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Channel: Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos
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CAMINO INCA-2 WAYLLABAMBA – WARMIWAÑUSCA – ABRA RUNKURAQAY

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La divinidad de la Pachamama (la Madre Tierra) representa a la Tierra, pero no solo el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es todo ello en su conjunto. No está localizada en un lugar específico, pero se concentra en ciertos lugares como manantialesvertientes, o apachetas. Es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa directamente, por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndose sustento o disculpándose por alguna falta cometida en contra de la tierra y por todo lo que nos provee. No es una deidad creadora sino protectora y proveedora; cobija a los seres humanos, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna Meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no solo en los momentos y sitios predeterminados por el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin embargo se la considera asimismo con una faz negativa: la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades. Los quechuas, los aimaras y otras etnias de la región andina, realizaban ancestralmente ofrendas en su honor, sacrificando entre otros camélidos para derramar su sangre. Entre otros objetos se ofrecen hojas de coca, conchas marinas mullu y sobre todo el feto de la llama, según una creencia para fertilizar la tierra sin que faltara jamás la cosecha, este tipo de ofertorio suele llamarse en los Andes centro-meridionales «corpachada». La Pachamama, más las deidades Mallku y Amaru, conforman la trilogía de la percepción aimara sociedad - naturaleza; y sus cultos son las formas más antiguas de celebración que los aimaras realizan en la actualidad. Con la invasión de los españoles y la persecución de las religiones nativas (llamada en esa época «extirpación de idolatrías»), la deidad Pachamama, producto del sincretismo, comenzó también a ser muchas veces a través de la Virgen María. Actualmente se mantiene y conserva el sistema de creencias y rituales relacionados con la Pachamama, practicada principalmente por las comunidades quechuas y aimaras, y otros grupos étnicos que han recibido la influencia quechua-aimara, en las áreas andinas de Bolivia, Ecuador   y Perú, pero también en el norte de Chile, y en el norte de Argentina. A través de los migrantes, se ha hecho conocida en otros lugares, y se ha expandido a numerosas ciudades y grandes metrópolis modernas como Buenos Aires, por este motivo se puede ver ocasionalmente en tal ciudad (especialmente en los años noventa y a inicios del presente siglo) a gente que, por ejemplo, vuelca un poco del vino o la cerveza que está por beber diciendo: «Antes para la Pacha». Al realizar el ritual en el hogar por primera vez se debe realizar todos los años de no hacerlo se dice que se acaba la buena suerte y los alimentos que provee. El ritual central de la Pachamama o fiesta de la Madre Tierra es la challa o pago, que como ya se ha mencionado implica un acto de reciprocidad. Aunque se ha popularizado el primer día del mes de agosto como día principal para su realización, de hecho se lo practica durante todo el mes, y en muchos lugares también el primer viernes de cada mes. Las ceremonias están a cargo de personas ancianas o de mayor autoridad moral dentro de cada comunidad. En el caso del pueblo aimara esta persona recibe el nombre de 'yatiri'. También se realizan ceremonias a la Pachamama en ocasiones especiales, como al partir de viaje o al pasar por una apacheta. Según Mario Rabey y Rodolfo Merlino ―antropólogos argentinos que han estudiado la cultura andina desde los años setenta a los noventa, «el ritual más importante es el challaco». Challaco es una deformación de los vocablos quechuas ch'allay y ch'allakuy, que se refieren a la acción de ‘rociar insistentemente’, 'aspergar'; en el lenguaje corriente de los campesinos del sur de los Andes Centrales, la palabra challar se usa como sinónimo de ‘dar de comer y beber a la tierra’. El challaco, tal como se practica en la zona estudiada, abarca una compleja serie de pasos rituales que comienzan en las viviendas familiares la noche de la víspera, durante la cual se cocina una comida especial, la tijtincha, y que culminan en un ojo de agua o la toma de una acequia donde se realiza el ritual principal a la Pachamama, con una serie de ofrendas que incluyen comida, bebida, hojas de coca y cigarros. La religión centrada en la Pachamama se practica en la actualidad en forma paralela al cristianismo, al punto tal que muchas familias son simultáneamente cristianas y pachamamistas. En Bolivia la Pachamama es identificada con la Virgen de Copacabana en La Paz, la Virgen de Urkupiña en Cochabamba, y la Virgen del Socavón en Oruro. En Perú, específicamente en Puno, la Pachamama es identificada con la Virgen de la Candelaria.
COMPONENTES: YANINA, MARÍA, JUAN, PATRICIA, ALEX, BRUNO, NINO, SUSI Y VICENTE.
ITINERARIO: WAYLLABAMBA / PUESTO DE CONTROL / LLULLUCHAPAMPA / ABRA WARMIWAÑUSCA / PAQ’AYMAYO / RUNKURAQAY / LAGUNA COCHAPATA / ABRA RUNKURAQAY.

LA RUTA:Nos despiertan temprano con una taza de mate de coca que nos sirven en la tienda. Reconfortante. Recogemos nuestros enseres, preparamos la mochila y nos aseamos. El día parece más despejado y tenemos preciosas vistas a la cordillera Vicalbamba y el Nevado Salkantay (6.215 m.) que anoche no vimos.


Potente desayuno en la tienda común mientras los porteadores desmontan el campamento, y estamos preparados para la marcha. Pronto pasamos un control por los guardas forestales, donde presentamos nuestros pasaportes. Entramos en la zona de Llulluchapampa con alto grado de humedad y exuberante vegetación autóctona.


Ronald nos muestra algunos especímenes de la flor nacional del Perú la cantua, conocida también como la flor sagrada de los incas. Empieza lo bueno, un prolongado y constante desnivel de subida donde poco a poco van apareciendo los peldaños de piedras, primero como rellanos y luego como escaleras.


Es cuestión de tomárselo con calma y fijarnos en la belleza forestal que nos rodea: un impresionante bosque autóctono de uncas. Espigados árboles de delgados y retorcidos troncos de corteza liviana de color claro, y con poca copa vegetal, que sobresalen de la verde vegetación de matorral bajo. Ladeamos algunos torrentes.


A medida que se inclina el sendero, los escalones de tornan más verticales formando un hermoso pasillo entre el bosque. Con la altura comenzamos a tener impresionantes vistas mucho más cercanas a la cordillera Vicalbamba y sus nevados entre verticales barrancos que descienden al fondo del valle.


Superado el desnivel de los 3.500 m. paulatinamente la vegetación arbórea va mermando hasta desaparecer. Volteamos una especie de collado con más vistas a los nevados y a nuestra próxima referencia: Abra Warmiwañusca, el Paso de la Mujer Muerta y cota más elevada del Camino Inca 4.215 m.

La Altitud comienza a hacer mella, hay que aminorar el paso y beber más a menudo haciendo breves paradas, los caramelos de coca ayudan. Los porteadores de otras expediciones que han salido más tarde nos adelantan a un buen ritmo pese a lo abultado de sus petates, la mayoría van mascando hojas de coca.


Es un largo tramo pegado a la ladera de la montaña que poco a poco se va inclinando más; en lo alto del Paso vemos pulular algunas personas que nos parecen diminutas como hormigas. Nos pasa gente más fuerte de otras expediciones, pero se nos dibuja una gran sonrisa cuando adelantamos a otros que han madrugado más.


Entre parada y parada admiramos el paisaje que aunque carente de vegetación es soberbiamente bello, y hacia atrás las nubes concentradas sobre los nevados. Físicamente Susi se encuentra bien pero nota la escasez de oxigeno en el aire. El último tramo es el más duro, vuelven los escalones y con ellos un esfuerzo añadido.


Despacio superamos el último repecho y alcanzamos el Abra WarmiWañusca (4.215 m.) nuestra máxima altura. La sonrisa de Susi es de una satisfacción increíble al comprobar que todavía hay gente llegando. Nos felicitamos todo el grupo y hacemos fotos del extraordinario paisaje que estamos contemplando.


De pronto aparece una botella de champan y unos vasos que Ronald portaba en su mochila. Todos acuerdan por unanimidad concederme el honor de descorcharla al ser el emérito del grupo. El corcho sale limpio y estruendoso; entre risas brindamos por el éxito conseguido. Salud.


Ronald nos pide que subamos unos metros más arriba para hacer un pequeño ritual dando gracias a la Pachamama. Nos sentamos en el suelo todos muy juntos, nos repartimos unas hojas de coca que colocamos debajo de unas piedras mientras Ronald musita unas palabras en quechua, es un entrañable momento místico.


Iniciamos la bajada por el nuevo valle. Desde arriba vemos como el camino serpentea por la margen izquierda y en un  momento dado retoma la subida. Nos abrigamos, el aire sube fresco. En la bajada vuelven los escalones pero en este sentido son factibles aunque las rodillas pueden resentirse.


El sendero se extiende por ambas laderas del valle, invadidas por matorral bajo, muy parecido a las matas de esparto y que en otoño comienza a amarillear, contrastando con las nubes de algodón atascadas en los nevados. Vemos como algunos torrentes se precipitan desde gran altura ladera abajo.


En la zona intermedia llegamos a Paq’aymayo donde muchas expediciones suelen acampar para pernoctar, pero nosotros solo tenemos la comida. Nos refrescamos, y tras la abundante y variada comida con una taza de mate de coca, emprendemos de nuevo la marcha cuesta arriba.

Otra vez los escalones son los protagonistas, los incas sabían que el sistema era infalible para superar fuertes desniveles en poco espacio, y además perduraban para siempre con un mínimo mantenimiento, resistiendo perfectamente a la temporada de lluvias torrenciales.

Llegamos a Runkurakay, “casa abandonada o derrumbada” situada a una altura de 3.760 m. entre densa vegetación. Es una construcción semi-circular, con una plaza central y recintos que bordean la construcción; en los muros se pueden notar nichos u hornacinas, así como puertas trapezoidales.

La función que pudo haber tenido, por el sitio estratégico en el que se ubica, es la de un lugar de alojamiento, tamboo sitio de control. Sin embargo, la forma de la planta puede dar pie a muchas interpretaciones, aún no estudiadas hasta el momento. Podemos ver abajo los campamentos de Paq’aymayo.


La zona es muy húmeda y tenemos que abrigarnos; seguimos subiendo entre una espesa neblina hasta el Mirador de la Laguna Cochapata donde tenemos la suerte de ver una taruka o venado andino en sus orillas. Es de tamaño medio y su pelaje casi gris. 


La bruma lo envuelve todo y el cansancio se refleja en nuestros rostros. Descendemos una tanda de escaleras para entrar por una grieta a una especie de túnel inca. En las zonas rocosas observaban las grietas, y con palos y piedras, poco a poco las iban ensanchando hasta convertirlas en un pasadizo.


Unos cuantos escalones más y llegamos al Abra Runkurakay donde en la bruma distinguimos dos lagunas mucho más pequeñas. Pasamos por el cruce de Saqyamarka por donde continuaremos mañana y poco más adelante vadeamos un torrente por un puente y llegamos a nuestro campamento donde todo está preparado para nuestra cena.
VER RUTA EN WIKILOC:
RECORRIDO: LINEAL.
AGUA EN RUTA: NO
DISTANCIA: 10 KM.
TIEMPO:08:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 4.215 M. (ABRA WARMIWAÑUSCA) Paso de la Mujer Muerta.
DESNIVEL POSITIVO: 1.300 M.
DIFICULTAD: MODERADA. (Técnicamente no hay mayor dificultad que la aclimatación individual a la altura)



CAMINO INCA-3, ABRA RUNKURAKAY – PHUYUPATAMARCA – WIÑAYWAYNA

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La quebrada de Picchu, ubicada a medio camino entre los Andes y la floresta amazónica, fue una región colonizada por poblaciones andinas, no selváticas, provenientes de las regiones de Vilcabamba y del Valle Sagrado, en Cuzco, en busca de una expansión de sus fronteras agrarias. Las evidencias arqueológicas indican que la agricultura se practica en la región desde al menos el 760 a.C. Una explosión demográfica se da a partir del Período Horizonte Medio, desde el año 900 de nuestra era, por grupos no documentados históricamente pero que posiblemente estuvieron vinculados a la etnia Tampu del Urubamba. Se cree que estos pueblos podrían haber formado parte de la federación Ayarmaca, rivales de los primeros incas del Cuzco. En ese período se expande considerablemente el área agrícola "construida" (andenes). No obstante, el emplazamiento específico de la ciudad que nos ocupa (la cresta rocosa que une las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu) no presenta huellas de haber tenido edificaciones antes del siglo XV. Hacia 1440, durante su campaña hacia Vilcabamba, la quebrada de Picchu fue conquistada por Pachacútec,18 primer inca del Tahuantinsuyo(1438-1470). El emplazamiento de Machu Picchu debió impresionar al monarca por sus peculiares características dentro de la geografía sagrada cusqueña. y por ello habría mandado a construir allí, hacia 1450, un complejo urbano con edificaciones de gran lujo civiles y religiosas. Una nueva versión sobre el origen de Machu Picchu fundamentada por el investigador peruano Julio Valdivia Carrasco está circulando y en la que sostiene que fue Huiracocha Inca quien ordeno la construcción de esta maravilla mundial aproximadamente en los años 1380-1400. Se cree que Machu Picchu tuvo una población móvil como la mayoría de las llactas incaicas, que oscilaba entre 300 y 1000 habitantespertenecientes a una élite (posiblemente miembros de la panaca de Pachacutec) y acllas. Se ha demostrado que la fuerza agrícola estuvo compuesta por colonos mitimaes o mitmas (mitmaqkuna) procedentes de diferentes rincones del imperio. Machu Picchu no era desde ningún punto de vista un complejo aislado, por lo que el mito de la "ciudad perdida" y del "refugio secreto" de los soberanos incaicos carece de asidero. Los valles que confluían en la quebrada formaban una región densamente poblada que incrementó espectacularmente su productividad agrícola a partir de la ocupación incaica, en 1440. Los incas construyeron allí muchos centros administrativos, los más importantes de los cuales fueron Patallacta y Quente Marca, y abundantes complejos agrícolas formados por terrazas de cultivo. Machu Picchu dependía de estos complejos para su alimentación, pues los campos del sector agrario de la ciudad habrían resultado insuficientes para abastecer a la población. La comunicación intrarregional era posible gracias a las redes de caminos incaicos: ocho caminos llegaban a Machu Picchu. La pequeña urbe de Picchu se llegó a diferenciar de las poblaciones vecinas por la singular calidad de sus principales edificios. A la muerte de Pachacútec, y de acuerdo con las costumbres reales incaicas, ésta y el resto de sus propiedades personales habría pasado a la administración de su panaca, que debía destinar las rentas producidas al culto de la momia del difunto inca. Se presume que esta situación se habría mantenido durante los gobiernos de Túpac Yupanqui(1470-1493) y Huayna Cápac (1493-1529). Machu Picchu debió perder en parte su importancia al tener que competir en prestigio con las propiedades personales de los soberanos sucesores. De hecho, la apertura de un camino más seguro y amplio entre Ollantaytambo y Vilcabamba (el del Valle de Amaybamba) hizo que la ruta de la quebrada de Picchu fuera menos empleada.
COMPONENTES: YANINA, MARÍA, JUAN, PATRICIA, ALEX, BRUNO, NINO, SUSI Y VICENTE.
ITINERARIO: ABRA RUNKURAQAY / MIRADOR SAYAQMARCA / QONCHAMARCA / TÚNEL INCA-1 / MIRADOR / PHUYUPATAMARCA / ABRIGO / TÚNEL INCA-2 / DESVÍO INTIPATA / INTIPATA / WIÑAYWAYNA.

LA RUTA:Madrugamos y amanece un día aparentemente despejado y sorprendentemente volvemos a tener preciosas panorámicas a la cordillera de los nevados, pero esta vez de frente, distinguiendo las lenguas de los glaciares. Tras el mate de coca, nos aseamos y a por el suculento desayuno.

Hoy tenemos una reunión especial. Mañana es el último día y madrugaremos mucho para llegar a Machu Pichu, los porteadores y cocineros bajaran directamente a Aguas Calientes, aunque harán la comida, la cena de hoy y el desayuno de mañana. Formamos un corro y se presentan diciendo su nombre, edad y precedencia. Luego les hacemos entrega de la propina de los dos grupos. Se la han merecido.

Como es natural también hoy comenzamos subiendo. Al llegar tarde y con la bruma, ayer no vimos el paisaje donde estábamos situados. Todo ha cambiado, la vegetación es totalmente distinta, entramos en la zona húmeda cercana a la selva. Flores y helechos  parecidos a los palmitos pintan la foresta.


Pronto llegamos al Mirador de Sayaqmarca, interesante ruina inca compuesta por un laberinto de pasadizos muy estrechos, algunos con salidas y otros no. El único camino de acceso a la edificación es por una empinada pero sólida escalera de piedra al borde de la montaña y que hoy hemos evitado, también el paso por Qonchamarca de reciente descubrimiento.


Este es un tramo de exuberante vegetación con innumerables clases de plantas, flores y orquídeas de raras especies, líquenes y musgos; algunas variedades actúan como plantas parasitarias, adhiriéndose a ramas y troncos de otros árboles donde subsisten ambos sin llegar a matarlos. Ronald nos da una clase magistral de botánica.









En los acantilados vemos las nubes de la humedad condensada que van subiendo hacia arriba. Llegamos al primer Túnel inca de hoy, construido con pendiente de bajada y en dos tramos, uno de ellos bastante largo; actualmente se han remodelado los escalones para dar mayor seguridad en su tránsito.


El sendero pavimentado de piedras, serpentea entre la vegetación metido entre la bruma cada vez más densa y que todo lo moja. Es uno de los sectores más placenteros del camino por su diversidad. Nuestro guía nos suministra interesantes datos y resuelve las dudas y preguntas que van surgiendo.


Un poste de madera nos marca el Mirador de Phuyupatamarca, pero la densa bruma concentrada a esta altura nos impide ver nada. Enseguida llegamos a nuestro campamento del mismo nombre para el almuerzo, donde hay más tiendas de otras expediciones. Cada día se esmeran en la comida que preparan.


Después continuamos bajando escalones para llegar a Phuyupatamarca "Lugar sobre las nubes". Ubicado a una altitud de 3.670 m. este lugar es un claro ejemplo de la arquitectura incaica, tiene una compleja estructura de muros de contención y andenes que están edificados en el lado más empinado de un cerro alto.


Similar a un balcón gigantesco, quince edificios, dos plazas, 6 baños ceremoniales, canales de agua, puentes, escaleras, y plataformas de observación cuelgan a mitad del principio. Domina un amplio paisaje y cuando la niebla de la selva alta sube, da la impresión de estar flotando en medio de los cielos. La experiencia es realmente increíble.

Proseguimos descendiendo inclinadas escaleras incrustadas entre la espesura de la selva. La vegetación torna a cambiar, ahora, se hacen más presentes las cañas de bambú, es como un vergel. Observamos como a medida que perdemos altura, aumenta el grosor de las cañas.










Las nubes siguen enganchadas a las altas cumbres, vemos en una de sus laderas las terrazas de Intipata que luego visitaremos. Antes pasamos por una especie de abrigo que lo incas utilizaban como refugio y atravesamos un segundo túnel inca, éste algo más estrecho y oscuro.


Tras un precioso tramo junto a los precipicios, donde podemos ver entre los huecos de la vegetación, cómo evolucionan  las densas nubes hechas girones, sobre las crestas y los picos montañosos cubiertos de verde espesura; alcanzamos el desvío hacia el sitio arqueológico de Intipata.


Intipata es un conjunto de andenes incas y recintos, que se encuentra entre Wiñaywayna e Intipunku, a una altura de 2.840 m. Dentro del Santuario histórico de Machu Picchu. Durante la época Inca, los andenes o terrazas de cultivo se construyeron en las laderas de las montañas adoptando la forma de éstas.



Los andenes de Intipata son una atractivo más allá de lo histórico de sus orígenes y función; es hoy en día, un recurso paisajístico, se pierden por momentos en el camino para aparecer, luego, adosados a la curva natural de las montañas que guardan una hermosa armonía con su entorno y existen evidencias de los canales de riego.


Independientemente del lugar arquitectónico, la ubicación de su emplazamiento es extraordinaria. Las profundas panorámicas al encajonado valle surcado por el río son impresionantes; resaltadas por el clima húmedo de la cercana selva, que condensa pequeñas nubes etéreas que suben hacia arriba. Además de las vistas a los nevados.


Por la zona intermedia de las terrazas salimos de Intipata para llegar poco después a WiñayWayna donde está situado nuestro campamento al final de un largo andén, tras los de otras expediciones. Un rebaño de llamas nos acompaña en el trayecto. Nos aseamos y mientras preparan la cena vamos visitar el Sitio Arqueológico de Wiñaywayna.

Está tan cerca, que nos hemos quitado las botas y vamos con chanclas. Wiñaywayna (2.650 m.) "Eternamente Joven", es un sitio arqueológico perteneciente a la época inca, construido por el Inca Pachacutec, el máximo representante de la Cultura Inca, conocido como el arquitecto de la época inca. El nombre corresponde a una orquídea que abunda en el lugar.

El sitio arquitectónico de Wiñaywayna, corresponde a la planta de un pequeño pueblo, son un conjunto de viviendas agrupadas, en un solo patio, a manera de los actuales condominios. Los recintos posibles viviendas, tienen hornacinas de estilo trapezoidal y vanos de puertas de una sola jamba.

Así mismo, resaltan el conjunto de fuentes litúrgicas, en una superficie fuertemente inclinada, toda la pequeña ciudad está hecha de roca granítica y visto desde una parte alta, claramente, podemos notar que tiene la misma distribución arquitectónica de Machu Picchu. El monumento, está rodeado de andenes de diferentes tamaños.

Regresamos. La sorpresa es mayúscula, los cocineros han preparado una cena-despedida de alto nivel con una presentación muy laboriosa, con adornos vegetales en forma de flores o esculpido un pez en una zanahoria. Brindamos y nos vamos a dormir. Mañana hemos de estar en pie antes de las 04:00 horas para llegar a Machu Picchu.
VER RUTA EN WIKILOC:
RECORRIDO: LINEAL.
AGUA EN RUTA:NO.
DISTANCIA: 12,8 KM.
TIEMPO:8:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 3.800 M. (RUNKURAQAY)
DESNIVEL POSITIVO: 600 M.

DIFICULTAD: MODERADA. (Técnicamente no hay mayor dificultad que la aclimatación individual a la altura)

CAMINO INCA-4, WIÑAYWAYNA – INTIPUNKU - MACHU PICCHU.

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Las primeras referencias directas sobre visitantes de las ruinas de Machu Picchu indican que Agustín Lizárraga, un arrendatario de tierras cusqueño, llegó al sitio el 14 de julio de 1902 guiando a los también cusqueños Gabino Sánchez, Enrique Palma y Justo Ochoa. Los visitantes dejaron un graffiti con sus nombres en uno de los muros del templo de las Tres Ventanas que fue posteriormente verificado por varias personas. Existen informaciones que sugieren que Lizárraga ya había visitado Machu Picchu en compañía de Luis Béjar en 1894. Lizárraga les mostraba las construcciones a los «visitantes», aunque la naturaleza de sus actividades no ha sido hasta hoy investigada. Las primeras referencias directas sobre visitantes de las ruinas de Machu Picchu indican que Agustín Lizárraga, un arrendatario de tierras cusqueño, llegó al sitio el 14 de julio de 1902 guiando a los también cusqueños Gabino Sánchez, Enrique Palma y Justo Ochoa.Los visitantes dejaron un graffiti con sus nombres en uno de los muros del templo de las Tres Ventanas que fue posteriormente verificado por varias personas. Existen informaciones que sugieren que Lizárraga ya había visitado Machu Picchu en compañía de Luis Béjar en 1894. Lizárraga les mostraba las construcciones a los «visitantes», aunque la naturaleza de sus actividades no ha sido hasta hoy investigada. Hiram Bingham, un profesor estadounidense de historia interesado en encontrar los últimos reductos incaicos de Vilcabamba oyó sobre Lizárraga a partir de sus contactos con los hacendados locales.Fue así como llegó a Machu Picchu el 24 de julio de 1911 guiado por otro arrendatario de tierras, Melchor Arteaga, y acompañado por un sargento de la guardia civil peruana de apellido Carrasco. Encontraron a dos familias de campesinos viviendo allí: los Recharte y los Álvarez, quienes usaban los andenes del sur de las ruinas para cultivar y bebían el agua de un canal incaico que aún funcionaba y que traía agua de un manantial. Pablo Recharte, uno de los niños de Machu Picchu, guio a Bingham hacia la «zona urbana» cubierta por la maleza. Bingham quedó muy impresionado por lo que vio y gestionó los auspicios de la Universidad de Yale, la National Geographic Society y el gobierno peruano para iniciar de inmediato el estudio científico del sitio. Así, con el ingeniero Ellwood Erdis, el osteólogo George Eaton, la participación directa de Toribio Recharte y Anacleto Álvarez y un grupo de anónimos trabajadores de la zona, Bingham dirigió trabajos arqueológicos en Machu Picchu en 1912 hasta 1915 período en el que se despejó la maleza y se excavaron tumbas incas en los extramuros de la ciudad. La «vida pública» de Machu Picchu empieza en 1913 con la publicación de todo ello en un artículo en la revista de la National Geographic. Si bien es claro que Bingham no descubre Machu Picchu en el sentido estricto de la palabra (nadie lo hizo dado que nunca se «perdió» realmente), es indudable que tuvo el mérito de ser la primera persona en reconocer la importancia de las ruinas, estudiándolas con un equipo multidisciplinario y divulgando sus hallazgos. Ello pese a que los criterios arqueológicos empleados no fueran los más adecuados desde la perspectiva actual, y pese, también, a la polémica que hasta hoy envuelve la más que irregular salida del país del material arqueológico excavado(que consta de al menos unas 46.332 piezas) y que recién en marzo de 2011 comenzaron a ser devueltas al Perú
COMPONENTES: YANINA, MARÍA, JUAN, PATRICIA, ALEX, BRUNO, NINO, SUSI Y VICENTE.
ITINERARIO: WIÑAYWAYNA / PUESTO DE CONTROL / INTIPUNKU / ENTRADA A MACHU PICCHU / CASA DEL GUARDIÁN / ZONA AGRÍCOLA / TEMPLO DEL SOL / TEMPLO DE LAS 3 VENTANAS / INTIHUATANA / TRES PUERTAS / ROCA SAGRADA.

LA RUTA:Recién levantados el mate de coca despeja un montón. Es la primera vez que usamos los frontales fuera de la tienda. Nos aseamos y preparamos las mochilas dejando libres las tiendas que los porteadores comienzan a desmontar. Nos reunimos en la tienda común para el desayuno y las últimas instrucciones.

El día es tremendamente húmedo , todo está mojado, e invadido por la bruma. Comenzamos a caminar hacia el puesto de control, el último del Camino Inca, abren el paso a partir de las 05:30 horas. La visibilidad es casi nula y en las montañas vemos como las nubes las van cubriendo.


Tomamos el desvío a Intipunku por unas escaleras tan inclinadas que tenemos que subir casi a gatas. El sol no puede con la bruma, pero a cambio, un halo misterioso que nos deja entrever el sitio arqueológico de Intipunku (2.720 m.) "Puerta del Sol", estamos a 1 km de la Ciudad Inca de Machu Picchu y es el punto donde concluye el Camino Inca.


El IntiPunku es un conjunto de recintos de estilo Inca Imperial, con presencia de dinteles, puertas y ventanas. Se accede a este pequeño conjunto por escalones trabajados en piedra. Los muros incas interiormente, muestran la presencia de hornacinas trapezoidales. El piso es de tierra con algunos afloramientos de roca.

Posiblemente fue un lugar de control, por la ubicación estratégica, sería el punto de acceso, a la Ciudad Inca de Machu Picchu, desde Cusco. El nombre "Intipunku" debe haber sido puesto en el siglo XX, respondiendo a su ubicación porque muy temprano, el sol hace su aparición por la misma puerta, iluminando toda la Ciudad Inca.


Susi comienza a emocionarse. Emprendemos el camino hacia la ciudadela abriéndonos paso entre la bruma y la vegetación, comprobando que Perú es el país más rico en biodiversidad de orquídeas en todo el mundo; bellos ejemplares mojados por la niebla desfilan a nuestro paso.

Nos detenemos en los últimos muros y Ronald nos da las instrucciones finales. Seremos los primeros en entrar junto con otras expediciones; tendremos casi dos horas para ver las ruinas a nuestro aire, luego debemos salir por el puesto de control y volver a entrar, dejando las mochilas en consigna, para la visita guiada, donde ya entrará el resto de gente.


La primera visión es ensoñadora, difuminada y apacible metidos en la bruma; cerca de la Casa del Guarda, entre andenes y algunas llamas pastando. Crees que no estás en un sitio real, mientras la etérea bruma sigue subiendo hacia arriba.


Unas escaleras nos bajan hacia la ciudadela en el momento que se abre un tímido claro, llegados al rellano, Susi no puede contener la emoción y nos abrazamos, el sueño se ha cumplido. En el grupo todos nos felicitamos. Sentimos que hay algo especial en este lugar.


Los grupos de las expediciones están muy diseminados y siguen llegando, pero no hay ninguna sensación de agobio. Nuestras miradas se van fijando en todo y en nada, la mente parece ausente, lo que nos atrae es el sitio en donde estamos.


La bruma parece no querer irse y el Wayna Picchu nos ofrece apenas su piramidal silueta. Nadie debe perderse la subida al Wayna Picchu, a no ser que le ocurra como a nosotros, en estas fechas está cerrado por mantenimiento. Por días  no logramos coordinar las dos cosas a la vez. La antelación para las reservas es de al menos dos meses.

Pese a su vertical subida, los incas esculpieron en las rocas un extraordinario sendero mayormente escalonado hasta su cima. Es el mejor otero para contemplar la ciudadela de Machu Picchu. Actualmente ha sido reforzado con pasamanos de acero dando más seguridad. Sólo hay dos turnos diarios de 200 personas cada uno.


El tiempo pasa rápido y tenemos que salir al control para volver a entrar ya sin mochilas. Una vez dentro, recorremos las zonas con Ronald. La Zona Agrícola, la Casa del Guardián…pero yo me separo y les voy haciendo fotos, mi mente sigue pululando.










El Templo del Sol, el Templo de las tres Ventanas…la maravillosa arquitectura y conocimiento inca, como construían las paredes y muros antiseismos; es sombroso que después de 500 años sigan en pie, ingenieros de todo el mundo han venido a estudiarlos.


Intihuantana, las Tres Puertas, la Roca Sagrada, el Cóndor, la Cantera...se nota mayor afluencia de gente al unirse los que han llegado en tren, pero al ser un aforo restringido lo tienen todo controlado. Visitamos los espejos de agua, y el Wayna Picchu se desprende de la bruma dejándonos ver su imponente figura.


Por un andén buscamos la salida, recuperamos las mochilas y Ronald nos acompaña a nuestro autobús de bajada, que sale antes, indicándonos el restaurante donde tenemos reservada la comida. Luego acompañó al resto del grupo a otro restaurante y vino a tomar una cerveza con nosotros. Nos despedimos.


Después de comer paseamos por Aguas Calientes y fuimos al otro restaurante a despedirnos del grupo. Intercambiamos teléfonos, e-mails y formaron un grupo de WhatsApp por el que seguimos en contacto. Realmente lindo. Luego, casi tres horas en tren, un transfer nos esperaba en la estación y nos llevó a nuestro hotel en Cusco.
VER RUTA EN WIKILOC:
RECORRIDO: LINEAL
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 5,2 KM.
TIEMPO:04:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 2.720 M. (INTIPUNKU)
DESNIVEL POSITIVO: 300 M.

DIFICULTAD: MODERADA. (Técnicamente no hay mayor dificultad que la aclimatación individual a la altura)

VISITANDO CUSCO

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El mercado Central o Mercado de San Pedro es uno de los más antiguos del Cusco, fundado en 1925; a pesar de su antigüedad no tuvo cambios significativos, pero aún sigue siendo el mayor centro de concentración y abastecimiento de la ciudad. El encargado de la construcción de este mercado fue Gustav Eiffel, ingeniero francés. Desde inicios del siglo XX el mercado de la ciudad estaba emplazado en la explanada de la Plaza San Francisco, hasta el período del Alcalde Don Manuel Silvestre Frisancho, periodo en que se edifica un nuevo mercado de abastos. El nuevo edificio se construyó en lo que era el camal o matadero que estuvo emplazado desde tiempos coloniales frente al Templo de San Pedro y parte de los huertos del Beaterio de Santa Clara. El nuevo mercado de abastos se inauguró el 7 de Junio de 1925, fue la superficie cubierta más grande que hasta entonces se había construido, tipología totalmente desvinculada en su diseño de lo que era la tradición constructiva. Tiene un estilo colonial, es un edificio de planta rectangular y una sola altura, con columnas y cubierta metálica, que ocupa una manzana completa, no puede sino proceder de la necesidad de proteger la actividad que en otro tiempo debió desarrollarse, en este mismo lugar, al aire libre. Entrar al mercado, es conocer el patrimonio cultural de Cusco, sus costumbres, sus historias, sus productos, sus aromas, su forma de intercambio, la cultura viva que aquí alcanza una expresión autentica, porque se sabe que el mercado es un foco donde confluye la necesidad, donde tiene lugar el encuentro diario, una puesta en escena teatral entre vendedores y compradores, continuamente repetida en el tiempo. El turista puede apreciar el color de cuanto le rodea, lo primero que se puede ver son los mostradores repletos de frutas, expuestas de una manera muy particular, aquí el orden es compositivo, pictórico; una exuberante acumulación tan alejada a su entender, del desorden que curiosamente está muy bien establecido, así mismo se puede ver bancos donde es posible degustar comida tradicional y exquisiteces en diversa presentación, de acuerdo al paladar del visitante, junto a estos mostradores hay otros que ofrecen algunos productos básicos para el comercio y la alimentación de la ciudad, es el caso del maíz, extraído de la enorme variedad de choclos de todos los tamaños y colores, desde el casi blanco al negro morado, así mismo de otros productos típicos como la papa, yuca, camote, oca, maní, verduras frescas, productos secos, y gran cantidad de artesanía y ropa tradicional.

Anoche, recuperamos nuestras maletas y tras la ducha nos quedamos a cenar en el hotel. Hemos dormido de tirón y desayunado pronto, el Camino Inca nos ha dejado activados. Recibimos una nota de asistente del viaje, a las 15:30 nos recogerán para hacer una visita guiada. Tenemos la mañana libre y nos vamos hacia la Plaza de Armas.
Recordamos que ayer algunos componentes del grupo del Camino Inca quedaron para visitar el Mercado de San Pedro, nosotros no nos pronunciamos al no saber cuando teníamos la visita guiada. Siempre nos han gustado los mercados, es una manera de conocer a sus gentes, en Cusco todavía impera el Inca y Perú es un país de contrastes.
En las cercanías del mercado la gente bulle, en el interior todo es más calmado. El recinto es enorme y la primera impresión es de un desorden total, pero nada más lejos de la realidad, al recorrer los pasillos vamos descubriendo que los puestos están agrupados por secciones, según sus mercancías.
En el Mercado de San Pedro todo es puro, fuerte y estridente; no hay nada suave ni desteñido. Los colores gritan pero los sonidos no son ásperos, y los aromas son tan intensos que con los ojos cerrados uno puede saber en qué sección está: chocolate, especias, panes, quesos, frutas, flores, carnes…
Merece la pena recorrerlo sin prisas y atreverse a degustar alguno de sus productos. Nada más entrar están las “jugueras”, con mostradores repletos de  fruta rica y madura que te  hace la boca agua,  Maracuyá, papaya, fresas, bananas, uvas, piñas, naranjas... con distintos menús, donde las mezclan y baten haciendo unos jugos deliciosos.
No está muy iluminado, entra poca luz diurna y la de los puestos es muy tenue. El mayor colorido está en los puestos de flores, espectacular los contrastes y la variedad de especies, sobre todo en orquídeas. Después vienen los “restaurantes”, pequeños puestos con mesitas y sillas donde sirven comida a módicos precios.
Ocupan una gran parte del mercado. En la zona central, los bancos y las mesas rodean las cocinas repletas de ollas y cacharros con sopas, caldos y guisos. En todos hay alguien comiendo. Al dar la vuelta están los de comida rápida con menús de arroces, tortillas y milanesas.
Los siguientes, son los más duros de contemplar para los europeos: los puestos de carne. Cabezas de vaca o toro ensangrentadas sobre un mostrador, vísceras y tripas tendidas en ganchos, corazones de res colgados, muy apreciados en la cultura inca. No vemos cámaras frigoríficas y hay un tufillo acre en el ambiente.
Pasamos rápidamente a las legumbres y el maíz, con infinidad de variedades, expuestos en grandes costales abiertos, las quinuas en sus tres modalidades. Las papas, con su gran diversidad, las sembradas en tierra negra son las más sabrosas.  Los quesos en piezas enormes que venden por mitades o cuartos.
Vienen cosas más agradables, puestos de chocolate fabricados con cacao del Cusco, cafés peruanos que se están abriendo paso en los mercados internacionales. Trincheras de panes, trenzados, wawas y rosquillas de trigo y maíz. Especias y atadillos de hierbas como remedios, las cerámicas y artesanías.
En un corredor oscuro cuelgan innumerables faldas de colores, de las que llevan las cholitas. Donde las modistas cosen en vetustas máquinas de coser; es la sección trajes a medida, remendones zurciendo, arreglando sombreros y zapatos, sastres afanándose sobre chaquetas llenas de hilvanes.
Terminamos la intensa visita rodeando el mercado por las calles aledañas llenas de vendedores ambulantes. Luego nos tomamos dos cuzqueñas bien frías con unas de deliciosas empanadas, en una cafetería cerca de la iglesia y nos marchamos al hotel.
Nos recogen a la hora prevista y nos llevan a visitar la Catedral, importante por su arquitectura y por sus lienzos de Pintura Cusqueña en su interior; el Templo del Sol Koricancha, sobre cuyas bases se construyó la iglesia y el convento de Santo Domingo. No está permitido hacer fotos, excepto en los claustros.
El transfer nos traslada a la afueras de Cusco para ver el sitio arqueológico de Sacsayhuamán, que es una de las construcciones incas que más asombra a los turistas y que, según nuevas hipótesis, señalan que habría sido un importantísimo centro ceremonial y no una fortaleza.
Su nombre quechua significa "halcón satisfecho". Por tanto, era el halcón que custodiaba la capital del imperio, pues desde la colina en que se erigió domina toda la ciudad. Si, como se sabe, Cusco fue diseñado con la forma de un puma yacente, Sacsayhuamán vendría a ser su cabeza, en tanto que el Koricancha correspondería a los genitales del felino.
Se dice que la obra la inició Pachacútec y la continuó Túpac Yupanqui, aunque algunos cronistas señalan que fue Huayna Cápac quien le dio el toque final. El Inca Garcilaso de la Vega cuenta que Apu Huallpa Rimachi fue el arquitecto principal, y que Maricanhi, Acahuana Inca y Calla Cunchuy, tomaron sucesivamente el control de las obras.
Ahora nos vamos a Tambomachay, el nombre proviene de dos palabras quechuas: Tampu, que significa alojamiento colectivo y Mach´ay, que significa lugar de descanso. Sin embargo, según otras referencias, la palabra "machay" significa "cavernas", lo que describiría el peculiar entorno del lugar en el que se aprecian estas formaciones rocosas naturales.
Formado por un conjunto de estructuras de piedra finamente labradas, acueductos y caídas de agua provenientes de los manantiales y fuentes termales cercanas (por lo que se piensa estuvo relacionado con el culto al agua) es uno de los pilares de la cosmovisión andina. Es considerado como uno de los adoratorios del primer ceque del Antisuyo.
Llegamos a Q’enqo, los españoles clasificaron este monumento como un anfiteatro, seguramente porque muestra una construcción semicircular. En realidad, se ignora la finalidad de esta construcción ciclópea, que bien puede ser un altar, un tribunal o la tumba de un inca, tal vez de Pachacútec. Se presume que fue uno de los santuarios más importantes que hubo en el incanato.
Tras la visita, comienza a caer la tarde y desde uno de los miradores tenemos espléndidas vistas sobre Cusco. Regresamos a hotel y más tarde salimos a buscar un restaurante cercano para la cena.


EL VALLE SAGRADO

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Si algo llama la atención en el Cusco, son sus contrastes. Cuando uno se encuentra en el centro de la ciudad -caminando por sus enrevesadas y misteriosas callejuelas, o cómodamente sentado en la plaza- es difícil imaginar que los imponentes cerros vecinos puedan albergar un paisaje semejante al del Valle Sagrado. Pocos lugares del Tahuantinsuyo pudieron competir con la belleza y riqueza de este valle: no en vano le fue otorgado ese nombre. Su carácter "sagrado" ha sobrevivido al paso del tiempo y esa magia continúa seduciendo a los viajeros. Muchos de ellos, rendidos ante su encanto, deciden dejarlo todo y echar raíces bajo la sombra de los eucaliptos, a orillas del río Urubamba. El Valle Sagrado se ha convertido en uno de los centros turísticos más importantes del país. Además de contar con una riqueza histórica inigualable, la región del Urubamba ofrece infinitas posibilidades de distracción al turista: caminatas, baños termales, viajes en balsas o kayaks por el río, vuelos en parapente o ala delta, cabalgatas, montañismo, etc. En los últimos años se han desarrollado programas de turismo participativo, invitando por ejemplo al viajero a trabajar en un andén o a recolectar la sal de una salinera. El Valle Sagrado alberga, además, a dos de los más importantes mercados artesanales del Cusco: Písac y Chinchero. Pese a que en los últimos años ha crecido significativamente la infraestructura turística en el área, ya que se cuenta con una oferta importante-razonable de alojamientos y restaurantes, el valle ha sabido conservar su encantadora paz natural.



Seguimos relajándonos. Hoy toca ruta turística. Tras el desayuno nos recogen para comenzar una excursión que durará todo el día, recorreremos el Valle Sagrado surcado por el río Vilcanota o Urubamba, donde hace unos días iniciamos el Camino Inca. Visitaremos las ferias artesanales Corao y Pisac, y los conjuntos arqueológicos de Pisac y Ollantaytambo.

Una vez visitada la feria artesanal indígena de Corao, ubicada en unas espaciosas naves, continuamos hacia uno de los puntos más elevados convertido en excelente mirador, donde tenemos extensas vistas a todo el Valle Sagrado con sus fértiles huertas regadas por el río Vilcanota.

Seguimos hacia el conjunto arqueológico de Pisac para ingresar por Qantusraqay a 3.446 m.s.n.m. El complejo arqueológico se sitúa en lo alto de un cerro desde donde se domina buena parte del Valle Sagrado. Está compuesto por grupos de andenes y estructuras arquitectónicas dispersas en las laderas y en lo alto del cerro.

Según el arqueólogo y etnohistoriador John Rowe, Písac habría sido parte de la heredad del Inca Pachacútec, quien pudo haber ordenado su edificación. Por su situación y sus características específicas, podemos decir que fue un centro incaico de gran importancia. 

Actualmente se cree que Písac fue una especie de “hacienda real” del inca Pachacútec y, por lo tanto, “pertenecía” a su panaca o grupo de parentesco. Como la mayoría de estas “haciendas”, Písac se compone de núcleos dispersos de andenería, estructuras domésticas y ceremoniales.

Estas construcciones destacan por la calidad de su mampostería. La ubicación del complejo es estratégica: muy cerca del Cusco, a la entrada del Valle Sagrado y en el camino a la selva. El nombre de Písac viene, probablemente, del quechua pisaq, “perdiz”, gallinácea abundante en la zona.

Según el arquitecto Ángel Silva, la forma del asentamiento recuerda a la de dicha ave, lo que se relacionaría con la supuesta usanza de los arquitectos incas de crear sus asentamientos siguiendo trazos figurativos de animales o aves a las que apreciaban.

Desde las ruinas arqueológicas se domina visualmente casi todo el Valle Sagrado. Obtenemos extraordinarias vistas de todos sus rincones. Poco a poco vamos retornando al punto de inicio  saliendo del recinto, donde nuestro transfer nos traslada hacia el pueblo actual de Pisac.

En Pisac visitamos un taller de artesanía donde trabajan la famosa plata de Perú, y proseguimos hacia un restaurante con un hermoso jardín junto al río Vilcanota, donde tenemos concertada la comida amenizada con música folklórica peruana en directo.

Llegamos a Ollantaytambo. Desde varios kilómetros antes de arribar, a la altura de la localidad de Pachar, por ambos lados del valle en las laderas de las vertientes, encontramos un agrupamiento de andenes paralelos entre ellos, con paramentos formidables inclinados hacia el cerro con peldaños que salen encajados en los muros.

La Casa Real del Sol o fortaleza, y Ollantaytambo en su totalidad, aún conserva el trazado de la planificación urbana del incanato. Está conformada por 17 terrazas superpuestas, una sucesión de andenes rectos y amplios orientados hacia el lado de la plaza y el pueblo; el grupo superior de Andenes, corre transversalmente respecto al grupo anterior y a mayor altura.

El Templo del Sol es un impresionante conjunto arquitectónico destruido casi en su totalidad, quedan las inamovibles piezas que conforman un lienzo pétreo que por su solidez, volumen y por su forma de ensamblar resistió la embestida de los extirpadores de idolatrías y también repelió a los saqueadores de tesoros.

Se piensa que todo el conjunto formo el Templo del Sol del que solo ha quedado la pared occidental formada por 6 piedras de pórfido rojo y entre ellos listones que caben con increíble exactitud. Subir hasta lo alto de las terrazas ha sido un duro ejercicio que hemos tomado con paciencia, debido a su altitud sobre el nivel del mar.


De regreso nos detenemos en Chincheros, demostración del proceso de hilado, teñido y tejido en telares con lanas de oveja y alpaca, comprobando que aún practican esta técnica con las mismas costumbres de los Incas. Fue excelente comprobar este proceso ecológico en el Valle Sagrado. 

PUNO: LAGO TITICACA, EL MAR DE LOS ANDES.

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Algo tiene el Titicaca. Algo que despierta sensaciones irracionales, de misterio; inquietante en ocasiones y, otras, de una relajante placidez. Uno de esos lugares que forman parte de la mítica del viaje. El intenso azul oscuro de su superficie atrae a los viajeros, llegados desde los confines del planeta, al tiempo que los atemoriza. Sobre todo al conocer que en determinadas zonas los fondos se encuentran a más de 280 metros bajo las aguas. También por el hecho de que navegar a casi 4.000 metros de altura es algo que, a buen seguro, debe ir en contra de la naturaleza humana… La realidad, como tantas veces ocurre, contradice el sentido común, y lo cierto es que el lago, compartido por Perú y Bolivia, es uno de los principales reclamos turísticos de ambos países. Un lugar de inconfundible estética, cultura y gastronomía andinas, por el que navegan hoy, como hace miles de años, los caballitos de totora, pequeñas embarcaciones confeccionadas con las hojas y tallos de ese junco, muy común en las zonas lacustres y pantanosas de América del Sur. Esa misma planta es la base de otra de las particularidades del lago: las islas artificiales realizadas por los uros, comunidad indígena que hasta mediados del pasado siglo interactuaba con el lago en una prodigiosa armonía. Cuando se desembarca en una de estas islas se tiene una extraña sensación, como de estar caminando sobre un mullido colchón vegetal. Muchos las denominan islas flotantes, aunque la realidad es que están bien asentadas sobre el fondo del lago. Eso sí, las auténticas están del lado peruano, en Bolivia se han construido algunas desde 2007 con fines turísticos. Convendría exponer algunos datos para comprender la importancia y singularidad del Titicaca en este entorno de alta montaña; su longitud máxima es de 204 kilómetros por 65 de anchura, con una superficie de más de 8.500 kilómetros cuadrados, variable en función de las estaciones y los aportes hídricos, que se concentran, sobre todo, durante los meses de enero a marzo. Tiene un perímetro costero de 1.125 kilómetros y el volumen de agua alcanza los 890 kilómetros cúbicos. Agua que alimenta a numerosas plantas autóctonas, como las 21 especies acuáticas y semiacuáticas, incluida la ya mencionada totora –que ocupa el 70 por ciento de la superficie de la Reserva Nacional en Perú–, la yana llacho (que se usa habitualmente en los acuarios), la purima y la lenteja de agua. En el lago abrevan numerosos animales, entre los que destacan varias especies de camélidos, como la llama, la vicuña y la alpaca, cuyes –roedor muy representativo de la Cordillera Andina– y zorros. También aves como la parihuana (o flamenco andino) y ánsares, como la guayata, distintas especies de patos y zambullidores, además de la garza blanca grande, la gaviota alpina y el cóndor. Comparten hábitat con diversas especies de anfibios, como la rana gigante del Titicaca, y de reptiles, como los diferentes tipos de lagartijas. Muchos de los animales se alimentan de la variada fauna íctica, con peces como el suche, el carachi, la trucha y el pejerrey, aunque estos dos últimos hayan llegado hasta aquí de la mano del hombre.


Dejamos el Cusco y nuestro bonito hotel Munay Wasi. Ayer fue una jornada entera de viaje en autobús, pero bien organizada. A la hora indicada nos vinieron a recoger para trasladarnos a la estación con destino a Puno en el Incaexpress, con guía hispano y una señorita que servía bebidas calientes.


Durante el recorrido fuimos parando para visitar los atractivos que se encuentran en ruta. Nos detuvimos en la Capilla de Andahuaylillas, cruzamos por el puente colgante Inca, en el Templo Pre Inca de Racchi, comida incluida en Sicuani, contemplamos los nevados en Abra la Raya y visitamos el pequeño museo de Pukara.

Hoy, instalados en nuestro nuevo hotel Casa Andina Classic Puno, después del desayuno nos han recogido para llevarnos al puerto del Lago Titicaca para trasladarnos en canoa a las Islas de los Uros y más tarde a la Isla Taquiledonde comeremos. Hoy tenemos jornada marítima a más de 3.800 metros de altitud.

Nuestra lancha motora, de aspecto deportivo y confortables asientos, tiene capacidad para unas 25 personas y guía nativo. Partimos del puerto rumbo a las islas artificiales de los Uros; hace un esplendido día y las aguas del lago tienen un intenso color azulado. Será un viaje de unos 30 minutos.


Mirando hacia atrás vemos en la orilla del lago las edificaciones de Puno hacinadas en las laderas de las montañas. Entramos en una especie de canal flanqueado por plantas de totora donde nos cruzamos con otras lanchas que vuelven, quizás las que dan servicio de provisiones y transporte a los Uros, habitantes de estas islas.

A la llegada a las islas nos detenemos en una especie de control donde el Kamisaraki, alcalde del lugar, decide en qué isla vamos a ser recibidos. Desde hace años los Uros se auto gestionan en comunidad para que todas las familias reciban aproximadamente el mismo número de turistas y vendan sus artesanías.


Una vez decidida la familia que nos corresponde, nuestra canoa se dirige a su isla. A ritmo pausado, bordeando las demás islas a las que van llegando otras canoas. Comenzamos a ver algunas cabañas o casas hechas con palos y totora, así como, los primeros caballitos de totora como llaman a sus embarcaciones.


Al desembarcar somos recibidos por el jefe familiar y nos sentamos sobre troncos alrededor de unas cabañas. Es una rara sensación caminar sobre la totora seca. El guía hace una introducción delante de un bloque de tierra y raíces de totora, para que veamos que las islas no son flotantes; los Uros cortan la totora y viven sobre ella.


Con los tallos de la totora fabrican sus cabañas y sus embarcaciones, pero también consumen sus tallos más tiernos, de color blanco que nos dan aprobar, con un sabor bastante dulce. El Kamisaraki nos relata cómo viven; de solteros en una simple embarcación, de recién casados le añaden  una pequeña cabaña, hasta que la comunidad les construye una en la isla.


Leímos algo sobre los niños, no quieren que les den golosinas, por lo que nosotros compramos lápices de colores que Susi les iba dando, consiguiendo grandes sonrisas. La mayoría de niños estaban en brazos de sus madres, otros apenas caminaban y no tenían edad escolar.


También nos mostraron en un cuenco grande de barro la diversidad de pescados que pescan en el Lago Titicaca, son de tamaño pequeño pero muy variados. La carne la consumen de las aves que cazan y luego desecan al sol. Nos muestran las coloridas prendas con escenas cotidianas que tejen las mujeres.


Luego, embarcamos en uno de sus caballitos de totora manejado a golpe de remo y damos un breve pero relajante paseo por las aguas del lago, pasando cerca de otras islas. Aunque hay nubes de evolución, el día es precioso y las islas resaltan en el azul intenso de las aguas.


Al regreso las mujeres han preparado sus puestos para exponer sus artesanías, cada familia tiene las suyas y se distinguen por pequeños matices que aportan cada una. Poco a poco nos vamos reagrupando para embarcar de nuevo en nuestra lancha y volvemos a surcar el Mar de los Andes con destino a la Isla de Taquile.


La isla de Taquile recoge la mayor cantidad de tures autóctonos, ya que sus habitantes organizan y administran personalmente todo lo relacionado al turismo de su isla, acogiendo en sus propias casas a los visitantes, a modo de preservar sus milenarias costumbres. En el embarcadero hay un pequeño control.

En ella habitan alrededor de 350 familias, las que siguen estrictamente las costumbres incas, en donde los tres preceptos más importantes del imperio continúan vigentes como ley: No robes, no seas holgazán y no mientas. En esta isla se pueden apreciar ruinas incaicas y sus pobladores, personas muy hospitalarias y alegres, organizan paseos y excursiones especiales a los turistas del lugar.

Vamos subiendo por un empinado camino, ancho y bien cuidado, entre casas y algunas huertas. Hay que subir muy despacio, volvemos a estar cerca de los 4.000 metros de altitud. Nos adelantan habitantes de la isla cargados con enormes cestas. Dentro de la isla no existen medios de transporte moderno.


Al borde del camino hay algunos niños exponiendo las artesanías de la isla, sobretodo en tejidos. Como en la isla de los Uros, Susi va repartiendo lápices de colores que tímidamente agradecen. Alcanzamos la parte superior, donde más casas hay edificadas y las terrazas agrícolas son extensas.











Tienen una gran plaza rodeada de edificios, un restaurante y un almacén de artesanía tejida en el que se puede subir a la terraza con buenas vistas; también un poste con paletas y las distancias en kilómetros a muchas capitales del mundo. Marchamos hacia nuestro restaurante.

Todos los restaurantes pertenecen a la comunidad y cada semana son regentados por una familia, de manera que todos participan y tienen las mismas oportunidades. El nuestro está en la ladera de la sierra mirando al Lago Titicaca, que siempre nos parece el mar, tal es su grandiosidad.

Tenemos preparada bajo unos toldos, una extensa y alargada mesa para todos los comensales. Nos sirven primorosamente, caldo de verduras, arroz, quinua, papas, ensaladas, pescado, todo producido en la isla. Mientras comemos, los miembros más jóvenes de la familia, amenizan con bailes y danzas.


Nos muestran cómo tejen sus coloridos tejidos y tras los postres y las infusiones nos invitan a participar en algunas de sus danzas. Comenzamos a desfilar hacia el embarcadero por camino distinto al de subida, y como es lógico con un fuerte desnivel de bajada entre terrazas y bancales.

Con hermosas vistas al Mar de los Andes, llegamos al embarcadero y nuestra lancha, que en media hora nos deja de nuevo en Puno. Nos trasladan a nuestro hotel. Descanso recordando la colorida visita de hoy, y la inmensidad del Lago Titicaca. Buena ducha y salimos a buscar restaurante para la cena.


AREQUIPA, PERÚ

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Arequipa es la capital y mayor ciudad del Departamento de Arequipa, es la sede del Tribunal Constitucional y la «Capital Jurídica del Perú». También conocida como la «Ciudad Blanca». Es la segunda ciudad más poblada del Perú después de Lima, alcanzando el año 2014 los 869.351 habitantes según proyecciones del INEI. Arequipa constituye un importante centro industrial y comercial del Perú y gracias a su notable actividad industrial es catalogada como la segunda ciudad más industrializada del país; dentro de su actividad industrial destacan los productos manufacturados y la producción textil de lana de camélidos con calidad de exportación; por lo que la ciudad mantiene estrechos vínculos comerciales con ChileBolivia y Brasil; vínculos con las ciudades conectadas por medio del Ferrocarril del Sur, así como con el puerto de Matarani. La ciudad fue fundada el 15 de agosto de 1540, bajo la denominación de «Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunta» en nombre del marqués don Francisco Pizarro y el 22 de setiembre de 1541 el monarca Carlos V en Cédula Real ordena que se la llame «Ciudad de Arequipa». En el periodo virreinal adquirió importancia por su sobresaliente papel económico, y se caracteriza por el fidelismo hacia la Corona Española, recibiendo títulos como «Muy Noble y Muy Leal» y el de «Fidelísima» por parte de la corona. En la historia republicana del Perú la ciudad adquiere mayor protagonismo en el campo político, siendo foco de rebeliones populares, cívicas y democráticas, y ha sido también cuna de sobresalientes figuras intelectuales, políticas y religiosas del país. En la época republicana se le otorga el título de «Heroica ciudad de los libres de Arequipa». Su casco histórico se extiende sobre una superficie de 332 hectáreas y fue declarado por la Unesco como «Patrimonio Cultural de la Humanidad», el patrimonio histórico y monumental que alberga y sus diversos espacios escénicos y culturales la convierten en una ciudad receptora de turismo nacional e internacional, en su casco histórico destaca la arquitectura religiosa virreinal y republicana producto de mezcla de características europeas y autóctonas,que constituyeron a una propia escuela estilística denominada «Escuela arequipeña» de crucial importancia en toda la región y cuya influencia llegó hasta Potosí (Bolivia). Una tradición cuenta que el inca Mayta Cápac recibió una petición de sus súbditos al llegar al valle del Chili. Éstos le solicitaban el permiso de quedarse en la comarca para poblarla, pues quedaron maravillados por la belleza del paisaje y la suavidad del clima. El inca respondió "Ari qhipay" (en quechua: "Sí, quedaos"); ésta fue la etimología que utilizó el padre Calancha y que fue traducida por J. Ignacio Gamio. Otra versión del origen del nombre de la ciudad es la del padre Blas Valera y la del Inca Garcilaso de la Vega que sostiene que el origen del antiguo nombre proviene de una antigua voz aimara, "ari qquepan", debido a que los nativos llamaban así a un caracol marino cuya concha usaban a "guisa de trompa bélica" y que en castellano significa "trompeta sonora". Otra etimología, expuesta por el quechuólogo cusqueño Juan de la Cruz Salas y Sánchez y el historiador Ernst Middendorf,toma en cuenta el hecho que la región recibió un intenso poblamiento de colonias de origen altiplánico y que el nombre proviene de la expresión aimara "ari qhipaya" o "ariq qipa", de ari (agudo, filoso o puntiagudo) y qhipaya (detrás), que significaría "detrás del pico", haciendo referencia al cono volcánico del Misti, que domina el horizonte arequipeño.

Ayer en Puno, y antes de partir hacia Arequipa a las 15:00 horas, tuvimos toda la mañana libre. Después del desayuno en el hotel salimos sin rumbo fijo, es lo bueno de tener hoteles céntricos. Al ser domingo todo está muy tranquilo. Callejeamos hasta el Parque Pino y entramos a la colorida iglesia de San Juan.

Llegamos a la amplia Plaza de Armas con sus bonitos ejemplares de pino recortados. En el frontal destaca la hermosa facha de la Catedral de Puno.  Este templo, es un edificio colonial que fue levantado en el siglo XVII y que fue creado bajo la protección de la Virgen de la Inmaculada Concepción.


Desde uno de los laterales de la catedral nos llamó la atención la enorme estructura de un cóndor en lo alto de una colina. Vimos indicaciones en una calle y fuimos a visitarlo. Para llegar al Mirador Kuntur Wasi, término quechua que significa Casa del Cóndor hay que superar un buen número de gradas y 620 escalones.

Lo tomamos con mucha calma y vale la pena llegar. Con una envergadura de 11 metros, la construcción presenta la figura de un cóndor, ave tutelar d los Andes, hecha totalmente en metal, la cual en posición de vuelo está apoyada sobre un pedestal que simularía ser su hogar. Las vistas al Lago Titicaca son impresionantes.
Descendemos paulatinamente, buscamos un restaurante para tomar algo ligero y retornamos al hotel. A la hora prevista nos trasladan a la estación de bus Cruz del Sur, con destino Arequipa. Son 6:30 horas de viaje pero dada la confortabilidad del bus ni nos dimos cuenta. Asientos-cama, pantallas individuales y asistente para refrigerio y bebidas calientes.
Instalados en nuestro nuevo Hotel Casa Andina Classic Arequipa, esta mañana después del desayuno nos recogen para hacer una visita privada a los miradores de Carmen Alto y Yanahuara, Monasterio de Santa Catalina, Plaza de Armas, la Catedral, Iglesia y Claustros de la Compañía de Jesús. Desde la terraza del hotel de tenemos una impactante vista del Misti.
Nos corresponde una agradable guía y un transfer que nos llevan en primer lugar al Mirador de Carmen Alto, para contemplar el valle del Chili y el gran cono del volcán Misti con sus 5825 m.s.n.m., que constituye un elemento fundamental y determinante de la belleza paisajística de Arequipa, convirtiéndose así en un gran recurso turístico.
El mirador de Yanahuara, conjunto de bellos arcos de sillar construidos durante el siglo XIX, es un lugar de visita obligada, pues permite admirar la bella ciudad blanca de Arequipa, teniendo una vista panorámica de sus tres volcanes (el Misti, Chachani, y el Pichu Pichu). También podemos observar escritos grabados de gente ilustre de la ciudad de Arequipa.
La iglesia de Yunahuara es una de las más representativas del arte mestizo arequipeño y entre las más hermosas de Arequipa, con una ubicación estratégica que domina todos los paisajes. Data de 1750, construida en piedra de sillar, de distinguida fachada barroca y sobrio interior. 
Continuamos caminado hacia el Centro Histórico, Arequipa es una ciudad limpia y turística con muchos atractivos, terrazas y tiendas de calidad. Entramos a la ancha y espaciosa Plaza Mayor o Plaza de Armas de Arequipa, es uno de los principales espacios públicos y el lugar de fundación de la ciudad.
Ubicada en el Centro Histórico de Arequipa, a su alrededor está la Catedral en el norte, los Portales de Arequipa al este, sur y oeste. La Iglesia de la Compañía de Jesús al sureste. La Iglesia de Nuestra Señora de la Merced al suroeste, y en el centro de la plaza una pileta de bronce.
La Iglesia de la Compañía es considerada como la mejor creación del estilo mestizo arequipeño, en la que las ordenes, cornisamientos y frontondes constituyen el marco para desarrollar la profusa decoración de la técnica aborigen. Además de contener piezas únicas del Arte Cusqueño. Es Patrimonio Cultura de la Nación, con denominación de Arquitectura Religiosa.
Los Claustros de la Compañía de Jesús se construyeron adosados al Templo en 1738. Por poco tiempo fue local del Colegio Jesuita “Santiago”, ya que luego se ordenó la expulsión de los Jesuitas en el año 1767. En 1788 a solicitud del Obispo Chávez de la Rosa, parte d los Claustros pasaron a ser hospicio de niños huérfanos.
Salimos de nuevo a la calle y entramos en algunos comercios por ver las prendas de calidad con lanas de alpaca. Pasamos por los restaurantes de Gastón Acurio, Tanta y Chicha unidos por un patio interior, para llegar al Monasterio de Santa Catalina de Siena. En este recorrido nos acompaña otra guía distinta.
El Virrey Francisco Toledo, durante su visita a Arequipa fue informado por el cabildo sobre su deseo de fundar un monasterio de monjas. Ello lo motivó a otorgar las licencias necesarias para la fundación del "Monasterio de Monjas Privado de la Orden de Santa Catalina de Siena".
Años más tarde, Doña María de Guzmán, viuda de Diego Hernández de Mendoza, mujer hermosa, rica y joven que no tuvo hijos, decide recluirse en el monasterio en construcción, cediendo para ello todos sus bienes. El 10 de setiembre de 1579 se hace la memoria y capitulación de la fundación del monasterio.
Firmada entre el Cabildo, Justicia y Regimiento de la Ciudad y Obispado del Cusco, luego de firmar el documento se entrega cuatro solares, propiedad de la ciudad, para el funcionamiento del monasterio y se nombra a Doña María de Guzmán "primera pobladora y priora de dicho Monasterio".
Pertenece a la Orden Dominica y alberga todavía monjas de clausura en una zona reservada, quienes conducen la Iglesia de Santa Catalina adyacente al Monasterio. Constituye un monumento de gran magnitud, construido sobre un terreno de más de 20.000 metros cuadrados.
Tiene tres claustros, múltiples calles y pasajes, alrededor de ochenta casas que fueron viviendas religiosas, una plaza y una pinacoteca, entre otros. Es muy apreciada su colección de más de 400 pinturas, la mayoría de la escuela cusqueña. Totalmente construido en sillar, es uno de los valores arquitectónicos de la América Virreinal.
Su estilo arquitectónico es fundamentalmente colonial, pero de naturaleza mestiza. A diferencia de otras construcciones virreinales de esta parte de América Latina, en Arequipa y especialmente en Santa Catalina, se observa la fusión de elementos españoles y nativos, a tal punto que generan una creación propia.
Sor Ana de los Ángeles falleció el 10 de Enero de 1686. No fue necesario embalsamar su cuerpo, por el buen olor que despedía. Fue enterrada en Coro del templo del Monasterio. Diez meses después, el cadáver fue exhumado y encontraron el cuerpo fresco, sin mal olor. Ese mismo año presentaron una petición para que la venerable monja pase a ser la primera Santa de Arequipa, proceso que todavía no ha llegado a su fin.

Terminada la visita fuimos directamente a los restaurantes de Gastón Acurio y elegimos el Chicha por su menú autóctono, con un Chupe de Camarones (cangrejos de río) realmente delicioso. Descansamos en el hotel hasta que nos llevaron al aeropuerto para el vuelo con destino Lima, y al día siguiente llegar a Paracas.

LAS LÍNEAS DE NAZCA, PERÚ

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Entre las poblaciones peruanas de Nazca y Palpa descansa uno de los más grandes misterios arqueológicos de todos los tiempos. El desierto, uno de los más áridos del planeta, fue el hogar de la cultura Nazca, que entre los años 200 a.C. y 600 d.C. creó un conjunto de gigantescos geoglifos, sólo visibles desde cierta altura, que forman figuras animales, humanas y geométricas. Desde que los arqueólogos empezaron a estudiar las figuras, en los años treinta del siglo XX, se han sucedido decenas de teorías sobre su creación, su significado y, sobre todo, su utilidad. Hoy sabemos con bastante certeza que los habitantes de la zona crearon los geoglifos retirando las piedras enrojecidas de la superficie para que se viera la arenisca blanca que se encuentra debajo pero ¿qué les llevó a crear esas gigantescas figuras? En un principio los arqueólogos pensaron que las líneas no eran más que caminos, pero cobraron más fuerza otras teorías que aseguraban que las figuras constituían “centros de adoración” pensados para agradar a una divinidad situada en las alturas, e, incluso, formaban un gigantesco calendario, que tenía como propósito apuntar al sol y los cuerpos celestes. El hecho de que las líneas de Nazca no fueran más que caminos no parece lo más atractivo, pero un grupo de arqueólogos japoneses que ha revelado la situación de 100 nuevos geoglifos de Nazca cree que la primera teoría, que fue formulada por el antropólogo peruano Julio Cesar Tello –el primero que estudió seriamente el yacimiento–, podría ser en parte acertada. Los investigadores de la Universidad Yamagata, liderados por el doctor Masato Sakai, han presentado sus hallazgos en la convención anual de la Sociedad Americana de Arqueología, que se celebró el pasado mes de abril.Para entender la relación entre las distintas imágenes, Sakai y sus colegas analizaron la localización, el estilo y el método de construcción de los nuevos geoglifos y descubrieron que existen cuatro tipos diferentes de figuras que tienden a agruparse en diferentes rutas, todas ellas con el mismo destino: la ciudad preinca de Cahuachi. Hoy sólo queda en pie una pirámide, pero entre el año 1 y el 500, cuando la urbe vivió su esplendor, era un centro de peregrinación de primer orden y, a todas luces, capital de la cultura Nazca. Los investigadores han descubierto que los geoglifos no sólo varían en cuanto a forma, también en cuanto a tipo de construcción. Algunas figuras están formadas tras retirar las piedras de su interior y otras tras apartar sus bordes. Según los arqueólogos japoneses, las figuras de Nazca fueron construidas por al menos dos culturas bien diferenciadas, con técnicas y simbolismos diferentes, que pueden observarse en los geoglifos que trazan el camino de su zona de origen a la ciudad de Cahuachi.  “Los geoglifosdel tipo A y B (que corresponden a imágenes de cóndores y llamas) se localizan en el área adyacente al Valle de El Ingenio, pero también en el camino que va desde allí a Cahuachi”, ha explicado Sakai a Livescience. “Parece razonable asumir que los geoglifos del tipo A y B fueron dibujados por un grupo del Valle de El Ingenio”. Los arqueólogos descubrieron que los dibujos cambiaban notablemente en la región más cercana al Valle de Nazca, y la ruta que va de allí a Cahuachi. Gracias a la UNESCO, las líneas de Nazca son Patrimonio de la Humanidad desde 1994.

Ayer, por la tarde tomamos el vuelo Arequipa-Lima, recepción y traslado al hotel Casa Andina Classic Miraflores, donde ya estuvimos alojados. Tiempo para ir a cenar, preparar nuestras maletas, aquí dejaremos la mitad de nuestro equipaje para la vuelta, y a dormir; a las 03:45 sale nuestro bus Cruz del Sur con destino Paracas.

Durante el trayecto hemos descansado confortablemente y llegamos a primera hora de la mañana a la estación de bus de Paracas, que es un chiringuito en toda regla, con cañas de bambú y techumbre. Nos trasladan al Hotel San Agustín Paracas y aquí cambia todo, estamos junto al mar. Nos da tiempo a desayunar.


Hasta las 10:40 horas no nos recogen para ir a sobrevolar las Líneas de Nazca. Mientras tomamos posesión de las hamacas junto a la espectacular piscina. Paseamos por la playa, delimitada por dos embarcaderos, con canoas y barcas de pesca fondeadas; contemplamos pelícanos pescando y majestuosos cormoranes sobrevolando las aguas.

Es un mar diferente a los que hemos conocido, aparentemente tranquilo y de un azul más tenue. En la orilla podemos observar distintas aves marinas de especies autóctonas. No aconsejan bañarse en la playa por la existencia de medusas y rayas. Nos vienen a recoger para ir al aeródromo de la ciudad de Pisco.

Hay una pequeña e impaciente espera mientras preparan nuestro aparato. Nos sentimos algo nerviosos, no hemos volado nunca en avioneta. Somos doce pasajeros más piloto y copiloto, pero no vacilamos cuando nos dan permiso para salir a la pista. Hay varias avionetas y jets, la nuestra es OB-2021-P.


Tenemos tiempo de fotografiarnos individualmente junto a la avioneta antes de subir a bordo. Seis pasajeros a la derecha y seis a la izquierda, como nuestra reserva está hecha con mucha anterioridad, tenemos los asientos números uno y dos, detrás del piloto y del copiloto; a la vista tenemos todos los mandos y pantallas.


Cada pasajero tiene su ventanilla para mirar, al ser los primeros tenemos las alas muy cerca. El consejo primordial es mirar cada uno por su ventanilla y procurar no hacer movimientos bruscos de cabeza para evitar los mareos. Rugen los motores en espera de la autorización de la torre de control para inicial el vuelo.

Nos movemos hacia la pista central y llega la orden de despegar. Nos elevamos con facilidad y no hay ninguna sensación de fragilidad, pero tenemos que ir acostumbrándonos al persistente ruido de los motores. De repente el mar. Sobrevolamos la zona de los hoteles donde estamos alojados y la península de Paracas.

Giramos hacia la zona desértica. Según el copiloto tardaremos unos treinta minutos en comenzar a observar los geoglifos. Sorprendentemente, en medio del desierto aparece una especie de oasis, una gran extensión surcada por una corriente de agua con campos y sembrados en plena producción.


Luego, tras unas montañas blancuzcas, vemos otro estrecho y verde valle,  con plantaciones y arboledas, un lugar asombroso en medio del desierto. De nuevo el desierto en el que distinguimos dos geoglifos algo indefinidos y borrosos, pero si ampliamos las fotos veremos que son la “Ballena” y parte del “Loro”.

El copiloto nos alerta de que vamos a observar el “Astronauta”. Primero harán una pasada virando a la derecha y luego otra a la izquierda, debemos esperar para mirar por nuestro lado, evitando movimientos bruscos que nos puedan marear. El “Astronauta” se percibe netamente sobre una ladera marrón.

Lo realmente emocionante son los virajes a derecha e izquierda de la avioneta, acojonante la sensación. El peso de mi cámara réflex con el objetivo 18-200 es de poco más de un kilo, cuando el viraje es a la izquierda, mi lado opuesto, la gravedad hace que sienta un peso de varios kilos que tengo que sujetar.

La carretera Panamericana atraviesa el desierto y la mayoría de los geoglifos están al lado de ella. El siguiente es el “Colibrí” que también resalta sobre una superficie oscura y es uno de los más populares. Viene la “Araña”, también ampliando la foto, asombroso por la complejidad de su dibujo.

Los siguientes son más difíciles de ver sobre la parduzca arena del desierto, pero ampliando las fotos logramos distinguirlos. Primero el “Cóndor” con sus garras y alas desplegadas. A continuación, junto a la carretera tenemos las “Manos”, bien definidas y, el “Árbol” con sus ramas y raíces.

La mayor o menor visibilidad depende del horario del vuelo y de las condiciones meteorólogas de cada día. Finaliza nuestro itinerario sin haber visto todos los geoglifos. Hemos visto otra avioneta en vuelo, quizás, cuando hay más gente dividen los itinerarios. Aterrizamos, y desde el aeródromo nos trasladan a nuestro hotel.

Tarde apacible en las instalaciones del hotel con buenas vistas contemplando el vuelo alto del cormorán. Con las bucólicas luces del atardecer salimos a pasear y buscar un agradable lugar para cenar en la bahía de Paracas.

LAS ISLAS BALLESTAS Y EL GEOGLIFO CANDELABRO, PERÚ

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Las Islas Ballestas son unas islas que están en el Océano Pacífico, próximas a la costa del Perú. Se encuentran 260 km al sur de Lima, en las cercanías de la ciudad de Paracas en la provincia de Pisco. El nombre se los dieron los conquistadores españoles, dada la gran cantidad de cuevas y arcos, semejantes a las ballestas, que el bravío oleaje ha esculpido en las rocas. La abundante vida que existe en la bahía de Paracas y las islas se hace posible gracias a las corrientes frías de Humboldt. Esta corriente es la que llena las aguas de las Islas Ballestas de plancton y microorganismos, enriqueciendo aún más este mar con cardúmenes de peces como lenguados, cojinovas, corvinas, toyos y anchovetas. Cuando pensamos en pingüinos rápidamente los asociamos con el frió de la Antártida. El pingüino de Humboldt es la única especie de pingüino en el Perú. Vive en las costas desérticas de Perú y Chile. Pasa la mayor parte de su vida en el mar, en la corriente peruana de Humboldt. Otro nombre que se les da a estos pingüinos, es Pájaro Niño. Estos pingüinos comen anchoveta y pejerrey y viven hasta 20 años. Tienen dos polluelos al año e incuban el huevo 40 días. Sus nidos lo hacen en el suelo excavando, o los depositan en el guano. Los pingüinos son aves que no pueden volar, pero se han adaptado muy bien a la vida acuática. Son excelentes nadadoras y buceadoras. Tienen en su cuerpo dos capas de plumas que son impermeables al agua y al viento. Una vez al año cambian su plumaje. Los pingüinos de Humboldt pueden adaptar la forma de la cornea de su ojo para ver bien bajo y sobre la superficie del agua. Tienen una coloración para confundir a los peces, un pico especial para atrapar peces. A diferencia de las aves voladoras sus huesos son densos para ayudar en el buceo. Estos pingüinos están en peligro de extinción debido a amenazas naturales como el fenómeno del niño y también por reducción de sus zonas de anidación, captura y consumo, pesca con dinamita y uso como mascota. Miles de aves marinas vuelan entre las Islas Ballestas y pueden llegar a verse sus nidos sobre las rocas, entre ellas tenemos al pelícano, cóndor, piqueros, flamencos, etc. El grupo de los mamíferos de las islas está compuesto por la gran colonia de lobos marinos apostados en las playas de rocas que golpean el oleaje, luchan ferozmente para mantener la hegemonía de su harén, compuesto normalmente por doce hembras. Los delfines también visitan con frecuencia las aguas alrededor de las Islas Ballestas.

Nos levantamos temprano. Hoy tenemos una ruta marítima a las Islas Ballestas. Amanece un día apacible y despejado. Aquí el verano ha terminado, es principio de otoño y la ocupación hotelera es baja, pero el flujo de las excursiones de las Líneas de Nazca e Islas Ballestas es constante.

Tras el desayuno nos trasladan al cercano muelle artesanal de El Chaco, donde hay otro hotel de categoría superior al nuestro. Entramos por sus bonitos y bien cuidados jardines para llegar al final del embarcadero. Nuestro grupo es reducido y por lo tanto nuestra lancha deslizadora es menor y con menos potencia.

Nada más subir a la lancha, indispensablemente hay que colocarse los chalecos salvavidas, abundante crema solar y protegerse la cabeza con sombrero o gorra, que queden bien sujetos si no queremos perderlos al primer embate de aire. Arrancamos con fuerza abriendo estelas en el mar que nos salpican de agua.

En seguida llegamos a una suave colina de arena en la que se encuentra otro de los enigmas pendientes. Un candelabro inmenso dibujado sobre la cambiante superficie de arena, sin que jamás se haya borrado. Sus grandes dimensiones y su diseño sobre la arena permiten distinguir una relación con las líneas y geoglifos de Nazca.

El mástil principal mide aproximadamente 183 metros de altura, en tanto que toda la figura abarca una amplitud de 60 metros. Su inclinación en relación al mar es de 40 grados de longitud máxima. Los pilotes laterales alcanzan una longitud de 60 metros desde su origen hasta la cumbre, la anchura de los brazos es de 3,20 metros, y los surcos que los hacen visibles tienen una profundidad que varía de 1 y 1,20 metros.


Proseguimos la navegación sujetándonos fuerte a la embarcación. Pronto tenemos a la vista los primeros islotes y otras islas más grandes con los primeros arcos o ballestas que el mar ha perforado. La lancha se detiene a una distancia prudencial para que podamos ver la gran cantidad de aves que hay sobre ellas.

En la parte de arriba la superficie está casi blanca debido al guano que las aves depositan. También existen diversas plataformas de madera muy cerca de los acantilados,  a modo de tenderetes donde las aves se posan y defecan, facilitando con el tiempo su recolección.


El guano es el mejor fertilizante natural que existe en el planeta y su forma de recolección es bastante particular. Las islas Ballestas, hogar de casi cuatro millones de aves migratorias como cormoranes o pelícanos, producen casi 20 toneladas por año. El guano peruano tiene gran demanda por auge de la agricultura ecológica, la cual  sustituye los abonos químicos por los de origen orgánico.


Por lo general, la recolección de guano tiene interrupciones. Durante ciclos de 10 años, la mayoría de las islas que se utilizan para tal fin, no son explotadas. En todo este tiempo un vigilante solitario cuida el excremento que depositan las aves. Pasado el tiempo citado, la isla queda cubierta por una capa de estiércol de dos metros de de espesor.

Debido a sus altos niveles de nitrógeno y fósforo el guano es utilizado como fertilizante. A partir de la concentración de dichos componentes también se puede elaborar el superfosfato. El suelo deficiente en materia orgánica puede hacerse más productivo abonándose con guano.
Desde hace tiempo no se puede desembarcar en las Islas Ballestas para no alterar su ecosistema. Llegamos a otros puntiagudos islotes y tenemos la suerte de admirar de muy cerca unos ejemplares de león marino que retozan sobre las rocas sin dejar rugir. En el otro lado una pareja de chuitas anidando.
Rodeando el gran islote y en una especie de playa apartada está la gran colonia de leones marinos, parece una veraniega playa abarrotada en temporada alta. Hay numerosas crías nacidas hace pocos meses y se distinguen los enormes machos dominantes con sus harenes de doce hembras por cada uno. El estruendo es ensordecedor.
Hemos visto pocos ejemplares de pingüinos de Humboldt, que quizás estén atareados anidando. Cuando pensamos en pingüinos rápidamente los asociamos con el frió de la Antártida. El pingüino de Humboldt es la única especie de pingüino en el Perú. Vive en las costas desérticas de Perú y Chile. Viramos para regresar al embarcadero.
Regresamos al hotel para un buen baño en la piscina, comer y descansar. Luego salimos a pasear por la bahía de Paracas, no hay nada como ver atardecer con un pisco sour en la mano mientras deliberamos dónde nos apetecer cenar esta noche.
No podemos estar quietos. Mañana nos queda un poco de tiempo antes de partir hacia Lima, y por nuestra cuenta nos vamos a la Reserva Nacional de Paracas, un enorme desierto de amarillos y rojizos atípicos bañado por el mar, con su hermosa Playa Roja, cerca de donde se ubicaba La Catedral, formación rocosa que destruyó el terremoto del 2007.
Al mediodía nos recogen, y con el bus Cruz del Sur volvemos a Lima, para cenar, reagrupar equipajes y a las 06:30 horas al aeropuerto, vuelo Lima-Madrid con trasbordo a Alicante y fin del viaje. Traemos varios miles de fotos, pero en nuestras mentes ha quedado grabado a fuego: INOLVIDABLE.



EL MONTE BOLÓN Y LA SIERRA DE CAMARA

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Fue a finales de la década de los cincuenta, concretamente en 1959, cuando se incorporó por primera vez como paso previo a la cabalgata de Reyes de Elda, el descenso por el monte Bolón de los antorcheros, anunciando así la llegada a la ciudad del séquito real. Desde entonces, y de forma ininterrumpida, se ha venido realizando este descenso que anuncia año tras año, gracias a la colaboración del grupo de montaña del Centro Excursionista Eldense, la noche de la magia y de la ilusión, para niños y mayores. El concejal de Fiestas, Francisco Muñoz, quiso agradecer públicamente a los montañeros del Centro Excursionista que “mantengan viva esta tradición”, en la que el Ayuntamiento eldense colabora aportando un total de trescientas antorchas. El responsable del grupo de montaña del Centro Excursionista Eldense, Miguel Juan, explicó que cuando se inició la actividad, que el próximo año cumplirá medio siglo de existencia, eran apenas unos pocos los que tomaban parte en la misma. Ahora se contabilizan alrededor de mil quinientas personas, y las antorchas se distribuyen básicamente entre los niños. El encendido de las antorchas tiene lugar a las seis menos cuarto de la tarde y, al margen de los cerca de trescientos montañeros del Centro Excursionista Eldense, participan montañeros de otros puntos de la provincia al tratarse de una actividad considerada única en toda España. A ellos se suman alrededor de un millar de personas, básicamente de Elda y de Petrer. Para el presidente del Centro Excursionista Eldense, Rogelio García, supone “un orgullo poder realizar esta actividad, que de forma tradicional lleva la ilusión a todos los ciudadanos en la noche de los Reyes Magos”. Así, tras el descenso de las antorchas por el monte Bolón, da comienzo la cabalgata con la llegada en camello de los tres magos de oriente, que recorre el itinerario habitual desde la Avenida de Monóvar, por las calles San José de Calasanz, Nueva, Antonio Maura, Avenida de Chapí, Padre Manjón, Antonino Vera, José María Pemán, Dahellos, Ortega y Gasset, Nueva y Colón, hasta la plaza del Ayuntamiento, donde los Reyes realizan la Adoración ante el Belén viviente, y se dirigen a los niños de Elda desde el balcón principal del Ayuntamiento tras ser recibidos por la alcaldesa de la ciudad. (Alicante Vivo)
CÓMO LLEGAR: Por la autovía A-31 dirección Elda, salida nº 207 ELDA SUR/MONOVAR, entrar a Elda hasta la Avenida de la Melva. Aparcar junto al IES La Melva.
COMPONENTES: VICENTE, PATRO Y PEPE.
ITINERARIO: LA MELVA / ENLACE / CIMA MONTE BOLÓN / SENDERO DEL CAPUCHINO / SIN SENDA / CASA DE DON LAMBERTO / POCICO ALONSO / DERECHA / CIMA DE CAMARA / AL REGRESO DCHA. / SENDERO SANTA JUANA / DEJAR SENDA / LA CUCARACHA / CASA DEL MARÍN / LA MELVA.

LA RUTA:Hasta ahora habíamos subido al Monte Bolón y a la sierra de Camara por separado, pero hemos encontrado un track de pausalamandra que los une en una bonita circular. El día está perfecto para caminar, aunque tenemos muchas posibilidades de que caigan unas gotas. Esta madrugada ha llovido dejando un agradable aroma a tierra mojada.


Iniciamos desde el IES La Melva, donde ya tenemos una visión del Bolón, cruzamos por debajo el estrecho puente del ferrocarril, para continuar por la izquierda. Junto a la verja del Corral de la Pacheca se cruzan varios PR’s señalizados con paletas de madera; seguimos hasta enlazar con la senda de los Reyes Magos.


Dejamos el asfalto tomando el sendero de la derecha donde tenemos una preciosa vista de la Silla sobre las casas de Elda. Seguimos rodeando por la derecha las faldas de la sierra con una senda muy clara que sube junto a las rocas, pero antes de subir, llegados a un punto balizado, dejamos la senda de los Reyes Magos y continuamos por la derecha.


Comenzamos a subir bordeando una vaguada de suaves lomas que vamos superando. Hacía atrás volvemos a tener vistas más elevadas de la Silla y la ciudad. En el otro lado también tenemos una vista completa de la sierra de Camara y las paredes del Marín por delante.

Enlazamos con otra senda de subida más directa y pronto tenemos a la vista, aunque hoy no pasaremos por ella, la cruz de hierro erguida sobre el Peñón del Trinitari por la Unión Excursionista Eldense, en memoria de los montañeros fallecidos. Nos queda el último repecho y llegamos.


Cima del Bolón (652 m.). No tiene punto geodésico y la marcan con un montón de piedras y una delgada vara con unas cintas al aire. Este lugar es utilizado para lanzarse con parapente. Pese a lo nublado del día tenemos buenas vistas a los cuatro costados. Hasta en la cumbre hay gente cogiendo caracoles.


La bajada la iniciamos por la parte de atrás, utilizando la senda de los capuchinos, que en un trayecto diligente nos desciende entre pinos y bonitas formaciones rocosas de piedra caliza con numerosas cavidades. En la parte baja, cerca de una casa abandonada, dejamos el sendero haciendo un tramo campo a través.


Atravesamos por una pequeña rambla y unas lomas con matorral bajo hasta conectar con otro camino de tierra que, nos sigue subiendo suavemente a hasta la Casa de don Lamberto donde tomamos unos hidratos de carbono junto a su pozo. Proseguimos en clara dirección a las Peñas del Marín.


Pasamos cerca de antiguas zonas abancaladas, hoy en abandono, para llegar al Pocico Alonso. Entrañable paraje para los eldenses que ha sido remozado recientemente. También es un importante cruce de senderos. Lo superamos por la derecha, siguiendo las indicaciones del PR-CV 25 dirección Salinas.


La subida se va agudizando en las cercanías de la sierra de Camara que comenzamos a rodear por la izquierda y donde ya vemos gente pululando en su cumbre.  Llegamos a una especie de collado donde tomamos un camino ancho, teniendo otra vez vistas a Elda y la Silla, también a un arco natural en una formación rocosa.


Sin dejar de subir rodeamos la sierra y sus bonitos contrafuertes, para desviarnos por la derecha y comenzar a subir en dirección a la cumbre, donde en su peñón más alto se distingue el punto geodésico. En un punto marcado en el track, giramos de nuevo a la derecha. Tras la cima volveremos a este punto para seguir rodeando la sierra.


Después de un bonito tramo por la parte alta de la sierra llegamos a la cima de Camara (841 m.). En las nubes se abren algunos claros y tenemos buenas vistas a Elda, Sax y la sierra de Salinas. Tomamos el merecido almuerzo y deshacemos sendero hasta el punto anterior, donde continuamos por la derecha.


Entramos en la umbría de la cara norte haciendo una bajada ágil por el interior de un pequeño barranco de exuberante vegetación, con abundantes pinos y matorral alto. Enlazamos con el PR-CV 221 y el sendero de Santa Juana que nos pasea a media ladera con vistas a bonitas casas de campo y a la población de Sax.


Proseguimos dando la vuelta ahora con vistas a la Silla y los últimos chalets. Volvemos a dejar el sendero por la izquierda, para realizar un corto tramo libre en dirección a un bancal de olivos, tras el que enlazamos con otro camino de tierra y cruzar la carretera en el collado de La Cucaracha.

Marchamos cerca de las Peñas del Marín que se ha convertido en una de las escuelas de iniciación por excelencia. Cuenta con una zona de escalada clásica con vías de 2 largos y unos 60 metros, y con varias zonas de escalada deportiva. La predominancia de 5º y 6º grado y su cercanía a las poblaciones de Elda y Petrer hacen que sea una de las más concurridas de la zona. 


Se acelera la bajada hasta llegar a las Casas del Marín, caserío que todavía está activo con un buen corral de ganado. Llaneamos por la Rambla de la Melva recorriendo su sinuoso cauce hasta que aparecen las primeras casas y llegamos al puente del ferrocarril y nuestro coche.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Pocico Alonso)
DISTANCIA: 16,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:20 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 841 M. (Cumbre de Camara)
ALTURA MÍNIMA: 390 M. (IES La Melva)
DESNIVEL POSITIVO: 750 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 750 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

FONT DELS XORROS, PENYÓ RAPEL, AITANA Y EL CASTELL DE ALFOFRA.

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El Castillo de Aljofra está situado en un espolón rocoso, llamado Penya del Castell, que se sitúa a unos dos kilómetros al sureste de la ciudad alicantina de Confrides, perteneciente a la comarca de la Marina Baixa. También es conocido con el nombre de Castillo de Alfofra, como se conocía al poblado cercano a la fortaleza antes de la construcción de la actual Confrides. A él se accede a través de una pista forestal que sale de la propia localidad de Confrides y que nos deja a los pies de la fortaleza. Los últimos cientos de metros hasta ella hay que realizarlos necesariamente a pie.  La población debió ser originariamente una alquería musulmana, probablemente del siglo XII. El castillo originariamente pudo constituirse como una torre de vigía o de defensa de dicha alquería, que posteriormente se convertiría en la fortaleza islámica. Fue conquistada por las tropas del Rey Jaime I el Conquistador y donada, en el año 1264, a Vidal de Sarriá, señor de Callosa, incluyendo a Confrides en territorio de su señorío hasta que muchos años después pasara a manos de su hijo Bernat de Sarriá, y con posterioridad éste lo cediera al Infante Pedro y más tarde a las casas señoriales de Cardona y Ariza. En el transcurso de las guerras con Castilla, en el siglo XIV, los castellanos se apoderaron de la misma, manteniéndola en actividad durante largo tiempo. La población y la fortaleza sufrieron las cruentas acciones de armas durante el periodo de la rebelión ocasionada por el decreto de expulsión de los moriscos  en el año 1609. Durante la Guerra de Sucesión, la población apoyaría en todo momento la causa borbónica, y su castillo tuvo una gran importancia estratégica dada su privilegiada situación. La fortaleza presenta un estado actual de casi ruina. Aun así, se pueden observar una cantidad notable de los elementos del antiguo castillo, en especial sus amplios lienzos de muralla en fábrica de tapial y un gran parte de la estructura cilíndrica de dos de sus torres de defensa, en fábrica de mampostería. También quedan restos bastante conservados de otra de las torres, en forma de cubo de planta rectangular, también fabricado en mampostería. La última torre, al norte de la fortaleza, presenta un estado más lamentable, estando casi toda ella desmochada. El conjunto de torres y lienzos de muralla nos da una idea aproximada de las dimensiones de la fortaleza de Confrides, que en su tiempo debió ser considerada como una de las importantes de la comarca de la Marina Baixa.
CÓMO LLEGAR: Por la Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucia, Polop, Guadalest y Benifato. Antes de entrar al pueblo girar a la derecha por una estrecha carreterita que va a la Font de Partagat. Unos dos kilómetros antes de llegar, girar a la derecha por una pista asfaltada, y antes de cruzar el pequeño puente, hay espacio para aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: INICIO / FONT DELS XORROS / SENDA A LA CUEVA / COVA DE ALFAFARA / CIMA DE PARTAGAT / PENYÓ RAPEL / ENLACE PR-CV 20 Y 21 / FONT DE L’ANOUER / FONT FORATA / PAS DE LA RABOSA / SIMAS DE PARTAGAT / HACIA LA CUMBRE / ANTE-CIMA AITANA / BASE MILITAR / FONT FORATA / DEJAR CAMINO / SEGUIR RECTO / CRUCE CASTELL / CASTELL DE ALFOFRA / FINAL.
LA RUTA:Sorprendente Aitana. Seguimos encontrando rutas nuevas o distintas en algunos aspectos. Aunque conocíamos la Font dels Xorrets, nunca iniciamos ruta desde ella, hoy todo ha sido innovar, excepto el clásico recorrido de la parte alta de Aitana a partir de la Font Forata.
Iniciamos por la izquierda, cogiendo la sendita que en pocos metros y entre abundante vegetación, nos lleva a la Font dels Xorrets; poco ha cambiado su aspecto desde nuestra última visita, quizás el caudal de la cortina de agua que hoy es muy tenue. Seguimos esquivando la vegetación hasta meternos en el cauce del barranco.
En este lado, el Barranco de Alfafara es estrecho y pedregoso, agobiado por los pinos con abundantes zarzas y matorrales. Vamos con la vista puesta en un gran pivote rocoso junto a unas laderas de inclinada pendiente. Pronto nos llama la atención a la izquierda, la extraña forma de la cueva.
Cova de Alfafara, (en algunos mapas como de la Favara) situada en el cauce del barranco del mismo nombre tiene una estrecha boca de entrada en forma de globo aerostático, ancha y redondeada en la parte de arriba y estrecha y puntiaguda abajo. Su interior es angosto y húmedo, con una cavidad que desciende profundamente.
 Hacemos otro pequeño tramo por el lecho del barranco hasta situarnos debajo de unos farallones rocosos; salimos del cauce para empezar a subir la terrible pedrera en la empinada ladera. Hay que tomárselo con calma, a golpe de GPS o buscando las partes más firmes de la torrentera, esquivando los roquedos por la izquierda.
Es un trecho realmente duro, pero vale la pena el esfuerzo. En la parte alta las vistas son imponentes a todo el valle y al frontal de Aitana. Alcanzamos la cima de Partagat (1.127 m.) Éste es el gran peñón que vemos desde la Font de Partagat, con sus impresionantes cárcavas y oquedades que lo agujerean.
Por senda de ganado un poco difusa proseguimos hacia nuestra segunda cima de hoy, descendemos  en dirección a una especie de vaguada con vegetación y un bosquete de pinos. Es la única conexión que hay para llegar al Penyó Rapel. Un mar de espinosas aliagas y otros pinchos varios, imprescindible el pantalón largo.
Aunque son de distinta índole, dudo entre la dureza de los pinchos o de la torrentera. Con las piernas laceradas contoneamos la bonita cresta del peñón, asomándonos a privilegiados miradores, aunque la nubosidad nos acorta las vistas. Cima del Penyó Rapel (1.209 m.) desde la punta, su verticalidad es temible
Avanzamos ahora por senda más definida alejándonos del peñón hasta conectar con los senderos PR-CV 20 y 21 en dirección al Pas de la Rabosa, teniendo como referencia los artilugios de la base militar. A partir de ahora y hasta que regresemos de la cima recorreremos los clásicos itinerarios de Aitana.
Comienza un entretenido sube y baja de cortos desniveles superando las lomas que componen las faldas de la sierra. Subimos hasta la Font de l’Anouer con su constante caño de agua fresca que desagua en su cuadrada balsa y el deteriorado nogal que sigue resistiendo el paso de los años.
Tras largas lazadas el camino se ensancha, pasamos por uno de los Clots de Neu de Forata en regular estado de conservación y nos elevamos hasta la Font de la Forata, cruce de caminos y senderos. La tradicional fuente con escalonadas piletas donde antiguamente abrevaba el ganado.
El día se está cerrando más, amenazando con dejar caer unas gotas. Nos dirigimos por el Sender Botánic hacia el Forat de Forata, que apenas se distingue entre la bruma, y el emblemático Pas de la Rabosa, donde debido a unos derrumbes han vuelto a reafirmar la subida entre las rocas.
Salimos a las enigmáticas Simas de Partagat, son como heridas abiertas en la montaña y producidas por un cataclismo. Algunas de ellas tienen una profundidad descomunal, para los que tengan vértigo mejor verlas acostados en el suelo. En el pequeño rellano herboso giramos a la derecha.
Emprendemos la subida a la cima. Es un sendero que remonta la dura loma rocosa; a mitad del mismo, nos acercamos bordeando los precipicios. Llegamos a la segunda cima de Aitana (1.545 m.) con un mojón de piedras, es la que utilizamos los montañeros, ya que el vértice geodésico (1.557 m.) está dentro del recinto militar.
Almorzamos protegiéndonos de las cuatro gotas que caen y comenzamos a descender por el inclinado sendero junto a la verja militar. Atravesamos un bosque de espeso pinar para llegar de nuevo a la Font Forata,donde ahora proseguimos por el camino balizado de la izquierda.
Poco después dejamos el PR por otro camino que nos desciende por la derecha haciendo largas lazadas en un bonito entramado de pistas de tierra por el Pla de Martxeli. Más tarde dejamos el camino por un sendero; la bruma comienza a invadirnos. En un próximo cruce seguimos recto por el Pla de les Moles.
Llegamos al cruce donde nos desviamos para atacar la subida al Castell, vemos los dos puntiagudos pivotes y el Castell situado en el de la izquierda. La bruma se condensa acortando mucho la visibilidad. Desde el collado giramos a la izquierda para afrontar la subida, apenas vislumbramos los torreones y algún lienzo de muralla.
Castell de Alfofra o Confrides(1.117 m.) La fortaleza presenta un estado actual de casi ruina. Aun así, se pueden observar una cantidad notable de los elementos del antiguo castillo, en especial sus amplios lienzos de muralla en fábrica de tapial y un gran parte de la estructura cilíndrica de dos de sus torres de defensa, en fábrica de mampostería.
También quedan restos bastante conservados de otra de las torres, en forma de cubo de planta rectangular, fabricado en mampostería. La última torre, al norte de la fortaleza, presenta un estado más lamentable, estando casi toda ella desmochada. El conjunto de torres y lienzos de muralla nos da una idea aproximada de las dimensiones de la fortaleza de Confrides, que en su tiempo debió ser considerada como una de las importantes de la comarca de la Marina Baixa.
Regresamos al collado donde en una bajada rápida enlazamos con otro camino, pasando por una especie de refugio en la base del Castell, y proseguir hasta conectar con la carreterita asfaltada que nos dejará en el inicio de la ruta. Si no fuera por la subida de la pedrera y el mar de pinchos la dificultad seria moderada. Si estáis bien físicamente y os gusta un poco de aventura, vale la pena.
VER RUTA EN WIKIILOC:
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Font dels Xorros, Font de l’Anouer y Font Forata)
DISTANCIA: 16,7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:30 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.558 M. (Aitana)
ALTURA MÍNIMA: 815 M. (Barranca de Alfafara)
DESNIVEL POSITIVO: 912 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 912 M.

DIFICULTAD:ALTA. (Por el desnivel de la pedrera y el mar de pinchos.)

MAPA DE ÁFRICA, PLA DE LA CASA PER LA CANAL Y LA SERRELLA PER ELS FRARES

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A pocos metros de la cima del Pla de la Casa a 1.375 metros de altitud y en un entorno muy escarpado se sitúan los restos de una torre de planta rectangular, muy erosionada y arrasada. Data del siglo XI, durante la época de mayor actividad constructiva de castillos en la Comunidad Valenciana, siglos XI al XIII, a causa del desmembramiento del Califato de Córdoba. Es muy probable que correspondan a los restos del Castillo de Xeroles, que aparece nombrado en diferentes documentos del siglo XIII, durante la época de Jaime I. En el recinto se han encontrado resto de cerámicas de los siglos XI-XIII. Está situado en un lugar estratégico fácilmente defendible y se convierte en una espléndida atalaya de vigilancia. La red de husún (Castillos) de bilâd Balansiya (Pais Valenciano) no formaba una línea defensiva articulada, si no que, principalmente fue construida por las comunidades locales para las defensas de las aljamas, aunque también tuvieron fortalezas estatales. Entre los castillos solía haber una articulación visual, con lo cual se podía alertar a la población para que se refugiara en caso de ataque. No hay ninguna constancia documental del uso de la fortaleza  después de la conquista cristiana. Quizás sea alguno de los castillos que fueron destruidos por los cristianos para evitar que fueran utilizados por la población musulmana, en caso de rebelión. Otros se convirtieron en el símbolo y la garantía del dominio de una minoría recién llegada (los cristiano) sobre los pobladores de estas tierras durante siglos (los moriscos). La última referencia escrita fue la donación de Jaime I, de los castillos de Seta (situado en Balones) y Xeroles a Bella d’Amichi y su hijo Roger de Llúria: Jaume I dóna a Bella i al seu fill Roger a perpetuitat, com a heretat franca, els castells de Seta i Xeroles.
CÓMO LLEGAR: Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de los túneles de la Font Roja, Salida en la nº 449 a BENILLOBA, continuar por la CV-70 a Benilloba, seguir hasta Benasau y el Port d’Ares, llegar al Rincón de las Mermeladas (antiguo restaurante del Rincón de Olvido); a unos metros hay un camino a la izquierda, donde podemos aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: INICIO / CONTADOR / A PIE DELS BARDALS / SENDA A LA PENYA / PENYA DE ÁFRICA / COLL BORRELL / INICIO PEDRERA / BASE PAREDES / AL PIE DE LA CANAL / SUBIENDO CANAL / POU DE NEU / CIMA PLA DE LA CASA / BAJADA DEL PLA / PINO / FONT ROJA / SENDA FRARES / COVA FORADADA / FRARES / DURA PENDIENTE / TREPADITA / PISTA / CRUCE CIMA / RECINGLE ALT / SENDA DCHA. / BAJAR BARRANCO / CONTADOR / FINAL.

LA RUTA:Hoy le vamos a dar una vuelta de tuerca más a las rutas clásicas de la Serrella y el Pla de la Casa. Pasaremos por el Recingle Finestra, conocido por el mapa de África, que Pepe no ha visto y subiremos por una canal, este tramo es nuevo, a los restos del Castell de Xeroles y cima del Pla de la Casa.

Iniciamos desde un camino que hay poco después del Rincón de las Mermeladas, donde estuvo el restaurante el Rincón del Olvido. Se podría dejar el coche un poco más arriba acortando un poco la ruta. Pronto tenemos a la vista la cresta rocosa dels Bardals donde a la izquierda vemos la “V” del Contador.


El camino se va encrespando y las vistas hacia atrás se amplían con las lomas de la sierra de Aitana, en una de ellas se pueden distinguir los lienzos de las murallas del Castell de Alfofra. Por la derecha, al final de la cresta podemos divisar y ampliar con el objetivo de la cámara el agujero de la Penya de África vista por detrás.








Dejamos el camino por una empinada senda que serpentea bordeando el Barranc del Pinar hasta la base de las paredes. Se ensanchan las miradas a Aitana y al mar, con la extraordinaria silueta de las crestas de Bernia. Cesa la vegetación en un entorno duro y pedregoso que tenemos que salvar.


Llegamos a la escotadura del Contador. En su base podemos observar las dos vertientes, por ahora dejaremos de ver Aitana para centrarnos en la Serrella. Bajamos por la derecha sin llegar al cauce del Barranc Fort, siguiendo los rastros de una senda por la umbría de los pinos y cerca de la base de las paredes dels Bardals.

Transitamos por ella  junto a preciosas hiedras, enormes peñas y apriscos de ganado algo abandonados. A veces el trazo se disipa pero vuelve a aparecer más adelante. Iniciamos una corta subida a una plataforma rocosa para llegar al Recingle Finestra. Tenemos la primera  vista a los farallones del Pla de la Casa.







Bajar un poco pegados a la pared de la derecha aunque no veamos nada, y rodear el risco, no hay peligro y merece la pena.   Ante nosotros tenemos un enorme agujero en una gran peña, su contorno asemeja perfectamente al mapa del continente de África, o imaginando más, a la cabeza de un puma o a la de una pantera: Es el Recingle Finestra. Su acceso es asequible.


Regresamos a la rocosa loma donde tenemos una buena panorámica de la Mallada del Llop con reflejos del mar, y la gran peineta que forman los peñascosos farallones de la cima del Pla de la Casa. Tomamos el sendero que nos desciende hasta el Collado Borrell, donde confluyen varias sendas.

Proseguimos por la derecha, con el PR-CV 182 que sigue los contornos de la falda de la sierra hacia el Cantalar de Gil y la subida clásica de este PR. Pero antes de llegar, tenemos que estar atentos al Waypoint de inicio de la pedrera, donde giramos a la izquierda para comenzar a subir. Es un tramo muy empinado e incómodo.

Hay que ir buscando en la pedrera la zona de piedras grandes que son más estables y por las que  se avanza mejor. También, acercarnos a las paredes y desde su base, en diagonal ir superando el fuerte desnivel en tan corto espacio.  Debemos dirigirnos hacia el pie de los enormes farallones para localizar la canal.


La canal está situada a la derecha de la subida y forma una estrecha y alargada “V”. Una vez localizada, disfrutemos del entorno que nos rodea. Realmente agreste y espectacular con enormes agujas rocosas. Aparentemente no vemos salida, por lo que tenemos que ubicarnos debajo y frente a la canal.










Su tránsito es escalonado y en ascenso que se supera bien apoyando las manos; al final hay un pequeño escalón en la umbría donde creemos que vendrá lo complicado, y para sorpresa nuestra todo ha terminado, salimos a la zona llana que da nombre al Pla de la Casa, a 200 metros del nevero.


Ha resultado mucho más sencillo que lo que esperábamos y al ser una subida muy directa se ataja bastante. Enlazamos por la derecha con el sendero que va a la nevera del Pla de la Casa. Situada a una altitud de 1.350 metros en el término de Fageca, fue construida en el siglo XVIII.

La cumbre del Pla de la Casa (1.387 m.) está ubicada en un reducido montículo sobre los inapreciables restos del Castell de Xeroles, por lo que hay que tomar las debidas precauciones para subir a su pequeña cruz. Las vistas son de 360º y no importa que este nublado, son una pasada.


Regresamos al pozo de nieve y deshacemos camino hasta la subida de la canal, pero continuamos el sendero atravesando todo el llano que le da nombre a esta montaña. Hacemos el fuerte descenso, pero antes de llegar al Collado Borrel, dejamos el PR y por una sendita llegamos al pino acostado y la Font Roja.


Desde la Font Roja nos elevamos por PR-CV 24 para rodear a media altura la Serrella, con vistas espectaculares a los runares del Pla de la Casa. Una vez que giramos hacia la cara norte y antes de que el sendero comience a bajar hacia Cuatretondeta, seguimos recto tomando el itinerario dels Frares.

Les Agulles-Els Frares son un conjunto de pináculos de roca de hasta 50 metros de altura que reciben su nombre porque se asemejan a un conjunto de agujas y frailes. Son formaciones calizas del periodo Oligoceno (hace entre 20 y 30 millones de años).

Estas calizas presentan líneas de fractura perpendiculares entre sí que provocan al infiltrarse el agua de lluvia erosione las fracturas y paulatinamente las va ensanchando hasta provocar la morfología actual. La erosión provoca fragmentos de roca en la ladera que se conocen como pedreras o runares, son formaciones muy frágiles que hay que evitar deteriorar a nuestro paso.

Es un bonito trayecto que suele recibir muchas visitas, pero nosotros continuaremos un poco más hasta llegar al pie de la Cova Foradada. Para subir a ella hay un corto pero inclinado y algo incómodo tramo. En su interior hay que salvar un escalón y hacer una trepadita para salir por el agujero de su parte alta.


No es muy complicado pero hay que estar habituados a salvar obstáculos. A la salida el entorno es  salvaje y asombroso. ¡Qué maravilla!, estamos dentro del convento y rodeados de  Frares, esculturas pétreas de 30 o 50 metros de altura. Dejad correr la imaginación. Es fantástico. Por muchas veces que visite este lugar nunca dejo de sorprenderme.

Bajar un poco y seguir senda que nos va ascendiendo entre carrascas hasta un pequeño claro rocoso, comienza la parte más dura de la ruta, por la Mallada de les Cigales, por una empinada senda superamos el fuerte desnivel hasta un pequeño colladito desde donde se divisa en la otra parte, la caseta de vigilancia en la cumbre de la Serrella.

Enlazamos con  la senda que por la ladera comienza a descender suavemente hacia una zona de grandes pinos hasta enlazar con el camino que viene de la Penya de la Heura (1.351 m.) y que nos lleva por el Pla de la Salvia hasta el collado donde se cruzan todos los caminos. Torcemos a la derecha para llegar a la cumbre.


El Recingle Alt o cima de la Serrella (1.359 m.) Vemos a un bonito lagarto que ha perdido parte de su cola en alguna pelea pero ya le está creciendo. Encantadoras vistas a la sierra de Aitana y al Bérnia. Desandamos el sendero delimitado con estacas y sogas; y llegados al camino, por la derecha, ver mojón, tomamos una senda.

El nuevo sendero nos pasea por lo alto de la loma, donde tenemos una postal increíble del Bérnia con el mar y el pantano de Guadalest. En el collado seguimos por la ancha pista que nos van descendiendo entre grandes lazadas y nos deja en el Collado de la Caseta del Retor, donde está ubicado el depósito metálico para incendios.

Desde el collado continuamos la pista por la izquierda, para en un corto tramo dejarla por la derecha, bajando sin senda cerca de las ruinas de un corral de ganado, y dirigirnos de frente hacia el Contador. Conectamos con la senda de subida y llegamos a su base, cerrando el círculo de la senda de hoy.

Empezamos el inclinado descenso con precaución hasta enlazar con el camino que nos lleva hasta el coche. Estupenda ruta muy montañera; la calificamos de DIFÍCIL por los desniveles superados, técnicamente no hay dificultad y el paso de la canal es asequible, pero se requiere una preparación física adecuada.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (La Font Roja)
DISTANCIA: 15,0 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.379 M. Pla de la Caça)
ALTURA MÍNIMA: 906 M. (Inicio)
DESNIVEL POSITIVO: 1.210 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.210 M.

DIFICULTAD:DIFÍCIL.

LOS CAHORROS DE MONACHIL, RUTA CIRCULAR.

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El río Monachil, que nace en las altas cumbres, en el barranco de Cauchiles, a 3.000 metros de altitud, donde forma borreguiles de alta montaña. Baja por debajo de la estación de esquí y el barranco de San Jerónimo, formando barranqueras y, en algunos puntos, enormes cortados, bajo los que discurre, rápida, el agua de alta montaña. Junto a la localidad de Monachil, se encuentra un paraje denominado Los Cahorros. Es un espacio preparado para el paseo, de fácil recorrido, y que además se ha convertido en una de las mejores escuelas de escalada de España.  Una serie de senderos, con barandas, escaleras y puentes colgantes, se adentran en el corazón de este paraje donde abunda la vegetación de ribera y el matorral propio de tajos y cortados, en los que anidan las grajillas, y aves rapaces de pequeño porte. Es una ruta especialmente diseñada para las familias y quienes quieren disfrutar de una jornada en la naturaleza, junto al agua. Es un espacio cargado de biodiversidad, donde las especies asociadas a los cursos de agua de montaña encuentran un hábitat perfecto, que además está muy cerca de cultivos y una población, lo que favorece la existencia de comida para aves y pequeños mamíferos. La vegetación es la propia de ribera, con la presencia especial de Almez, que es muy difícil de encontrar en estado natural, no plantado por el hombre. El paraje de Los Cahorros es una zona de media montaña de materiales calizos, más jóvenes que los silíceos de las altas cumbres, lo que da lugar a formaciones más abruptas pero muy erosionables. El valle en ‘V’ del río Monachil, por su escasez de suelo, la acción humana y la altitud, da lugar a una vegetación de arbustos que convive con las plantas de ribera de río, como las mimbres, los álamos, los juncos y el espartal. Esto determina la fauna, rica en aves insectívoras y granívoras, anfibios y mamíferos como el jabalí y poblaciones de cabra montés.
CÓMO LLEGAR: Desde el pueblo de Monachil, a unos 8 km de Granada, tomar dirección a El Purche, pasar la Fuente del Piojo y el Bar el Puntarrón para llegar a la Era de los Portachuelos, donde aparcaremos el coche.
COMPONENTES: VICENTE, PEPE, TERE Y SUSI.
ITINERARIO: ERA DE LOS PORTACHUELOS / PUENTE CORTO / PUENTE CENTRAL DE LA VEGA / CUEVA DE LAS PALMAS / FUENTE DE LAS CHORRERAS / PUNTO DE REGRESO / PUENTE DE LAS CHORRERAS / MIRADOR 1 / MIRADOR 2 / DESVÍO / ERA DE LOS PORTACHUELOS.

LA RUTA:Fin de semana elegido para hacer los Lavaderos de la Reina desde Güejar Sierra, y al no poder estar quietos, de camino paramos en Monachil, para con nuestras parejas hacer esta divertida y popular ruta, comeremos por aquí para continuar luego a Güejar donde pernoctaremos y mañana haremos la ruta larga.

Hemos madrugado un poco por lo que llegamos a buena hora. Iniciamos desde la era de los Portachuelos vestigio de un pasado de cultivos de secano, trigo, centeno, espelta, avena e incluso cebada, cereales que cubrieron la mayor parte de estas tierras. Bajamos por la derecha para tomar por la izquierda otro camino.










Este camino llanea entre huertos y frutales; finalizado el mismo cogemos una vereda a la derecha, hacia los Cahorros Bajos que nos desciende entre barandas de madera para llegar a un pequeño puente colgante de poca longitud que tiene la salida cerrada por una valla. Retrocedemos y comenzamos a subir.







Vamos en dirección a la angosta entrada del desfiladero, siempre por sendero balizado con barandas y con abundante vegetación. Tenemos a la vista otro puente colgante que nos pasa a la otra vertiente, éste es de mayor longitud y por lo tanto se bambolea mucho más.


Proseguimos subiendo paulatinamente entre tramos de escaleras de piedra metidos en la umbría, en un entorno silvestre de grandes roquedos que esquivamos fácilmente y adentrándonos en el desfiladero. En algunos claros tenemos buenas vistas a los altos farallones por encima de la vegetación.









Llegamos a las ruinas de la casa del guardia de la antigua central eléctrica, y al emblemático puente colgante sobre el río Monachil llamado de Los Cahorros; se construyó hace 90 años con cuerdas y travesaños de madera, y se remodeló con materiales metálicos en el año 1970 siendo su longitud de 63 m.









Un cartel recomienda que no lo atraviesen más de tres personas al mismo tiempo para evitar posibles accidentes. Vemos la imponente caída de agua que abastecía la central. La palabra Cahorros, en el argot nevadense significa: surcos empinados y escabrosos en las laderas de los cerros.

A partir de este momento nos encontramos con la parte más interesante del recorrido, se trata de un estrecho y espectacular desfiladero, sobre una tubería que lleva el agua potable desde un manantial hasta Monachil, este paso no está exento de dificultad, sobre todo si el río va con mucha agua.

Hoy el agua es escasa pero no queremos mojarnos el calzado. De no venir agua se podría caminar por el lecho del rio, pero se le quitaría todo el encanto a la ruta. Se ha de progresar por el muro artificial, aunque siendo apto para todos los públicos, hay que contornearse para cogerse a unas grapas metálicas.

Sin embargo en algunos momentos hay que ir a gatas debido a que algunas paredes sobresalen a modo de cornisas, sobretodo en la zona donde nos encontramos con el túnel de las Palomas, túnel natural que dificulta el paso y en el que es mejor desprenderse de la mochila en algunos momentos.


Llaman la atención los paisajes, bóvedas, paredes y figuras rocosas llamadas álamos, formadas por la erosión del agua en el transcurso de los siglos. A la salida del túnel solo nos queda un paso angosto que superamos bajando del muro de la canaleta y volviendo a subir.


Este tramo está muy concurrido y decidimos tomar unas frutas en el cauce del río bajo la vegetación. La piedra caliza da paso a las dolomías y el valle da una curva, la vereda se adentra en el Parque Nacional por una vegetación de ribera. Se trata de un paraje más abierto, denominado Las Azuelas.


La vereda remonta la loma para descender poco a poco siguiendo el cauce del río Monachil. Es un paisaje espectacular que la primavera ha coloreado con primor. Llegamos a un poste informativo en el que giramos a la izquierda, bajando lateralmente hacia el cauce del río.


Vadeamos el río por el Puente de las Chorreras, junto a la fuente del mismo nombre. Nos elevamos con facilidad y a medida que nos alejamos del cauce la vegetación de ribera cambia. Nuestra marcha discurre por un entorno mucho más agreste, obteniendo las mejores panorámicas de los Cahorros.


Culminamos la parte más elevada atravesando una tranca que volvemos a dejar cerrada. Precioso tramo donde se crea un bello contraste al encontrarse con la Acequia de los Habices, estando custodiada en gran parte de su recorrido, por unos esbeltos álamos.


Atravesamos una dura zona de piedra caliza donde el sendero se desliza con altibajos formando una cornisa con un precioso mirador a una parte de los Cahorros. Distinguimos alguna de las veredas por las que hemos llegado. Pasamos por debajo del Cortijo del Cerrillo, en estado descuidado.

Pasado el cortijo y al rodear el siguiente cerro, cruzamos una zona rocosa de color negruzco para acceder a otro saliente, otro espectacular mirador hacia los Cahorros y a una inmensa peña caliza de verticales paredes en las que vemos progresar a un buen número de escaladores.

Después tenemos una maravillosa panorámica de las eras de los Renegrales. Al final de esta vereda, tras pasar por la linde de una serie de cultivos, llegamos al Camino de la Solana, que desciende hasta Monachil, pasando antes por la Era Portachuelos.

Imposible aparcar en Monachil, hay una carrera. Nos vamos a comer a Huetor Vega, y de allí a Güejar Sierra, descanso y buena ducha en el hotel. Más tarde salimos a picotear la cena paseando por sus floridos callejones.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Fuente de las Chorreras)
DISTANCIA: 8,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:20 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.051 M.
ALTURA MÍNIMA: 874 M.
DESNIVEL POSITIVO: 220 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 220 M.

DIFICULTAD:FÁCIL.

LOS LAVADEROS DE LA REINA DESDE GÜEJAR SIERRA

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En uno de los entornos más salvajes y naturales de todo el Parque Nacional de Sierra Nevada, los Lavaderos de la Reina, es el lugar donde nace el río Maitena. En este circo glaciar rodeado de inmensos prados verdes y que es famoso por la belleza de sus cascadas y de sus túneles de nieve en época de deshielo. Un paraje de gran valor medioambiental donde podemos encontrar numerosas plantas autóctonas y endémicas, y donde el principal protagonista es el agua en todas sus vertientes. Dentro de un entorno de alta montaña donde la ausencia de arboleda y los grandes pedregales son la tónica general, encontramos un oasis como éste, donde la flora y la fauna del lugar no te dejaran indiferente. El circo de los Lavaderos de la Reina recoge las aguas de la vertiente norte del Puntal de los Cuartos, Cobatillas y Puntal de Juntillas, dando lugar al arroyo de Cobatillas o Covatillas, aunque es considerado el nacimiento del río Maitena que, traducido al árabe significa, “el que hace la belleza”. Cuentan que la Reina Fabiola de Bélgica solía visitar este lugar de Sierra Nevada en compañía del Rey Balduino, y que un día dijo: “Si una reina viniese a lavar aquí, ganaría en nobleza”. De ahí lo de Lavaderos de la Reina. Ruta de espectacular belleza por uno de los lugares emblemáticos de la primavera de Sierra Nevada.
CÓMO LLEGAR: Track de acceso desde Güejar-Sierra hasta la Loma de los papeles, donde está el inicio del sendero los Lavaderos de la Reina. El acceso es bastante complicado, la mayor parte del recorrido es por una pista en no muy buenas condiciones, por lo que es aconsejable hacerlo con un 4X4. Son unos 13 km en 55 minutos. http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2975368
COMPONENTES: VICENTE, PEPE, MANOLI Y RAFA.
ITINERARIO: PARKING 1 / CADENA / CRUCE DE REGRESO / VÉRTICE DE PAPELES / REFUGIO PEÑA PARTIDA / LAVADEROS DE LA REINA / CATARATA / ACEQUIA DE PAPELES / CRUCE REGRESO / CADENA / PARKING 1.

LA RUTA:Después de picotear anoche por Güejar Sierra, descansamos bien y hoy hemos madrugado. Pero de poco ha servido porque el tramo de acceso al inicio de la ruta tiene mucha miga. Estábamos tan hartos que hemos aparcado en el primer Parking cuando podíamos haberlo hecho 600 metros después.

El día no es frio pero soplan ráfagas de aire que moldean extrañas nubes. Iniciamos tomando el carril que conduce a los Corralejos en la loma de Maitena. Hay poca gente a estas horas y una pareja comienza por delante de nosotros. En los demás aparcamientos apenas hay coches. Traspasamos la cadena.

En el primer tramo el espectáculo es alucinante para nuestros ojos ya que es un mirador natural de la alta montaña de Sierra Nevada, donde destacan Alcazaba, Mulhacén, Cerro de los Machos, Veleta…Alcanzamos a la pareja, nos hacemos fotos y decidimos caminar juntos.


Tomamos una vereda por la derecha para ir ascendiendo suavemente por la loma hasta llegar a un pequeño collado, donde encontramos restos de la antigua Acequia del Tío Papeles. La vereda, que no tiene pérdida, presenta diferentes derivaciones que nos permiten acercarnos a distintas formaciones rocosas.


Poco después nos desviamos para acercarnos al vértice geodésico de Papeles (2.424 m.) solitario en medio de la loma. Regresamos a la vereda principal. El aire no molesta mucho y mantiene despejado el paisaje, aunque seguimos medianamente abrigados.

Proseguimos por el Llano del Lastonar, de nuevo en la vereda que va descendiendo hasta enlazar con la pista que nos llevará directos al Refugio Peña Partida. Poco antes de llegar, dejaremos a nuestra izquierda la senda por la que regresaremos después de visitar los Lavaderos de la Reina.

Refugio de Peña Partida (2.480 m.) Desde aquí son impresionantes las vistas panorámicas a la cabecera del Río Vadillo y las caras norte del Puntal de los Cuartos (3.152 m.), Atalaya (3.139 m.) y Pico del Cuervo (3.145 m.). Tomaremos a su espalda una marcada vereda, dejando unas formaciones rocosas y una pequeña cueva, que a veces se usa como refugio.

Ganamos altura por la Loma de los Cuartos hasta llegar a la entrada de la cuenca de los Lavaderos de la Reina. Desde lo alto el paisaje cambia por completo, a nuestros pies podemos contemplar diferentes manantiales y riachuelos, el Cerrillo de Poco Trigo y las impresionantes moles de los Tajos Negros de Cobatillas y el Puntal de Juntillas.

La zona conserva algo más de nieve que el año pasado por estas mismas fechas, que llegamos desde el Corral de Turón. Está claro que si queremos contemplar el deshielo en su pleno apogeo habrá que realizar la ruta durante el mes de abril como máximo.


Tanteamos el largo nevero que tenemos a nuestro lado y decidimos prescindir de los crampones; no hay hielo y siguiendo la huella de las pisadas de ayer, apoyados con los bastones se progresa perfectamente, siempre por tramos laterales y con poca inclinación.


En la bajada cruzamos otras lenguas de nieve de menor extensión y bordeamos para esquivar grandes formaciones rocosas y enormes roquedos, que con sus colores negruzcos, pardos y verdes metálicos contrastan con la blancura casi inmaculada de la nieve.


Una vez bajo, debemos remontar rodeando el Cerro de Poco Trigo (2.665 m.) para alcanzar la vereda que procede de la entrada de la cuenca y que nos permitirá alcanzar la zona alta de los Lavaderos de la Reina, encontrándonos en el punto más elevado de nuestra ruta.


Alcanzamos el inicio del cauce del arroyo Covatillas que comienza a tomar fuerza en su bajada, lo rodeamos y bajamos por el otro lado para llegar al fondo. Seguimos el cauce del riachuelo hasta encontrar un lugar algo protegido tras unas rocas, para nuestro merecido almuerzo, con buen vino y té.


Reemprendemos la marcha buscando el cauce del arroyo y atravesando varios neveros a nuestro paso. Quizás la mayor diferencia que notamos con respecto al año pasado es la ausencia de borreguiles  y zonas encharcadas. Una cabra posa para nosotros mientras ramonea.


Debemos seguir el cauce del arroyo que vadeamos varias veces, para empezar a bajar escalonadamente. Pronto tenemos la primera cascada en el sentido de bajada. Si ahora está impresionante, con hielo y mucha más nieve, hace quince días estaría de cine. Nos vamos turnando para las tandas de fotos.


Es la única a la todavía le queda nieve acumulada y el agua corre por debajo saliendo más adelante. Su caída de agua forma un impresionante rosetón en donde es difícil saber si el agua cae o brota hacia arriba. Tenemos suerte de que la gente no ha llegado todavía y podemos recrearnos.

Viene un tramo casi recto y pedregoso de suave inclinación, luego borreguiles parduzcos que nada tienen que ver con el verde brillante del pasado año. Una tanda de escalonadas gradas y un fluir de aguas turbulentas, con el Puntal de Juntillas moteado por la nieve.

Llegamos a otra cascada, es como un grada más elevada que las demás y todavía conserva parte de un nevero a uno de sus laterales. La perspectiva hacia arriba es preciosa y de tal magnitud, que dudo que en toda Sierra Nevada haya otro paraje con esta belleza salvaje y singular.


Comenzamos a cruzarnos con gente que sube y que ha llegado por la Acequia de Papeles. Creo que es mucho mejor el sentido de nuestra marcha viniendo desde Peña Partida, después todo es bajar. El cauce se estrecha y el agua cae con estruendo encajonada en una larga caída.

Nuevas y escalonadas gradas de agua torrencial, dan paso a otro enclave rocoso algo más vertical y donde tenemos que usar las manos para descenderlo. La cascada es estrecha y encajonada, pero igual de bonita. A medida que perdemos altura van desapareciendo los neveros.


Ganamos la última catarata, la primera en el sentido de subida. Por un pequeño pasadizo y con cuidado de no resbalar, accedemos a la parte alta, cercana a la gran caída de agua. Luego volvemos atrás para seguir bajando. Frontalmente tiene dos preciosas chorreras que luego se unen.

De frente tenemos los borreguiles en la parte llana y vemos como el arroyo Covatillas se divide en dos, el cauce se va por la derecha y por la izquierda comienza la Acequia de Papeles que será nuestra referencia a seguir. Vamos dando las últimas miradas hacia atrás despidiéndonos de este esplendoroso paraje.

La Acequia, que en estos momentos va a cielo abierto presenta una anchura considerable (de algo más de un metro) y se encuentra rodeada de un pequeño borreguil donde no es difícil de contemplar diferentes endemismos tanto de la fauna como de la flora de Sierra Nevada, hasta pasado el Tajo de los Monteses, donde la acequia se entuba.

A partir de aquí, ya dejaremos la acequia, que continúa debajo de un camino que sale a partir de éste punto, para iniciar el ascenso por una vereda muy marcada y que rodea la Loma de los Cuartos, atravesando la cabecera del Barranco de los Monteses hasta llegar a la Meseta de las Borregas, en un largo tramo cómodo, pero muy tedioso.

A través de un falso llano se llega al carril en la Loma de Peña Partida, donde cerramos el círculo de la ruta y, ya por sendero conocido, volvemos a tener las magistrales panorámicas de las grandes alturas de Sierra Nevada. Alcanzamos la cadena y por fin el coche.

Nos despedimos de Rafa y Manoli intercambiando correos y teléfonos. Llegamos al hotel para una buena ducha, picoteamos en Güejar Sierra, y tranquilamente enfilamos el regreso a casa. Entretenido fin de semana con preciosas rutas.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI (Pero no potable, son pastos de ganado y hay que extremar la precaución)
DISTANCIA: 21,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 2.678 M. (Cerro de Poco Trigo )
ALTURA MÍNIMA: 2.060 M. (Inicio ruta)
DESNIVEL POSITIVO: 715 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 715 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

EL PAS DELS BANDOLERS, L’ORENGA Y L’ASPRE.

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Pinet el roder,nació en Finestrat (Marina Baixa) en 1868, en el seno de una familia humilde. Siendo muy joven es condenado a dos años de prisión por un altercado y, al ser liberado, es enviado a cumplir el servicio militar, de donde bien pronto deserta. Pasa un tiempo tratando que se enfríen los ánimos y vuelve al pueblo. Pero uno de los vecinos lo provoca amenazando en delatarlo a las autoridades. Empieza la pelea y Pinet acaba asesinándolo. Huye a las montañas de la sierra de Aitana, el Puig Campana, la Xortá, Bérnia, la sierra del Ferrer o el Mas de l’Arbre serán ahora su nuevo hogar. El rector Poma es su confidente y el Bou, inseparable compañero de correrías. Su hermano Jeroni también le ayudará a salir de algún que otro lio, y María su esposa, le dará una hija y las fuerzas necesarias para seguir adelante. Pasa un tiempo exiliado en Francia y también en Alger, pero bien pronto vuelve a la Marina. La obsesión de la Guardia Civil durante años es atraparlo, pero conoce las montañas y escondrijos como nadie y a menudo el pueblo le encubre. Siempre que le atrapan consigue huir, no hay prisión segura para él. Nunca hirió ni mató a ningún Guardia Civil. Los cogía desprevenidos, les obligaba a desnudarse y cuando estaban en cueros, les quitaba el uniforme y las armas. Era su particular manera de humillarlos. Fue juzgado en Consejo de Guerra por la justicia militar y más tarde condenado también por la justicia ordinaria. Finalmente después de una larga persecución es detenido en 1900 y enviado a la prisión fortaleza de Hacho en Ceuta. El 1 de noviembre de 1909 muere en el Hospital Civil de Ceuta. Desaparece el roder y nace la leyenda. Pinet ha sido inmortalizado por Enric Valor en la novela L’ambició d’Aleix: -Pinet, després d’una mort que feu en lluita franca, ganivet en má, s’empará en el Puig Campana, tod de cingles i tallats, que quasi no se’n pot arribar al capdamunt. Peró els civils l’asseyjaven. Una mala vida. Moltes voltes relluien els tricornis del civils. Quina manera de badar! Des de quin forat de roca, d’aqueixos que n’hi ha pertot a centenars, els guaitava con un esparver Pinet. Que hi havia molt de perill…Doncs se n’entrava per un badall de penya, al peu d’un cingle d’aquells d’allá de front, i corria mitja serra per les seues entranyes, A voltes li agradava lluir-se.
CÓMO LLEGAR: Por la Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucia y Polop, por la CV-715 a Callosa d’en Sarriá, bajar a las Fuentes del Algar y aparcar junto al restaurante Casa Federico.
COMPONENTES: VICENTE, PATRO, PEPE Y SANTI.
ITINERARIO: INICIO / DERECHA / ASFALTO / ESTACIÓN DE BOMBEO / IZQDA. / CASA / CASA RUINAS / SENDA VERTICAL / AL PAS / 2º TRAMO / COLLADO / CAMPO A TRAVÉS / CRESTA / CIMA DE L’ORENGA / SENDA BÉRNIA / DESVÍO AL ASPRE / AL ASPRE / CIMA DE L’ASPRE / BAJAR TROCHA / PEDRERA / BANCAL ROIG / DCHA. / VALLA / FINAL.

LA RUTA:Tras dos intentos fallidos en 2007 y 2008 por falta de referencias, y no localizar los puntos rojos que te guiaban; hoy es el día, tenía un track en lista de espera desde el otoño pasado, el cual no baja al Barranc del Curt, pero añade la subida a dos grandes pivotes poco conocidos como son l’Orenga y l’Aspre.

Iniciamos por la derecha del restaurante Federico, por la pista asfaltada que sigue el curso del río Algar entre cañas y carrizos, separándose más tarde por la izquierda para comenzar a tomar altura. Un hombre mayor está trajinando con el azadón, colocando las piedras para remansar el agua.

Al tomar altura tenemos preciosas vistas del Ponoig y del Barranc de la Canal. Antes de dejar el asfalto por la izquierda, continuamos unos metros hacia la verja de entrada a la Estación de Bombeo del Pou de Sacos que está cerrada. Por su izquierda se intuye una sendita para asomarnos a verla, pero está tan enmarañada que lo dejamos.

Volvemos al cruce y seguimos por el camino de tierra roja flanqueado por los contrafuertes del Penyot de l’Orenga. A medida que nos elevamos, mirando hacia atrás podemos ver la preciosa “V” que forma el barranco al encajonarse. A través de ella distinguimos el pueblo de Callosa d’en Sarriá.


Comenzamos a tener grandiosas vistas a la Serra del Ferrer en su confluencia con la Serra de Bérnia, con el Penyot de l’Orenga y el Barranc del Curt, donde está situado el Pas dels Bandolers. Es un entorno tremendamente agreste y solitario, pero de una gran belleza. Solamente apto para senderistas atrevidos.


Conectamos con antiguos caminos de herradura por los que se accedía a alguna de las masías y a los ancestrales corrales de ganado. Por la izquierda dejamos en un ancho rellano las ruinas de la gran casona de Pons, pasamos por otra más pequeña y los restos de otra casa derruida. Todas ellas estaban situadas en sitios estratégicos.

Poco a poco nos vamos acercando a la última de las casas que todavía sigue en pie pero en estado lamentable. Situada a los pies de la Serra del Ferrer y muy cerca de la fisura que pasa al Barranc del Curt, solo apta para escaladores. Es de esos paisajes sobrecogedores que nadie situaría en nuestra provincia.

Inspeccionamos la casa y por su izquierda, un sendero nos adentra por el barranco en dirección al Pas dels Bandolers. Primero hacia la fisura, vertical y angosta; girando luego a la derecha entre la vegetación, para situarnos al pie de una torrentera pedregosa y encrespada. Comienza lo bueno.


Con mucho desnivel, tierra suelta y suelo inestable hay que tomárselo con paciencia para progresar por ella. A cambio nos elevamos con bastante rapidez obteniendo sorprendentes miradas a los puntiagudos farallones rocosos; descubriendo entre sus paredes, agujeros, puentes y ventanas en la piedra caliza.


Llegamos a un punto rojo donde debemos girar a la izquierda para comenzar la primera trepada. Quedamos sorprendidos al ver colgar un cordino de varios metros de longitud en la primera canal. Había oído algo pero no me lo podía creer. Lo utilizamos para subir, con lo cual pierde todo su encanto.


Las vistas siguen siendo maravillosas, estar al pie de las crestas y los farallones impresiona. Ahora viene el pasito lateral, pero también lo han alterado terriblemente. Además de un cable metálico a modo de quitamiedos atado a un pino y a una roca, han colocado varios metros de cadena de enormes eslabones, que ni Hércules podría romper.








Pero esto no es todo, en la última trepada junto al pino, además de dos tramos de cordino han clavado en la roca varias grapas para usar como asideros o peldaños hasta llegar al diminuto collado donde termina el Pas dels Bandolers. Creo que se ha cargado todo el encanto que tenia este agreste lugar.

Adiós al Pas dels Bandolers. La FEMECV ha permitido que un paso mítico de senderistas no equipado, y que nunca fue un paso de escalada, haya sido saboteado de esa manera. Han colocado asideros metálicos, cordinos y cadenas para que puedan pasar los corredores de montaña de “La Perimetral de Benissa” ¿es necesario que trepen los corredores de montaña? ¿Dónde están los ecologistas?

Muy decepcionados nos sentamos a tomar un bocado junto a los pinos, cerca de donde comienza la bajada al Barranc del Curt. Las vistas son impactantes al recortado remate de la Serra del Ferrer, con una caída extraordinaria y vertiginosa hacia el fondo del Barranc del Curt.


Nosotros tenemos que subir ahora la escabrosa ladera remontado hacia la parte superior. Es un duro y esforzado tramo sin senda, algo intuitivo, esquivando las rocas GPS en mano. Arriba en la cresta todo vuelve a cambiar. Estamos casi a ras de la Serra del Ferrer donde tenemos una primera vista a Táberna y a un Bérnia desconocido.

Junto al gran paredón del Penyot de l’Orenga entre sendas y trochas poco definidas comenzamos a rodearlo por la izquierda procurando no perder altura, para luego girar de nuevo a la derecha, encarando la subida por su engorrosa cresta de incómodo lapiaz.


Penyot de l’Orenga (784 m.) es la primera vez que hollamos este otero que siempre nos quedaba algo apartado y desde donde se amplían las panorámicas al Bérnia, Serra del Ferrer, Callosa d’en Sarriá y la Xortá. Regresamos al inicio de la cresta y por camino enlazamos con los PR’s 7 y 48 que tomamos dirección al Coll de l’Orenga y el Fort.


Por sendero conocido transitamos este precioso tramo que a media altura surca las laderas de la Sierra del Bérnia. Una vez en el collado, en vez de dirigirnos hacia el Fort, tomaremos una incipiente senda por la derecha, que nos adentra en otra parte desconocida pasando junto a la Penyeta del Pi.


Vamos girando a la izquierda pegados a las paredes por una senda no muy marcada pero que se intuye, y que nos desciende un poco procurando no perder mucha altura para remontar haciendo una larga comba hasta una especie de collado entre dos lomos que tenemos enfrente.


En la otra vertiente, por la derecha tomamos la ancha canal rocosa que fácilmente nos sube a la cima. Morro de l’Aspre (912 m.) nueva altura conquistada. Aunque el día se está tapando y resta profundidad, las vistas son amplias al Bérnia que recobra su cresta, Aitana, Sanxet, Cabal, Ponoig, Puig Campana, Serra Gelada…


La bajada la hacemos más directa, no hay un sendero claro. Rebuscamos entre las rocas la mejor opción, tomando como referencia un pino que tenemos más abajo, y en el segundo pino nos dirigimos hacia la cabecera de la gran torrentera, que taloneando y con el cuerpo algo inclinado hacia atrás, se desciende bien.


Al terminar la torrentera, seguir hacia la derecha por una trocha algo inestable y paralela a la sierra; no bajar a los pinos hasta estar situados frente a la dolina del Bancal Roig, es el tramo más corto y asequible. Cruzamos en diagonal el Bancal Roig y conectamos con el PR-CV 48 que antes habíamos dejado para subir a l’Aspre.

Enseguida viene el corral del Bancal Roig cada vez en peor estado. Hay dos formas de volver al inicio de la ruta, la primera de ellas es seguir el PR-CV 48 hasta las Fuentes del Algar y el coche, con un tramo de asfalto al final; y la segunda, que es la que vamos a tomar, girando a la derecha poco después del corral.

Este sendero estuvo marcado como PR pero ahora está en desuso. Es un recorrido más corto que el anterior y tiene menos asfalto. Quizás está algo abandonado, y también al llegar a una valla metálica hay que salvarla por la derecha al final de la misma. Otro sendero rápido nos dejará junto al coche.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:50 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 912 M. (Morro de l’Aspre)
ALTURA MÍNIMA: 124 M. (Inicio)
DESNIVEL POSITIVO: 927 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 927 M.

DIFICULTAD:ALTA. (Por los desniveles y el horario. El Pas dels Bandolers ha perdido mucho al equiparlo con cuerdas, cadenas y grapas)

LA SIERRA DE CABRERA CON VARIANTE AL PEÑÓN DE LA MONEDA.

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Saxes un municipio de la provincia de Alicante en la Comunidad Valenciana, aunque perteneció históricamente a la Corona de Castilla. Está situado en la comarca del Alto Vinalopó. El topónimo Sax es de origen incierto, aunque ha sido relacionado con el término latín saxum (peñasco), debido a la puntiaguda mole rocosa sobre la que se alza su castillo, y alrededor de la cual apareció la villa. El término ha sido relacionado también con la Segisa que Ptolomeo situó en la Bastetania. Es posible que durante la época romana existiese en Sax un establecimiento o posada junto a la Vía Augusta. El relieve viene determinado por el valle del río Vinalopó, en realidad una fosa transversal que corta el conjunto de sierras prebéticas de dirección SO-NE, dejando a derecha e izquierda montañas y corredores laterales. Por el oeste se levanta la sierra de Cabreras (869 msnm) cuya espectacular cima sirve de mojón con los términos de Villena y Salinas, y deja entre ella y la sierra de Cámara al sur el pasillo que conduce por el SO a la depresión de Salinas. Por la parte oriental se alzan la Peña Rubia (934 m) que hace de linde con Villena y la de La Argeña (865 m), que lo hace con Petrer, formado entre medias el corredor lateral que sirve de comunicación natural con la Hoya de Castalla. Además del río Vinalopó, de muy escaso caudal y que sólo retoma la forma de río al recibir los aportes de la Acequia del Rey en la Colonia de Santa Eulalia, drenan el término las ramblas de la Torre, el Carrascal y del Barranquet; y los barrancos del Boquerón, de Cantalar y del Portugués. De los bordes montañosos descienden amplios glacis de acumulación sobre los que la erosión fluvial ha desarrollado un dilatado abanico de ramblas y barrancos que confluyen en el cauce del Vinalopó. La escasa pendiente longitudinal con que corre entre Villena y Sax hizo necesaria la construcción de un cauce artificial a fin de impedir el estancamiento de las aguas y colonizar los terrenos pantanosos.
CÓMO LLEGAR: Por la CV-830 en el punto kilométrico 12,4 (a 5 kms desde Sax y a 3 kms desde Salinas) girar al Norte por una pista asfaltada que nace junto a la urbanización Alto Ideal y frente a un polígono industrial en desarrollo. La seguimos durante 1,5 kms hasta llegar a un antiguo caserón con grandes pinos delante (Las Casas de Soler) y una explanada de tierra a la derecha en donde dejamos el vehículo.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: CASAS DE SOLER / DERECHA / SENDA SUBIDA / INICIO CRESTA / CIMA CABRERA / GIRO DERECHA / CUEVA TÍO GREGORIO / CAMINO TRAMASIERRAS / HACIA EL PEÑÓN / PEÑÓN DE LA MONEDA / IZQDA. / GIRO IZQDA. / DEJAR ASFALTO / SENDA / BANCAL / CAMINO / CASAS DE SOLER.

LA RUTA:Las Casas de Soler, antiguas construcciones de campo de gran tradición en la pedanía de Salinas. Hace unos años las compró un particular con la intención de rehabilitarlas pero la crisis echó el proyecto por tierra. Desde la sombra de sus enormes pinos, iniciamos la marcha en dirección a la Sierra de Cabrera que tenemos enfrente.

Tomamos el camino de tierra que bordea los campos de vides y comienza a remontar el barranco de Rivell, dejamos atrás una cadena que por lo general suele estar quitada. Entre los pinos vemos pequeñas piletas abastecidas por bidones de plástico camuflados, para dar de beber a perdices y conejos.


Desechamos una bifurcación a la derecha para tomar la siguiente en el mismo sentido. Pasamos junto a una casa derruida  y mirando hacia atrás tenemos buenas vistas del pueblo de Salinas a los pies de la sierra del mismo nombre. A la izquierda en lo alto de una colina vemos la Casa de Rivelt, también en mal estado.


Muy pronto el camino hace un brusco giro a la derecha para bajar y vadear el lecho del barranco, que volvemos a remontar para ir separándonos poco a poco de él. Tras un tramo de piedra suelta se llega a un punto donde no tiene continuidad, formando un pequeño distribuidor a las faldas de la sierra.


Cogemos un incipiente sendero tomando como referencia una pequeña formación rocosa o peñasco blanquecino que tenemos enfrente. El sendero va y viene, no hay mojones que lo reafirmen y a golpe de GPS enfilamos hacia el peñasco para superarlo por su lado derecho.


Desde esta posición ya tenemos a la vista el final de la cresta y la loma de la cima de Cabrera con su punto geodésico. Seguimos virando hacia la derecha para ir al encuentro de la cresta, una vez en su base, lo mejor es encaramarse en su parte alta con una pequeña trepada muy sencilla.


Arriba, las aéreas vistas lo dominan todo a 360º con mucha profundidad. Su tránsito es bastante sencillo. Pero que quede claro que estamos hablando para gente experimentada en esta clase de terreno y que no tengan vértigo, puesto que nos manejamos muy cerca de los cortados.


Hay que tomárselo con calma y disfrutar del momento. Tiene tramos con buena anchura y en otros se estrecha, debiendo salvarlos por la izquierda, rodeando las rocas para volver a subir. En la altura vemos las puntas rocosas de los grandes pivotes en forma de aguja del Peñón de la Moneda y el Peñón del Rey.


Poco antes del remate de la cresta también distinguimos adosada por la derecha una ancha y vertical laja que hará las delicias de los escaladores. La cresta acaba en el pequeño collado que hace de ante cima. En una roca hay una placa en memoria de un montañero de Sax fallecido en los Alpes.


Cima de Cabrera (871 m.) Extensas miradas a las cumbres de Alicante, Murcia y Albacete. Es pronto para el almuerzo y decidimos continuar la ruta. Desde el mismo punto geodésico comenzamos a descender por un sendero pedregoso con pronunciado desnivel entre pinos y matorral bajo.


Tiene cortos tramos de torrentera y varios ramales que pueden llegar a confundir, pero todos se unen al inicio del barranco de Salinas confluyendo en un rellano donde está la casa cueva del Tío Gregorio, que puede servir como improvisado refugio. Ahora debemos seguir por la derecha, elevándonos un poco.


El camino se torna senda y suavemente nos desciende entre la pineda, bajo las paredes y cortados que hace un rato hemos transitado por arriba de las crestas; para luego conectar con el Camino de Tramasierras y que proseguimos por la izquierda, cambiando totalmente el paisaje.

Este camino separa en dos la sierra de Cabrera, por la derecha agujas rocosas que no vemos y apenas superan los setecientos metros de altura,  por la izquierda los grandes pivotes del Peñón de la Moneda con 781 m. y por detrás la cima de Cabrera con casi 900 metros. Esto hace que desde algunos puntos se vea escalonada y muy abrupta.

Dejamos el camino por la izquierda y poco después giramos en ángulo recto a la izquierda, tomando dirección hacia las paredes donde están las agujas del Peñón de la Moneda. Sin arboleda, el sendero asciende con fuerte desnivel entre el matorral bajo hacia la base de las agujas, donde parece haber una cueva.








Los pivotes se van agrandando terriblemente y con una verticalidad de plomada. Distinguimos en las paredes clavos y placas de sujeción de las vías de escalada. Hay que llegar a las mismas paredes y penetrar en la curiosa oquedad que forman los dos pivotes, más que una cueva parece un altar, un lugar de recogimiento.










Preciosas grietas que dejar entrar la luz como contraventanas. Sobre nuestras cabezas hay una gran roca perfectamente encajada que debió caer en algún desprendimiento y ha quedado como diseñada para ese lugar. A la salida debemos seguir rodeando el gran peñasco por la derecha.

Viene un tramo campo a través, mejor dicho, ladera a través. Muy inclinado y algo confuso, pero debemos fijar nuestra referencia en la especie de repisa o collado que se forma entre los siguientes pivotes. También veremos que en el de la derecha tiene cárcavas y extrañas oquedades.

Una vez arriba, decidimos almorzar junto a las cárcavas, que traspasan las rocas de parte a parte, dejando una bonita ventana al paisaje. Repuestos proseguimos. Tenemos que bajar hacia el barranco de Salinas, este trazo también es algo confuso, pero hay que tomar como referencia una casa de campo que vemos más abajo.

Cruzaremos el barranco por la izquierda y luego entre dos casas, a la derecha, para llegar perpendicularmente a un camino asfaltado y balizado, que tomamos por la izquierda. Continuamos entre bancales de almendros y vistas inéditas a la sierra de Cabrera.

Más tarde dejamos el asfalto por la izquierda elevándonos por un camino de tierra que nos pasea por una hermosa finca, iremos rodeando la sierra de Cabrera hasta conectar con una senda, que acaba en unos bancales que bordeamos para enlazar con otra senda tras cruzar un camino.

La senda termina en otro camino balizado como PR y que ya no dejaremos hasta un tramo de esbeltos pinos muy cerca de las Casas de Soler, que alcanzaremos haciendo un poco de campo a través muy llano. Entretenida ruta conociendo una parte diferente de la Sierra de Cabrera.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 13,4 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:10 horas.
ALTURA MÁXIMA: 871 M. (Cima de Cabrera)
ALTURA MÍNIMA: 482 M. (Casas de Soler)
DESNIVEL POSITIVO: 625 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 625 M.
DIFICULTAD: MODERADA.


RUTA CIRCULAR POR EL PUERTO DE CARTAGENA, ERMITA MONTE CALVARIO Y CALA CORTINA.

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Los orígenes de la Cofradía se enraízan en aquella primera devoción del rezo del "Vía Crucis", expandido desde Italia en el edad Media por los franciscanos para reproducir la peregrinación a Tierra Santa y recogido por los Padres Ermitaños de la Orden de San Agustín, que desde mayo de 1256, por concesión del rey D. Alfonso X, se asentaron en este terreno a extramuros de la Ciudad de Cartagena, donde se hallaba una "Fuente Santa" en la ladera del monte, para fundar en él un monasterio bajo la advocación de San Juan, de donde le viene el nombre a todo aquel lugar y que aún hoy conserva (Coto de San Juan). Así, los frailes agustinos practicarían este "ejercicio devocional" junto con el pueblo en la ladera de este monte, paraje que seguía siendo de su propiedad tras su marcha en el año 1572 a su nuevo convento de San Leandro en la ciudad, y que por su vegetación, clima, etc, bien podía semejarse al Gólgota. La tradición cuenta que ya a principios del siglo XVII existía una gran cruz, coronando el monte, que desde entonces se comenzó a llamar "Calvario". Esta romería al Monte Calvario ha ido tomando progresivo auge, exceptuando, los periodos de revueltas y contiendas, como el Cantón o la guerra civil. Así se interrumpieron desde 1936 hasta 1942, cuando en este último, ermita y tallas fueron reconstruidas (la imagen de la Virgen es obra del escultor Sánchez Lozano) consolidándose desde entonces la actual hermandad de Ntra. Señora de la Soledad del monte Calvario y Santo Sepulcro, restaurada en el año 1995 por el escultor Juan José Quirós (discípulo de Sánchez Lozano).
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 dirección TORREVIEJA-CARTAGENA, en la ciudad portuaria tomar dirección a Escombreras por el Muelle de la Curra. Justo detrás de la famosa grúa Sansón,  para tomar el primer desvío a la izquierda y aparcar junto a un transformador de color amarillo.
COMPONENTES: VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE.
ITINERARIO: TRANSFORMADOR / SENDA VÍA CRUCIS / ERMITA MONTE CALVARIO / BATERÍA Y CASTILLO DE SAN JULIÁN / SENDA DE BAJADA / PUESTO DE MANDO / BATERÍA AGUILONES / BATERÍA TRINCABOTIJAS / ESCALERAS DE BAJADA / CALA CORTINA / BATERÍA SAN ISIDORO / BATERÍA SAN LEANDRO / TRANSFORMADOR.


LA RUTA:Hoy marcha dominguera, cultural y gastronómica. Volvemos a Cartagena pero sin apenas movernos de la ciudad, ruta portuaria por el valioso y extenso patrimonio histórico defensivo, que a modo de un gran museo al aire libre, da cuenta de la evolución de la historia militar de esta ciudad.


El día está gris y medio brumoso, que acorta la visibilidad. Iniciamos tomando el camino de la derecha, en un entorno bastante destartalado, con algunas ruinas y naves abandonadas. Las primeras vistas son al cerro San Julián, y por detrás a la grúa Sansón y al Castillo de los Moros sobre su colina.

Nos dirigimos hacia la barriada de lo Campano cruzando una rambla. Las vistas se amplían, delante tenemos la vertical chimenea de la empresa del plomo Peñarroya, que tendremos visible durante la mayoría del recorrido, y enfrente, el cerro de San Juan con la ermita del monte Calvario.

Marchamos por un camino de tierra paralelo a la carretera hasta llegar a la inmediaciones de cementerio de los Remedios, donde caminamos un corto tramo por el asfalto y, tras una pronunciada curva comenzamos una fuerte ascensión hacia en monte Calvario, por delante de las casas de los Pacos.


Pasadas las primeras casas tomaremos por la izquierda un camino de tierra en ocasiones encementado que serpentea en la subida, es el llamado Vía Crucis del monte Calvario. A lo largo del camino veremos varias cruces que van señalando las estaciones que representan los episodios de la Pasión del Señor.


Llegamos a la ermita del monte Calvario, situada al sureste de la ciudad de Cartagena, en el cerro de San Juan (221 m.) En 1256 el rey D. Alfonso X, concedió a los Padres ermitaños de la orden de San Agustin, la Fuente Santa para fundar en él un monasterio bajo la advocación de San Juan.


Mientras subíamos oíamos los cantos litúrgicos de la última misa, ya no queda nadie y todo está muy cuidado y limpio. Desde los alrededores tenemos buenas vistas pero muy brumosas, es una lástima porque el mar en Cartagena es de un azul muy intenso. El puerto, el Valle de Escombreras con la refinería y la isla de Escombreras.


Frente a la ermita y después de la cruz a la izquierda de las antenas, veremos el inicio de una senda poco definida al principio, que discurre cresteando por el cordal de la sierra hacia la batería de San Julián; la senda está reforzada con flechas blancas pintadas y numerosos puntos de color azul.


Es un sendero irregular con muchos altibajos que pasa junto a la boca de varios pozos de las antiguas minas y que han sido protegidos por riesgo de caída. El cerro de San Juan va quedando atrás y por delante nos queda el fuerte repecho de la subida hasta el camino militar asfaltado que nos deja a la entrada del recinto.


La Batería del General Ordóñez se encuentra situada junto al Castillo de San Julián y fue construida durante los primeros años del siglo XX. Cuenta con cuatro barbetas para ser artillada hasta con ocho cañones Ordóñez de 24 cm. Fue desartillada en 1960 quedando sin uso y totalmente abandonada. No tiene protección cultural de ningún tipo y es de acceso libre.  


El castillo construido en la cima del monte de San Julián bajo el mandato de Carlos III, tras recuperar la ciudad frente a los ingleses, con el objetivo de encerrar entre sus muros la torre circular que estos últimos habían edificado en 1706 tras la conquista de Cartagena en la Guerra de Sucesión. Tenía como misión defender la cima del monte sobre el que se asienta y dominar la bocana del puerto.

Fue terminado en el año 1888 siendo reformado y ampliado varias veces y sirviendo, durante la Guerra Civil, como prisión para altos mandos militares. Era patrimonio del Estado aunque actualmente pertenece a la empresa Telefónica que tiene numerosas antenas instaladas en él. Pese a esto está declarado como Bien de Interés Cultural.


Después de la visita al castillo salimos de éste y tras cruzar nuevamente la pasarela, tomaremos a nuestra izquierda  junto a la pared perimetral del foso, una senda que circunda toda la fortificación. Seguimos por ella y en su cara noroeste se introduce en el foso y continúa por su interior unos metros, para salir nuevamente por su cara sur.


Un nuevo sendero con bonitas vistas a la dársena del puerto de Escombreras y al puerto deportivo de Cartagena, zigzaguea por la ladera, primero con fuerte desnivel para luego ir apaciguando la bajada. Volvemos a tener a la vista la chimenea de Peñarroya y como destino el puesto de mando.


Alcanzamos  una pequeña edificación militar parecida a una diminuta pirámide, este es el puesto de mando de la batería del comandante Royo, también llamada Trincabotijas Alta. Se puede bajar por una arista trasera pero esta desmoronada y preferimos volver unos pasos atrás para enlazar con el GR-92 que nos acompañará un tramo.


La batería de Aguilones para 4 cañones de 15,24. Vickers del siglo XX. Tuvo una decisiva intervención en los sucesos del "5 de Marzo" de 1.939, haciendo fuego sobre la Parajola al observar que había disparado sobre unos barcos de la Escuadra nacional. Realiza en este día gran número de disparos, en especial contra la Parajola, con la que mantiene un intenso "Duelo Artillero" dejándole fuera de servicio dos de las tres piezas que aquella tenía.


Por la carretera, después del emplazamiento de los cañones de la batería de Aguilones, al final de la misma llegaremos a un mirador donde tendremos unas magnificas vistas a la costa. Seguimos bajando por la carretera y después de una curva, casi junto a la entrada de la batería Casas de Trincabotijas veremos unas escaleras de cemento.


Proseguimos por ellas bajando hacia Cala Cortina que hoy está a rebosar. Poco después llegaremos a una bifurcación en la propia escalera, que seguimos por la derecha hasta la misma playa de la cala. El último tramo de unos dos metros no tiene escaleras y hay que tomar precauciones. Tomamos un refrescante baño.

Por detrás del chiringuito, subiendo unas escaleras y después de la zona de aparcamiento, hay un camino que nos sube por la loma, donde tenemos las mejores miradas para observar  detenidamente el Fuerte y las baterías de San Isidoro, de Santa Ana, de Santa Florentina y de San Lorenzo.

Volvemos a GR-92 que nos llevará hasta el final de la ruta, dejando a la derecha el túnel de la carretera. Pasamos entre los bunkers de la batería de San Leandro, la última de nuestro recorrido, y por las anchas aceras marchamos por el muelle de la Curra y el Paseo del Muelle hasta nuestro coche. A unos pasos tenemos el restaurante del Club Náutico Santa Lucia donde ponemos colofón a esta ruta.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 11,1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 296 M. (Castillo de San Julián)
ALTURA MÍNIMA: 0,0 M. (Nivel del mar en Cala Cortina)
DESNIVEL POSITIVO: 338 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 338 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

LA FONT DE LA COVETA Y EL TOLL BLAU DESDE BOCAIRENT

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El Vinalopó atraviesa de norte a sur la provincia de Alicante, y con sus 81 km es el río autóctono más importante de la misma. Nace en la Sierra de Mariola, entre Bocairente  y Bañeres, y tiene su desembocadura natural en el mar Mediterráneo atravesando las Salinas de Santa Pola. Da nombre a las tres principales comarcas que atraviesa (AltoMedio y Bajo Vinalopó), cruzando a lo largo de su recorrido los municipios de BocairenteBañeresBenejamaCampo de Mirra, Cañada, Villena, Sax, Elda, Monóvar, Novelda, Aspe, Monforte del Cid, Elche y Santa Pola.  El hidrónimo Vinalopó parece provenir del árabe بنلوب (binalūb), derivado éste a su vez del latín Pinna Lupi ('peña del lobo'). Históricamente se ha denominado también VinalapóVinalapós o Vinapaló y, debido a su poco caudal a partir de Villena, se le ha llamado también rambla de SaxEldaNovelda, etc. Se le ha identificado también con el latino Alebus, en el que supuestamente pereció ahogado Amílcar Barca, aunque esta tesis sigue discutida en la actualidad. El Vinalopó nace en el llamado Rincón de Bodí, en la sierra de Mariola, término municipal de Bocairente. Corre en dirección SO y pasa junto a Bañeres, donde se orienta al O-NO, y luego nuevamente al SO, cruzando por un amplio valle con buenos cultivos. Cruza al S de BenejamaCampo de Mirra y Cañada. Tras regar estos cultivos, prácticamente desaparece. Al llegar al paraje conocido como el Caracol, su cauce se canaliza y pasa muy próximo a Villena. Pasa al término de Sax y luego al de Elda. Se le unen por la izquierda la rambla de los Molinos y por la derecha el barranco del Derramador. Pasa a Monóvar y luego a Novelda y Monforte del Cid. Ya en término de Aspe se le une por la derecha el río Tarifa. Toma después la dirección S y atraviesa las estribaciones de la sierra de Prevalente, entre el Tabacal y el Marón, quedando retenido a la salida de este paso por el embalse de Elche. Penetra en el término de Elche y atraviesa la ciudad. Su reducidísimo caudal, muy mermado por el aprovechamiento de los cultivos del campo de Elche, se pierde en el Saladar, a poca distancia del mar, tras un recorrido de 92 km. No obstante, su desembocadura natural está en la antigua albufera de Elche, a la altura de las Salinas de Santa Pola
CÓMO LLEGAR:Por la A-31 dirección Madrid, después del túnel de Villena, salir por la derecha, por la CV-81 en dirección Onteniente hasta llegar a Bocairente. Subir hasta el Polideportivo, donde podemos aparcar.
COMPONENTES: VICENTE, PATRO Y PEPE.
ITINERARIO: POLIDEPORTIVO / CRUCE DE REGRESO / CARRETERA / MAS DE NONES / FONT DE LA COVETA / FÁBRICA DE BLANES / TOLL BLAU / IZQUIERDA / MAS DE GALVIS / FONT DE LA MALLADETA / CAMÍ DE MARIOLA / CRUCE DE REGRESO / POLIDEPORTIVO.

LA RUTA:Como ilicitano siempre es un orgullo contemplar el nacimiento del río Vinalopó, símbolo de nuestra ciudad, pese a su exiguo caudal, pero entre sus laderas y su profundo cauce transcurre parte de nuestra vida. Siempre habíamos ido desde Banyeres, pero hoy le ha tocado a Bocairent, haciendo algo distinto.

Iniciamos desde el Polideportivo, subiendo por la pista asfaltada dels Terrers. Para nuestra sorpresa una nube cubre la Sierra de Mariola y Bocairent,  comienza a llover. Nos toca rebuscar en el maletero del coche y repartirnos partes de impermeables y capas de lluvia. Esto no estaba previsto.

Es una fina lluvia pero si sigue así terminará por calarnos. El camino nos sube entre grandes casas de campo y terrenos de cultivo con almendros y olivos. Pasamos el Mas dels Terrers y poco después por su seca fuente con su agrietada balsa. Llegamos al cruce donde cerraremos el círculo de la ruta y nos iremos por la izquierda.


Enseguida tomaremos un sendero que nos eleva con fuerza; el entorno cambia al introducirnos entre encinas, coscoja y pinos. Deja de llover y guardamos los plásticos. El sendero busca el inicio del barranco de Onteniente que poco a poco vamos remontando, teniendo como referencia una hermosa casa entre la pineda.


Pasamos por debajo de ella haciendo una gran curva para salir del barranco. Intuimos la carretera CV-794 y sus metálicos quitamiedos, pero el sendero prosigue por debajo y casi paralelo a ella durante un buen tramo hasta que en una especie de collado o rellano la cruzamos de frente.


Esta es la carretera que va desde Bocairent a Alcoy, pasando por el camping Mariola. Tomamos el ancho camino que atraviesa la planicie entre la pineda. Llegamos al Mas de Nones, que rodeamos por su parte trasera. Enorme caserón que son varias viviendas adosadas y que actualmente está abandonado.


Continuamos por la derecha entre el bosque de carrascas y pinos, con algún bancal improvisado hasta que entramos en la gran zona cultivada de la Sierra de Mariola. Sector ocupado por las grandes masías que adaptan sus cultivos a las subvenciones con tal de mantenerlos activos, mostrando su esplendor a principios de primavera.

En tenue descenso, y cercanos a la Casa de la Rambla, dejamos el camino por la izquierda por una sendita más rápida que linda con los bancales de avena. Cruzamos el Camí del Buixcarró para introducirnos en las ramblas, donde comienza el sendero que nos llevará al nacimiento del río Vinalopó.

Al inicio de ellas, siempre hay humedad al quedar agua embalsada de la cercana fuente que han dejado inutilizada. Son lomas de poca altura que en su parte alta han sido arrasadas por los múltiples incendios, apenas queda algún pino como testigo; sin embargo en el cauce abunda el matorral y pequeños pinos, producto de las piñas caídas en los incendios.

Entre las lomas distinguimos las Masías de Guilella, la Nova, un impresionante caserón de tres plantas pintado de amarillo y con una puntiaguda torre cuadrangular. Convertida en bodega, tiene una pequeña charca entre los prados. Y a la derecha, el Mas de Guilella la Vella, con su antigua ermita, tapiada y en desuso, junto a un gran pino.

Nos vamos acercando, y por la izquierda vemos  en su atalaya, las ruinas del Castillo del Vinalopó o les Torretes, donde apenas queda un lienzo de muralla, y que fue utilizada en funciones de vigilancia para las alquerías de la zona. Es de origen islámico, mandado construir por Al-Azraq en el siglo XIII.


Arribamos a la Font de la Coveta, nacimiento del río Vinalopó. A los que habitamos en ciudades surcadas por las exiguas aguas del río Vinalopó se nos hace extraño que este caudal, no mayor que una acequia normal, fresco, cristalino y con carteles de prohibido pescar o pesca sin muerte, pueda subsistir hasta su desembocadura en el Mediterráneo, aunque muy contaminado.

Quizás sea la vez que menos caudal vemos brotar. Han vallado y protegido todo cauce en esta zona, que es la más virgen. En un remanso donde hay algunas ranas, vemos una pequeña culebra de agua de color blanquecino que las está acechando. ¡¡Nuestro río tiene vida!!


Hay un grupo de ciclistas y unos senderistas reponiendo fuerzas. Continuamos hacia el principio del área recreativa y antes de llegar al camino, por la derecha vadeamos el cauce por un pequeño puente que nos introduce en una escondida senda que junto al río nos lleva a la fábrica de Blanes, pasando por una esbelta y cuadrada chimenea.


Paseamos por el destartalado edificio de la fábrica, que por exigencias del progreso en el siglo anterior, pasó de molino de papel a fábrica de guatas y borra hasta su total decadencia y cierre. Vamos en busca del Toll Blau, salimos al camino para tomar enseguida una sendita que nos mete otra vez en el cauce.


La senda se pierde entre la enmarañada vegetación hasta que vemos una pequeña chorrera que se desliza hacia el fondo de la elevada ladera. La falta de agua en el cauce hace que las cascadas sean muy diminutas. Indagamos toda la ladera derecha pero apenas vemos el agua. En el fondo hay un remanso pero no se oye nada.


Volvemos atrás para cambiar de ladera. En el otro lado logramos ver otra cascada pero le falta caudal de agua y nos es prácticamente imposible acercarnos a ella. Decidimos almorzar a la sombra de unos árboles contemplando la Blasca, y otro de los antiguos molinos de papel. Volvemos a la fábrica de Blanes.

Por delante de la fábrica seguimos hasta el final de ella, girando a la derecha por un camino que nos sitúa por encima de la misma, en su interior han aprovechado una de sus plantas superiores para colocar colmenas de abejas. Tenemos que girar a la izquierda, tomando otro camino que nos pasa por el Mas de Galvis junto a una esbelta encina.


Más tarde, volvemos a tener una preciosa vista a la Atalaya con las ruinas del castillo del Vinalopó y en su ladera las Masías de Guilella; para poco después pasar junto a una pequeña balsa que recoge las aguas de la Font de la Malladeta situada en la parte superior de una cercana colina.


Enlazamos con el Camí de la Serra de Mariola que suavemente nos sigue elevando. Marchamos lindando con el bosque de pinar, pequeños cultivos mayoritariamente de olivos y mermadas parcelas de fincas particulares. Patro se entretiene recolectando pebrerella para sus guisos de gazpacho.

Dejamos el Camino de Mariola para tomar otro más estrecho, que nos comienza a descender junto a una tubería de agua tapada con vigas y ladrillos. Finalizando la bajada el camino se torna pedregoso, dificultando el descenso que termina en unas casas de campo con cuidadas plantaciones.

Conectamos con otros caminos que nos siguen bajando,  caminando entre grandes masías, una de ellas muy cuidada, tiene una de sus paredes cubierta por hiedra y plantas trepadoras dándole un bonito aspecto. Desfilamos entre campos de olivos y cerezos, donde uno de ellos todavía está sin recolectar.


Proseguimos por zonas menos cuidadas y un ruinoso corral en abandono. Comenzamos a tener preciosas miradas a un Bocairent totalmente despejado y la ermita del Sant Crist en lo alto de la pelada loma. Llegamos al cruce donde cerramos el círculo de la ruta y poco después al poliesportiu. Entretenida ruta que recomendamos.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Font de la Coveta y en la Font de la Malladeta)
DISTANCIA: 17,1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 879 M.
ALTURA MÍNIMA: 624 M. (Poliespotiu)
DESNIVEL POSITIVO: 375 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 375 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

LAS CUNAS (PEÑA APARTADA) POR EL CERRO DE LAS CUNAS, SIERRA ESPUÑA.

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También llamada sabina mora y sabina negra, la sabina (Juniperus Phoenicea) es una planta de la familia de las Cupresáceas. Sus dimensiones son las de un arbusto que puede llegar a los diez metros de altura. Sus características son de porte en forma de cono, a veces con copa redondeada. Su tronco es gris ceniza, desprendiéndose la corteza en tiras longitudinales. Su hoja es perenne, pequeña, imbricada, verde oscuro y recubre el tallo completamente. Tiene la flor en cono y los frutos son gálbulas, redondeados, de 6 a 16 milímetros. Florece de febrero a marzo. No se conocen aprovechamientos medicinales por ser tóxica y su esencia es muy irritante. Tiene fama de ser abortiva. Su madera ha sido aprovechada para realizar empalizadas en los corrales para ganado y en la construcción de casas de campo o de montaña, ya que tiene troncos y ramas rectos y de gran dureza. Este uso es el que ha provocado su protección en algunos lugares. Destacan los bosques de sabina en la cara de umbría del barranco de Valdlaparra, que hacen que el tránsito entre los roquedos y los sabinares sean intransitables para el caminante. Por el contrario son autenticas colmenas de vida agitada para las pequeñas aves de matorral (carbonero común, herrerillo capuchino, etc.)
CÓMO LLEGAR: Autovía A-7 hasta Murcia, salida por la nº 138, continuar por la E-15 ALMERÍA/GRANADA, salida por la nº 620 TOTANA, continuar por la RM-502 dirección La Santa – Aledo.  Entrar a la Santa y tomar el primer camino asfaltado a la derecha, que bajando un poco nos lleva hasta la puerta de inicio del Camino de los Molejones, cerca de la casa del mismo nombre. Hay sitio para aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: CASA DE LOS MOLEJONES / IZQUIERDA SUBIDA / DERECHA / IZQUIERDA / LA TABLA / LAS CUNAS / GIRO IZQUIERDA / TORCER IZQUIERDA / CASA FORESTAL LAS ALQUERÍAS / IZQDA. / DEJAR CAMINO / VIRAR IZQUIERDA / CASA DE LOS MOLEJONES.

LA RUTA:Nueva experiencia en el Parque Regional de Sierra Espuña. A las Cunas-Peña Apartada habíamos subido desde otras posiciones como la Fuente del Hilo, Collado Bermejo o Collado Pilón. Esta subida es directa por la cresta sureste, muy entretenida y salvando un fuerte desnivel.

Iniciamos por el GR-252 desde la puerta que cierra el paso a vehículos no autorizados y habiendo dejado atrás el cruce por la derecha del PR que viene desde la Santa y por la izquierda el cruce de los Molejones. Traspasamos la entrada en dirección al Camino del Campix.


Enseguida tenemos buenas vistas a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y a algunas casas de las urbanizaciones cercanas. Entre la pineda también distinguimos el Cerro de las Cunas, hacia donde nos dirigimos. Poco después dejaremos la pista forestal y el GR-252, subiendo un repecho por la izquierda.


El comienzo de la nueva senda no es muy claro ni evidente, no hay mojones que lo marquen, hay que estar atentos al GPS; ya en la loma se va reafirmando poco a poco. Las vistas se van ampliando, al Cerro de las Cunas con su proa rocosa y hacia el valle, con la pineda del Morrón Largo, donde distinguimos su garita.


De camino al cerro y su cresta, el sendero nos introduce en la densa pineda con abundante matorral bajo. Son pinos de poco porte y que no han sido podados últimamente, nos protegen del sol pero agobian el paso. Entre el ramaje logramos ver el vuelo de un aguilucho, y por otro claro, la población de Aledo.


Sorteamos troncos y ramas de pinos caídos, que dan un ambiente más salvaje y poco cuidado; se percibe que es una zona poco frecuentada. En la base del espolón rocoso, donde los pinos han trepado hasta las rocas, debemos rodearlo por la izquierda y elevarnos para situarnos en su parte superior.


Las vistas crecen pese a la bruma, se ensanchan hacia todo el valle y al interior del Parque Regional. Los pinos llegan hasta arriba y en las rocas donde no pueden sujetarse lo hacen las sabinas y el matorral. Es un tránsito abrupto pero sereno y sin agobios, se pueden esquivar algunos pasos por los laterales.


El desnivel es constante pero muy asequible y la ascensión algo más ligera caminando por encima de la cresta, salvo en algunos tramos que para evitar riesgos vadeamos por el mejor de los lados. Poco a poco vamos superando las lomadas hasta alcanzar la Carrasquilla, una de las más elevadas.


Desde este otero, vamos girando un poco a la izquierda y el desnivel se apacigua, caminamos sobre un plano escasamente inclinado que nos permite tener esplendidas vistas al Morrón Chico o de Alhama (1.444 m.) con su punto geodésico junto a la garita, también las instalaciones militares de EVA-13, sobre el Morrón de Espuña (1.583 m.)

Enlazamos con la senda que viene del Cerro del Sombrero, tomándola por la izquierda y la seguimos hasta la Tabla. Peculiar y fotogénica plataforma rocosa en forma de trampolín al vacío. En esta zona también se puede indagar, aunque es muy difícil de ver, Peña Apartada, el gran pivote rocoso en forma de dedo adosado a esta sierra.


Seguimos virando a la izquierda por la gran planicie hasta llegar a la cima de Las Cunas (1.406 m.) Un mojón de piedras marca esta altura. No tiene ningún glamur, pero las vistas son preciosas pese a la neblina, destacando los dos morrones, el Pedro López y la inmensa masa forestal de pinar. Almorzamos junto a las pequeñas carrascas.


Por la izquierda de la cima tomamos un sendero que nos desciende por el cortafuegos, llegados a la bifurcación por la derecha al Collado Bermejo, la omitiremos, continuando el descenso para al poco tiempo desviarnos a la izquierda, cambiando de vertiente y de paisaje, para conectar con la senda del Barranco de los Ballesteros.


Proseguimos por la izquierda el precioso trazado de esta senda, que entre largas lazadas, rampas y numerosos zigzags nos deposita en el lecho del barranco de los Ballesteros. Entramos de nuevo en la masa del bosque de pinos y cruzando la pista asfaltada llegamos a la Casa Forestal de las Alquerías.

A las espaldas de la Casa Forestal, tomamos la senda del Jabalí, también conocida como la senda de las piedras, de un largo trazado rectilíneo que desemboca en la pista del GR-252. Seguimos por la izquierda un tramo y lo dejamos por la derecha atajando hasta el cruce de los Molejones, donde termina esta interesante ruta.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,00 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.406 M. (Las Cunas)
ALTURA MÍNIMA: 690 M. (Los Molejones)
DESNIVEL POSITIVO: 803 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 803 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

ROLDÁN POR SENDA DEL OSO, CRISTO DE LOS BUZOS, PARAJOLA, ISLA TORROSA Y PLAYA DE FATARES.

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La batería de ''La Parajola'' está situada en las inmediaciones de La Algameca Grande, al suroeste de la ensenada de Cartagena a una distancia de 4 km en línea recta de la ciudad, en el segundo saliente hacia el mar, a una cota media de 164,46 metros y a media ladera de la loma de su mismo nombre. El cerro donde se sitúa es rocoso consecuencia de su contexto geológico, ocupa el extremo oriental del eje que forma la cordillera Bética y que desaparece en el Mediterráneo por Cabo de Palos, desde esta posición se domina la entrada al puerto de Cartagena y también la isla de Escombreras, donde fue hundido el Olite, presenta todo una línea de relieve abrupto impuesto por los afloramientos carbonatados alpujarridos replegados. ''La Parajola'' formaba parte del cinturón defensivo de Cartagena; con baterías construidas en 1926 y artilladas con piezas Vickers de 38,1 y 152,4/50 cm, protegidas por baterías antiaéreas de 105 cm, con un alcance de 35000 y 21000 metros y las antiaéreas de 7000 metros, desplegadas a lo largo de toda la costa Cartagenera desde Cabo Tiñoso a Cabo Negrete, constituían un escudo defensivo sobre Cartagena y su Base de más de 35000 metros. Estaba artillada con cuatro cañones de costa Vickers de 152,4/50 cm (seis pulgadas) modelo 1923 colocados a barbeta con un sistema de dirección de tiro compuesto por un Alza Directora Vickers y telémetro Barr-Stround de coincidencia con base horizontal. Estos cañones podían tirar en un sector marítimo de 123 grados, correspondientes al sector existente entre el Cabo Tiñoso y Cabo del Agua. Podían disparar en 10 grados de depresión y 35 de elevación, con un sector muerto de 2000 metros. También podían desarrollar acción de tiro sobre un frente terrestre aproximado de 23 Km. Como el resto de las baterías que defendían Cartagena, presenta una arquitectura en todas sus instalaciones de estilo ''historicista'' llena de recursos modernistas buscando motivos decorativos inspirados en momentos históricos y culturas pasadas muy en la línea de la época de su construcción principios de siglo XX.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 dirección TORREVIEJA-CARTAGENA, continuar por la Carretera de Tentegorra, girar a la derecha por Avenida del Portús. Dejar el coche en el parking junto a los depósitos del Taibilla.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: TENTEGORRA / MIRADOR / CRUCE SENDA DEL OSO / CUEVA / CERRO ROLDÁN / DEJAR PISTA / CRISTO DE LOS BUZOS / BATERÍA LA PARAJOLA / ISLA DE LA TORROSA / PLAYA DE FATARES / SENDA DEL JABALÍ / MIRADOR / TENTEGORRA.

LA RUTA:Hoy Cartagena Oeste, dentro del Parque Regional Sierra de la Muela, Cabo Tiñoso y Roldán. Parte de la ruta la hicimos hace poco más de dos años, pero en ésta la ampliamos hasta el Cristo de los Buzos, la Batería de costa La Parajola y la isla de la Torrosa; cambiando el sentido de la marcha.

Iniciamos tomando el GR-92, el Sendero Mediterráneo, Murcia es la única región de las que atraviesa que lo tiene marcado, homologado y en uso. Han colocado paneles informativos del parque y de las actuaciones que están haciendo para contener la erosión. El pinar cada vez es más escaso y el sendero descarnado.

La erosión afecta en demasía a las rampas y curvas de subida; hasta el mirador es un tramo muy frecuentado por senderistas y corredores, donde la falta de lluvias y la salubridad del ambiente persisten en su deterioro. Por la izquierda desechamos otra subida directa a la cima por su cara norte.

Después de un fuerte repecho, llegamos a una zona algo más plana donde hay un almacén de aperos con un gran portón azul y algunos bancales mayoritariamente de algarrobos. El camino se estrecha para impedir el paso de vehículos. Obtenemos una buena vista del Cerro Roldán, con el vértice geodésico y una casamata.


El sendero sigue serpenteando exigiéndonos un nuevo esfuerzo hasta alcanzar el Collado de Roldán (308 m.) con su espléndido mirador a la gran ensenada, que en esta zona abarca desde el Cabo Tiñoso a la isla de las Palomas. Contemplando esta bella marina mediterránea, dejamos el GR-92 que se va hacia el Cabezo de la Estrella (418 m.)


Nosotros bajamos por la izquierda un breve tramo, por una especie de ramblizo, hay que estar atentos, las marcas son poco visibles, comienza una abrupta subida entre vegetación y rocas que poco a poco se va reafirmando como sendero. Es el inicio de la Senda del Oso, que en dirección Este surca la ladera del Cerro Roldán.


Al tomar altura las miradas se amplían al mar y a las zonas montañosas. El paisaje se cubre de matorral mediterráneo, sobretodo de espino negro que está repleto de vainas y molinillos que el aire transporta, este entorno está protegido como Lugar de Interés Comunitario (LIC).


Superamos una cornisa por encima de unas formaciones rocosas singulares y con buenas vistas al mar, entrando en un bosquecillo de pinos y matorral abundante. Por casualidad miramos hacia arriba y vemos la entrada de una cueva, de la que no teníamos noticia, ni he logrado averiguar nada.


Subimos hasta su gran boca y quedamos sorprendidos por su tamaño, es poco profunda pero con buena altura. Está claro de que es muy visitada, puesto que en el suelo hay clavada una pequeña cruz de madera, con una concha del Camino de Santiago y dos banderines, de España y de Cartagena. Grandes vistas al mar desde su interior.

Regresamos al sendero que continúa ciñéndose a la ladera sin perder altura hasta conectar con el comino militar que daba servicio a la Batería de Roldán y que seguimos por la izquierda. A poca distancia tenemos las dos columnas que dan entrada al recinto militar, que quedó fuera de servicio y posteriormente desartillado en el año 1965.


Nos paseamos por los restos de las instalaciones, y por la derecha vamos al punto geodésico del Cerro Roldán (470 m.) según el mapa de la zona, pero las instalaciones donde estaban artilladas las baterías se sitúan en un punto más elevado, a 494 m. Queramos o no, esto formó parte de nuestra historia más reciente.

Salimos del recinto militar y proseguimos bajando por el ancho  camino de servicio que viene desde la Algameca; que con fuerte pendiente y prolongadas lazadas recorre de parte a parte la cara sur de la montaña. Debemos estar atentos para después de una curva, dejar el camino por una trocha pedregosa.


Conectamos con otro camino donde hay un pequeño rellano. Un waypoint nos marca una fuente, algo que resulta extraño en este paraje. Indagamos y encontramos la pileta junto a un muro, pero seca. Tomamos el sendero de la izquierda que nos pasa por el Vigilante, curiosa formación rocosa. Tomamos un ramal a la izquierda para llegar al Cristo.

El Cristo de los Buzos. Según una versión, serían los buzos de combate los que lo habrían subido hasta aquí en recuerdo a los compañeros muertos en acto de servicio. Otra versión, sería un homenaje a las víctimas del buque Castillo de Olite, hundido desde la batería de costa La Parajola, muy cercana al lugar.

Regresamos al sendero principal que poco más adelante comienza a descender hacia la playa de Fatares, pero después de la primera loma, dejamos este sendero por la izquierda, tomando otro menos pateado que ataja para conectar con un camino que rodeando la loma entre los pinos nos deja en la batería de costa La Parajola.

A principios de 1939, la Guerra Civil Española, está llegando a su fin. Para la Republica, la decisiva batalla del Ebro ha supuesto la pérdida de Cataluña y la práctica aniquilación de su ejército. El presidente del gobierno Juan Negrín, intenta una última estrategia; alargar la contienda española para unirla a la previsible Guerra de Europa puede salvar a la II Republica. Con el fin de evitar los planes de Negrín, los nacionales preparan una operación de desembarco sin precedentes.

Cerca de treinta barcos con más de 20.000 hombres, salen desde Castellón y Málaga en dirección a Cartagena. La llamada “Expedición sobre Cartagena” fracasará y uno de sus barcos, el “Castillo de Olite”, nunca regresará. De los 2.112 hombres embarcados en el Olite, 1.476 morirán, 342 serán heridos y 294 hechos prisioneros. El hundimiento del “Castillo de Olite” por las baterías republicanas frente a las costas de Cartagena, el 7 de marzo de 1939, constituye uno de los episodios más oscuros y menos conocidos de la Guerra Civil Española.


Por otra trocha cercana a una casamata bajamos hacia la costa, es un tramo descarnado e insulso hasta que enlazamos con un camino que rodea una pequeña loma. Enseguida tenemos a la vista la diminuta isla de la Torrosa. Con su menguado istmo formando dos calas. Cuando azote el lebeche quedará aislada por el agua.

Decidimos no bajar a la isla para ganar algo de tiempo y llegar a Fatares. El siguiente tramo es algo incomodo con diversas sendas hasta que conectamos con el sendero principal que es más ligero. Pasamos entre lomas para bajar por una barranquera que termina en el mar. Caminamos entre las rocas para llegar a la arena.

Playa de Fatares.  Preciosa y apartada cala de difícil acceso, hay más embarcaciones que bañistas en la playa. Inspeccionamos todos sus rincones y decidimos degustar nuestro almuerzo en un sombreado rincón mirando al mar. Después, pateamos la arena recorriendo la cala hasta la Rambla de Fatares, donde comienza la subida de regreso.

El primer tramo de subida es fuerte mientras que la senda se va reafirmando entre el pequeño pinar. Una vez tomada altura, las miradas hacia atrás con la pequeña playa son preciosas. También vemos la impresionante subida por el filo de la cresta hacia el Cristo de los Buzos, que hubiéramos bajado de no haber ido a La Parajola.

En el primer rellano, tenemos otra serena mirada al mar entre una especie de ventana que forman dos rocas. La llegada al primer collado nos confunde creyendo que es el Mirador, lo cual nos desanima un poco, debido al calor reinante. Más que calor es bochorno por el alto grado de humedad ambiental.

No queda más remedio que apechugar, no dejar de tomar líquidos y poco a poco ir superando el tramo de la Senda del Jabalí. Llegamos al cruce con la Senda del Oso, y ahora sí, alcanzamos el Mirador del Roldán. Solo nos queda deshacer el camino cuesta abajo hasta el aparcamiento en Tentegorra.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 16,0 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:35 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 494 M. (Cerro Roldán)
ALTURA MÍNIMA: 0,00 M. (Nivel del mar, Playa de Fatares)
DESNIVEL POSITIVO: 838 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 838 M.

DIFICULTAD: MODERADA.
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