablando. Las condiciones de la cueva son óptimas: orientación Sur protegida de los vientos fríos; abundancia de agua, tal como demuestran las formaciones calcáreas de la sala del fondo; territorio montañoso apto para la caza y el pastoreo; zonas aptas para la agricultura como demuestran los bancales hoy abandonados en las cercanías de la cueva. Desde los más de 900 metros de altura de sa Cova de Dalt, se puede acabar la visita con la contemplación de las grandes sierras que rodean y aíslan estos parajes: la Aoxortá, Serrella, Aitana, Bérnia. También se divisa el mar, seguramente visitado en más de una ocasión por los habitantes de la cueva como demuestran los restos de conchas marinas, alguna convertida en colgante, que se hallaron en este extraordinario hábitat neolítico. 
(Julio Asunción https://arqueologiaalicante.blogspot.com.es/2010/12/cova-de-dalt-tarbena.html)
CÓMO LLEGAR:Por la autopista AP-7 dirección Valencia, salida 65, Benidorm/Levante / Callosa d’En Sarriá, enlazar con la CV-70, pasar por La Nucia, y  en Polop, en la pequeña rotonda coger la CV-715 a Callosa d’En Sarriá, en su rotonda, dirección Tárbena, pasar Bolulla, no entrar en Tárbena, continuar y en el siguiente cruce gira a la izquierda, tomando la CV-752 dirección Castell de Castells, seguir hasta unos metros antes del cartel del Puerto de sa Creueta, donde a la derecha hay espacio para aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: INICIO / IZQUIERDA / CAMPO A TRAVÉS / BANCALES / POU Y CHARCA / CAMÍ / PLA DEL MOTNGÓ / CARRASCA Y GR- / IZQDA. BAJAR / DERECHA / BARRANCO / SEGUIR RECTO / BCO. D’EN CAMARÁ / VISTAS / BCO. D’EN SEGADISSA / MENHIR / BARRANC / BCO. VINYAU / BCO. JUNQUERA / DCHA. SIN SENDA / PENYA / PEDRERA / CIM 905 M. / PR- DCHA. / POSTE / POSTE PR- / ALT D’ALPOLUPI / COLL / TOSSALET DELS LLAMPS / REFUG. PASTOR / DOLINA / CIM 1.000 M. / MALLADA GRAN / MORRO D’N SERRA / PLA D’EN CORMENA / CIM 959 M. / ELS FRARES / SA COVA DE DALT / CRESTALL 983 M.) / SENDA / CRUCE REGRESO / FIN.

LA RUTA: Retornamos a las fajas de la serra de ses Cordelleres, esta vez para recorrer las poco frecuentadas lomas de su cordal,  que forman parte del la serra del Carrascal de Parcent, en un atrevido Track de jvramos.


Iniciamos en un pequeño rellano a la derecha antes de llegar al puerto de sa Creueta. Hace un día con nubes y sopla un fuerte viento. Tomamos el camino de tierra en dirección al Crestall que hace una curva a la izquierda junto a unas colmenas.


Seguimos recto comenzando a elevarnos por una senda reforzada con mojones que sube hasta sa Cova de Dalt. Tenemos buenas vistas a la Penya del Castellet y al barranc de la Canal por un lado y al Bérnia y la serra del Ferrer, por el otro.


No tardamos en abandonar la senda y por la izquierda comenzar un tramo campo a través por un terreno muy asequible. Se trata de voltear la loma a no mucha altura para llegar a la otra vertiente. Tendremos como referencia un corral abandonado.


Entramos en la parte final del barranc del Galitero, que estuvo abancalada con muretes de piedra seca. Pasamos junto a una pequeña charca y un aljibe que rezuma agua, para enlazar con un camino de tierra que viene de la pista del Cocoll.


Hacia atrás tenemos vistas majestuosas de la gran barrera montañosa, la Aixortá, Mallada del Llop y Aitana. Subimos a un pequeño rellano donde un rebaño de cabras quedan todas quietas escrutando nuestros movimientos.


Es un lugar habitual de este rebaño que los cabreros han dotado de bañeras y una cisterna metálica para que puedan abrevar. Algunos lo conocen como el Pla del Montgó por las excelentes vistas que hay a esta montaña.


Viene un tramo de trazos confusos pero que hay que seguir hacia dos enormes carrascas al frente. El sendero se define más y tiene marcas de GR, también suele estar embarrado por las surgencias de una cercana fuente.


El paisaje se abre hacia el mar y por la izquierda distinguimos perfectamente la garita de vigilancia del Cocoll. Tenemos que estar atentos para abandonar este sendero por la izquierda, bajando hacia el barranc d’Almadich.


Antes de llegar al cauce, ver hito de piedras, giramos a la derecha para remontar la ladera acercándonos a la sierra, y volver a bajar al corto pero inclinado cauce del barranc d’Albordo que desemboca en el barranc d’Almadich.


Una vez en el cauce hacemos una fuerte remontada hasta la parte alta de la Llometa d’Albordo, situándonos a unos ochocientos metros de altura, donde el precioso sendero comienza a deslizarnos por los contornos de la umbría de la Serra de Ses Cordelleres.


El paisaje es espectacular, caminamos a gran altura por la ladera derecha del Barranc de Almadich, con extensas panorámicas al mar, al Mirabó y la serra del Cavall Verd. Bajamos para salvar el Barranc del Test que tributa al de Almadich.










Hacemos una nueva y acentuada subida siguiendo los perfiles de la sierra. En la parte alta transitamos por la base de las enormes paredes que componen la parte frontal de las rocosas muelas, donde las hiedras trepadoras se adhieren y acampan a sus anchas.










Nos acercamos a otra depresión producida por los cortos y anchos cauces de ramblas que desde las cumbres se precipitan al profundo cauce del barranco. El sendero recorre los sinuosos contornos descendiendo hasta el lecho de la rambla.


Volvemos a recuperar altura en la otra ladera de la siguiente muela. Cada una es totalmente distinta a la otra, son como proas de grandes buques metidas en la umbría con generosas miradas al Cocoll, al Penyó Roig y Segaria.


Transitamos de faja en faja, frontal a frontal, observamos el siguiente  que es muy diferente y más agreste, de formas rectangulares, manchado de verde por grandes hiedras y con un llamativo y diminuto menhir en su base.


Desde nuestra posición no vemos las cumbres de las montañas que estamos recorriendo, Tossal d’en Serra, Penya l’Altar,  todas con alturas cercanas a los mil metros y por las que luego buscaremos el regreso.


Superado el pequeño menhir y la rambla, la proa siguiente es grandiosa y altiva con diversas oquedades en su irregular frontal, es la Penya de les Finestres que hace de barrera a su retirada cima, el Tossal de Polupi. una de las últimas estribaciones de la Serra de Ses Cordelleres.











Asomándonos a los acantilados tenemos vistas impresionantes al profundo barranc d’Almadich, las preciosas arrugas del Cavall Verd, las crestas de la Segaria, las minúsculas poblaciones y el brumoso mar.


El próximo tobogán es una inclinada rambla, menos profunda que las anteriores pero con abundante vegetación de matorral. Nos acercamos a un nuevo frontal, una espectacular placa rocosa en forma de grandioso escudo protector que rebasamos a cierta distancia.


Bajamos y subimos el barranc Vinyau, las siguientes franjas son menos llamativas y el sendero comienza a descender con suavidad por plataformas de menor altitud con toboganes más ligeros y cortos. Los pequeños frontales son peñascosos y aparecen los pinos.


El siguiente barranc es el de Junquera, que tras subir a la otra ladera, torcemos a la derecha sin senda y campo a través, para dirigirnos a la gran peña que tenemos arriba. No resulta complicado y el desnivel es factible.


Alcanzada la base de la rocosa peña, la rodeamos por la izquierda, salvando algunas barreras de coscojales y por trazos de sendas de animales y cortos tramos de torrentera ganamos altura hasta una cima evidente  marcada con hitos (905 m.)


Prácticamente ya estamos en el cordal de la serra de ses Cordelleres. El horizonte se amplía, el Alt del Cocoll; Benigembla y Murla a los pies del Cavall Verd; la Segaria que separa la costa Valencia y Alicante, y el Montgó.


Desde la cima sin nombre, tomamos un sendero a la izquierda que en poco más de doscientos metros enlaza con el PR-CV 158 que viene desde Parcent al Coll de Rates y seguimos por la derecha. Ahora todo está muy claro.


Aquí arriba no tenemos protección y el viento golpea con fuerza. Seguimos adelante dejando atrás un poste con marcas del PR, encarando la subida a una loma que su parte alta también tiene otro poste del PR y un cúmulo de piedras.


A poca distancia y sobre un enclave rocoso marcado con un hito tenemos el Tossal d’Alpolupi (974 m.), desde el que observamos toda la cuerda del Carrascal de Parcent, con el Penyal del Carrascal, el Tosal dels Diners y el Coll de Rates.


Las vistas son de 360º con las dos Marinas, la Alta y la Baixa, las hermosas crestas de Bérnia y la serra del Ferrer; y el Montgó con todo su esplendor. Dejamos el PR girando a la derecha y enfilando el Cordal de la serra de ses Cordelleres.

No hay un sendero uniforme, solo trazas, que iremos tomando y dejando para seguir nuestro rumbo en este altiplano de peladas lomas invadidas por el matorral, los sucesivos incendios arrasaron la arboleda.


Coronamos otra loma, el Tossalet des Llamps (976 m.) con una pequeña construcción en piedra seca que parece un puesto de caza. Aunque a poca distancia hay otra más estrecha y abierta con muros más gruesos, señalada como refugio de pastor.


Atravesamos una pequeña dolina, depresión poco profunda que remontamos con miradas a la costa por detrás del Cavall Verd y la sierra de Segaria. El viento se bate fuertemente contra nosotros, tenemos suerte de que no sea frío.


Llegamos a un CIM de (1.000 m.) y seguidamente a la Mallada Gran (1.006 m)  con otro refugio o puesto de caza en piedra seca con nuevas y distintas miradas al Bérnia y a la serra del Ferrer, todo el cordal es un magnífico balcón.


Por el Pla d’en Cormena mantenemos una altitud casi homogénea o subiendo un poco, lo que da mayor amplitud a las panorámicas con el cambiante Bérnia, ahora con Tárbena a sus pies, el Cocoll y la Mallada del Llop.


Cerca de la cresta dels Frares, que dejamos a un lado, subimos a otra colina de 959 m. sin nombre y con una construcción en piedra seca, desde donde tenemos una espléndida vista del Crestall (983 m.) con su afilada cresta.


Descendemos un poco para esquivar el cauce inicial de uno de los barrancos antiguamente abancalado y donde quedan los restos de algún corral. Debemos seguir por la izquierda por una zona rocosa en la que vemos varios mojones.


Siguiéndolos enlazamos con un sendero que remonta la loma buscando el mejor camino para llegar a sa Cova de Dalt, escondida entre los riscos y rocas del Crestall,  tras una barrera de carrascas, coscoja y palmitos.


Sa Cova de Dalt, su extraña y alargada boca de entrada, taponada por grandes rocas no hace esperar la grandiosidad de su interior, que da paso a una enorme sala de 50x20 metros y que alcanza los diez metros de altura.


Aunque tarde, su suelo ha sido protegido por un fuerte enrejado metálico para evitar su continuo expolio. Habitada desde el Neolítico en su interior se han encontrado miles de fragmentos y restos de fauna y humanos.


La última sala destaca por las formaciones estalagmíticas que la adornan, especialmente una gruesa columna al fondo de la misma. Un acceso con forma de ojo de gato da paso a un estrecho pasillo con dos pequeñas estancias.

Gratamente impresionados abandonamos sa Cova de Dalt. Desde su exterior es factible subir al Crestall (983 m.) pero debido al fuerte viento decidimos no hacerlo y tomamos el sendero de bajada, que coincide con el de subida de esta mañana.

Cerramos una extraordinaria ruta que además de montañera nos depara unas panorámicas amplías y generosas a las dos Marinas. Para los que no hayan pateado el recorrido de las fajas la recomendamos especialmente.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 13,9 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.005 M. (Alt de la Mallada Gran)
ALTURA MÍNIMA: 667 M. (Barranc de Junquera)
DESNIVEL POSITIVO: 837 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 837 M.
DIFICULTAD: ALTA.

ALCOI: EL CASTELLAR, EL SALT, BARXELL, ELS CANALONS Y RACÓ DE SANT BONAVETURA.

$
0
0
El castillo de Barchell, situado en el término municipal de Alcoy (Alicante), es una construcción medieval del siglo XIII que se sitúa sobre un montículo rocoso, en mitad de una pineda, junto a la carretera CV-795 que une Alcoy y Bañeres. Está situado en la partida rural de Barchell a 800 metros de altitud. Muy cerca de les Solanetes en donde se encontraba un núcleo de época musulmana. Destaca su torre prismática de base cuadrangular de 5 x 8 metros de base y de unos 20 m de altura a la que se accede por un hueco de pequeñas dimensiones, terminado en arco de medio punto. En el interior contaba con tres plantas hoy desaparecidas y en el exterior se encuentran restos de construcciones adosadas, así como tapias de gran altura, todo ello construido en tapial.El reducto principal, de construcción cristiana siguiendo las pautas de los castillos musulmanes de la zona está formado por una nave de 5 x 20 y dos plantas que hacían de almacén y habitáculo para la tropa y una torre prismática de base cuadrangular de 3,8 x 7 metros de base y de unos 20 m de altura a la que se accede por un hueco de reducidas dimensiones, acabado en arco de medio punto, todo esto articulado desde un patio interior de 150 m2 con un aljibe y paso de ronda de madera. La torre contaba con tres plantas (originalmente dos) hoy en día desaparecidas. Todo el conjunto contaba con numerosas aspilleras en sus muros. En el exterior se encuentran restos de construcciones adosadas, así como tapias de gran altura, todo construido en tapia. Todo el conjunto ocupa un total de 2860 m2 y un perímetro de 239 metros.Se trata de una fortificación cristiana creada para controlar la población mudéjar de los alrededores. Aunque desde siempre se creyó que la edificación pertenecía a la época musulmana, recientemente ha aparecido documentación del año 1264 que certificaría su construcción ya bajo dominio cristiano.Aunque han desaparecido las cubiertas, conserva todo el recinto amurallado, un albacar, probablemente de época musulmana completamente adaptado al terreno. Conserva restos de aspilleras y dos puertas, estando situada la principal dirección en el este. Su función era alojar a la población de las alquerías vecinas en los tiempos de peligro, como en las guerras contra Castilla, en las que su guarnición era reforzada.En 1850 se convirtió en una masía sufriendo diversas remodelaciones en su fábrica así como en los terrenos limítrofes, siendo abandonado en el año 1964 desde el cual se ha ido deteriorando progresivamente. Bien de Interés Cultural desde el año 1996, en los últimos años ha cambiado de propietario varias veces sin que se llegue a realizar la rehabilitación exigida por el Ayuntamiento de Alcoy por parte de sus propietarios. ​ Lamentablemente, debido tal vez a su estado de conservación, no se encuentra incluido dentro de la Ruta de los Castillos del Vinalopó, a pesar de que el Castillo de Banyeres se encuentra a solo 10 kilómetros de distancia. En julio de 2014 la situación del castillo da un vuelco al ser adquirido por el periodista y empresario alcoyano Xavi Martínez Caravaca. Desde entonces se llevan a cabo obras de consolidación y restauración. Paralelamente, se está rehabilitando el conjunto de edificaciones de la finca: una masía (compuesta en sí misma de 6 volúmenes adosados unos a otros como consecuencia de sucesivas ampliaciones), y una ermita consagrada a San José. La masía es conocida popularmente como Mas de l'Ermita por la proximidad de ambos conjuntos.
CÓMO LLEGAR:Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de los túneles de la Font Roja, salida en la nº 449 y entrar en la ciudad de Alcoy, dirección Banyeres y al parque del Romeral. Aparcar en la calle que sube a la sierra, frente a la entrada lateral del parque.
COMPONENTES:VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: PARC ROMERAL / LLENÇOLS / IZQUIERDA / MIRADOR MÁXIMA ALTURA / DESVÍO AL CASTELLAR / ALT DEL CASTELLAR / BAJAR / PAREDES / DERECHA / MURALLA / CASES DEL SALT / EL SALT / IZQDA. / CAMINO / ERMITA / CASTELL DE BARXELL / BALSA / RIU POLOP / FONT / CADENAS / PASO CADENA / CASCADA / PONT 7 LLUNES / FONT DEL QUINZET / VÍA VERDA / TÚNELES / PARC ROMERAL.


LA RUTA: Demasiado tiempo sin volver por Alcoy. Las nuevas carreteras lo dejan un poco apartado, pero hoy entramos hasta el Parc del Romeral, muy cerca del Batoy. Para no repetir ruta hemos hecho un remix de tres Track, consiguiendo un trazado distinto.


Iniciamos desde el Parc del Romeral que linda con la sierra, donde a golpe de zoom vemos la ermita y la creu de Sant Cristófol. Cruzamos por su interior para salir a su parte trasera donde hay marcas de senderos.


Subimos por la izquierda, por una costera de cemento que nos lleva a la hermosa casa Els Llençols, seguimos por sendero para torcer a la derecha, ver marcas, por encima de las rugosas rocas del paraje dels Llençols, por su parecido con unas sábanas arrugadas.


Rebasamos una torreta eléctrica desde donde vemos el edificio del Preventori, y en la cima de nuevo, la ermita de Sant Cristófol. En la ruta de hoy no los visitaremos. Tomamos otro sendero por la izquierda subiendo una cuesta.


Rodeamos una loma y terminamos de subir hasta situarnos por el cordal de la sierra, donde el sendero atraviesa una poblada zona de pinar. En un saliente tenemos bonitas vistas hacia la ciudad de Alcoy, encajonada en su valle.


Más adelante entre las ramas de la pineda, seguimos teniendo vistas maravillosas al denso carrascal de la Font Roja, con el santuario a media ladera y el Menejadorcoronando las alturas, la ciudad y el pont de les Set Llunes.


Pasamos por la máxima altura de hoy (882 m.) sobre una de las lomas, y poco después con miradas a la apartada cresta del Castellar, comenzamos a descender hacia el promontorio rocoso con vistas a les cases del Salt.


El sendero, baja y sube por un bosquete de pinos para situarnos en el Alt del Castellar (876 m.), cuya  cumbre y sus aledaños fueron ocupados por distintas civilizaciones y culturas desde la Edad del Bronce, la Ibérica, la Romana y, finalmente, la Musulmana.


Cuentan los códices que tras la invasión árabe de la Península, éstos llegaron a las cercanías de los territorios actuales de Alcoy y fundaron la primera medina islámica en forma de campamento militar en L´Alcoiá, que se denominaba “hisn”.


Regresamos al sendero principal con buenas vistas aéreas de los dos puentes, el de las 7 lunas y el del ferrocarril. Caminamos un corto tramo hasta que uno de los Tracks nos indica un bajada cerca de las paredes.


Este breve trecho solo pretende romper la monotonía del sendero y nos pasea por la base de unas paredes descarnadas que no llegan a ser abrigos, para luego paulatinamente regresar por la cresta al sendero.


Poco después iniciamos un fuerte descenso ladera abajo, por sendero poco firme hacia les Cases del Salt, con largas vistas al pont del ferrocarril, el Menejador y el santuario de la Font Roja. Luego se apacigua cerca de una especie de muralla.


Dada su corta altitud y grosor, la muralla parece más bien una tapia, aunque tiene una pequeña torre circular. Con grandes miradas al Castellar, concluye junto a las casas del Salt, por una estrecha calle que sale a la carretera.


La cruzamos y seguimos por la derecha, girando junto a un viejo muro y un aljibe. El sendero sigue entre bancales y bajamos a una angosta rambla atorada por matorral y espinos. Se trataba de llegar al límite de la caída del Salt.










Volvemos atrás y subimos un montículo, donde dando un salto pasamos a una minúscula plataforma. Lástima que no lleve agua ahora, las vistas al abismo del cortado son espectaculares. Hay que volver cuando lleve agua.


Volvemos a tierra firme y proseguimos por la izquierda. Este es un largo tramo donde el sendero serpentea subiendo diversas lomas en un espeso bosque de pinos, hasta enlazar con un camino que nos deja entre el Castell y la Masía de Barxell.


Conectamos con el GR-7 e intentamos acercarnos hacia la Masía de Barxell para visitar la ermita, pero está toda vallada y en la parte delantera han diseñado algunos jardines, ya que actualmente se utiliza para celebraciones.


Directamente nos vamos hacia el Castell de Barxell, dejando de momento el GR-7, para subir varias plataformas y llegar al recinto del mismo. La restauración está paralizada y su recinto totalmente vallado.


Es una lástima que al pasar de mano en mano nadie quiera emprender la remodelación. Su estado actual es muy lamentable y el deterioro progresivo, de seguir así pronto desaparecerá otro símbolo alcoyano.


Retornamos al GR-7 de nuevo con vistas al Menejador y al Santuariahora mucho más cercanas. El camino desciende acercándonos al cauce del río. Antes nos desviamos un poco a la derecha para ver una antigua balsa.


Nos alejamos del castillo y el camino se convierte en sendero con un descenso algo pronunciado donde la vegetación se torna exhaustiva, es el lecho del barranco pero no vemos nada, solo mimbres, juncos y el sonido del agua correr.


Y por fin, el cauce del río Polop, que vadeamos con apenas un metro de anchura. Entre tanta vegetación cuesta ver el curso del agua. Subimos una empinada cuesta con un poste directorio del GR-7 que dejamos seguir hacia la Font Roja.


Nos vamos a la izquierda, por els Canalons, formaciones calcáreas que corresponden al efecto de la erosión diferencial del agua de lluvia sobre estratos dispuestos verticalmente. Los materiales más blandos han sido erosionados y los duros se han quedado formando cañones.


Tenemos la sorpresa de encontrarnos con Moisés, un buen compañero de aventuras que viene con dos amigos más. Almorzamos juntos aunque ellos tienen un regreso distinto. Continuamos camino después de la fuente y del abrigo en las paredes.


La senda se abre paso entre una vegetación exuberante y enmarañada pese a que la primavera climatológicamente viene con retraso por el mal tiempo, pero la humedad del río encajonado entre las paredes hace el resto.










Transitamos a nivel del río entre arbustos y arboleda, teniéndolo que vadear en varias ocasiones por medio de unas viejas tarimas de madera. Los mimbres y las herbáceas están tumbadas debido a las recientes avalanchas de agua.


Nos acercamos a un recodo donde las paredes con altos espolones estrangulan el delgado curso del río. Por la derecha tenemos que hacer una corta pero fuerte subida por la rocosa loma para salvar el pequeño desfiladero.










Desde la altura vemos el comprimido cauce del río que forma pequeñas pozas unidas por la corriente de agua y los grandiosos farallones de piedra caliza que tenemos enfrente, componiendo una imagen agreste y montañera.


Bajamos un poco para atravesar la inclinada y rocosa ladera ayudados por unas cadenas que hacen de pasamanos y quitamiedos. No hay peligro, pero siempre es mejor plegar los bastones y prestar atención para cruzar.


Tras este paso horizontal y elevado sobre el río viene otro, también con cadenas, más corto e inclinado que nos devuelve al sendero del lecho del río,  con abundante vegetación de ribera entre el murmullo del agua al correr.


Vadeamos el río y pasamos junto a los restos de un viejo horno de cal que hasta la aparición del cemento fue la materia prima en las construcciones rurales. Luego nos sorprende otra pasarela de diseño más moderno.


Llegamos a otro sitio singular donde el río hace un pequeño meandro entre las paredes ocupando todo el lecho del barranco. Pasa salvarlo han colocado otros pasamanos de cadena que permiten pasar apoyando los pies a ras del agua.


De nuevo la vegetación lo invade todo y viene otro estrechamiento del barranco. Por la derecha abandonamos el cauce del río subiendo un escalón y salir frente a las viejas masías del Racó de Sant Bonaventura.









Nos acercamos a ver caer la herbosa cascada del río al salir del encajonamiento del barranco. El cauce prosigue mansamente por toda la zona recreativa del Racó de Sant Bonaventuradonde hay varios caminos y accesos para enlazar rutas.


Nosotros vamos a continuar por el cauce del río, atravesamos el río por un puente de madera y por la margen derecha un despejado sendero nos lleva por la chopera hasta pasar por debajo del Pont de les Set Llunes.


Se trata de una auténtica obra de ingeniería, ubicada además en las faldas de la Font Roja y en plena Vía Verda, lo que hace que le dé un mayor valor paisajístico y que se considere como una auténtica maravilla.


Construido para pasar el tren que no llego a circular nunca. Proseguimos hasta llegar a la Font del Quinzet. Ubicada junto al río Riquer después de la unión de los ríos Polop y Barxell. Recibe el nombre debido a la poca cantidad de agua que mana.


Aquí dejamos el cauce del río girando a la izquierda, para subir por una pista asfaltada hasta conectar con la Vía Verda d’Alcoi, que utiliza el antiguo trazado de la vía del tren que llega desde el Pont de les Set Llunes.


Por la Vía Verda transitamos cerca del parque del Batoi y atravesamos dos túneles para entrar en el casco urbano de la ciudad y al Parque del Romeral donde cerramos esta preciosa ruta, clásica entre la clásicas de Alcoy.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 15,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 882 M. (Alt del Castellar)
ALTURA MÍNIMA: 566 M. (Font del Quinzet)
DESNIVEL POSITIVO: 660 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 676 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

POR LOS CASTILLOS DEL PUERTO DE LA CADENA, MURCIA.

$
0
0
El castillo de la Asomada se encuentra en el término municipal de Murcia, enclavado en un estratégico lugar: una gran elevación montañosa conocida como Cabezo del Puerto que se yergue 532 m sobre el nivel del mar, a cuyos pies se sitúa el Puerto de la Cadena, uno de los pasos montañosos que, desde tiempos remotos, conectan el Campo de Cartagena y la Huerta de Murcia. La construcción de la fortaleza estuvo directamente relacionada con el control de este paso. Hoy día sus muros continúan caracterizando el paisaje, que contemplan cada día miles de personas que circulan por la actual autovía que une las ciudades de Cartagena y Murcia (N-301). El acceso actual al castillo se realiza desde la mencionada carretera, a la altura del kilómetro 407. Allí parte un camino carretero por el cual, transcurridos unos dos kilómetros, surge un desvío a la derecha que conduce, tras unos 700 metros, a los pies del Cabezo del Puerto. Comienza entonces un duro camino a pie hasta la cima. Se ha de tener en cuenta que toda el área se encuentra en el interior del Parque Regional El Valle y Carrascoy. El edificio tiene sus orígenes en época islámica, probablemente en torno al siglo XII, en el periodo de máximo esplendor de la taifa de Murcia, quizá en el mismo momento en el que se construyen dos edificaciones de menor entidad asociadas a éste que existen a sus pies: el Portazgo Inferior y el Superior. Su construcción respondía claramente al control del espacio y las comunicaciones entre la costa del reino y el interior, vigilando perfectamente la importante vía que conecta las ciudades de Cartagena y Murcia. No obstante, la obra no se terminó, por lo que podría relacionarse su construcción con el periodo mardanisí y la resistencia del Islam murciano frente a los invasores almohades. La fortaleza se encuentra catalogada como Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
CÓMO LLEGAR:Por la E-15 – A-7 hasta Murcia capital, tomar la A-30 MURCIA/CARTAGENA, salida por la nº 150 LA PALOMA/NONDUERMAS/MERCA MURCIA, en la rotonda continuar por la vía de servicio hasta el Área Recreativa del Portazgo, hay sitio para aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO:  ÁREA RECREATIVA / DESVÍO SENDA DEL CASTILLO / DCHA, ASCENDER / COLLADO / DEVÍO CUEVA /  CUEVA /  CASTILLO DE LA ASOMADA / SENDERO IZQDA. / TÚNEL 1 / SUBIR POR PISTA / CAMINO IZQ. / SENDERO DCHA. / SALIR PPR LA IZQ. / ALJIBE / COGER SENDERO / TOMAR SENDERO DCHA. / RAMBLA DE LAS CABEZAS / EL CERILLAR / DESVÍO IZQDA. / ZONA CANTERAS / ENLACE CAMINO DEL CASTILLO / CASTILLO DEL PORTAZGO DE ARRIBA / TÚNEL 2 / CASTILLO DEL PORTAZGO DE ABAJO /  ÁREA RECREATIVA.

LA RUTA: El fuerte viento reinante en la comunidad y las múltiples alertas por fuertes rachas de viento nos hace replantearnos la ruta de hoy. Al final elegimos el castillo de la Asomada en Murcia, que discurre entre senderos protegidos por el pinar.


Iniciamos desde el Área Recreativa del Portazgo, solitaria y tranquila a estas horas. La primera visión es para el Cabezo del Puerto, con sus laderas de apretado pinar y en su cúspide los restos del Castillo de la Asomada.


El sendero deja atrás la zona recreativa para conectar con la Rambla del Puerto entre carrizos y cañaveral, cerca de la Fuente del Caño del Agua, que cruzamos para entrar en la umbría de la ladera del bosque de pinos, curiosamente con muchos espigados ejemplares de ciprés.


Marchamos paralelos y no muy alejados de la autovía a Cartagena; resulta extraño el ruido del tráfico en un lugar tan bonito. Tomamos altura para bajar un poco, dejando el camino y entrar de nuevo en la Rambla del Puerto.


Cruzamos su pétreo lecho entre pequeñas charcas que regulan el flujo del agua. Salimos de ella para volver a cruzar unas decenas de metros después, un ramal mucho más estrecho entre pinos y vegetación de humedal.


Comienza un bonito trayecto entre el bosque de pinos, protegidos del aire y en donde vamos ganando altitud, superando cortas y empinadas rampas, zigzag y diversos lazos, que nos sitúan en la base del Cabezo.

Giraremos a la derecha siguiendo las marcas del PR, que sube por una empinada trocha pedregosa que nos sitúa en el Collado Mosqueras, un pequeño rellano con cruce de caminos, donde continuamos por la izquierda.










Seguimos subiendo hacia el Cabezo pero en pocos metros nos desviamos a la izquierda para acercarnos a una gran oquedad que se intuye en las peñascosas paredes. El bonito agujero no llega a ser una cueva, pero puede servir como resguardo.


Proseguimos subiendo en tanto vamos rodeando el Cabezo. Entramos en la solana al tiempo que debemos superar un fuerte desnivel sobre las rocas. Las vistas se amplían hacia el Carrascoy y a la costa cartagenera.


La cuesta hace una revuelta y nos deja a la vista los impresionantes muros donde debían asentarse los lienzos de muralla y sus torreones que nunca llegaron a construirse. Llegamos hasta la construcción y la rodeamos por su flanco derecho.


Al final del mismo se puede acceder al  interior del recinto sin dificultad alguna. Cabezo del Puerto (528 m.) Del Castillo de la Asomada, solo quedan los restos de la base de las murallas de un espesor considerable.


El castillo hubo de ser construido hacia mediados del siglo XII. Sus antepasados andalusíes fueron levantados en época omeya a modo de caravasares y como base del sistema postal del estado, al tiempo que representaban al estado musulmán en los medios rurales. 


Tras unas extensas miradas a Los Filos (1.064 m.) en la sierra de Carrascoy, al Relojero (608 m.) en el Valle y a Murcia capital, emprendemos el descenso. Lo hacemos de frente, mirando hacia el campo de Cartagena.


Llegados al muro nos vamos por la izquierda, es una larga bajada sin dificultad que termina muy cerca de la carretera. Por la izquierda rodeamos el contrafuerte hasta bajarnos a un ramblizo donde está el túnel.


Por su interior atravesamos al otro lado de la autovía.  No es necesario utilizar linterna y está bastante limpio, otra cosa será en las lluvias. Salimos muy cerca de la Venta del Civil, pero tomamos una pista a la derecha.


Atravesamos la barrera del parque regional El Valle y Carrascoy que cierra el paso a vehículos. Vamos subiendo hasta que dejamos la pista por un camino a la izquierda, que dejamos en breve por una senda a la derecha.


Esta es la senda que en La Alberca llaman la Idílica y que nos mete en la espesa pineda. Pronto cruzamos el lecho de la Rambla de Las Cabezas y comenzamos a ascender protegidos del aire y con miradas al Cabezo y al castillo de la Asomada.


Es una larga y hermosa subida que nos conduce al paraje de Los Cerillares donde alcanzaremos nuestra máxima altura de hoy (538 m.), con largas vistas al Relojero (604 m.), el Quijar de la Vieja (528 m.) y el Cabezo del Puerto con el castillo.


Con vistas a la ciudad de Murcia tomamos el sendero del cortafuegos que nos va cerrando el círculo de la ruta por el norte, con generosas miradas a las tupidas faldas del Cabezo, donde el pinar se extiende hasta el último roquedo.


Dejamos el cortafuegos por la izquierda, tomando un sendero que nos llevará al aljibe que hay en el camino minero de las canteras. Nosotros bajamos para hacer unas fotos al depósito, pero hay que volver a subir arriba.


Pegados a la valla cruzamos el camino y seguimos de frente, por un sendero poco visible que luego se reafirma llevándonos por toda la cuerda. Tenemos que estar atentos para tomar un desvío a la derecha y otro a la izquierda.


Entramos en la zona de las canteras abandonadas ofreciéndonos coloridas miradas a las margas arcillosas. Caminamos al borde de los precipicios admirando las rugosidades del terreno con sus preciosos colores ocres, verdes, rojos y grises.


Este sendero enlaza con el camino recientemente restaurado y luego abandonado que lleva al castillo del Portazgo Superior siguiendo unos metros por la derecha veremos uno de sus muros, al que podemos subir.


El Castillo del Portazgo Superior, pese a ser una obra inacabada, resulta más visible en su estructura que los otros dos. Conserva su planta sótano con bastante integridad y se pueden observar puertas entre sus muros de arco de medio punto.


De dimensiones más reducidas que el de la Asomada, todo indica que estaba destinado a ser una residencia-fortaleza desde la que divisaba el castillo de La Asomada que era el mausoleo de los antepasados.


Bajamos por un camino restaurado en su momento con barandas de madera y escalonado, pero que se encuentra en un estado lamentable de abandono y que nos lleva a una valla de alambrada con puerta sin cierre al pie de la autovía. 


Cruzamos la autovía por un túnel de sección circular en el que se crea un eco muy sonoro y salimos de nuevo a la Rambla del Puerto. Ahora vamos hacia nuestra derecha donde vemos el castillo del Portazgo Inferior al que accedemos.


Este inacabado castillo fue desmontado y vuelto a montar desde su antiguo emplazamiento (unos metros más alto) cuando construyeron el tercer carril de la autovía. Tan sólo podemos ver algunos restos del muro del recinto.











No está constatada su funcionalidad, mientras unos dicen que pudo ser una gran alberca, otros se decantan más por una construcción residencial. Salimos por su extremo oeste para cerrar la ruta en la zona recreativa. 

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 9,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 538 M. (El Cerillar)
ALTURA MÍNIMA: 198 M. (Rambla del Puerto)
DESNIVEL POSITIVO: 687 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 693 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


MADEIRA

$
0
0
Las islas que hoy conforman el archipiélago eran conocidas y mencionadas anteriormente, pero solo a partir de 1420 se procedió a su descubrimiento oficial y respectivo reconocimiento y poblamiento por parte de los marineros portugueses al servicio de Enrique el Navegante. Los marineros llegaron a una pequeña isla, desviados por una tempestad. Le llamaron Porto Seguro o Porto Santo, ya que salvó a la tripulación de un destino trágico. Tristão Vaz Teixeira, Bartolomeu Perestrelo y João  Gonçalves Zarco (los tres descubridores)  llegaron también a la isla de Madeira. Se cree que fue Joao Gonçalves Zarco el que eligió el nombre de la isla. Le llamó Madeira (madera) debido a la abundancia de este elemento en la isla. El origen del nombre de Funchal se debe a una planta, el hinojo (funcho en portugués), que aquí encontraron en abundancia. Debido a su potencia y a la importancia estratégica de las islas, se inició su poblamiento alrededor de 1425. Se introdujeron cultivos agrícolas, como los cereales y la caña de azúcar, que convirtieron a Funchal, en la segunda mitad del siglo XV e inicios del siglo XVI, en un importante puerto de escala obligatoria para rutas comerciales europeas. Los siglos XVII y XVIII se caracterizaron por la introducción de las variedades de vino de Madeira, que determinaron significativamente la economía de la isla. A finales del siglo XVIII y a lo largo de los siglos XIX y XX, Madeira floreció a través de la actividad turística. Se convirtió en un referente obligatorio por sus cualidades terapéuticas y climáticas naturales, que fascinaban a la aristocracia europea, que aquí se establecía. Actualmente, Madeira sigue inspirando a los viajeros, que acuden en busca de paisajes de una belleza singular, desde el mar hasta las montañas.


Tras 25 años de nuestra primera visita a Madeira volvemos de nuevo, ahora en modo menos turístico pero mucho más activo. Nuestra forma de viajar cambió hace varios años con la inclusión del senderismo, una manera distinta de conocer países y lugares a través rutas a pie por sus parajes y naturaleza.









Al igual que en el viaje a Gales http://alicanteaventura.com/, Monerris Tour Experiece ha sido la empresa para este maravilloso viaje, y su gerente Vicente Monerris, nuestro guía. Esta ha sido su segunda incursión por Madeira y el éxito está asegurado. Os comentamos a grandes rasgos la estructura del viaje:


Esta vez somos siete componentes: LETI, INMA, ALICIA, MARA, SUSI, PACO Y VICENTE, más nuestro guía Monerris, que conducirá la furgoneta de nueve plazas todos los días hasta el inicio de las rutas y en los desplazamientos y visitas turísticas que realicemos.


La procedencia ha sido muy variada dentro de la comunidad, solo Paco viene desde Madrid. Aunque nos encontramos en el aeropuerto de Lisboa, los vuelos y horarios fueron dispares. Para los que veníamos de Alicante, el trasbordo Lisboa/Funchal fue a última  hora, a cambio pudimos pasear unas horas por la capital portuguesa.

El aeropuerto de Fuchal ha cambiando en 25 años, todavía recordamos el aterrizaje, creíamos que el avión no podría frenar a tiempo en la pista sin caer al mar. Ahora lo han ampliado y hasta nos trasladan en bus al avión.






Nuestro cuartel general está montado nada menos que en la zona Velhado Funchal, en la misma rua de Santa María, una estrecha calle empedrada, que con el proyecto de “Arte de Portas Abertas” se ha convertido en una galería de arte al aire libre. En ella están la mayoría de pequeños restaurantes especializados en comida regional, casas de fado y bares animados.


El alojamiento lo tenemos en el nº 55, en el pequeño hotel a Casa do Lado donde tenemos nuestras habitaciones, individuales y compartidas. Para el desayuno caminamos unas decenas de metros por la misma calle y acera hasta otro edificio de la misma empresa,  en donde disponemos una mesa reservada para nosotros con un surtido y variado bufet. Las cenas también las realizamos en la misma zona, por lo que luego podemos pasear o tomar algunas copas en un ambiente concurrido pero muy apacible y distendido.










Mañana será nuestra primera ruta: visitaremos algunas poblaciones de la costa y marcharemos hacia el norte, por el municipio de Porto Moniz para hacer una corta ruta por las Levadas y entrar en contacto con la vegetación de Laurisilva.


LEVADA DO MOINHO, MADEIRA

$
0
0
Las levadas de Madeira son uno de los mayores atractivos del archipiélago, sobre todo para los amantes del senderismo, que pueden elegir entre múltiples rutas, ya que Madeira cuenta con 2500 kilómetros de levadas y de senderos. Las levadas son canales de agua de una profundidad de 50 cm. que se encuentran por toda la isla y que, en su origen, estaban destinadas para abastecer de agua a la región del sur de Madeira -para regar las plantaciones y para llevar agua a las aldeas-, que era más seca que la región norte. Fueron construidas a partir de mediados del siglo XVI y, en muchos casos, supusieron auténticas obras de ingeniería, ya que muchas levadas fueron esculpidas en las montañas (recuerden que Madeira es muy montañosa); de hecho, algunas atraviesan túneles: hay unos 40 kilómetros de túneles en la isla de Madeira. Existen unos 2.500 kilómetros de levadas, y pueden recorrerse por senderos paralelos a las mismas y, a veces, sobre las mismas levadas. Algunas discurren por acantilados al borde del mar, y otras, por el interior de la isla, a través de lugares más protegidos; a veces se estrechan tanto que a penas hay sitio para pasar y, otras veces, son auténticas avenidas. Eso sí, en todas ellas, podrán disfrutar de magníficos paisajes y descubrir rincones recónditos, como es el caso del bosque de Laurisilva, declarado patrimonio mundial por la UNESCO en 1999. De hecho, las levadas forman parte del patrimonio cultural de Madeira y son la demostración de que el hombre puede realizar obras en total armonía con la naturaleza.

Acordamos desayunar todos los días a las 08:00 hora local. Madrugamos, y un poco antes de la hora estamos en el otro edificio para el desayuno que realizamos tranquilamente. Luego volvemos al hotelito de a Casa do Lado a recoger las mochilas y el picnic.

Hoy vamos algo más cargados puesto que tenemos que tantear el tiempo y algunas cosas como los bastones y prendas de más abrigo se podrán quedar en la furgo, que viene a recogernos en el Jardim do Almirante Reis, junto al teleférico.

Elegimos los asientos al azar y todos los días iremos rotando. Nos marchamos hacia el norte por el municipio de Porto Moniz, haciendo varias paradas en el camino para ir conociendo la isla. La primera de ellas en Cãmara de Lobos.


Bajamos al pequeño puerto pequero inactivo hoy domingo. Paseamos por su recogido varadero repleto de pequeñas embarcaciones pintadas de colores chillones. En las calles hay algún corrillo de pescadores charlando.










Callejeamos un poco y entramos a su pequeña iglesia con un altar barroco recargado de paneles dorados. Lo más curioso es que no se ve ninguna mujer en la calle, solo hombres que repasan bien a las componentes de nuestro grupo.



De nuevo en la furgo seguimos tomando altura por la carretera hasta llegar a la próxima parada, cerca del mirador de Cabo Girão. Junto a la cafetería tenemos las primeras miradas en un día gris a las pobladas laderas de la sierra.









Seguimos caminando entre vallas y jardines hasta situarnos en el acantilado más alto de Europa, con 58 m. de altura, el mirador de cabo Girão posee una plataforma de cristal suspendida (denominada skywalk).


La cual ofrece unas vertiginosas vistas de la Fajã do Rancho y de la Fajã do Cabo Girão, pequeñas zonas de tierra cultivadas en la falda del acantilado, así como magnificas panorámicas del océano y de los municipios de Cãmara de Lobos y Funchal.


Continuamos hasta Ribeira Brava donde volvemos a detenernos y caminar por su largo espigón portuario formado con bloques de cemento prefabricado, saltando de bloque en bloque hasta llegar a su parte más tranquila y cerrada.


Retornamos por un ancho túnel excavado en la sierra donde hay una plataforma de escalera de caracol que sube a lo alto de la sierra, pero está cerrada. Contemplamos sin llegar a ella la bonita iglesia de São Bento, del siglo XV.


Conectamos con las modernas carreteras que nos suben hacia el norte de la isla, las nuevas estructuras han excavado numerosos túneles y elevado puentes sobre profundos barrancos. Tenemos otra parada en la casa de Elías.

LA RUTA: Llegamos a Porta da Vila donde comienza la caminata de hoy, la levada do Moinho por el PR 7 en dirección Achadas da Cruz, aunque no llegaremos a ella. Nos calzamos la botas, cogemos las mochilas y los pertrechos de senderismo.


Iniciamos desde la carretera junto al panel de la ruta, subiendo un margen y luego por unos escalones reforzados con troncos de madera hasta alcanzar el nivel de la levada, recordemos que las levadas son las acequias que distribuyen el agua de riego.


El estrecho sendero se ciñe a la levada y ésta al contorno de la ladera recorriéndola sinuosamente. La vegetación cambia, de altos y espigados pinos a ser exuberante y frondosa con la aparición de la laurisilva.

Unas piquetas de hierro entrelazadas con un cable de acero hacen de barrera y quitamiedos a las profundas ramblas y barrancos invadidos por helechos y laureles de troncos retorcidos y poco porte que enmarañan de un verde intenso la zona.









Unos inclinados escalones nos ascienden pegados a la estrecha levada, cuya espumosa agua baja por un tramo recto a gran velocidad. Aprovechamos para hacernos preciosas fotos en este entorno espectacular.

En esta levada existían varios molinos de agua ya desaparecidos, tan solo quedan las ruinas de un antiguo molino de cereales en Achadas da Cruz pero que hoy no visitaremos. El sendero vuelve a ser de tierra.









Oímos la música del agua al caer. Nos acercamos a una cascada. El agua se precipita desde unos doce metros sobre un frontal rocoso oscurecido por la constante humedad. No es un gran caudal pero forma una pequeña cola de caballo.











El agua cae sobre la levada y el muro que sostiene el sendero, para poder salvar este tramo tenemos que descender un corto trecho por la rambla,  volviendo a subir al nivel de la levada y dentro de la protección de las piquetas.










Seguimos el agradable trayecto a pie plano hasta un recodo donde se bifurca otro sendero que sube por unas escaleras y se unen las aguas de otra levada que baja junto él. En los entornos rocosos la humedad alimenta musgos y líquenes.  











Poco después, tras una zona de abundante vegetación y ramaje que cruza el sendero, entramos en un rincón espectacular, otra cascada o chorrera que se desliza por las rocosas paredes. Esta cae desde menos altitud.


El ambiente mojado y húmedo contribuye al desarrollo de la vegetación de laurisilva con gran abundancia de helechos que cuelgan de las paredes. Avanzamos hasta otro tramo más despejado donde decidimos tomar nuestro picnic.


Una vez terminado, se decide iniciar el regreso, deshaciendo camino por el mismo sendero ya que la ruta es lineal, de ida y vuelta. Pasamos junto a unos altos eucaliptus y vamos descubriendo pequeños destalles que no vimos en la ida.


El paso por la cascada grande vuelve a ser espectacular y poco a poco concluimos la corta ruta que nos ha servido  como toma de contacto,  estirar las piernas después del largo viaje de ayer y al guía para calibrar nuestras aptitudes.


De regreso en Funchal nos da tiempo a ducharnos y descansar. Salimos a pasear por las animadas calles peatonales haciendo tiempo para la cena e ir adaptándonos al uso horario de la isla. Luego, paseamos por el Forte de São Tiago.
COMPONENTES: MONERRIS (GUÍA), LETI, INMA, ALICIA, MARA, SUSI, PACO Y VICENTE.
ITINERARIO: PORTA DA VILA / CASCADA / CHORRERA / REGRESO / PORTA DA VILA.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 4,1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 01:30 HORAS
DESNIVEL POSITIVO:65 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 65 M.
DIFICULTAD:BAJA.

PONTA DE SÃO LOURENÇO, MADEIRA

$
0
0
En el extremo nororiental de Madeira se encuentra la alargada península de São Lourenço que se adentra poco más de cinco kilómetros en el venturoso océano Atlántico. La península es una formación basáltica, como la mayor parte de la isla, árida y carente de árboles. Con todo, la zona es muy apreciada por los senderistas ya que el recorrido no supera los 10 kilómetros (ida y vuelta) y, ofrece un cambio de panorama impresionante tras haber visitado las cumbres de Madeira y sus frondosos bosques de Laurisilva. Aquí nos encontramos con una estrecha franja de tierra roja, desprovista de vegetación y golpeada por ambos lados por el furor del Atlántico. Un sendero acompaña al caminante hasta la Ponta del mismo nombre, donde se alza el primer faro de la isla construido en el año 1870. Los acantilados son grandiosos y los recovecos, estrechas playas de arena negra, acantilados y pequeñas cumbres no dejarán a nadie indiferente. Al mismo tiempo la ruta no excesivamente dura. Fauna y flora única. La península marca por su relieve bajo y ondulado y por la falta de vegetación frondosa un cambio muy grande con el resto de la isla. Un paisaje rugoso que cambia mucho la imagen de Madeira. A pesar de su aspecto, la península de São Lourenço alberga más de 131 especies de plantas. No es una vegetación exuberante, pero las pequeñas plantas son muchas veces únicas. De hecho 31 especies de flores, pequeños arbustos y otras plantas son endémicas. La fauna es también muy interesante. Entre las aves, grandes colonias de gaviotas. Durante el recorrido podremos ver bisbitas camineros (Anthus bertheloti madeirensis), jilgueros (Carduelis carduelis parva), canarios (Serinus canaria canaria), cernícalos (Falco tinunculus); aves marinas como la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), el paíño de Madeira (Oceanodroma castro), los petreles de Bulwer, (Bulweria bulwerii) y el charrán común (Sterna hirundo). El único reptil de Madeira, la lagartija (Lacerta dugesii) abunda en toda la zona. Otra de las particularidades de la fauna en la península de São Lourenço son los moluscos terrestres endémicos. 28 tipos de caracoles que no existen en ninguna otra parte del mundo. Así que cuidado con maltratar a estos frágiles seres vivos. La foca monje es la foca más escasa del mundo. Este mamífero marino que antes era común en el Mediterráneo, ha casi desaparecido por lo que si consiguen verla disfruten. Este pequeño animal, grácil y amable merece una oportunidad. La belleza de la península y la relativa facilidad de acceso hace que sea una zona muy visitada de la isla, sobre todo en verano. Al principio de la caminata se encuentra el Pico do Furado, desde donde se pueden hacer fotos muy espectaculares. Un lugar muy interesante es la Casa do Sardinha, que fue construida en el año 1905 por Manuel Bettencourt Sardinha, una especie de oasis donde se puede comer ya que hay una zona habilitada con bancos, mesas y hay agua, la única fuente de toda la península. En la casa se encuentra también el puesto de vigilancia del Parque Natural de Madeira. Desde este punto se ven hacia el sur, las islas Desertas y al norte Porto Santo. Un panorama único, dominando todo el océano.

CÓMO LLEGAR: A la península llegamos por la carretera ER-109, que nos lleva hasta Caniçal, el pueblo que guarda la extremidad de São Lourenço. El pueblo es pequeño pero interesante y merece una visita, antes o mejor después de la ruta, tomándonos una cerveza y comiendo algo en alguno de los bares de su pequeño puerto.
COMPONENTES: MONERRIS, LETI, INMA, ALICIA, MARA, SUSI, PACO Y VICENTE.
ITINERARIO: INICIO / MIRADOR1 / MIRADOR2 / MIRADOR3 / IZQUIERDA / MIRADOR4 / PICO DO FURADO / CASA DO SARDINHA / FINAL.

LA RUTA: Hoy nos vamos a recorrer la larga y delgada península de São Lourenço que junto con los islotes de Farol y de Cevada conforma la punta más al Este de la isla de Madeira, en el municipio de Machico.

Tras el desayuno y mientras esperamos la furgo hacemos fotos en el Jardim do Almirante Reis, tenemos un precioso día con algunas nubes que el aire mueve, por lo tanto mucha crema solar, cortavientos y alguna manga corta.










No hacemos paradas por el camino y vamos directos hacia el pueblo de Caniçal que es la entrada al parque natural. Como vamos muy bien de horario antes de comenzar la ruta nos acercamos al Miradouro de Ponta São Vicente.


Desde este punto tenemos buenas vistas al mar y a los acantilados, desprovistos de vegetación pero con un tenue manto verde. Vemos también Caniçal, donde un arco iris despide a las compactas nubes que el viento comienza a deshacer. 


Con la furgo bajamos hasta el aparcamiento y el panel de inicio de la ruta, donde nos calzados las botas y cargamos con las mochilas. La primera mirada al sendero es bucólica, el trazado se desliza entre las verdes laderas montañosas.


Bajamos una hondonada por escalones reforzados de madera para atravesar por medio de una pasarela el cauce de una barranquera que va al mar y, volvemos a subir por la ladera escalonadamente con vistas al ilhéu Deserta Grande.


Por camino de tierra avanzamos con miradas al mar por la derecha, al frente a nuevas puntas rocosas de inclinados desniveles por donde pulula la gente, y a la izquierda, en el filo de un farallón unos montañeros alcanzan el vértice geodésico.


La formación basáltica de esta estrecha península es muy accidentada, sus constantes altibajos han hecho que los trazados de los senderos sean verdaderas obras de ingeniería regulando desniveles y atravesando laderas inverosímiles.


Nos acercamos a otra especie de ramblizo que baja al mar por la derecha dejándonos ver parte de la alargada península y la pequeña playa de arenas negras da baía d’Abra, a la cual se suele bajar a tomar baños en verano.


Por la izquierda ya tenemos vistas al mar por el otro lado. En un rellano está situado el primer mirador con amplias miradas al océano Atlántico y la Punta de São Vicente con varios puntiagudos farallones que emergen del agua.


Comienza una fuerte subida escalonada que zigzaguea convenientemente la ladera para ir superándola, haciendo diminutos recodos o descansillos donde las vistas siguen ensanchándose, ya vemos el agujero de Ponta do Furado.


Después de la subida llegan tramos más distendidos en los que se asciende más pausadamente. Caminamos sobre tierra roja y rescoldos mucho más oscuros, restos de antiguas coladas de lava que contrastan con las zonas verdes










El segundo mirador está situado después de una corta bajada y nos permite contemplar la punta de un acantilado excepcional y, en cuyas paredes basálticas quedan a la vista las vetas de distintas coladas de lava correspondientes a varias erupciones.











Las horizontales, unas sobre otras, pero hay otras verticales que se han abierto paso rellenando túneles y cavidades. Luego en el mar, tenemos un gran pivote en diversos tonos que la incesante erosión de agua y viento ha moldeado.

Volvemos a subir rodeando las lomas para conseguir cotas más elevadas. Todos los tramos expuestos a los abismos están perfectamente protegidos por piquetas metálicas unidas por cables de acero que dan seguridad y límite a los senderos.

También han construido en lugares estratégicos pequeños muretes de piedras que sirven como bancos para sentarse, tomar un respiro y contemplar el tremendo paisaje que nos rodea, tierra, mar y cielo infinito.

Desde esta altitud enfilamos un largo tramo de sendero con menos altibajos, en donde el desnivel ganado nos permite extraordinarias panorámicas al camino recorrido hasta ahora; la intensidad azul del mar es inigualable.

Por delante la península va menguando y cada vez tenemos más cerca el Pico do Furado. A sus pies distinguimos una pequeña edificación rodeada de palmeras que sobresale entre extenso verdor de la pradera.

Hacemos una inclinada bajada por escalones y un trozo de camino embaldosado como una calzada que linda por todo el acantilado, rodeando el montículo que hemos descendido para afrontar de frente su cara que da al mar.

Este tercer mirador nos muestra como un espectacular mural de gran altura y cientos de metros que se adentran en el mar, un corte transversal de la península en la que podemos ver su composición basáltica y las múltiples coladas de lava.

Seguimos avanzando y mirando hacia atrás, vemos a golpe de zoom moverse la gente al filo del acantilado del mural por donde hemos pasado antes. A medida que nos alejamos la perspectiva del paisaje es grandiosa.

La cercanía del Pico do Furado se va haciendo realidad junto con el vergel que rodea la Casa do Sardinha, una peana nos describe algunas características de la zona. No vamos directamente a la casa, si no al pico, pasando por otro mirador.

Miramos el otro lado del océano con distintas formaciones volcánicas y hacemos de punto de encuentro para comenzar a subir al Pico do Furado. Dejamos la Casa do Sardinha a un lado rodeada de palmeras como un oasis.

La subida por la loma es escalonada con peldaños de maderos y amplia, puesto que en verano hay mucha más gente. El desnivel es asequible y la altura nos da vistas enormes con el mar por ambos lados de la península.

Los peldaños de madera dan paso a otros de roca y tierra para luego ir angostándose el sendero al llegar a lo alto del risco donde vuelven los peldaños. Arriba hay un diminuto rellano donde la gente guarda turno para las fotos.

Pico do Furado (171 m.) la ruta termina aquí aunque la península continúa un tramo más y varios islotes casi unidos, en el último de ellos se encuentra el faro más antiguo de la isla de Madeira construido en el año 1870.

Hacemos las fotos de rigor y contemplamos el hermoso paraje. Desde este punto se ven hacia el sur, las islas Desertas y al norte Porto Santo. Un panorama único, dominando todo el océano. Emprendemos el regreso.

Descendemos pausadamente del risco y por la ladera llegamos a la Casa do Sardinha que fue construida en el año 1905 por Manuel Bettencourt Sardinha, una especie de oasis donde tomamos nuestro picnic en la zona recreativa.

Desde la casa proseguimos por un ramal diferente al de ida, admirando nuevos acantilados y piscifactorías que flotan en el mar; una bajada a otra playa de arenas negras junto a un observatorio de aves.

En esta parte nueva del recorrido descubrimos miradas inéditas a esta parte de los acantilados, el precioso risco que hemos de volver a subir, visto íntegramente desde el mar con sus arrecifes, escollos y cuevas.

Empezamos a subir para unirnos al sendero principal cerrando este pequeño círculo. Delimitados por las piquetas y cables nos fijamos en distintos detalles  que antes hemos pasado por alto. Vemos una pareja de montañeros en otro risco.

El regreso no se hace monótono, nos detenemos menos tiempo en los miradores y avanzamos con más fluidez. La afluencia de gente es la justa sin causar ningún agobio, lo que nos permite marchar en grupo distendido.

Poco a poco vamos cerrando la ruta. En el primer mirador de esta mañana despedimos a un mar más embravecido, y en el otro lado al Furado, ahora más nítido, a los pies del pico del mismo nombre. Llegamos al parking.

Es pronto todavía y decidimos ir a un pequeño bar no muy lejano que le recomendaron a Monerris. Vamos a tomar lapas a la plancha y polvo (pulpo) en vinagreta, dos platos típicos de Madeira regados con buen vinho verde.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 8,0 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:35 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 171 M. (Pico do Furado)
ALTURA MÍNIMA: 30 M.
DESNIVEL POSITIVO: 440 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 440 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

LEVADA DO CALDEIRÃO VERDE, MADEIRA

$
0
0
La levada do Caldeirão Verde, impresionante obra de arte construida en el siglo XVIII, comienza en el lecho principal de la Ribeira do Caldeirão Verde y, atravesando abruptas escarpas y montañas, transportará el agua que discurre desde las más altas montañas de la isla de Madeira al regadío de los terrenos agrícolas de la pedanía de Faial.  Esta levada para fines de uso agrícola constituye una importante vía de penetración peatonal en el interior del valle profundo de la Ribeira de São Jorge y ofrece al caminante una vertiginosa y espectacular visión de la orografía del interior de la isla y la posibilidad de pasar por túneles excavados en la roca a fuerza de brazos. En el Parque Forestal de Queimadas se encuentra el refugio (Casa de Abrigo) de Queimadas, que mantiene las características originales de las casas típicas de Santana; presenta un espectacular tejado de paja. Cabe destacar los excelentes ejemplares de cedros japoneses elegantes (Cryptomeria japonica), las hayas europeas (Fagus sylvatica) de denso follaje rojizo, los cedros de Madeira (Juniperus cedrus), til (Ocotea foetens), palo blanco (Picconia excelsa), brezos centenarios (Erica scoparia), algunos ejemplares de cletra (Clethra arborea)y uva de monte (Vaccinium padifolium), que podrán contemplarse a lo largo de la ruta de senderismo.  Las especies de avifauna autóctona que podemos avistar van desde el pinzón común (Fringilla coelebs), el reyezuelo listado de Madeira (Regulus ignicapillus madeirensis), la paloma torcaz (Columba trocaz trocaz), la lavandera cascadeña de Madeira (Motacilla cinerea schmitzi) y el ratonero común de Madeira (Buteo buteo harteti).  Todavía cerca del Parque de Queimadas, podemos avistar a lo lejos un pequeño núcleo de población: se trata de Achada do Marques, lugar declarado Paisaje Protegido que se caracteriza por las tradicionales terrazas agrícolas y antiguos pajares de piedra.  Después de pasar por los 4 túneles que existen a lo largo del recorrido, Caldeirão Verde surge a la izquierda de la levada y, para llegar a él, basta subir algunos metros por el lecho del río.  El lago de Caldeirão Verde está formado por el agua que se proyecta verticalmente del lecho del río de Caldeirão Verde a una altura de aproximadamente 100 metros.
COMPONENTES: MONERRIS, LETI, INMA, ALICIA, MARA, SUSI, PACO Y VICENTE.
ITINERARIO: AS QUEIMADAS / CASCADA-1 / CASCADA-2 / TÚNEL-1 / TÚNEL-2 / TÚNEL-3 / TÚNEL-4 / CALDEIRÃO VERDE / REGRESO A AS QUEIMADAS.
LA RUTA: Hoy salimos muy puntuales, haremos la ruta del Cadeirão Verde desde el Parque Forestal de As Queimadas, al norte de la isla de Madeira, en el municipio de Santana donde luego visitaremos sus típicas casas.

También acordamos ayer cambiar el restaurante de la cena por un típico barecito donde podremos ver el partido de Chanpions del Madrid y al tiempo que degustaremos las mejores manitas de cerdo de la isla.

Tenemos suerte de aparcar a la entrada del parque As Queimadas, una vez dentro es como un cuento de hadas, la Casa de Abrigo de Queimadas mantiene las características originales de las casas típicas de Santana.

Su entorno es como un diminuto jardín botánico de árboles exóticos, con un pequeño estanque donde corre el agua de la levada, chapoteada por hermosos gansos junto casas de casas de madera y paja en miniatura.

El sendero se inicia rodeando el estanque por un ancho camino de que va paralelo al estrecho cauce de la levada, entre cedros de Madeira, hayas europeas, tilos, los elegantes cedros japoneses, helechos y abundante vegetación en la ladera.

En el primer recodo nos sorprenden un buen número de impresionantes ejemplares de Criptomerias gigantes, una conífera de gran altura, pero sobre todo una de ellas de tamaño descomunal cuyas ramas forman un grandioso candelabro.

Poco a poco el tamaños de los árboles disminuye al cambiar de especie y variedad, que sin embargo tienen la peculiaridad de formar sobre el camino de tierra, un enmarañado entramado de raíces espectacular.

Entramos de lleno en la densa vegetación de laurisilva, el camino se convierte en sendero protegido por piquetas metálicas con cable de acero y el agua que gotea por las paredes tapizadas de musgo se convierte en protagonista.

Llegamos a la primera cascada, aunque realmente es una chorrera vertical preciosa, de varios metros de altitud, cuyas piedras y paredes invadidas por líquenes, helechos y musgos, rezuman humedad por todos los costados.

La exuberante vegetación nos impide ver la profundad del barranco, la levada surca la ladera a media altura siguiendo el sinuoso trazado de la montaña. La espesura es tal que solo vemos las retorcidas ramas que buscan la luz sobre nuestras cabezas.

Vienen nuevos tramos con menos humedad, de sendero ancho sin vegetación agobiante, pero con laureles y tilos de troncos enroscados que siguen formando un especie de túnel bajo el que caminamos relajados.

Entre algún resquicio del ramaje, llegamos a distinguir en medio de la ladera atestada de vegetación y arboleda, una estrecha cascada que cae por el cauce de una torrentera, un hilo de agua blanca entre el verde intenso.

A medida que nos acercamos va creciendo su tamaño. Es espectacular. No tiene gran caudal ni anchura, pero al caer desde una altura considerable forma una alargada y hermosa cola de caballo que golpea sobre la piedra.

El Bosque de Laurisilva es uno de los ecosistemas naturales más importantes y característicos del archipiélago de Madeira. Este bosque húmedo subtropical está incluido como máxima reserva en el Parque Natural de Madeira.

Pasamos por una zona tremendamente húmeda, el agua cae, resbala o salpica las plantas. Atravesamos pequeñas cortinas de agua procurando no mojarnos, y varias chorreras precipitan sus aguas ladera abajo.

Arribamos al primer túnel excavado en las rocas a fuerza de brazos para permitir el paso de la levada. Es de poca longitud, y tampoco mucha altura, la levada siempre queda a la izquierda. Nos colocamos los frontales.

Proseguimos por otra zona bastante húmeda y más adelante dejamos por la derecha un desvío a Ilha, según indica un poste informativo. Nos extraña ver un gato sobre las musgosas piedras en el cruce del camino.

Enseguida viene el segundo túnel, mucho más largo que el anterior y aunque se ve la luz al final del túnel, no hay que confiarse y encender el frontal. La levada está protegida por un muro más alto, pero hay zonas encharcadas.

El tercer túnel es el más largo y tortuoso de todos no se ve la luz del final , hace varias curvas y en alguna zona existe el peligro de golpearte la cabeza con las rocas. Sin embargo tiene una ventana al vacío con unas vistas excepcionales.

El cuarto y último es el más corto de todos y el único que quizás no necesitemos la luz. A la salida de los túneles siempre tenemos la opción de asomarnos al tremendo paisaje de laurisilva que nos rodea. Majestuoso.

Posteriormente viene una zona de paredes rocosas con menor vegetación, lo cual se convierte en un prolongado mirador que nos ofrece generosas vistas a las montañas, estrechos valles y barrancos con infinitos matices de color verde.

Pronto tenemos grandiosas miradas al curso del arroyo que forma la cascada del Cãldeirao Verde, precipitarse barranco abajo desde las altas montañas. Tenemos un desvío que nos sube hasta la poza de la cascada.

La levada continúa hacia Caldeirão do Inferno, pero hay que seguir, dejando el desvío a la derecha y subir por el sendero empedrado entre grandes rocas. La afluencia de gente en los alrededores nos confirma que hemos llegado.

El Caldeirão Verde es un lugar espectacular, como de recogimiento, si no hay mucha gente pareces estar solo, meditando. Tiene una belleza singular, el hilo de la cascada que cae desde más de 100 metros, y su poza de aguas verdes.

Si miramos hacia el cielo, vemos que estamos encerrados dentro de un caldero por el que solo entra la luz desde arriba. Una maravilla de la naturaleza.  Nos posesionamos cerca de la poza para tomarnos extasiados nuestro picnic.

Vamos haciendo las últimas fotos a los pequeños detalles, y desde otros ángulos a la cortina de agua de la cascada. Comenzamos a salir del Caldeirão Verde con nostalgia. El regreso lo hacemos por el mismo camino.

En la vuelta nos entretenemos menos con los detalles del recorrido, y en los cuatro túneles, como ya tenemos experiencia, sabemos donde tenemos que agachar la cabeza para no golpearnos con las rocas o esquivar los charcos.

Contemplamos de nuevo las cascadas y las chorreras; hacemos una relajada foto del grupo, y  marchamos por el camino de tierra enmarañado de raíces hasta el estanque de la entrada, donde cerramos la ruta.

Con la furgo nos vamos hasta el pueblo de Santana donde tomamos un café y unos bizcochos; luego paseamos por las bonitas casas con techo de paja, típicas de la zona. Las están acicalando para la temporada fuerte de turismo.

Nos da tiempo a ducharnos y descansar. Salimos pronto a cenar en el barecito que hemos reservado para degustar las mejores manitas de cerdo (trotadores de porco) de la isla. Vemos ganar al Madrid en un buen ambiente.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:40 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 980 M. (Caldeirão Verde)
ALTURA MÍNIMA: 890 M. ( As Queimadas)
DESNIVEL POSITIVO: 120 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 120 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

PICO DO AREEIRO, MADEIRA

$
0
0
El Pico de Arieiro, con sus 1818 metros, es el tercer pico más alto de Madeira. Las vistas que ofrece son impresionantes, con un mar de nubes sobre las bellas formaciones rocosas, imposibles de describir con palabras. Cuando el tiempo lo permite se puede ver la costa sur, el Curral das Freiras e incluso la Isla de Porto santo. En el camino tendrás la sensación de viajar a un mundo diferente a medida que asciendes, ya que los bosques verdes que cubren la mayor parte de Madeira central dejan paso a un paisaje mucho más salvaje y desnudo, propio de tierras altas. Dicha sensación se intensifica por el cinturón de nubes que se observa al llegar a los 1.200 metros. Pasada esta zona de niebla, que en ocasiones provoca lluvias torrenciales, volverás a ver relucir la luz del sol. Muy pronto la roca desnuda se transforma en la característica predominante de este paisaje donde sólo resisten las plantas más duras y resistentes. Una vez aquí, la ausencia de vegetación es compensada por una interminable sucesión de sierras y hermosos e impresionantes precipicios. En este lugar las nubes se detienen sobre los valles más profundos y el único sonido que escucharás es el del viento. Los colores que predominan en esta zona son el violeta, el ocre y el marrón chocolate, los cuales se intensifican con los rayos rojos y anaranjados de la puesta de sol o con la luz rosada del amanecer. Si estás en forma y te gusta practicar senderismo puedes recorrer el sendero que une el Pico do Areeiro con el Pico Ruivo, el pico más alto de Madeira.
COMPONENTES: MONERRIS, LETI, INMA, ALICIA, MARA, SUSI, PACO Y VICENTE.
ITINERARIO: PARKING / CAFETERÍA / V.G. PICO AREEIRO / MIRADOR PICO AREEIRO / INICIO SENDERO / MIRADOR DO NINHO DA MANTA / VEREDA ARISTA PEDRA RIJA / MIRADOR PEDRA RIJA / ARCO DE ROCA / MIRADOR PICO DO GATO / CRUCE SENDERO CERRADO / TÚNEL-1 / TÚNEL-2 / TÚNEL-3 / TÚNEL-4 / RETORNO/ REGRESO POR EL MISMO SENDERO.
LA RUTA: Nos vamos al centro de la isla de Madeira, subiremos al altiplano, en el área del Macizo Montañoso Central, donde se encuentran los los tres picos más altos de la isla: Pico Ruivo (1.862 m.), Pico das Torres (1.862 m.) y Pico do Areeiro (1.818 m.)

La ruta comienza en la misma cima del Pico do Areeiro, a la que se sube por carretera. Hay una cafetería y tiendas de recuerdos junto a una gran bola de la antena del radar de las Fuerzas Aéreas Portuguesas. El parking es amplio.

Las primeras vistas son impactantes, estamos a 1.800 metros de altura, por encima de un denso mar de nubes y con un sol esplendoroso en el que sobresalen algunos picos de mayor altura, el resto queda sumergido bajo las nubes.

Al revés que en todas las rutas, aquí iniciamos subiendo al vértice geodésico del Pico Areeiro (1.818 m.) que será nuestra mayor altura de hoy. En el resto de la ruta bajaremos y subiremos cresteando por parte de la vereda PR 1.

Antes de coger el sendero a la derecha hay un pequeño mirador con barandas de madera donde podemos observar el mar de nubes por la derecha, y en la izquierda, profundos barrancos, crestas y riscos.

Iniciamos bajando por  sendero enlosado con placas de piedra. Las panorámicas son alucinantes, vemos el trazado del sendero en la lejanía,  pasar por sitios inverosímiles y a la gente moverse por promontorios de vértigo.

Comenzamos a subir y al poco el sendero se convierte en peldaños para facilitar la acometida de la empinada cuesta, arriba volvemos a bajar para dirigirnos al siguiente farallón, el camino se abre paso entre el escabroso paraje.

El quebrado recorrido por laderas volcánicas es de una gran vistosidad y colorido, contrastando los tonos oscuros de las coladas de lava, con las zonas tierra rojiza, con los sectores verdosos de matorral bajo y las blancas nubes.

Rodeamos cuesta arriba un peñascoso espolón, antes de dar la vuelta admiramos el camino recorrido desde la bola de la antena del radar hasta ahora, las nubes de algodón realzan las tremendas panorámicas.

Una vez arriba, subimos al Miradouro do Ninho da Manta, donde supuestamente anidaba el águila ratonera común. El mar de nubes lo cubre casi todo y en un rincón logramos fotografiar un arco iris de niebla.

Bajamos para seguir subiendo a otro risco, desde el que observamos la estratégica posición del mirador anterior, encaramado encima de un peñasco volcánico. El camino abierto sobre el filo de las crestas es maravilloso.

Bordeamos un pasillo rocoso  para salir a otra vertiente montañosa caminando por el cordal de las crestas. Todo cambia a colores ocre y siena tostada, y enfrente un enorme peñón surcado por la traza  del camino.

Por la derecha la bruma lo invade todo pero entre ella podemos ver el perfil rocoso sobre el vacío del Miradouro do Ninho da Manta con gente pululando. Impresiona más esta imagen que las que se obtienen desde el mismo.

Por el estrecho filo de la arista nos vamos acercando al gran peñón de origen volcánico en el que podemos ver las sucesivas capas de las coladas de lava, llegados a su base un cartel de madera nos indica su nombre, la Pedra Rija.

Empezamos a rodearlo por la derecha, el vacío al abismo es impresionante, pero los peldaños y losas del sendero, además de las fuertes piquetas metálicas unidas con cable de acero dan mucha seguridad a este paso.

Iniciamos otra bajada escalonada junto a altas paredes erosionadas. La bruma comienza a invadir esta zona del barranco. Nos dirigimos hacia un puntiagudo espolón, pero antes pasamos por debajo de una roca adosada a la pared.

Es una zona quebrada de aspecto inhóspito a la que la bruma le da un halo misterioso e intrigante, pero muy bella, en la que el sendero se va abriendo paso por las rocas entre constantes subidas y bajadas escalonadas.

Llegamos a una gran placa de piedra oscura que ha sido agujereada para permitir el paso de la vereda formando un arco de roca. En la siguiente vertiente abunda más la vegetación endémica con matices cromáticos de verde.

El siguiente punto de referencia es el Túnel do Pico do Gato, excavado en la roca para mantener la altura del sendero al igual que en las levadas. Tendrá unos 25 metros de longitud y no es necesario usar frontal.

En el otro lado la bruma se está disolviendo. Descendemos por un tramo muy vertical escalonado para alcanzar una zona más llana y verde, de redondeados pivotes. Dejamos atrás el cruce con un sendero que ha sido clausurado.

Caminamos por una ladera herbosa sin perder altura, entrando en un cerrado valle de altas montañas y profundos barrancos en dirección a un enorme frontal rocoso y colorido con diversidad de crestas y farallones.

La vereda linda con los precipicios y la gran placa rocosa de las paredes salpicadas de musgos y plantas autóctonas que da un bello colorido. Llegamos a la boca del primero de los túneles sin nombre que agujerean esta montaña.

Más corto que el del Gato, hace una pequeña curva al inicio y a la salida nos compensa con unas miradas extraordinarias a un peñón plano que desde el barranco se eleva hacia las alturas, destacando por su color gris ceniza.

Este tramo del sendero es espectacular por el colorido de la vegetación y las agrestes paredes que rodean
este espacio montañoso. En el otro costado las nubes siguen enganchadas entre los farallones que hemos dejado atrás.

El segundo de los túneles es algo más extenso pero siempre dentro de límite de visibilidad. A la salida estamos metidos en plena umbría entre paredes grises y oscuras, solo a lo lejos en el profundo valle luce el sol.

Rápido viene el tercer túnel, corto y luminoso que nos deja en una zona más abierta pese a seguir por la umbría, donde extensas coladas de lava han sido conquistadas por mantos de musgos y líquenes de bonitos tonos verdes.

Cuarto y último túnel, el más breve. A la salida las vistas son generosas a verticales paredes  moteadas de musgo. Comenzamos a descender hacia un promontorio sobre un precipicio donde la gente está descansando.

Este será nuestro punto de regreso. Solo continúan los que van hasta el Pico Ruivo, son pocos los kilómetros que restan pero el trazado es muy agreste y habría que volver desde allí al no tener otro vehículo en ese punto.

Tomamos nuestro picnic en este espléndido mirador, y pese a la gente que hay todos estamos aislados, imbuidos por el majestuoso paisaje de profundos valles y rudas formas montañosas que las algodonosas nubes sobrevuelan.

Emprendemos el regreso poco a poco, puesto que tenemos que volver a subir y bajar escalones pero ahora con puntos de vista distintos. Atravesamos los túneles sin detenernos pero guardando en nuestras retinas bellas imágenes.

Las diferentes perspectivas nos hacer ver una ruta distinta, con muchos detalles que en la ida no habíamos reparado, también cambia la luz, el paso de las nubes, o la bruma que lo envuelve todo en ocasiones.

Algunas subidas, anteriormente bajadas, tenemos que tomarlas con calma. Llegados al Miradouro do Ninho da Manta, nos damos un respiro contemplando el denso mar de nubes que a nuestra altura lo cubre todo.

En las largas bajadas también aprovechamos algún descansillo para estirar las piernas. Llegando al final, la espesa bruma lo cubre todo, y la bola de la antena del radar parece una gran luna llena escondiéndose.

El mar de nubes está en plena ebullición y aprovechamos para subir de nuevo al vértice geodésico del Pico do Areeiro para hacer las últimas fotos y cerramos la ruta en la cafetería tomando unas cervezas en la terraza.

Anocheciendo, nos reunimos en un restaurante que habíamos reservado para ver el partido de Champions del Barça que también ganó. Antes, las chicas estuvieron en un recital de fado. Ha sido uno de los días más completos.

RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 12,2 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:35 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.828 M.
ALTURA MÍNIMA: 1.565 M.
DESNIVEL POSITIVO: 505 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 505 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


LEVADA DO RISCO Y LEVADA DAS 25 FONTES, MADEIRA

$
0
0
El Bosque de Laurisilva es uno de los ecosistemas naturales más importantes y característicos del archipiélago de Madeira. Esta designación proviene del latín: Laurus (laurel, lauráceas) y Silva (bosque). Este bosque húmedo subtropical está incluido en el Parque Natural de Madeira, con el estatuto máximo de Reserva Integral. Ocupa un área importante de la Isla de Madeira: en total unas 15.000 hectáreas. Está muy bien conservado y es uno de los hábitats naturales con más diversidad de plantas por km². Por estas razones, el bosque de Laurisilva, fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1999. Pero hablemos un poco de la historia de este increíble bosque de vegetación sorprendente por el porte y las formas de algunos de sus árboles, en su mayoría pertenecientes a la familia de las Lauráceas. Se formó hace 20 millones de años, en los períodos Miocénico y Pliocénico de la Época Terciaria, momento en el que el bosque ocupaba toda la cuenca del Mediterráneo, el sur de Europa y el norte de África. Tras la desaparición del antiguo Mar de Tetis y la formación del Mar Mediterráneo, el clima se alteró en Europa y el norte de África. Con las glaciaciones de principios del Cuaternario, los bosques casi se extinguen en la Europa continental, donde todavía hay algunas especies que sobrevivieron, como el laurel portugués o loro (Prunus lusitanica) y el laurel (Laurus nobilis). En el caso del norte de África, sólo subsiste una pequeña presencia de este bosque en la costa de Mauritania. Por tanto, el bosque de laurisilva solamente sobrevivió en las regiones insulares, ya que los cambios climáticos no las afectaron tanto, y gracias también al efecto protector del Atlántico. Así, podemos encontrarlo todavía en los archipiélagos portugueses de las Azores y de Madeira, en el archipiélago de las Canarias, en el de Cabo Verde, en las Cataratas de Iguazú y en algunos lugares de la costa de Mauritania. Pero donde mejor sobrevivió fue en la Isla de Madeira: ocupa el 20% de la isla, y se encuentra principalmente en la costa norte, en altitudes que van de los 300 a los 1400 metros. Aunque también existe en la costa sur, entre los 700 y 1600 metros.
COMPONENTES: MONERRIS, LETI, INMA, ALICIA, MARA, SUSI, PACO Y VICENTE.
ITINERARIO: PARKING / IZQ. PARADA MINIBÚS / DESVÍO A LEVADA DO RISCO / LEVADA DO RISCO / REGRESO HASTA DESVÍO A 25 FONTES / LEVADA DAS 25 FONTES / VOLVER HASTA EL DESVÍO DE REGRESO / ESCALONES / BARRANCO / CASA RABAÇAL / REGRESO AL PARKING.









LA RUTA: Hoy toca bosques de Laurisilva, nos vamos al norte del municipio de Calheta en la zona de Paúl da Serra, al sureste de la isla. Esta será nuestra última ruta y mañana tendremos el día libre por Funchal.

Hemos madrugado para no cruzarnos con mucha gente al regreso, el paso de las levadas es angosto y hay que estar cediendo el paso. Hay un minibús que realiza el tramo hasta la Casa Rabaçal, pero todavía no ha comenzado el servicio.


Iniciamos desde el aparcamiento vacío situado en el altiplano, y como casi siempre iniciamos bajando, esta vez por por la pista asfaltada que aprovecha el cauce de un barranco serpenteando entre la apretada vegetación.


Es un descenso suave y tranquilo de casi cerca de dos kilómetros, prácticamente metidos en la umbría. Susi se resiente de su rodilla y decide quedarse en el entorno de la furgo. Los demás seguimos hasta la Casa Rabaçal, cerrada a estas horas.


Las dos levadas se pueden hacer por separado pero nosotros las enlazaremos en un punto intermedio yendo y viniendo a las dos cascadas.  Por la derecha, seguimos bajando suavemente por camino de tierra hasta unirnos con la levada.

En un entorno muy húmedo la vegetación cambia sobre todo la arbórea, con los laureles de retorcidos troncos que nos hacen pasillo y el bosque de laurisilva donde predomina el brezal de altitud (Erica arbórea).











Caen algunas chorreras por las levadas donde crecen los helechos y los musgos. Un rumor cercano de caída de agua nos anuncia la proximidad de la cascada, y entre los resquicios del ramaje vemos el caudal precipitarse.










En un recodo y antes de llegar a su base tenemos la visión más completa de la cascada do Risco, como se precipita desde las alturas, haciendo un escalón para luego volver a caer abriéndose en una bonita estela blanca.










Llegados a su base hay un muro de cemento que nos impide acercarnos a su poza o adentrarnos por los laterales. La base es muy reducida y de esta manera se evitan posibles accidentes, la seguridad prima ante todo.










El agua cae con mucha fuerza, como a saltos o borbotones, lo cual le confiere una belleza especial al cauce, que parece una banda bordada con encajes  de puntillas. Dependiendo de la luz el color de las aguas cambian de blanco a gris azulado.


Vamos haciendo las últimas fotos y comenzamos a retroceder por el mismo camino de ida. Hace un día espléndido que nos invita a  aligerarnos de ropa. Llegamos al cruce de caminos y en vez de subir, seguimos recto hacia la otra levada.


Al estar en distintas cotas y orientación de las laderas, la vegetación vuelve a cambiar, el bosque es más denso y predominan los laureles de troncos más gruesos y retorcidos que forman arcos sobre nuestras cabezas.










Atravesamos por un puente el estrecho y profundo cauce del arroyo Ribeira Grande que bastece a las levadas, recogiendo agua de todas las sierras que contribuyen con variadas chorreras. Subimos para alcanzar el nivel de la levada.










Mientras tomamos altura vemos una delgada y recta levada que baja entre la vegetación para luego conectar con la levada principal a la que se une el camino, ciñéndose a ella ya como sendero  que surca la ladera.


El trazado pasa a estar protegido por las piquetas metálicas unidas con los cables de acero, la levada discurre a cincuenta centímetros del suelo, enlosado en algunas ocasiones, formando un ajustado pasillo entre la vegetación o las piquetas.










Otra chorrera tan copiosa como la levada desemboca en ella aumentado su caudal turbulento, luego hace un giro cerrado a la derecha haciendo una corta e inclinada subida por la que resbala con fuerza el agua.











La Cascada da 25 Fontes aparece de pronto ante nuestro ojos, está situada en un escondido rincón y es de menor envergadura que la del Risco, menos gallarda en su caída, pero sin quitarle un ápice de su belleza.










En su desplome, el agua se desliza por la oscura pared de piedra tapizada de vegetación, por la que resbala el agua formando múltiples chorreras o fuentes que caen en una pequeña poza de aguas oscuras debido a la poca luz.










Un cúmulo de piedras y rocas contiene el agua de la poza que luego desemboca en la levada que la traslada a otros campos de cultivo y a la central eléctrica de Calheta. Esta levada comenzó a construirse en 1835 e inaugurada en 1855.


Emprendemos el regreso por el mismo sendero, pero antes de llegar al cruce anterior, tomamos una bifurcación por la derecha. A estas horas ya nos cruzamos con alguna gente que viene, en esta parte es fácil cederles el paso.

Pasamos junto a una especie de túnel donde conectan la levada que baja desde la sierra entubándola para conducirla a la central eléctrica y mover las turbinas. A la entrada hay una pequeña hornacina con flores y una virgen.

Poco a poco vamos saliendo del barranco dejando a un lado la levada, y por un sendero con peldaños de losa comenzamos a subir paulatinamente. Los escalones zigzaguean por la ladera tomando altura entre la vegetación de laurisilva.

Los últimos trechos escalonados superan un fuerte desnivel para dejarnos en la parte trasera de la Casa do Rabaçal, que ahora si está abierta la cafetería. Nos pedimos unas cervezas y damos buena cuenta de nuestro picnic.

Luego, casi todo el grupo se queda a esperar el minibús menos Mara y yo, que cogiendo una marcha con ritmo moderado comenzamos a subir por el asfalto los dos kilómetros restantes para cerrar la ruta en el aparcamiento.

RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 12,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:1.289 M. (Parking)
ALTURA MÍNIMA: 945 (Ribeira Grande)
DESNIVEL POSITIVO: 392 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 392 M.
DIFICULTAD:MODERADA.
Después, con la furgo nos dirigimos a Porto Moniz, que sin llegar a bajar contemplamos desde un excelente mirador el pequeño pueblo marinero junto al Ilhéu Mole, donde rompen las grandes olas espumosas.

Seguimos hacia Seixal para ver sus hermosas piscinas naturales que un mar embravecido, batiendo contra las rocas volcánicas, se encarga de renovar constantemente el agua. Nuestras valientes chicas se han dado un baño.

Continuamos bordeando la costa y nos dirigimos hasta los Ilhéus da Ribeira Janela. Un hermoso pedrusco nos recibe a la entrada de un túnel que al atravesarlo salimos a un mirador al mar que nos deja con la boca abierta.

Dos singulares islotes flotan sobre un mar abierto y de un intenso color azul, el que más llama la atención es una puntiaguda aguja rocosa que se eleva sobre el nivel del agua como un ancestral símbolo fálico. Es un buen reclamo fotográfico.


Proseguimos hacia São Vicente y paramos para contemplar la bonita cascada do Veu da Noiva que desde los acantilados se precipita al mar. Antes de regresar subimos a un curioso mirador protegido con retorcidas barandas de madera.

FUNCHAL, MADEIRA

$
0
0
El municipio de Funchal está formado por diez parroquias: Monte, Inmaculado Coração de María, Santa Luzia, Santo António, São Roque, São Gonçalo, São Martinho, Sé, São Pedro y Santa María Maior. Funchal está situado en la costa sur de la isla de Madeira, en una bella bahía con forma de anfiteatro natural, surcada por montañas, valles, ríos, árboles centenarios, jardines floridos y casas con tejados de color terracota. La ciudad de Funchal es bonita, limpia, tranquila y cautivadora, tanto de día como de noche. Mantiene el ambiente acogedor de las ciudades pequeñas, donde las personas se saludan por la calle, pero es lo suficientemente grande para recibir con los brazos abiertos a visitantes de todo el mundo. Su autenticidad combina con el clima, el patrimonio cultural, las actividades al aire libre y la gastronomía, y proporcionará unas vacaciones memorables. Esta es la tarjeta de visita de esta ciudad inolvidable, que creció desde 1508 en el más importante centro de todo el archipiélago, con muchas historias por contar, diversos lugares para descubrir y naturaleza a su alrededor. La historia de Funchal se remonta a cinco siglos atrás, cuando colonos portugueses se asentaron en la costa de una soleada y brillante bahía donde el hinojo (funcho en portugués) crecía en abundancia, por lo que se le dio ese nombre a la nueva ciudad. Con los años fue creciendo la población gracias al comercio internacional que atraía la atención de toda Europa. Hoy en día Funchal es una ciudad muy moderna que cuenta con unos 112.000 habitantes. Es una de las ciudades más seguras y limpias de Europa y un lugar orgulloso de sí mismo. Las calles perfectamente adoquinadas del centro, junto con las modernas zonas de compras, las cafeterías, los bares, restaurantes y por supuesto los turistas, hacen de Funchal una ciudad interesante a la par que apasionante.









Hoy es nuestro último día en Madeira mañana partimos. Hemos combinado para tener este día libre para realizar algunas compras, pero la buena química del grupo hace que vayamos todos juntos al Jardín Botánico y a una comida de despedida.









Tras el reposado desayuno, quedamos en vernos en el Jardín Botánico, ellos suben a pie y nosotros llegaremos en taxi para no machacar la rodilla de Susi. Como todas las mañanas sigo aumentando mi colección de puertas pintadas.


Desde el siglo XVII la isla de Madeira ha venido esperando poseer un jardín botánico, un sueño solo hecho realidad en 1960. Está situado a 3 km del centro de Funchal, en la Quinta do Bom Sucesso, donde las condiciones climáticas juegan a favor de la exuberante vegetación.


En su interior se encuentra instalada una elegante casa blanca con contraventanas verdes que alberga un pequeño museo que expone colecciones de botánica, geología y zoología, en antiguos muebles de madera con maderas vulcanizadas.


Con aproximadamente 35.000 m2, el Jardín Botánico presume de formas armoniosas, contrastados colores y más de 2000 plantas exóticas. Pertenece al Gobierno Regional de Madeira y, aparte de ser un hermoso lugar de esparcimiento.


A través de los jardines, los visitantes pueden ver las plantas clasificadas con sus nombres científicos, su nombre común y su origen. Es un Centro Cultural y Científico. Existen cinco áreas importantes que visitar:


Autóctonas y endémicas: este lugar presenta plantas exclusivamente de Madeira y otras islas de la Macaronesia: Azores, Canarias y Cabo Verde. Hay unas 100 plantas autóctonas en exhibición, desde las que se pueden encontrar normalmente en las laderas más expuestas de Madeira a las que crecen en medianías, pasando por el bosque natural de la isla, la laurisilva.


Jardín de Árboles: aquí se encuentran una variedad de plantas y árboles de zonas ecológicamente opuestas del planeta, como el Himalaya o los Trópicos. También una sección de plantas acuáticas en un estanque.












Plantas Suculentas: la maravillosa capacidad de almacenar agua es lo que distingue a las plantas de esta sección, la mayoría de ellas provenientes de Sudamérica.


Tropicales, Cultivadas, Aromáticas, Medicinales: en esta sección contiene numerosos árboles frutales tropicales y subtropicales, como el mango, la papaya y el aguacate, así como el árbol del café, la caña de azúcar y otras populares plantas medicinales.


Parque Loiro: este parque reúne algunas de las aves más exóticas y raras, cacatúas y “loricos” (una especie de loro) de las islas del trópico asiático o periquitos y loros enanos de Australia. Esta zona está cerrada en estas fechas.


También tiene un espléndido parterre que ocupa una enorme terraza con vistas a la bahía de Funchal, donde con setos de colores llamativos han formando un vistoso mosaico de figuras geométricas que cuidan con esmero.


En 2009, este jardín recibió el nombre de Eng. Rui Vieira, un agrónomo que murió ese año y fue el fundador de este jardín en 1960. Este homenaje reconoce su dedicación a la causa pública y a la investigación científica.


El jardín botánico se encuentra unido con la localidad de Babosas (Monte) por un teleférico que realiza un recorrido turístico muy atractivo, en cerca de 9 minutos. La estación principal está situada dentro del propio jardín botánico.


La otra estación se encuentra en Monte, junto al Lago das Babosas. Este teleférico ofrece un recorrido panorámico con vistas privilegiadas sobre la bahía de Funchal y sobre el Valle de Ribeira de João Gomes, entre otros.










Monte es una de las parroquias de Funchal. Es la parte alta de la ciudad. De hecho desde el centro de Funchal se puede apreciar, a lo lejos, un edificio blanco con dos torres a cada lado. Se trata de la iglesia Nostra Senhora do Monte.











La iglesia Nostra Senhora do Monte puede considerarse el lugar más destacado de toda la zona. Lo más interesante es que en la capilla se encuentra la tumba de Carlos I de Habsburgo (Austria), el último emperador de Austria.










La iglesia de Monte se encuentra a una altitud de 598 metros sobre el nivel del mar. Se accede por una escalinata de piedra con 68 peldaños. La virgen de Monte, Nossa Senhora do Monte, es la patrona de la isla. La fiesta patronal de Monte se celebra cada año el 15 de agosto.


Cuando bajas por las escalinatas de la iglesia se llega a una inclinada cuesta en la que cada día hay numerosos carros de cesto dirigidos por los denominados “Carreiros”: Hombres vestidos de blanco con el sombrero de paja típico medeirense.

Los Carreiros existen en Madeira desde el año 1.849 y eran utilizados para transportar alimentos y otras cosas de forma rápida a Funchal. La “atracción” consiste en descender en un carro de mimbre por cuestas muy inclinadas.


Impulsados por dos Carreiros, llegan hasta Livramento, a unos 2 kms del inicio del trayecto. Corren y empujan la cesta cuesta abajo, que suele ser de dos o tres plazas y que está sujeto a unos rieles engrasados para que deslice aún más.










Para comer hemos quedado con Monerris que sube con la furgo a recogernos para irnos a Ponta do Sol, en el municipio de Calheta, al Restaurante A Poita, que el otro día hablando con la gente que nos atiende en el comedor, nos lo recomendaron.

Tiene una alargada terraza con mesas en unas tarimas de madera encabezada por una barca de remos, no había casi gente y comimos en el reducido interior. Lo más sorprendente era la vitrina con peces vivos y el arcón con la pesca del día.

De aperitivo lapas, pulpo y unos peces autóctonos fritos, y de plato principal un suculento caldero con los peces que elegimos, todo ello regado con buen vinho verde. Local sencillo con mesa, sillas de plástico y mantel de papel.

Son sabores muy distintos a los del Mediterráneo pero exquisitos, cocinados con cariño y buena materia prima. Después el postre y el café, tomamos un licor en la barca de la terraza entre risas y con buen humor.


Nos fuimos a estirar las piernas a Calheta por su paseo marítimo y un pequeño espigón tras un túnel donde rezumaba el agua formando un arco iris. Regresamos al hotel a cerrar maletas, mañana con distintos horarios de vuelos, nos despediremos en el aeropuerto.

RUA SANTA MARÍA, ARTE DE PORTAS ABERTAS, FUNCHAL.

$
0
0
Hemos tenido la suerte de estar alojados en la rua Santa María durante ocho días y al menos dos veces al día  la hemos recorrido, para el desayuno y para la cena. Por la mañana la hemos visto limpia y recogida y por la noche con el bullicio de las terrazas.












Al igual que en otras ciudades turísticas, para el almuerzo y la cena, a la puerta de cada restaurante hay una persona que te ofrece su menú, pero sin estridencias ni agobios, basta una sonrisa para declinar la oferta y recibir otra sonrisa mayor.










Durante este tiempo he intentado fotografiar casi todas las puertas pintadas por los artistas locales, toda una colección de arte callejero que le da vida y prestigio a la rua. Algunas las he ido publicando, esta es mi selección.










La zona Velha (el casco histórico de Funchal) es una zona pintoresca. La calle principal es la conocida como Rua de Santa Maria, una estrecha calle con empedrado compuesta de pequeños restaurantes especializados en comida regional.












Mientras paseas por la estrecha calle Santa María lo que te llamará la atención son las artísticas puertas de cada uno de los edificios, sobre todo por la mañana, cuando la mayoría de los restaurantes están cerrados.










Recientemente, un grupo de artistas han abierto sus negocios en la zona Velha, aportándole, sin duda, un ambiente bohemio y casual que contrasta con los modernos teleféricos que pasan con frecuencia sobre los tejados de los antiguos edificios.











Un “street art” realmente colorido, bonito y digno de ver. Descubra este laberinto de calles estrechas con calzada de cantos rodados. Aquí encontrará las fachadas de las casas antiguas restauradas, diversos restaurantes, casas de fado y bares animados.







Conozca el proyecto “arte de portas abiertas”, que ha transformado la calle de Santa María, entre otras, en una galería de arte, gracias a las puertas de estas calles, pintadas por artistas locales. Siéntese en una terraza y disfrute del ambiente que allí se vive y que se transforma a lo largo del día. Este es también el punto de encuentro para empezar la noche.


También vale la pena visitar el Mercado de los Labradores, testigo puro de la arquitectura denominada Estado Novo. Admire también el bullicio, la multiplicidad de colores y olores a flores, frutas hortalizas y especias. En la plaza del pescado encontrará los pescados típicos de Madeira, tales como el pez sable, y atún y otros.

LA CRESTERÍA DEL FRARE Y LA SERRA DE CASTALLA DESDE EL PANTANET.

$
0
0
Bajo la denominación de Complejo Petrer se engloban varias fincas colindantes, que juntas conforman un gran espacio natural, de algo más de 600 Ha. situado en el término municipal de Petrer. Todo el complejo se encuadra dentro del macizo del Maigmó, sierra que cuenta con elevaciones importantes, siendo su altura máxima de 1.296 m., y junto a ésta, condicionando de igual modo el paisaje, se encuentran otras sierras de menor talla, como son la Sierra del Fraile, del Caballo, l’Arguenya y Castalla. Gracias a la variada geología presente, la orografía accidentada, las condiciones climatológicas particulares y la secular intervención del hombre, se ha llegado a producir en esta zona un paisaje de contrastes, donde la vegetación natural se combina perfectamente con los campos de cultivo. Este es, sin duda, el gran valor natural de este Espacio, la perfecta armonía entre el medio natural y el humano, que da como resultado un paisaje en mosaico de gran belleza, generador de una enorme biodiversidad.La vegetación natural está dominada por el pino carrasco y la coscoja, perfectamente adaptados a las condiciones naturales de la zona. La encina, que antiguamente debería haber sido abundante, hoy está prácticamente desaparecida, salvo en algunos puntos de umbría más húmedos y frescos. Junto a la coscoja aparecen otras muchas especies, como el espino negro, el torvisco, la cada, el tojo, el rabo de gato, el romero, etc. En zonas con mayor irradiación solar aparece el lentisco, la albaida, la romerita, etc. En las laderas pronunciadas de solana aparece también un espartizal, cuya especie características es el esparto basto, acompañado de otras especies como el romero. En zonas ricas en yeso aparecen comunidades vegetales adaptadas a estos suelos, denominadas churracales, muy utilizados por el conejo. Respecto a la agricultura tradicional, domina el cultivo de secano, especialmente el olivar y el almendro, junto con los cereales, todo ello recuperado y mantenido por la Diputación, como forma de mantener estos paisajes tradicionales generadores de biodiversidad. La fauna es también enormemente variada gracias a la diversidad de ambientes existentes y las numerosas fuentes de alimento. Es posible ver especies interesantes de todos los grupos faunísticos. Destacaremos únicamente algunas. Entre los grandes mamíferos aparecen, el jabalí y el arruí (especie alóctona escapada de fincas cinegéticas). Otros mamíferos son el erizo común, la musaraña, la musarañita, el lirón careto, el conejo, la liebre, el zorro, el gato montés, la gineta o la garduña. Las aves son innumerables, pudiendo ver especies tan importantes, dado su estatus de conservación, como el águila real (que nidifica en zonas cercanas a este Espacio Natural), el azor, el búho real ,también nidificante o el gavilán europeo. Otro tipo de aves presentes son, por ejemplo el Herrerillo capuchino, carbonero común y garrapinos, oropéndola, calandria, totovía, cogujada, pinzón vulgar, verdecillo, jilguero, etc. Por último también es posible encontrar reptiles y anfibios de gran interés, como la culebra de escalera, el eslizón ibérico (ambas especies endémicas de nuestro país), la lagartija ibérica, el lagarto ocelado, el sapo común, el sapo corredor, el sapo partero común o la rana común.
CÓMO LLEGAR:Autovía A-31 hacia Madrid, salida en Petrer / Centro Comercial, antes de cruzar por debajo de la autovía, girar a la derecha, hay cartel indicativo a Xorret de Catí, por la CV-837 carretera de montaña hasta llegar al Pantanet. Se puede aparcar a la derecha junto a la toma de agua.

COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: INICIO / PANTANET / FUERTE SUBIDA / CRETERÍA / PICO DEL FRARE / ENLACE CON PR-CV 32 / RNÑACE COLL DEL PORTELL / CHIMENEA / DESPENYADOR / PISTA DCHA. / IZQUIERDA / DESV. RACÓ DE PUÇA / IZQDA. / SENDERO IZQDA. / DCHA. / PISTA / ALT DEL BUBO / BAJA IZQ. / DCHA. BAJADA / CAMINO IZQUIERDA / CASETA DE SAMUEL / CRUCE IZQ. IZQ. ASFALTO / RAMBLA DE PUÇA /  IZQ. SUBIDA / CORRAL / ABREVADERO-ACEQUIA / PANTANET / FINAL.
LA RUTA: Ya habíamos realizado alguna circular similar con otras variantes y comenzado desde otros puntos. Se trata de un bonito recorrido por las sierras del Frare y de Castalla, que forman una especie de “U” con la rambla de Puça en medio.

Iniciamos cruzando la carretera y por la senda del Barranc de Badallet enseguida situarnos sobre el muro de la pequeña presa del Pantanet, que aprovechaba el angosto estrechamiento natural de las paredes del barranco para retener las aguas y distribuirlas por las acequias de riego.

Esta obra de ingeniería del siglo XVII apenas llegó a utilizarse porque pronto se cubrió toda de sedimentos y formó el gran bancal sobre el que estamos situados. Comenzamos a descender al lecho del barranco por la derecha, por las rocas y pegados al muro de la presa.

Hay que bajar con cuidado hasta llegar al cauce. Por arriba de la boca de desagüe entre el musgo y  piedras cae una pequeña cortina de gotas de agua. Tenemos una visión completa de la pared de la presa, ahora invadida por algunas hiedras que  casi la cubren.

Metidos de lleno en el Estret de Catí, las altas paredes delimitan el cauce que se retuerce como  un tortuoso desfiladero. Caminamos por el pétreo fondo, admirando los sinuosos y desgastados contrafuertes del barranco.
A la salida del Estret vemos un poste con paletas informativas. De seguir por el cauce llegaríamos en 6 km aproximadamente a l’Avaiol, y por la derecha con el PR-CV 32 vamos a recorrer toda la crestería hasta el Despenyador.

Una acentuada y rocosa cuesta comienza a elevarnos por la vertiente del barranco. A medida que ganamos altura las vistas se amplían dándonos la escusa para tomar un respiro. Primero el Barranc de Badallet, la sierra del Caballoy después la Silla se adueñan de paisaje.

Culminada la cuesta,  la impresionante visión de la magistral curva izquierda-derecha que hace en ascenso la Crestería del Frare, es sorprendente. El desnivel se sosiega con el difuso sendero en suave ascenso. 

Comenzamos un pausado recorrido por toda la crestería. Es un caminar incomodo por el lapiaz, pero muy entretenido por los pequeños altibajos del sendero; el filo de la cresta no es arriesgado ni existe sensación de peligro real.

El cielo se está encapotando y las nubes que suelta el Maigmó lo van cubriendo todo. Mientras avanzamos las perspectivas al final de la crestería van cambiando y ampliándose a la masa de espeso pinar.

Por detrás, aunque nos estemos alejando, las panorámicas a la mole de la Silla van creciendo, y en su lado sur aparece el Ventós. Vienen bonitas formaciones rocosas con afiladas peñas que nos permiten asomarnos al abismo.

Observamos en la cresta el tramo recorrido, y por delante la línea rocosa que todavía nos queda. Un claro en las nubes nos deja ver las paredes de la Foradá y una encapotada mirada al Maigmó con las nubes enganchadas.

Viene un precioso tramo en el que la gente ha ido acumulado piedras por tamaños hasta levantar grandes hitos en forma de cono de más de un metro de altura, hay varios situados al límite de los cortados en las próximas elevaciones.

Pese a lo gris del día que amenaza con dejar caer alguna gota, y que merma la profundidad de las panorámicas, el entorno es fantástico. A nuestros pies distinguimos en la llanura las instalaciones del hotel Xorret de Catí.

Llama la atención un enclave rocoso espectacular, en el que un farallón queda separado de la crestería por medio de una brecha o canal con abundante vegetación y al que solo se podría llegar con aparejos de escalada.

Llegamos al Alt del Frare (1.137 m.) máxima altura de la crestería, aunque no tiene punto geodésico. A pocos metros está el cruce balizado PR-CV 32 que baja a Xorret del Catí y que tiene un tramo equipado con un cable.

Atacamos las últimas y recortadas cejas montañosas, donde los pinos y el matorral son más frondosos y los acantilados más inestables, por lo que nos separamos un poco de ellos, a cambio de tener unas preciosas y agrestes vistas.

En la última loma ya deberíamos estar viendo el vértice geodésico del Despenyadory la otra vertiente con Castalla al fondo, pero una nube lo impide. Poco después pasamos por el enlace de bajada hacia el Portell.

A menos de cien metros de la cima vemos la terminación de la grieta o chimenea por la que también se accede al Despenyador. Es un paso muy angosto y vertical, pero carente de riesgo, puesto que se sube encajonado entre las paredes.

El Despenyador(1.261 m.) El rellano de la cima es amplio y un otero impresionante pese a los restos de bruma que nos impide ver el mar. La tupida alfombra de pinar del Paraje Protegido sacia nuestros ojos y se extiende hacia el Alcoiá.

Luego, iniciamos el descenso hacia el norte, siguiendo el PR-CV144  parándonos en algunos miradores,  preciosas ventanas hacia los abismos y a la verde masa de pineda. Más al norte entre bruma y nubes, Castalla.

El descenso es rápido, el sendero conecta con una pista a la derecha y luego otra a la izquierda. Nada tienen que ver las miradas hacia atrás por este lado, solo vemos el abundante pinar que cubre por completo la recortada cresta de la cima.

En la parte llana, después de serpentear el camino, y antes de comenzar a subir hacia las Peñas del Soldado, tomaremos una difusa senda paralela al pedregoso camino que nos aliviará la subida. Por detrás vemos el trazado de bajada.

Obviamos el desvío a la izquierda marcado con dos hitos que vuelve por el Racó de Puça. El sendero se une al camino arriba en la loma, muy cerca del Alt del Charco (1.107 m.) que también desechamos en esta ocasión.

Por la izquierda señalada con un hito de piedras tomamos un estrecho sendero evidente que se adentra entre el pinar de poco porte y matorral bajo, es la senda de la Lloma Grosa que recorre el llano cordal de la sierra de Castalla.

Avanzamos rápido por el sendero que sigue paralelo en las alturas al Camí de Petrer por la derecha, y
por la izquierda, algo más lejana a la crestería del Frare. Enlazamos con un ancho camino de tierra sin perder altura.

Alcanzamos la última elevación de la sierra de Castalla en esta zona, el Alt del Bubo (1.075 m.) marcado por un enorme hito de piedras. El camino se va estrechando pasando a ser sendero que comienza a bajar.

Empieza un largo descenso algo pedregoso e inclinado en el último tramo, siempre con la vista puesta en la sierra del Caballo, el pinar de l’Avaioly más al sur la Silla. Enlazamos con un sendero por la izquierda y con un camino por la derecha.

La bajada termina al desembocar con otro camino a la derecha, y poco después tomamos otro cruce a la izquierda que nos pasa junto a la Caseta de Samuel para más adelante giramos a la izquierda, dejando la subida a l’Avaiol.

Seguimos bajando por la pista con miradas a los puntos altos que hemos recorrido y aparecen los primeros chalets. Luego giramos a la izquierda por camino asfaltado para en unos doscientos metros girar a la derecha.

Tomamos el PR-CV 143 que poco a poco nos desciende a la Rambla de Puça por la que caminamos un trecho por la derecha (300 m.), has que las marcas nos indican subir un terraplén por la izquierda saliendo de la rambla.

Sin dejar el PR llaneamos hasta llegar a un corral abandonado con un bancal de jóvenes almendros floridos y seguidamente un alargado abrevadero en desuso. El sendero se estrecha y surca la ladera paralelo a un canalillo de agua.

El sendero conecta con el Barranc  de Badallet bajando a su caunce y entrando en el Estret de Cati donde cerramos el círculo de la ruta. Ahora repetimos en paso por el desfiladero con mejores vistas que esta mañana al haber salido el sol.

Subimos lateralmente para superar el muro de la presa del Pantanet y damos las últimas miradas desde arriba. Cruzamos el bancal de sedimentos hasta el aparcamiento. Entretenida ruta recorriendo las sierras del Frare y de Castalla.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 18,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:15 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.261 M. (El Despenayador)
ALTURA MÍNIMA: 619 (Rambla de Puça)
DESNIVEL POSITIVO: 936 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 944 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


CASTILLOS Y CORRALES A LA UMBRÍA DEL BENICADELL

$
0
0
El castillo de Rugat (Hisn Rugât, siglo XII) controlaba los términos de Aielo, Terrateig, Montoxelvo, Rugat, Castelló y La Pobla. Fortaleza fronteriza entre las taifas de Játiva y Denia, hasta la conquista en 1258 por el rey Jaime I. Posteriormente formó parte de la red de fortalezas de Penacadell y cedido después a Bernat de Bellvís, sus descendientes se trasladan al vecino Palacio de Castelló de Rugat, siendo abandonado definitivamente hacia 1500. Coronaba una muela casi inexpugnable, con dos aljibes, de los que se conserva uno cubierto, estancias para soldados y casa del alcaide. El castillo participa activamente en la revuelta de al-Azraq, 1248-58 según explica el propio Jaime I, en su “Crónica” o “Llibre de los Hechos”, al-Azraq le hizo saber que se quería convertir al cristianismo con la intención de casarse con la hermana d’En Carroc. Para tal menester le pidió una entrevista, en el Castillo de Rugat. De camino hacia el lugar el Conquistador, que iba acompañado por una escolta de treinta y cinco caballeros, envió una avanzadilla de dieciocho que cayeron en una trampa preparada por al-Azraq. Entonces el monarca se dio cuenta  y se retiró, escapando de esta forma de la emboscada. Fue destruido durante la Guerra de Castilla en el siglo XIV para evitar que cayera en manos de los castellanos. En sus muros se abren saeteras para disparar ballestas con flechas impregnadas de altramuz del diablo (Anagyris foetida): una planta venenosa que prolifera todavía en la zona. Se trata de una construcción de planta cuadrangular, adaptada a la topografía del terreno realizada con fábrica de tapial, de la que actualmente solo se conserva el aljibe con cubierta y bóveda de cañón y restos de su fachada principal y de una torre interior.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 A-7 dirección Valencia, salida en la nº 425 para continuar por la N-340 y seguir más tarde por la CV-60 dirección Gandía hasta enlazar con CV-619 dirección Rugat. Una vez pasado el pueblo girar a la derecha por la CV-689 hasta Aielo de Rugat. Aparcar cerca del Camí del Calvari.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: AIELO DE RUGAT / CAMÍ DEL CALVARI / PANEL SL-CV 43 / BARRANC DEL COLLA / FONT DE FERRI / DERECHA/ DCHA. / FORN DE CAL / CORRAL / FONT DE L’HEDRA / CRUCE / COLL DE MARTINENT / FONT DEL COLLADO / CASETA DEL MAGRE / CASTELL DE RUGAT / FONT DEL CASTELL / CRUCE FONT DE LA PASTA / CORRAL DE SIMEÓ / CRUCE SIN SEÑALIZACIÓN / DESVÍO CORRAL DE MAIQUEZ / CORRAL DE MAIQUEZ / CORRAL DE COPOVI / POSTE DEL SL-CV 122 / POU NEVERO / CASTELL DE LA BARCELLA / DERECHA / HITO 1 / HITO 2 / HITO 3 / CASA BARRANCA / DERECHA / COVA / COLL DE PENYES LLÚCIES /  BAJADA DERECHA / PISTA ASFALTADA / FONT DE LA PASTA / AIELO DE RUGAT.

LA RUTA: Hace varios años hicimos una ruta en la que visitamos muchas de las referencias de hoy, pero la iniciamos desde Lorcha, a los pies del Castell de Perputxent que hoy no visitaremos; es una rara circular con varios ramales.


Iniciamos desde Aielo de Rugat por el asfaltado Camí del Calvari. Enseguida tenemos paletas informativas del SL-CV 43 que seguiremos durante la mayor parte de la ruta, y cuidados bancales de olivos.


Las hornacinas del Calvario están distribuidas entre los cipreses de un hermoso jardín vallado por un seto vegetal. Tenemos el primer panel del sendero local y poco más adelante giramos a la derecha por el Camí de L’Horta Fonda.

Luego giramos a la izquierda entre bancales de cítricos hasta otro nuevo giro balizado a la derecha, entrando en el barranc del Collado, con varios paneles y cruce de caminos con el sendero local que viene de Montitxelvo.

Nos introducimos en el pedregoso cauce del barranco para en pocos metros llegar a la Font de Ferri, que apenas mana un chorrito sobre unas piedras con vegetación, formando una diminuta charca de agua clara.

Este pequeño manantial lleva el nombre de su antiguo propietario y dicen que su agua es apropiada para el mal de riñones. Al ser una fuente fronteriza pueden abrevar tanto ganados de Aielo como de Montitxelvo.

Seguimos por el cauce del barranco entre una maraña de vegetación que luego se aclara cuando el sendero abandona el cauce por la ladera. El día está brumoso y entre los pinos distinguimos unas llamas, alguien está quemando rastrojos.


Empieza un precioso recorrido por la ladera del barranc del Collado, que bordea las faldas del Tossal Redó (482 m) del que admiramos su rocosa muela atestada de pinar y vegetación, haciendo dos giros a la derecha para ir subiendo.


Poco después vadeamos el cauce del barranco y en la otra ladera visitamos los restos de un antiguo forn de cal, abandonando el barranco el sendero se abre paso entre la vegetación hasta un poste con paletas informativas.


Junto al corral de la peña de l’Hedra, un pequeño cartel describe el paraje y un corto ramal de ida y vuelta nos lleva hasta el nacimiento. Al llegar, un reciente derrumbe de tierra y pinos ha taponado la Font de l’Hedra.


Proseguimos subiendo hasta un nuevo cruce balizado donde seguimos por la izquierda el ramal de ida y vuelta al Collado de Martinent. Es el tramo más largo fuera del círculo de la ruta donde tenemos que remontar de nuevo el barranc del Collado.


Arriba hay un corral en desuso y una casa de dos plantas con dos parras a la puerta. En época romana fue la finca de Martinus. Hasta aquí llega el azagador que viene desde Lorxa. Hoy las vistas son muy brumosas.


Nos acercamos a la Font de Martinent que ahora está entubada, junto a su abrevadero y una diminuta balsa que hacia de lavadero. Al menos le han dejado un pequeño caño que resbala sobre una teja. Regresamos por el mismo sendero.











De nuevo en el cruce balizado, continuamos de frente hacia la caseta del Magre. Antes de llegar, a la derecha están ruinas de otra caseta que creemos que es la los Jaumets. Estas casas de aperos proliferaban en la zona.


Ya tenemos a la vista la inexpugnable muela donde permanecen los restos del castell de Rugat. La caseta del Magre está un poco antes y situada sobre una roca se conserva en buen estado. Por uno de sus ventanucos vemos Aielo.


Tomamos el desvío de ida y vuelta para subir a la muela del castillo. A medida que ascendemos la visión se centra en las pocas paredes o lienzos que quedan en pie y que la vegetación comienza a invadir. Buenas vistas a les Penyes Llúcies.











Castell de Rugat (480 m.) historia de moriscos y cristianos de estas tierras. Construido por al-Azraq, conquistado por el rey Jaime I y destruido durante la Guerra de Castilla para que no cayera en manos castellanas.


Continuamos el sendero por la derecha hasta la Font del Castell, que recogía el agua en una pequeña balsa, imprescindible para obrar muros de tapia, regar un reducto de hortaliza y olivos, además de abrevar el ganado.


Llegamos a otro cruce balizado. Por la derecha, cruzando el barranco llegaríamos a la Font de la Pasta, que dejamos para el final de la ruta. Ahora seguimos recto en dirección a les Penyes Llúcies entre la frondosa pineda.


A medio camino encontramos el corral de Simeó, de grandes dimensiones pero en ruinas, quedan los muros interiores que separaban habitáculos. Una paleta de madera indica mirador, pero no vemos sendero alguno.


En este tramo seguimos ascendiendo paralelos al barranc del Frare con miradas a les Penyes, los pueblos de Rugat y Aielo en el fondo del valle, y a los riscos montañosos. Llegamos a un cruce no balizado por la derecha.


Es un corto trecho de ida y vuelta hasta el corral Nou o de Montesí del que solo quedan los muros del recinto en pie pero sin techado. También tenemos vistas lejanas hacia atrás de la muela del castell de Rugat.


Partimos hacia el siguiente ramal, desvío que seguimos de frente marcado por unos mojones, es el segundo más largo y nos lleva al corral de Maiquez, también en ruinas y que está al inicio del barranc del Frare.


Regresamos al cruce y seguimos por la izquierda ascendiendo por las lomas con suavidad. Este sendero ya no está marcado pero es muy frecuentado y se utiliza para unir otras rutas. El paisaje ha cambiado, no hay arboleda, solo matorral bajo.


Nuestro próximo objetivo es el corral dels Copoví al que distinguimos arriba en un collado con la magistral silueta del Benicadell detrás. Estas son sierras que han sufrido diversos incendios de los que poco a poco se van recuperando.


El corral dels Copoví es de grandes dimensiones y se encuentra en buen estado aunque está cerrado. Está situado en un extenso llano con amplias panorámicas al Regall del Benicadell con el Montcabreral fondo.


Después de rodearlo seguimos por un camino que nos desciende paulatinamente y al voltear la loma nos deja frente a la muela del Castell de la Barcella inexpugnable por aquel entonces donde íberos y moros se fortificaban en las montañas.


Al llegar a la base de la muela vemos con gran decepción que la parte alta, anteriormente poblada de pinar, ha sido devastada por un incendio, suponemos que no provocado. Decidimos primero acercarnos a ver la nevera del Castellet.


No tiene cúpula y está cercada por estacas unidas por sogas de plástico. Tenia una profundidad de más de 8 metros, un diámetro de 11,4 y los muros un grosor de 0,60. La última nieve que se recogió fue en 1926, en la “nevada grande”.


Pese a lo deteriorado del sendero decidimos subir a las ruinas del castell dela Barcella (758 m.) nuestra máxima altura de hoy con vistas al Benicadelly el embalse de Beniarrés. Barcella proviene de una medida valenciana de grano.


Vamos cerrando el círculo de la ruta por un sendero sin balizar que a la derecha sube por la loma junto a unas colmenas.  Pronto encontramos un curioso hito de obra pintado de azulete con una cerámica del mirador del águila.


Con la mirada volvemos hacia atrás comprobando la perfecta forma cónica de la Barcella con los pocos pinos que ahora le quedan, mientras el Benicadellemerge gigante. Alcanzamos otro hito como el anterior pero sin la loseta.


Entramos en zona de montaña no dañada por incendios, con esporádicos grupos de pinar y matorral bajo rodeando las lomas de les Penyes Altes. El tercer y último hito azulete marca la Font de l’Estaca. Nosotros seguimos adelante.


Posteriormente pasamos por delante de las ruinas de la casa Barranca y su fuente del mismo nombre, aunque no entramos. Enseguida tenemos un poste balizado del SL-CV 43 que volvemos a recuperar en dirección a les Penyes Llúcies.


La toma de altura nos lleva por terrenos más escarpados con grandes roquedos en el que descubrimos una pequeña cueva. Llegamos al Coll de les Penyes Llúcies (540 m.)cruce de caminos y cuyas paletas están en el suelo.


El sendero prosigue sobre las rojizas Penyes Llúcies, llamadas así porque cuando se mojan relucen. Tenemos largas vistas al valle y a Rugat, también a la mola y al castell de Rugat con su única muralla en pie.


Ahora viene una fuerte bajada en la que hay que prestar mucha atención, primero por sendero pedregoso y luego sobre roca con piedra suelta, hasta alcanzar un camino asfaltado recientemente que nos lleva al cruce de la Font de la Pasta.


Balizada con una paleta informativa, la Font de la Pasta está a unos 30 metros a la derecha. Como todas las demás ha sido entubada para su aprovechamiento dejando un caño de tubería de muestra, con el cartel de no apta para el consumo.


Por camino asfaltado entre fincas y casas de campo tenemos a la vista el pueblo Aielo, antes pasamos por el muro del antiguo molino hidráulico harinero de origen musulmán, donde se distribuía el agua de la Font de la Pasta para riego.









Una pequeña área recreativa con paneles de la emboscada del jeque al-zaraq a la entrada de pueblo, y la torre de su iglesia con nostalgia de minarete cierra esta bonita ruta por castillos y corrales con reminiscencias moriscas.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO. (Aunque hay varias fuentes)
DISTANCIA: 18,7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 07:10 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 758 M. (Castell de la Barcella)
ALTURA MÍNIMA: 250 M. (Barranco del Collado)
DESNIVEL POSITIVO: 1.020 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.020 M.
DIFICULTAD: ALTA (Por horario y la bajada con piedra suelta por el collado de Penyes Llúcies)



LA FINESTRA, LA COVA DE L’ARC, EL FORAT Y ELS PINTURES RUPESTRES EN BÉRNIA.

$
0
0
La sierra del Bèrnia es  línea divisoria natural de las comarcas alicantinas de la Mariana Baixa con la Marina Alta, cuenta con una extensión aproximada de 11 quilómetros con una ligera orientación de Nor-oeste a Sur-este y con una superficie aproximada de 1900 Ha. Comparte el territorio con los municipios de Callosa D’en Sarrià, Altea, Calp, Benissa y Xaló. Su punto más elevado Cim del Bèrnia situado a 1128 metros sobre el nivel del mar y  situado dentro del término municipal de Xaló. Posiblemente estemos hablando de una de las montañas de la provincia de Alicante con mayores características alpinas. Presencia de abundante roca calcárea con grandes zonas de paredes verticales de considerable altura, rodeada de grandes pedregales, y con fuertes desniveles. Su ligera orientación de Nor-oeste a Sur-este como hemos apuntado anteriormente está presidida por una estrecha cresta en todo su recorrido que hace imprescindible la utilización en algunos tramos  de técnicas de escalada para recorrerla. Montaña muy agreste que incluso para efectuar sus recorridos más clásicos y normales, nos obliga a efectuar pequeños pasos de segundo grado de dificultad, ayudándonos con las manos para progresar con seguridad. Pasos que no se aconsejan para los que padezcan de vértigo, ya que si estos, no representa gran dificultad técnica, sí que tendremos visibilidad vertical y de altura. En la actualidad, los pasos más utilizados en las rutas normales, se encuentran equipados con cuerdas fijas y  cadenas que han favorecido muy mucho a la seguridad de los montañeros que se acercan a su cumbre.El Bèrnia sin duda alguna, es una montaña que no deja indiferentes a los montañeros, su belleza y su aspecto agreste, la hacen única y como no, es un auténtico placer contemplar las espectaculares vistas existentes desde sus alturas.El Forat, pasadizo subterráneo singular y sorprendente, que comunica la vertiente norte de la sierra con la vertiente sur, con una longitud aproximada de unos 20 metros y con una altura variable, llegando en algunos puntos a los 90 cmts, lo que obliga a gatear al visitante, no perdiendo en ningún momento  la luz exterior. Este paso traviesa la estrecha cresta del Bèrnia, que se podría calificar como extraordinario ya que al efectuarlo, cambiamos completamente de paisaje.
CÓMO LLEGAR:Autopista AP-7 dirección Valencia, salida en la nº 64 ALTEA / CALPE. Continuar por la CV-755 Callosa-Fuentes del Algar. En Altea la Vella, girar a la derecha para subir a la urbanización y campo de golf de DON CAYO. Subir hasta la parte más alta, calle Alhambra de Granada, aparcar cerca de unos depósitos de agua, a 100 metros se inicia la senda, hay una flecha roja.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: INICIO / PANORÁMICAS / DERECHA / PINO DE BORJA / CASA DE BORJA / CAMINO DE LA FINESTRA / DEJAR PR / PAREDES / DESVÍO A LA FINESTRA / FINESTRA / DENTRO DE LA FINESTRA /  SOBRE EL ARC / BAJADA HACIA LA SENDA DEL FORAT / FRENTE A LA COVA DEL ARC / SENDA DEL FORAT /  GRAN TEIX / FORAT CARA NORTE / FORAT SUR / DESVÍO PINTURAS-ERMITA / PINTURAS RUPESTRES / PEDRERA / RASTROS DE SENDA / ERMITA DEL VICARI / PR-CV 436 / FONT DE ROSTOLL / PINEDA / FINAL.

LA RUTA: Volvemos de nuevo a la Finestra y a la Cova de l’Arcen la sierra de Bérnia, pero haremos alguna variante, que esta vez consiste en que al salir del Forat visitaremos las pinturas rupestres y la ermita del Vicari.

La sierra de Bérnia, es esa infranqueable muralla que durante siglos nos ha defendido de piratas y moriscos, y no deja de sorprendernos al descubrir nuevos y maravillosos rincones. Indagamos la punta Este de la sierra, pero en su cara sur.

Hoy para sorpresa nuestra tenemos un extenso mar de nubes. Metidos entre la umbría y la bruma, al fondo vemos como el Puig Campana, Ponoig, Sanxet, Cabal, Penyó Roc y Aitana sobre salen por encima del manto blanco.


Situados en la parte alta de la urbanización en las laderas de la sierra, al menos la crisis ha parado la construcción de chalets. Iniciamos siguiendo las marcas del PR, sendero que ha sido remozado recientemente.


Enseguida entroncamos con el Camí de la Cova de la Serp, que han balizado con una pequeña peana descriptiva. Toma su nombre del abrigo en la pared en el que se intuye la forma de una serpiente. Comunicaba Altea la Vella con Pinos.


En el primer tramo es donde más trabajos han realizado acondicionando la senda, que entre rampas y zigzags nos lleva por las antiguas y yermas terrazas abancaladas en dirección a les Penyes Roges, pétrea muralla que salvamos por la derecha.


Dentro de la umbría vamos superando un fuerte desnivel, pero en la altura ganada las nubes tapan las miradas al mar; posicionados sobre les Penyes Rogesvemos asomarse las primeras crestas de Bérniay quedamos por encina del mar de nubes.


Es un lindo espectáculo que aunque nos acorta las panorámicas, al ser tan esporádico nos hace vivir la ruta de otra manera. Por encima reluce el sol y en la línea del horizonte vemos como fluctúan las densas nubes blancas.

En una subida tan directa la distancia a las paredes se reduce con rapidez y alcanzamos la franja de pinar de la cara sur. Sí, efectivamente, el Bérniatiene una pineda de ejemplares de buen porte en su frontal sur.

A la sombra de los pinos el sendero se estrecha y es de tierra, avanzamos sin dejar de subir; entre los resquicios miramos las nubes. Llegamos a una bifurcación, a la izquierda un “aspa” del PR indica no seguir y por la derecha continúan las marcas del PR.

En este punto cerraremos el círculo al regreso. Subimos unas rocas y a poca distancia tenemos un enorme ejemplar de pino y a unos metros la Caseta de Borja, cerrada y todavía en pie, aunque sus bancales parecen abandonados.

Proseguimos por detrás de la caseta, esta vez no tenemos las vistas al mar y al Morro de Toix, pero es igual de bucólico, el extendido manto de nubes lo acapara todo, solo alguna punta montañosa sale a la superficie.

Caminamos por el último trecho de pinar donde esquivamos un gran ejemplar caído que cruza el sendero. Salimos muy cerca de las paredes para en un momento dado, ver Waypoint, dejar el PR girando a la izquierda.

Una incipiente senda se dirige hacia las paredes, una vez cerca de ellas, no dejamos de mirar el blanco manto de merengue que forma el mar de nubes. Avanzamos para entrar a media altura en una especie de pequeño circo de altos paredones.

Para atravesarlo,  la senda traza una irregular línea diagonal hacia un destacado pivote, arriba a la izquierda, junto a unos pinos. La senda es intermitente y discontinúa por la falta de tierra sobre las rocas, apenas hay hitos.

Casi llegando al final, la senda parece irse a la izquierda, pero tenemos que rectificar Pegándonos más a los peñascos, y subir por una  diagonal escalonada  junto a la pared roja, especie de abrigo, fácil de superar apoyando las  manos.

La referencia es el pino que hay arriba. Llegando a la parte alta y mirando hacia atrás vemos entre la bruma la sombra del Penyal de Ifach que se perfila desvanecido en el mar; por delante el enorme pivote rocoso.

Superado el escollo y situados en un diminuto collado antes de seguir, nos asomamos a la otra vertiente.
Es impresionante ver como el manto de nubes rodeando el Bérnia, entra desde el mar y se derrama sobre los montículos del valle.

Nos dirigimos hacia el gran farallón, la primera vez tardamos en darnos cuenta dónde estábamos situados hasta que nos asomamos al abismo. Estamos arriba de la Cova de l’Arc, y a la izquierda, hay una ventana rectangular impresionante: la Finestra.

La Finestraha descolocado un poco a Pepe y lo tiene boquiabierto. Este es otro de los grandes secretos de Bérnia que no sé si podremos guardar. Es extraordinaria la cantidad de atractivos que tiene esta pequeña sierra a todos los niveles.

La envergadura de la Finestra nos tiene embrujados, y siempre que no se tenga vértigo es fácil situarse a un lado del Arco de la Finestra. Sobre todo hay que dejar las tonterías a un lado y mantener la prudencia.

Por la derecha con una sencilla trepada apoyando las manos estaremos sobre ella. El resto es buscar un buen ángulo y turnarnos en las sesiones fotográficas. Desde arriba vemos avanzar la densa masa nubosa.

Ahora para situarnos sobre el arco de la Cova de l’Arc, tenemos que introducirnos por dentro de la Finestra. Desde su base inferior vemos un arco dentro de otro. Hacemos un destrepe sencillo, tenemos muchos puntos de agarre y apoyo.

Situados en la base de la Finestra la traspasamos por la derecha contemplando su cuadrado arco para llegar a la base del gran arco y parte superior de la Cova de l’Arc. Desde su cúpula sin techo miramos a través del enorme arco.

Pegados a la derecha nos acercamos a la parte de arriba del gran arco. Realmente es impactante estar en este lugar, no dejamos de asombrarnos. Situarnos sobre él es mucho más factible, consiste en dar unos pasos sobre su parte más ancha y apoyarnos en las rocas.

Como siempre, tener mucha prudencia a la hora de sesión fotográfica, no tiene sentido arriesgar. Cambiando de ángulo podemos coger parte de la gran cueva de forma cónica que surca la base del gran pivote.

Antes de comenzar a descender miramos hacia arriba dando las últimas ojeadas a la cuadrada ventana. También vemos atado a una gran roca un largo cabo de cuerda que baja a la Cova de l’Arc, yo no aconsejaría bajar por ahí.

Junto a las paredes de la derecha comenzamos a descender, al principio no hay senda pero es muy intuitivo, pequeños escalones y apoyo de manos reforzados por algún hito. Contemplamos el gran pivote y el mar de nubes.

Pronto comenzamos a tener extraordinarias vistas laterales de las crestas de Bernia por su cara norte. Su agreste fisonomía es de una belleza embaucadora. El sendero reemplaza a las rocas, y viramos a la izquierda.

Decidimos no subir a la Cova de l’Arc, por lo que enlazamos con a la senda que atraviesa la torrentera central y que viene desde el Collado de Altea. Poco a poco nos situamos frente a la cueva con una panorámica de este bello rincón.

Con la mágica visión de las crestas del Bérnia avanzamos hacia nuestro próximo objetivo, el Forat. A media altura y casi en horizontal, el sendero nos pasea por debajo de las paredes manteniendo toda nuestra atención.

Pronto buscando la humedad de las rocosas crestas veremos en un rincón un precioso ejemplar de tejo,  y sobre él una oquedad o abrigo junto a una elevada hiedra, en donde según la leyenda está recluida la Reina Mora.

Proseguimos por este tramo de belleza singular, los escarpados dientes de sierra de las crestas le confieren un aspecto agreste, y al contrario que en la mayoría de montañas, en ésta, su cara norte carece de masa pinar.

Alcanzamos ceñida boca del Forat, angosto túnel excavado por el que se pasa de la cara norte a la sur. Corto trayecto que tenemos que atravesar agachados y arrastrándonos por la estrecha galería, a veces es mejor quitarnos la mochila.

Luego se ensancha y recuperamos la verticalidad, el contraste desde la penumbra de la  cavidad a la luz del día, es apoteósico. Majestuoso mirador al Mediterráneo pese al mar de nubes. Decidimos almorzar en una de las grandes rocas.

El mar de nubes comienza a deshacerse segregando nubes de algodón haciendo que las altas montañas sean más visibles. La primavera llena de flores las paredes de la gran boca sur del Forat. Emprendemos el regreso.

Para la variante de hoy tomamos el PR-CV 7 por la derecha en dirección al Fort de Bérnia, que en su primer tramo transita junto a las paredes, más rugosas abruptas que en la cara norte, en la solana la planta reina es el palmito.

Más adelante llegamos al poste balizado del desvío por la derecha, que en unos doscientos metros y un desnivel aceptable, nos sitúa ante las rejas que protegen el abrigo de pinturas rupestres de la Penya de l’Ermita del Vicari.

Este pequeño abrigo fue elegido como soporte hace más de 5000 años, por los grupos humanos prehistóricos para realizar algunas de sus pinturas rupestres. También acostumbraban a sus muertos en estas cuevas, per ésta no fue utilizada a tal fin.

Este enclave consta de tres conjuntos de representaciones características del Arte Esquemático, un tipo de arte propio de sociedades neolíticas, es decir agricultoras y ganaderas. Cuesta un poco distinguirlas, pero es un patrimonio a defender de los vándalos.

Regresamos al sendero principal para seguir bajando por la izquierda, hacia la Ermita del Vicari. No hay un sendero claro y en la torrentera se pierde toda huella. Hay que ir virando a la izquierda evitando los matorrales.

Resulta algo confuso, pero se trata de llegar a la pista de tierra que hay más abajo. Una vez en ella, seguir por la izquierda, enseguida veremos las ruinas de la pequeña Ermita del Vicari. Volvemos al camino cerca de una casita de campo.

El camino está marcado como PR-CV 436 que viene de la Font del Garroferet y es el mismo que hemos utilizado esta mañana para llegar hasta la Caseta de Borja. Entramos en la parte baja del mar de nubes y la bruma lo invade todo.

Poco después llegamos al cruce balizado de la Font del Rostoll, seca a estas alturas de la primavera, la casa del mismo nombre está escondida entre las deterioradas terrazas abancaladas. Aquí se cierra el círculo de la ruta.

Comenzamos a bajar por el Camí de la Serp repitiendo sendero, al deshacerse el mar de nubes tenemos un ambiente brumoso, casi invernal pero sin frío. Cerramos esta preciosa ruta por los rincones más espectaculares de Bérnia.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO. (La Font de Rostroll está seca)
DISTANCIA: 8,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 886 M. (Arriba de la Finestra)
ALTURA MÍNIMA: 363 M. (Inicio)
DESNIVEL POSITIVO: 675 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 675 M.
DIFICULTAD:ALTA. (Por el paso por la Finestra y la bajada a la Ermita del Vicari)


Viewing all 899 articles
Browse latest View live