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Channel: Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos
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PENYA LA ZAFRA Y SERRA DE LES PEDRISSES DESDE LA ROMANETA

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La Serra de les Pedrisses está situada en la parte sur del término municipal de Monóver, en la Comarca del Medio Vinalopó, formando un pequeño núcleo montañoso con las sierras de la Taja, del Reclot y l’Algaiat. Se trata de una sierra cubierta de una importante masa forestal, lo que la hace muy agradable de recorrer. De esta mediana sierra, el punto geográfico más sobresaliente es la Penya de la Zafra (845 m.), un prominente peñón aislado en la parte Oeste de la sierra que a modo de atalaya se alza vigilante ante el amplio valle del Mañá; aunque su máxima altura es el Alt de la Zafra (852 m.). Su población más cercana es la Pedanía de La Romaneta, que también es término municipal de Monóver.
CÓMO LLEGAR: Por la CV-84 dirección Aspe, antes de entrar en la población girar a la izquierda por la CV-846 dirección La Romana, seguir durante 8 km, en la rotonda salir por la CV-840, cerca de La Romana, en la rotonda salir por la derecha en la CV 834 dirección Monóvar, en unos 2 km llegamos a la pedanía de La Romaneta. Aparcar a la derecha en la pequeña replaceta.
COMPONENTES: VICENTE, JULIÁN, PATRO Y PEPE.
ITINERARIO: LA ROMANETA / CASA DEL XOCOLATER / CASES DELS SALFARINS / SENDA / DESVÍO IZQUIERDA / DESVÍO DERECHA / PENYA LA ZAFRA / VÉRTICE DE LA ZAFRA / DESVÍO DESCENSO / CASA DELS FALCONS / CASES DEL DERRAMADOR / CASES DEL PASTOR / LA ROMANETA.

LA RUTA:Hacia tiempo que no visitábamos esta espectacular peña, visible desde muchos puntos por su carismática figura. La hemos elegido por su cercanía, buen grado de exigencia en un trayecto no muy extenso, y por su frondoso manto de pineda que hará más soportable la presente canícula.

Damos la bienvenida a Julián, ausente varios meses por exigencias laborales. Iniciamos por el camino que sale desde la replaceta, rodeando las casas por la izquierda para conectar con la Cañada Real de Belaire. Al ser temprano los rayos del sol todavía son inclinados y persiste el ligero frescor de madrugada.


Dejamos atrás la Casa del Xocolater que parece que están rehabilitando, subimos una pequeña cuesta  siguiendo la vereda por la derecha. Pasamos por delante de algunas casas-cueva habitadas y bien acondicionadas, con bonitas fachadas mimetizadas con la naturaleza boscosa de la pineda.

El camino se inclina hasta llegar a una rambla  donde descendemos para cruzarla, a la derecha hay tres casas-cueva adosadas, utilizadas como casas de campo. En la otra vertiente, dejamos la Cañada Real y continuamos por la derecha, por detrás de les Cases dels Saltarins que tienen un corral de ganado.


Este nuevo camino comienza a subir y se va estrechando poco a poco hasta convertirse en senda e introducirnos en el interior del bosque de pinos, son de poco porte pero numerosos, entre sus ramas vamos teniendo alguna visión de la Penya de la Zafra, de su característico frontal rojizo perforado de cárcavas.


La senda zigzaguea elevándose paulatinamente con pequeñas rampas, abriéndose paso entre la exuberante foresta de pinos. El piso está muy pateado y con huellas muy visibles de carriladas dado que es frecuentada por ciclistas y motocross. Hemos de estar atentos para silbar o gritar y que nos vean.


Ahora vienen las rampas y lazadas más exigentes, pero también las mejores vistas a esta espectacular Penya calcárea, a su erosionado frontal de color rojizo con su característica mole en forma de cuña, que pese a su menguada altitud, la hace reconocible desde diferentes latitudes.


Alcanzamos el collado y comenzamos la subida de frente, hacia la Penya por una sendita marcada con hitos, para torcer poco después a la izquierda, por una senda menos evidente y que nos conduce hacia las paredes, dirigiéndonos hacia la canal o paso de la derecha, donde vemos algunos pinos.


Aparentemente parece que tengamos que escalar para acceder a la cumbre, pero una vez llegados a la base, junto a las erosionadas paredes, alguna de ellas de ruda belleza,  tenemos un angosto paso, escalonado entre varios pinos y muy fácil de superar. Todo el mundo se sorprende, puesto que desde el collado parecía tarea de alpinistas. 








Penya de la Zafra (845 m.) La canal de subida divide la cumbre en dos. Son planicies pétreas, sencillas de transitar, en las que tenemos que extremar las precauciones al acercarnos a los verticales cortados. Las fotos de una base a otra son impresionantes. Preciosas miradas a la Quitranera, la Taja, Reclot, l’Algaiat, Carche, Salinas, Crevillente, el Cid…

Tenemos que deshacer camino por la canal hasta el collado, para iniciar la travesía de la Serra de les Pedrisses. De bajada seguimos contemplando las extensas vistas a los valles y sierra próximas. En la base de las paredes nos entrenemos en las cuevas y cárcavas. En el collado proseguimos por la izquierda.

El ancho camino hace una pronunciada comba para volver a subir. Alcanzada la primera loma y mirando hacia atrás, tenemos las últimas panorámicas a la Penya de la Zafra. Comienza una travesía algo monótona al ser un camino ancho y despejado, con intermitentes sombras del pinar.


El ondulado itinerario nos hace subir y bajar un poco, para volver a subir más. Cuando el camino comienza a virar hacia la izquierda, lo dejamos para continuar recto, cumbreando las lomas entre pequeñas carrascas, con una senda que va y viene. Llegamos al vértice geodésico del Alt de la Zafra (852 m.)


Almorzamos mirando la enorme cantera de mármol en la Sierra de la Taja. Luego iniciamos el regreso prosiguiendo por el cordal de la sierra, por un sendero intermitente ya que está poco pateado, y durante algo más de un kilómetro. Quizás mejor marchar cerca del abismo hasta el punto marcado como desvío para el descenso.


Este tramo tampoco tiene un sendero claro, sin mojones y campo a través, aunque resulta evidente en algún sector. Hay que tomar como referencia el camino de tierra que vemos al fondo, por el lomo de una torrentera que solo cruzaremos al final, cerca de una casa-cueva de color rojo, cuando un sendero nos enlaza con el camino.








Entre antiguos bancales abandonados pasamos muy cerca de la Casa dels Falcons, antigua construcción de dos plantas con rejas en las ventanas, que actualmente está deteriorada y en abandono. Marchamos junto a otra casa en ruinas donde volvemos a tener vistas de la Penya de la Zafra.

Sin perder de vista la Penya y entre bancales con algunos ejemplares de olivos centenarios, el camino de tierra hace un cerrado giro a la izquierda, enfilando una recta hacia las Casas del Derramador, enorme caserío habitado con varias construcciones adosadas, y bancales en producción regados por goteo.

Poco más tarde llegamos a las Casas del Pastor, pequeño núcleo de casas habitadas muy cercanas a La Romaneta, donde cerramos el círculo de esta bonita excursión justo antes de que el sol apriete más. Ruta recomendable por su sencillez, recorriendo una de las zonas con mayor densidad de pineda de la provincia.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 12,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:40 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 852 M. (Vértice del Alto de la Zafra)
ALTURA MÍNIMA: 442 M. (La Romaneta)
DESNIVEL POSITIVO: 532 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 532 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

DE CABO ROIG A TORREVIEJA

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La Torre de Cabo Roig está situada en la costa de Orihuela, en la urbanización de Cabo Roig. Se trata de una edificación militar de tipo torre vigía, fue construida en el siglo XVI, con el fin de vigilar la costa y prevenir los ataques de los piratas y berberiscos. Su lugar de localización (en pleno accidente geográfico) le otorgaba una visión mucho más amplia de la zona que vigilaba. La torre es una construcción con forma cilíndrica y ataluzada en su base, sobre el talud se sitúa la puerta de acceso. Fue realizada en mampostería, disponiendo sillares en los vanos como la puerta de entrada. La superficie de la fachada está ligeramente inclinada, siendo la planta de la base más ancha que la terraza, por lo que más que un cilindro tiene alzada de tronco cilíndrico. Tras su restauración, a la fachada le fue superpuesta una capa de cal blanca para decorarla, de ahí su actual color blanco. Toda la fachada está salpicada de numerosas ventanas de pequeño tamaño con las que poder vigilar la zona que le correspondía. El talud de la base alcanza la altura de tres metros.El interior se dispone en dos alturas y terraza. La primera corresponde a la planta baja, la segunda a la primera planta y por último la terraza. De su interior sólo es destacable la bóveda que divide la torre en dos alturas (planta baja y primera planta) realizada en ladrillos. Fue declarada Bien de Interés Cultural.

CÓMO LLEGAR: Por la CV-853 hacia La Marina, continuar por la N-332 dirección Cartagena hasta Torrevieja, donde dejamos un coche en el parking del puerto. Con el otro vehículo continuamos hasta Cabo Roig. Dejamos el coche detrás del Cuartel de la Guardia Civil, en una de sus calles aledañas.
COMPONENTES: VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE.
ITINERARIO: INICIO / CABO ROIG / CALA DEL CAPITÁN / PLAYA FLAMENCA / CALA CERRADA / CALA LAS ESTACAS / CALA MOSCA / CABO PEÑAS / PUNTA PRIMA / CALA FERRI / PLAYA DEL ROCÍO / CALA FERRIS / PLAYA DE LOS NÁUFRAGOS / PLAYA DEL ACEQUIÓN / PARKING.

LA RUTA:Nada mejor para el verano que recorrer nuestras costas caminando, así mantenemos la actividad y conocemos pequeños rincones donde relajarnos y tomar un buen baño. El año pasado comenzamos por el sur de la provincia, desde El Pilar de la Horadada a Cabo Roig, y hoy continuaremos de Cabo Roig a Torrevieja.

Para no hacerla muy pesada, ya que son más de once kms de ida, haremos el trayecto lineal utilizando dos vehículos. Iniciamos desde el mismo accidente geográfico del Cabo Roig rodeándolo en círculo y en sentido al Puerto Deportivo. Está todo tan masificado que apenas hay un angosto paseo marítimo entre los chalets y el acantilado.


Por detrás del Cuartel de la Guardia Civil donde están la hornacina de la Virgen del Carmen y la Torre Vigía regresamos al punto de inicio para continuar por el paseo marítimo, donde algunas escaleras de piedra permiten bajar a las rocas. Sopla un fuerte viento de levante y el mar trae resaca.


Tenemos un fotogénico oleaje hasta Punta Prima que por lógica restará bañistas. Nos vamos acercando a las blancas  arenas de la Playa de la Cala Capitán, primera playa de Cabo Roig, en la cual desemboca una rambla controlada y adecuada cubierta por un pinar.


Esta playa tiene la característica fundamental que dependiendo de las mareas queda unida o no a la Isla del Carmen, pequeña formación rocosa frente a la arena que le da mucha espectacularidad. Si la marea es baja este islote forma dos playas de blanca arena a ambos lados del islote.

Llegamos a Playa Flamenca, preciosa y recogida a la que los embates del temporal de levante apenas le afectan al estar protegida. De arenas blancas y muy cuidada, tiene un chiringuito central y la mitad de la playa es libre y la otra mitad para alquiler de sombrillas y hamacas a una distancia prudente del agua.

Las calas y playas se suceden, ahora le toca a Cala Cerrada Es una cala de arena fina situada en la urbanización de la Zenia y con fácil acceso desde la N-332. Está resguardada por un acantilado que la protege y desde el que se puede disfrutar de unas excelentes vistas sobre el mar y del litoral oriolano.

Cala Estaca, tranquila cala natural de arena fina y dorada, donde desemboca la Cañada de las Estacas, que le da nombre. Rodeada por un paseo marítimo que se extiende hasta Cala Capitán. En las inmediaciones se pueden encontrar restaurantes además de todos los servicios.


Cala Mosca, con interesantes elementos naturales protegidos y de pequeñas dimensiones bordeada por dos áreas de roca que le reportan un aspecto de bahía bien acotada y con una gran profundidad de arena fina.  Es un espacio costero muy peculiar que se une con la vecina Cala Estaca a través del paseo marítimo de Playa Flamenca donde se ubica un original reloj solar.

La playa cala Cabo Peñas es una pequeña cala de arena en forma de medialuna cerrada, aislada, en una zona que todavía está sin construir, está ubicada la playa en Orihuela Costa al norte de la cala la Mosca. No tiene buena accesibilidad, debido a que la zona tiene el trazado previo de una urbanización que no llegó a construirse.

A pie se puede acceder desde la Cala La Mosca en 15 o 20 minutos. El trazado del camino para bajar a la cala es un poco complicado y se debe hacer con cuidado. No hay señalización clara, ni cuenta con paseo marítimo. No cuenta con servicios de hostelería ni servicios de higiene solo papeleras. Playa con encanto natural y vegetación típica de la zona, es una playa que admiten perros.

Punta Prima Es la playa ubicada más al norte del litoral oriolano, limitando con el vecino término municipal de Torrevieja. Destaca por su carácter innovador en la accesibilidad, ya que dispone de un ascensor a pie de playa que da acceso directo a la zona de baño. Está bordeada por un paseo marítimo con servicios de socorrismo en temporada alta, alquiler de hamacas, sombrillas y chiringuito.

Playa Rocío del Mar o de las Piteras, ya en Torrevieja, en el límite del término de Orihuela, en un área semiurbana, se encuentra esta cala rodeada de rocas y con la vegetación típica del Mediterráneo, apta para la pesca. Se trata de una playa de 100 m de longitud.  El grado de ocupación que presenta es bajo. Es una playa semiurbana. No tiene paseo marítimo.







Cala Ferris Playa, esta playa tiene 200 metros de longitud por 20 metros de anchura. Normalmente el nivel de ocupación es medio. Playa aislada cuya composición es de arena. Lo más característico de esta cala es su tranquilidad, sus aguas limpias y cristalinas, y su entorno rodeado de dunas con abundante vegetación y palmeras.

La playa de los Náufragos se encuentra situada en el Barrio de San Roque, al sur de Torrevieja y tiene una longitud de 325 m. y una anchura de 77 m. Tiene una media de 7000 visitantes diarios en periodo estival. Posee 3 torres de vigilancia, 3 socorristas en primera línea, una silla adaptada y un puesto de primeros auxilios. Se sitúa en un entorno urbano y cuenta con paseo marítimo y parking delimitado.

Nuestra última playa, la del Acequión Playa.Su extensión es de 900 metros por 25 metros de ancho. El nivel medio de ocupación es alto. Playa urbana sin paseo marítimo principalmente compuesta por arena dorada. El estado habitual de la mar es aguas tranquilas. Está situada entre Las Eras de la Sal, catedral de la habanera, y el puerto.
Arribamos al paseo marítimo y al parking, nos aseamos un poco y vamos en busca de una buena terraza. No andamos mucho, nos encanta la gran terraza del Casino para tomar unas cervezas con frutos del mar.

RECORRIDO: LINEAL.
AGUA EN RUTA: NO
DISTANCIA: 11,54 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:10 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 18 M.
ALTURA MÍNIMA: 0,00 M. (Nivel del Mar)
DESNIVEL POSITIVO: 105 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 26 M.

DIFICULTAD:FÁCIL.

LA SIERRA DE LA VILLA POR EL CASTILLO DE SALVATIERRA, VILLENA

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El valle del Vinalopó ha sido un corredor por el que distintas oleadas humanas han pasado desde el interior de la Penín­sula Ibérica a la costa. Es un paso natu­ral que nace en la Sierra de Mariola, en­tre Bañeres y Bocairente, y acaba en el Hondo de Elche; fue aprovechado por los romanos para construir un ramal de la Vía Augusta que discurría a lo largo de este río. Esta vía pasaba por Villena; en esta población hay un lugar situado entre el cruce que forman la autovía de Madrid-Alicante y la carretera que desde Villena lleva a Alcoi que se llama la Losilla, y según cuenta M. Jesús Rubiera el término latino losa significa vía pavimen­tada, y justamente en La Losilla se unen el tramo de la Vía Augusta que bajaba desde Xátiva con el que iba a la Meseta. Hasta 1031 en que desaparece el cali­fato cordobés al deponer la aristocracia hispanoárabe a Hisham III, Al-Andalus fue gobernado por los califas omeyas desde el 912, éstos construyeron fortifi­caciones a lo largo de la frontera con los reinos cristianos, y sistemas defensivos y de vigilancia a lo largo de las calzadas, siendo uno de estos castillos el de Salva­tierra, que se construyó en la sierra de San Cristóbal de Villena y que se comu­nicaría con otras fortalezas haciendo se­ñales de humo o de fuego, porque según Azuar y Rubiera el sistema defensivo omeya fue copiado del bizantino y se basaba en la construcción de castillos unidos entre sí por torres vigías que se comunicarían entre ellos visualmente. En el siglo XIII los castillos del valle me­dio del Vinalopó son reconquistados por los cristianos, y en el siglo XIV el castillo de Salvatierra pertenecía a D. Juan Ma­nuel, que junto con otros lo entrega en garantía al rey de Aragón Jaime II el 28 de marzo de 1303 al serle entregada la infanta Constanza, niña de seis años, para que fuera su mujer cuando tuviera una edad conveniente, momento en el que le serían devueltas todas las villas y castillos que había dado en fianza el Se­ñor de Villena. Cuando la península está en manos de los cristianos en el siglo XVI, la razón de ser de todos los castillos y fortificaciones del interior se pierde y son abandonados poco a poco para reforzar el sistema defensivo costero que es atacado periódi­camente por los turcos; esto hace que to­rres, alcázares y fortalezas se deterioren y desaparezcan. En "La relación de Villena de 1575" se dice que en la ciudad de Villena hay un "castillejo" muy antiguo, volviéndole a llamar castillejo cuando dice que está edificado encima de una peña de la sierra de la Villa, así pues no debía te­ner la envergadura del Castillo de la Atalaya -sito en la misma Villena-, al que sí se llama castillo. En un grabado de 1760 se pueden ver dibujados los dos castillos nombrados, siendo el de Salvatierra representado por un torreón de planta circular, los muros serían de mampostería en seco y estaría coro­nado por almenas; el castillo de la Ata­laya, sin embargo, es una edificación mucho más importante y que hoy es un monumento restaurado que merece la pena visitar.
CÓMO LLEGAR: Por la Autovía A-31 hacia Villena, antes de llegar al túnel, salir en dirección a BIAR, en el semáforo, torcer a la izquierda hacia el pueblo y en la siguiente rotonda, salida al Paraje de las Tres Cruces, aparcar en la zona recreativa.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO:ÁREA RECREATIVA DE LAS CRUCES / CRESTA DEL CASTILLO DE SALVATIERRA / SALIDA A LA CUMBRE / POSTE INFORMATIVO / VÉRTICE GEODÉSICO / BAJADA AL CAMINO / CASA DEL PURGATERO / CASA QUILES / CAMINO ASFALTADO / COLLADO DE LA CALERA / CASICA DEL GUARDA / DESVÍO A LA MINA / MINICA DE LOS  COLORES / COLLADO DE LA CELADA / ÁREA RECREATIVA DE LAS CRUCES.

LA RUTA:Hoy nos vamos a Villena, a la Sierra de la Villa, llamada también la Sierra de San Cristóbal, sin meternos en la vía ferrata, es una ruta bastante asequible aunque en la subida haremos una variante para darle un poco de emoción, pasaremos por la cresta y las ruinas del “Castillico”.

Iniciamos desde el Área Recreativa de las Cruces, subiendo por el PR-CV 312 para en pocos metros dejar el sendero y por la derecha buscar algunos mojones que nos guíen por este pétreo espolón. Apenas nos elevamos y tenemos grandes vistas de la población de Villena y el restaurado castillo de la Atalaya a nuestros pies.


El trazado es vertical y de pura roca dura, la vegetación desaparece ante la imposibilidad de echar raíces entre sus grietas. Es de superficie rugosa donde las suelas de las botas se agarran con facilidad y es fácil elevarse. Se amplían las miradas a la cercana Sierra de Cabrera, por la autovía hasta Caudete, y un plano inclinado del Barrio del Rabal.


Afrontamos un recio espolón en el que tenemos que utilizar las manos para superarlo. El día está bastante claro y despejado, refrescado por una ligera brisa. Se abren las vistas al estrecho valle del Vinalopó flanqueado por la Sierra de la Peñarrubia y la Serra del Frare en Biar. Damos la última mirada al castillo de la Atalaya.


Tras unas rocas, nos plantamos en lo alto de la cresta para enfrentarnos a su inclinado itinerario, al final de la misma, tenemos a la vista las puntas de las innumerables antenas que coronan el gran contrafuerte, actualmente convertido en una sucursal de las compañías de teléfonos móviles.


El tránsito por la cuerda de la crestería es relativamente sencillo, siempre que se extremen las precauciones y se trate de personas acostumbradas a manejarse en estas situaciones. Las panorámicas son espectaculares a 360º y pronto tenemos a la vista los pocos restos visibles del Castillo de Salvatierra.


Se encuentra en estado ruinoso, pues dada su situación elevada y difícil de acceder, no se ha efectuado ningún tipo de restauración después de las excavaciones arqueológicas que en él realizó en el año 1951 el afamado arqueólogo villenense D. José María Soler, descubridor del Tesoro de Villena en el Cabezo Redondo.

El castillo presenta una orientación N-S (desde la torre norte a la torre central). Tiene unas dimensiones aproximadas de 92 metros de largo por otros 32 metros de ancho, y un aljibe de gran capacidad, teniendo una fuerte pendiente en sus dos vertientes, que ha favorecido su deterioro.

Desde el espolón donde se hallaba su torre norte tenemos que descender unos metros por la derecha, donde la cresta hace una especie de collado, hay unas marcas que indican la situación de la vía ferrata, y en la inclinada pared de la ladera vemos instalados en horizontal varias decenas de metros de cable de acero.

Nosotros seguimos de frente para volver a situarnos de nuevo encima de la cuerda de la cresta. Ahora nos acompañan grandes puntos pintados de verde que nos van indicando el mejor paso. Antes de llegar al gran espolón final, tenemos que ladear la cresta por la izquierda evitando una cornisa peliaguda.


Por el mismo lado volvemos a trepar ganando altura, rodeando en ascenso la gran peña, sin perder de vista los grandes puntos verdes. Viene un corto tramo de cresta, y también por la izquierda atacamos el último escollo para salir a pie plano, a algo más de cien metros del prolijo nido de antenas.

Tenemos grandes panorámicas por delante, a la derecha la cuenca del Vinalopó y en el otro lado separadas por el Barranco de Taconar, la Sierra de San Cristóbal, por donde regresaremos, y la Sierra de Benexama. Proseguimos por la derecha por la pétrea planicie en leve ascenso.


Llegamos al vértice geodésico de la Sierra de la Villa (779 m.) solitario y alejado de las antenas. Encontramos una cepa de vid con racimos de uva, que ha logrado enraizar en este rocoso suelo. Enfrente ya distinguimos la Casica del Guarda, una de las referencias de esta ruta. Caminamos casi sin perder altura por el lomo de la sierra.


En los comicios de una rambla el sendero hace una especie de vaguada, volviendo a subir para alcanzar otra loma que termina en un roquedo, y comienza a bajar rápido cerca de un embalse de riego, hasta un camino que seguimos por la derecha y enseguida por la izquierda, por debajo del embalse.

Pasamos por delante de unos pozos, donde con motores extraen el agua que elevan hasta el embalse para su distribución. Desfilamos por cuidados bancales de olivos centenarios equipados con riego a goteo, cerca de la enorme Casa del Purgatero que parece mínimamente mantenida.


Poco después viene otra edificación de labor, la Casa de Quiles, custodiada por un pino de gran porte. Vamos virando a la izquierda para conectar con un camino asfaltado, desde el cual tenemos una imagen poco nítida del Castillo de Biar, dejamos el asfalto por un atajo para volverlo a coger más adelante.


Termina el asfalto y por camino de tierra llegamos al Collado de la Calera (631 m.) balizado con un poste de PR-CV 312 y otro del SL-CV 76 que viene desde La Canyada. Tomamos el desvío de la izquierda, que tras un fuerte repecho se prolonga hasta la Sierra de San Cristóbal y a la Casica del Guarda.


A sus espaldas, a la sombra de la gran casona, damos buena cuenta de nuestro almuerzo. Luego proseguimos el sendero entre pequeños pinos y con abundante matorral de esparto y romero; es un sube y baja continuo sobre el sólido piso pétreo, hasta que llegamos al desvío de la Minica de los Colores.

Bajamos hasta su reducido foso de color rojizo debido al mineral de hierro, pero su oquedad se vuelve muy angosta y lo dejamos. Su nombre proviene de la gran cantidad de cristales de colores que pueden encontrarse en su interior. Su origen es incierto, aunque se cree que ya funcionaba en el Neolítico.


Continuamos hasta el Collado de la Celada (721 m.) donde enlazamos con el sendero de bajada por la cara norte y a la umbría de los pinos. Sorprendemos a una perdiz y sus polluelos entre el matorral, es asombrosa la cantidad de maniobras que la madre realiza para que la sigamos a ella y dejemos en paz a sus polluelos.

El trazado es rápido pero hay que estar atentos a los cruces ya que hay varios senderos, debemos procurar seguir el de las marcas amarillas y blancas del PR que nos llevan hasta el aparcamiento, cerrando esta entretenida ruta. Nos ha encantado el tránsito por la cresta del Castillico de Salvatierra.
RECORRIDO: CIRCULAR
AGUA EN RUTA:NO.
DISTANCIA: 12,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:25 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 779 M. (Vértice Geodésico de la Sierra de la Villa)
ALTURA MÍNIMA: 553 M.
DESNIVEL POSITIVO: 510 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 510 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

DE EL CAMPELLO A SAN JUAN PLAYA (IDA EN TRAM)

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Adentrarse en El Campello es hacerlo por siglos de Historia. A lo largo y ancho del municipio encontramos huellas de las principales civilizaciones que poblaron la península. Los restos más antiguos se hallan en la Illeta dels Banyets, un espacio privilegiado para el conocimiento de nuestra historia. Finalizado su proceso de musealización, podemos decir que es uno de los mejores Parques Arqueológicos del Mediterráneo. Los primeros asentamientos que aquí veremos datan de la prehistoria, del Calcolitico y de la Edad de Bronce, en el segundo milenio antes de Cristo. De especial relevancia son los restos del poblado Íbero, único por sus características, y considerado uno de los más importantes del mediterráneo. El hecho de encontrar pocas viviendas y muchos almacenes y restos cerámicos ha llevado a la conclusión de la existencia de una importante actividad productiva relacionado comercialmente con otras culturas del mediterráneo. En el poblado se han encontrado dos edificaciones, similares a templos, de características insólitas en este tipo de asentamientos. De la época romana sobresalen unas pequeñas termas y muy especialmente las piscifactorías, viveros cortados en la piedra, que han dado nombre al enclave a través de la tradición popular, conociéndose como Els Banyets de la Reina. Las piscinas, que según esta tradición, eran para uso de una bella reina mora, son, en realidad, construcciones de gran importancia en la época, utilizadas para poder conservar la pesca y que dieron lugar a una importante industria de salazones y de, la muy apreciada, salsa “garum”.
CÓMO LLEGAR: Por la A-70 o la N-322 hasta el Cabo de las Huertas-San Juan Playa, aparcar en Avinguda de la Costa Blanca, suele haber sitio. Si no se quiere hacer a pie el trayecto hasta la parada del TRAM en Lucentum, que es el que llega a El Campello, se puede coger el TRAM en la Avda. Costa Blanca y hacer trasbordo en la parada de Lucentum, cruzando para cambiar de sentido. El billete es el Interurbano.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: PARKING / SUBIDA AL TRAM (AVDA. COSTA BLANCA) / TRASBORDO EN LUCENTUM / BAJADA TRAM EN EL CAMPELLO / PLAYA CARRER DEL MAR / PLAYA DEL TRAJO / RIU SEC / PLAYA DEL RACÓ DE LA ZOFRA / PLAYA DE MUCHAVISTA / PLAYA DE SAN JUAN / FINAL PASEO MARÍTIMO / PARKING.

LA RUTA:Hoy toca playa. Nos vamos a El Campello. Al ser playas urbanas en temporada alta no queremos darnos palizas de ida y vuelta por paseos marítimos. Recurrimos al TRAM que hasta ahora no habíamos utilizado, y hacemos el trayecto de ida en sentido Playa de San Juan-El Campello, se puede hacer en ambas direcciones.

Aparcamos en la Avinguda de la Costa Blanca junto a una parada del TRAM, que en ese momento llega y subimos. Al sacar el billete nos damos cuenta de que no va a nuestro destino, pero no importa,  unas paradas después hacemos trasbordo en Lucentum, cruzando para cambiar de sentido y en unos minutos marchamos en el tren correcto.

Nos apeamos en la estación de El Campello, en un principio íbamos a desviarnos hacia la Torre de la Illeta, cerca del Club Náutico y el puerto pesquero para venir por el litoral, pero atajamos bajando directamente hacia el mar. Al llegar al paseo marítimo caminamos por él aunque la playa no está muy concurrida aún.

Playa del Carrer La Mar, es la playa central del municipio, situada en el antiguo barrio de pescadores que constituye hoy el centro turístico de la villa. Con una longitud de 1.850 m y una anchura de unos 30 m., esta extensa playa de reciente regeneración, ofrece una arena fina y dorada con poca profundidad en su orilla.

Enseguida viene la Playa del Trajo, esta zona, a los pies del primer barrio marinero del mismo nombre, cuenta entre sus atractivos con la presencia de una de las partes del conjunto escultórico “Monumento al Pescador” obra de Arcadi Blasco de 1991, que simboliza la unión de los campelleros con el Mar. 

Hacemos una pequeña parada técnica para tomar un granizado y seguimos por la orilla del mar para salvar la desembocadura del Rui Sec, que pese a su nombre trae un hilillo de agua. Es una zona de piedras, bolos y cantos rodados algo incomoda. Han aprovechado este espacio para la Playa Can Punta del Riu adaptada para mascotas.


Vienen unos edificios pegados a la orilla del mar, hoy en día no podrían ser edificados. Pese a estar a pie de mar, resulta dificultoso bañarse debido a la gran cantidad de piedras existentes, hay que usar escarpines o sandalias de goma. Al dar la vuelta todo cambia, entramos en el Racó de la Zofra donde comienza la Playa de Muchavista.

Esta es la joya de la corona, es una extensa y larga playa de dorada arena fina con una extensión de más de 3.300 m y 80 m de anchura. Al igual que la Platja del Carrer La Mar, también ha recibido la distinción de Bandera Azul por parte de la Comunidad Europea. Su grado de ocupación es alto.


Está ubicada en un entorno semiurbano junto a la playa de San Juan, lugar privilegiado para el baño, la práctica de deportes náuticos como el windsurf, caminar o correr por su 
paseo peatonal de más de 3 Km., que discurre junto a la línea del moderno y cómodo Tranvía que enlaza Alicante y El Campello cada 30 minutos.


Además posee un tramo de "playa accesible" para personas con movilidad reducida. Durante los meses de verano ofrece un amplio programa de actividades como cine, eventos deportivos, Biblioplaya, ludotecas, alquiler de hamacas... lo que, junto a sus instalaciones e infraestructuras turísticas, la convierte en destino adecuado para todos los gustos.



Aproximadamente a mitad del recorrido por esta playa dejamos el paseo marítimo y seguimos caminando por la orilla del mar. A estas horas la cantidad de gente es abrumadora y las sombrillas particulares están muy cerca del mar, con poco espacio para la gente que va caminando, sobre todo en la curva de la playa de San Juan.


Poco a poco cerramos el alargado círculo entre TRAM y caminata llegando al aparcamiento. Decidimos ir a comer a los chiringuitos del paseo marítimo de El Campello, mucho más tranquilos, aunque en fin de semana hay que reservar con antelación.
RECORRIDO: LINEAL. (LA IDA EN TRAM)
DISTANCIA: 11,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 2:30 HORAS.
DIFICULTAD:FÁCIL


CALA DE LA GRANADELLA POR LA VARIANTE DEL GURUGÚ

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El trayecto de esta ruta discurre en su totalidad por el Parque Forestal de la Granadella. Una zona virgen de construcción que linda con el mar y de gran valor ecológico, paisajístico y cultural. La belleza de esta ruta reside en la combinación de mar y montaña, con magnificas vistas de acantilados, del Montgó, del valle y de la bahía de Xábia. A lo largo del recorrido además de la importante riqueza y diversidad natural, podemos observar el interesante patrimonio cultural compuesto por construcciones tradicionales, minas de ocre (explotadas hasta finales del siglo XIX), “pesqueres”, hornos de cal, etc. Elementos que demuestran que el hombre y su actividad pueden mantener el equilibrio y la armonía con la naturaleza. Como construcción más relevante a destacar las ruina de una pequeña fortificación costera en forma de herradura erigida en 1739 y conocida como el Castell de la Granadella. Este castillo formaba parte del sistema litoral defensivo de las costas valencianas, acosadas desde la conquista cristiana por las incursiones de los piratas norteafricanos. Desde el Castell se divisa la isla del Descubridor o de Ambolo y la Torre del mismo nombre, otra de las fortificaciones dirigidas a la vigilancia y defensa costera. Tanto el Castell de la Granadella como la Torre d’Ambolo están declarados Bienes de Interés Cultural.
CÓMO LLEGAR: Autopista dirección Valencia, Salida número 62 ONDARA/DENIA/JÁVEA. Continuar hacia Xábia, a la entrada del pueblo por la Avenida del Plá coger la CV-742 dirección la Guardia, ya hay carteles con indicación de la Cala de la Granadella. Continuar durante 4 km, girar a la derecha y tomar la carretera de la Granadella CV-7420 durante 3 km. Girar a la derecha hacia el Camí de Teulería y en aproximadamente 1,5 km llegaremos a la Cala de la Granadella. Aparcar en la rambla que va al mar. Frente a los restaurantes hay un cartel informativo de la ruta.
COMPONENTES: VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE.
ITINERARIO:PARKING / IZQUIERDA / MIRADOR / CASTELL / CRESTA / MIRADOR DE LLEVANT / VARIANT TEULERÍA / VARIANT GURUGÚ / DERECHA BAJAR / PARKING.

LA RUTA:La cala de la Granadella con 220 m. de longitud y 24 metros de anchura media, es uno de los pequeños tesoros de Xábia. Para acceder a la playa existe una carretera de abrupta pendiente que, poco a poco, exhibe la belleza que la playa esconde. Se toma desde la carretera Cabo de la Nao, a unos dos kilómetros aproximadamente antes de llegar a él.

La playa La Granadella es una pequeña y bonita cala de grava y roca situada en la zona más meridional de Xábia. Un lugar idóneo para la práctica del submarinismo por su cómodo acceso, la abundante información y sus aguas cristalinas. Ha obtenido bandera azul desde 1987 y considerada varios años una de las mejores playas de España.

Vale la pena madrugar un poquito para obtener un buen sitio en el parking, cerca de la playa y del inicio de la ruta. Apenas hay gente todavía, han caído unos gotas esta madrugada pero se está despejando. Iniciamos por la rambla del aparcamiento para girar enseguida a  la izquierda subiendo por la inclinada pista de cemento.


Duras rampas nos ayudan a elevarnos siguiendo el curso del Barranc de Martorell, entre una recogida y apretada pineda donde se distinguen algunos privilegiados chalets y casas de campo. Casi culminando, llegamos a un cruce y dejamos la pista por la izquierda tomando un camino que en un corto tramo, junto a la tapia de unos chalets se transforma en senda.

Nos hemos elevado rápido y entre el ramaje de los pinos tenemos buenas vistas de los chalets al otro lado de la Cala y una visión parcial de la misma, con el cercano islote de Ambolo formando parte de un agreste litoral capaz de esconder maravillas como ésta. Tenemos suerte de su poca accesibilidad, lo que ha frenado de alguna manera su urbanización.


Pegado a las paredes rocosas y en ascenso viene un tramo donde nos acompañan protectoras barandas de madera junto a los acantilados, vemos algunas oquedades en la montaña prácticamente cubiertas de vegetación, son antiguas minas de ocre, parece que de origen romano, y que han sido explotadas hasta finales del siglo XIX.


En un recodo la senda se amplía con un rellano y forma un espléndido mirador sobre la Cala, desde donde se divisa la l’Illa del Descubridor y la Torre d’Ambolo; también bajo el acantilado y junto al mar, admiramos una gran ventana natural en las rocas. Hacia el interior vemos asomarse el Montgó, hoy tapado por las nubes.


A continuación comienza un fuerte descenso para salvar el Barranc de la Xarpa, es un trecho abrupto e incomodo, delimitado por barandas de madera y con unas extraordinarias vistas al mar. En estos tramos es cuando damos mucha importancia al  llevar un buen calzado de montaña que se adhiera a la roca.


Llegados al diminuto cauce, remontamos por la otra vertiente que comenzamos a rodear en ascenso entre abundante vegetación de matorral, palmitos y pequeños pinos. Las miradas a la cala con sus aguas turquesa que observamos en su totalidad desde lo alto, son grandiosas, así como los contraluces al litoral.


Seguimos rodeando el promontorio pegados a las paredes. Llegamos a un tramo equipado con pasamanos de cadena que ayudan y dan seguridad a la gente menos habituada a moverse cerca de los acantilados. También unos metros de cadena ayudan a izarte sobre un escalón rocoso. Los pasos son muy sencillos y sin peligro.


Nos vamos acercando al final del morro y obtenemos una preciosa vista aérea de las ruinas del Castell de la Granadella. Llegamos a un cruce y abandonamos la senda principal para bajar a visitar el Castell,  los restos de una fortificación defensiva en forma de “herradura” del siglo XVIII situada en estratégico lugar.










Este Castillo formaba parte del sistema litoral defensivo de las costas valencianas, acosadas desde la conquista cristiana por las incursiones de los piratas norteafricanos, vigilando y protegiendo la entrada a la Cala de la Granadella y el Rincón d’Ambolo. Disponía de artillería y una guarnición de tres hombres “en tiempos de paz”.


Regresamos al carril principal, la senda gira a la izquierda  y serpentea por el cordal y las crestas de los acantilados ofreciéndonos unas panorámicas espectaculares. Se distinguen perfectamente los rincones que albergan las calas del Moraig y la de Llebeig, la Torre de Guaita del Cap d'Or y por encima de los acantilados asoma el Penyal de Ifach. 


Poco después nos desviamos por la izquierda entre las paredes del acantilado siguiendo unos puntos rojos pintados en las rocas, es un corto tramo fuera de ruta, algo más expuesto, pero que con precaución nos permite obtener impresionantes vistas de la barrera de acantilados, donde el mar rompe con fuerza.


Luego, sin senda, tenemos que remontar entre las zarzas de la ladera; es un pequeño esfuerzo adicional pero vale la pena las panorámicas observadas. En el mar unas motos de agua trazan largas estelas de espuma blanca. Retornamos al sendero oficial y seguimos subiendo. Por detrás de la Torre d’Ambolo aparece el Faro de la Nao.


Viene un tramo de cresteo entre las rocas y pequeños pinos, breves sube y baja esquivando peñas, para observar los acantilados desde posiciones más elevadas. Hacia atrás, la cara norte de la loma con una espesa pineda cierra el contorno de la cala, dando la sensación de que estamos contemplando un hermoso ibón pirenaico.


Alcanzamos el Mirador de Llevant (180 m.) solo quedan sus cuatro pilares de piedra porque su protector techado de cañizo ha desaparecido. Aprovechamos para tomar un respiro y refrescarnos con unas frutas. Ahora el trayecto es por un ancho camino de tierra que discurre entre pequeñas lomas alejándonos del litoral.


Avanzamos por la pista y en el monte aumenta la vegetación y el pinar, sobre todo en las cortas ramblas que desembocan en el mar. Llegamos al cruce con la variante de la Teulería,  para gente que no quiera alargar más la excursión puede regresar a la Cala de la Granadella en 30’ tras recorrer 1.845 metros.

Continuamos marchando por la pista pasando por una balsa para abastecer agua en caso de incendio. Vemos a un grupo de jinetes y amazonas que está haciendo una ruta a caballo. Por la izquierda el paisaje se afea un poco con la visión de la Llorensa (440 m.) cuyas laderas están atiborradas de chalets y culminada por antenas.


Llegamos cruce con la variante del Gurugú, que acorta la ruta principal por la mitad y que hoy vamos a utilizar. Giramos por la derecha por un camino paralelo al cauce del Barranc de Martorell, por encima de sus paredes se asoma entre las nubes el lomo del Montgó. Más adelante dejamos el camino por la derecha, ver mojones de piedras.

Por senda y en suave descenso transitamos por la ladera del Barranc de Martorell con abundante vegetación de pinos y matorral, zigzagueamos entre suaves rampas hasta llegar al lecho del barranco cerca de una pequeña casita de aperos. La senda remonta por la otra ladera entre un bosquete de pinos.

Bajamos de nuevo al cauce del barranco poco antes de unirse al de la Granadella que viene por la izquierda, formando una sola rambla que llega al aparcamiento y a la Cala cerrando la ruta. Nos cambiamos para tomar un refrescante baño. Hay algo de resaca y las aguas andan revueltas pero la playa está a tope. Después comemos en uno de los restaurantes. Día perfecto.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 6,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 02:45 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 218 M. (Variante “Gurugú”)
ALTURA MÍNIMA: 0,00 M. (Nivel del Mar)
DESNIVEL POSITIVO: 300 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 300 M.

DIFICULTAD: MODERADO.

DE CABO COPE A PUNTAS DE CALNEGRE

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El Parque Natural de Cabo de Cope y Puntas de Calnegre fue declarado en 1992 abarcando 1.032 hectáreas de terreno litoral en la Región de Murcia. Cuenta con 17 kilómetros de costa perteneciente a la Bahía de Mazarrón. Se trata de un paisaje dominado por una larga sucesión de acantilados y calas. Cuenta con una gran biodiversidad que permite encontrar en él diversos ecosistemas litorales y prelitorales como bancos de arena, arrecifes o zonas de matorral. Al norte se encuentran las Puntas de Calnegre y el Lomo de Bas, que presenta alturas cercanas a los 600 metros antes de sumergirse en el mar para dar forma al tramo costero que discurre hasta reflotar en la roca caliza del Cabo de Cope, al sur del conjunto. El parque cuenta con un clima semidesértico que condiciona fuertemente su morfología y diversidad biológica. Las aguas de Cabo Cope y Puntas de Calnegre tienen una media de temperatura 5 grados superior al resto de la costa mediterránea, por lo que playas como la de Puntas de Calnegre o Baño de Mujeres gozan de una gran popularidad en los alrededores. Sobre la vegetación del lugar, predominan las especies de matorral como el bayón, el acebuche o el espino negro. En los alrededores del Cabo Cope la sabina negral es la especie por excelencia. En los terrenos costeros es habitual la gaviota, el cormorán y la pardela, aunque también pueden verse ejemplares de águila perdicera o búho real. En Cabo Cope y Puntas de Calnegre también hay especies protegidas como la tortuga mora, una de sus más insignes habitantes. La escasa extensión del parque hace que este sea fácil de recorrer siguiendo la senda costera que lo atraviesa. Además existen en él varios valores culturales a tener en cuenta como la Ermita del Cabezo del Cabo Cope, del siglo XVIII, o la Torre de Cope, construcción de carácter defensivo del siglo XVI. El acceso a Cabo Cope y Puntas de Calnegre es sencillo desde la autovía A-7 tomando la salida de Ramonete y continuando por la D-21 en dirección a Puntas de Calnegre. La carretera RM-D20 lo bordea por su vertiente oeste. Desde Águilas o Lorca, municipios sobre cuyo terreno se asienta el parque, el acceso es también fácil. La costa de Lorca se extiende en una franja de 10 kilómetros. En su parte norte linda con la localidad mazarronera de Cañada Gallego, cuya playa más conocida es la de Percheles. Si bajamos hacia el sur, nos encontramos con varios acantilados y calas hasta llegar a la playa de Puntas de Calnegre. En alguna de estas calas aún sobreviven los restos de infraestructuras que sirvieron al esplendoroso pasado minero de Mazarrón. Puntas de Calnegre es una playa desértica de arena, piedra y cantos rodados. La mitad pertenece a Mazarrón, la otra mitad a Lorca. En medio de la playa existe una bonita casa conocida como “ la Casa Colorada”, que a principios de los años 80 sirvió como residencia de verano al Presidente del Gobierno Felipe González. La “Casa Colorá” aún conserva los restos de un acueducto que llevaba agua hasta los cultivos próximos. Este paisaje rústico está salpicado por chumberas, eucaliptos, olivos, almendros, algarrobos, palmitos, acacias, pinos y palmeras. En el extremo de la playa se encuentra el pequeño pueblo de pescadores de Calnegre, a la sombra del Parque Regional de Cabo Copey Puntas de Calnegre. Entrando en el Parque Regional nos encontramos con varias calas de agua cristalina: la de Calnegre, el Baño de las Mujeres y el Siscal. Estamos hablando de uno de los paraísos recónditos de la Región.

CÓMO LLEGAR: El acceso a Cabo Cope y Puntas de Calnegre es sencillo desde la autovía A-7 tomando la salida de Ramonete y continuando por la D-21 en dirección a Puntas de Calnegre. La carretera RM-D20 lo bordea por su vertiente oeste. Desde Águilas o Lorca, municipios sobre cuyo terreno se asienta el parque, el acceso es también fácil. Utilizamos dos vehículos, dejando aparcados cada uno en el inicio y el final, para facilitar la ida y el regreso.

COMPONENTES:VICENTE, SUSI, PEPE, TERE, ANTONIO Y MARIBEL.

ITINERARIO:ERMITA DE COPE/ TORRE DE COPE / PLAYA DEL SOMBRERICO / PLAYA DEL HOYO / PLAYA DEL RAFAL / PLAYA ELENA / CALA POCICO DEL ANIMAL / PLAYA DEL SALADAR / CALA POZO DE LAS HUERTAS / CALA DE LOS ABEJORROS / CALA DE LAS PULGAS / ISLA DE LOS PÁJAROS / PLAYA DE LA GALERA / PLAYA LARGA / CALA BLANCA / PLAYA DE LOS HIERROS / CUARTEL DE CISCAR / CALA DE CISCAR / PLAYA DEL SISAL / PLAYA BAÑO DE LAS MUJERES / CALA CALNEGRE.


LA RUTA: Proseguimos haciendo etapas del GR-92 por el litoral murciano, al mismo tiempo que vamos conociendo innumerables calas y pequeñas playas protegidas dentro de los Parques Regionales que atraviesa, muchas de ellas de difícil acceso en vehículo. Durante el recorrido dejaremos varias veces el GR para caminar por la arena de las playas o acercarnos a los acantilados.

Iniciamos desde la Ermita de Cope, que parece ser que ya existía en el siglo XVI, ya que la torre se construyó en esta época, y desde entonces pescadores y pastores constituían el vecindario de dicha torre a cuya guarnición abastecían de productos, por lo que la construcción de la ermita era para dar servicio religioso los domingos y festivos a los pocos habitantes de la zona y a la propia guarnición del bastión.

A pocos metros tenemos la Torre de Cope, levantada a lo largo del siglo XVI, dado el interés del concejo de Lorca por ejercer un control decisivo sobre sus espacios costeros, asolados por corsarios norteafricanos de origen musulmán, quienes capturaban a pescadores y pastores por aquellas fechas. Su ajetreada historia le dio por fin un aspecto singular. Pasó de una simple torre en origen a un pequeño fortín en la segunda mitad del siglo XVII.


Hace un día despejado, caluroso y con un alto grado de humedad. El primer tramo es junto al calmado mar, por la rocosa costa plana que nos permite divisar en la lejanía como en 3D, las Puntas de Calnegre, nuestro destino final. Oímos un rebufo y entre las rocas surge un diminuto geyser de apenas un metro de altura, producido por el vaivén del oleaje al introducirse en una cavidad agujereada.

Mirando hacia atrás obtenemos una espléndida panorámica completa del peñón del Cabo Cope adentrándose en el mar con sus 244 m de altitud. Que nadie se llame a engaño, rodearlo y subir al Cocón desde Calabardina es una buena ruta en la que se requiere el uso de calzado de montaña debido a algunos pasos rocosos.


Llegamos a la Playa del Sombrerico, pasando por varias casas de campo antiguas que en la actualidad pese a estar dentro del Parque Natural no se podrían construir. Continuamos por la Playa del Hoyo y la del Rafal, para llegar a la bonita Playa Elena, que pese a acumular algas traídas por el oleaje tiene un gran encanto.


Retomamos al GR por un ancho camino que nos aleja momentáneamente del mar evitando una parte más abrupta y rocosa para regresar poco después junto a la pequeña y recogida Cala Pocico del Animal, donde continuamos de nuevo por encima de la firme plataforma rocosa.


Hacemos un poco más de camino elevándonos sobre una punta rocosa donde giramos para bajar a una nueva playa de arena gris y encajada entre dos salientes, la Playa del Saladar, de aguas tranquilas y cristalinas, con algunas algas acumuladas en la orilla y solitaria a estas horas.


Todo el contorno de la costa se haya señalizado por mojones de cemento en forma de cono truncado y pintados de blanco que parecen como delimitar el entorno marino del resto del Parque Natural. La siguiente Cala es la del Pozo de la Huerta, también pequeña y recortada entre dos salientes al mar.


Nos acercamos a un tramo en que las plataformas rocosas forman pequeños salientes al mar, acotando diminutas calas donde desembocan algunas ramblas de curso seco actualmente, como son la Cala de los Abejorros y la Cala de las Pulgas. Todos los topónimos populares son de lo más variopinto.


El camino nos propone una leve cuesta para encaramarnos a un montículo desde el que tenemos una encantadora vista a la diminuta Isla de los Pájaros, unida a la playa por un banco de arena, separando las playas de las Pulgas y de la de la Galera que le precede. Junto a una pequeña edificación tomamos unas frutas, la humedad y el calor están haciendo mella y sudamos en demasía.


Este litoral es sorprendente, con una constante sucesión de pequeñas calas o playas más o menos extensas pero diferentes unas de otras. La siguiente es la Playa de la Galera que también tiene un gran pedrusco a pocos metros de la arena y como en la anterior, plácidos bañistas disfrutan de sus aguas transparentes.


Volvemos a encaramarnos sobre el rocoso litoral que se recrea formando unos acantilados no muy elevados pero que tornan a cambiar el paisaje haciéndolo mucho más accidentado. Cuando sople el levante será bonito observar el romper de las olas. Entramos en la Playa Larga que oteamos desde arriba.


Decidimos no bajar a patear por la arena y caminamos cerca de los acantilados, como su nombre indica es una de las más extensas y sin embargo está solitaria, quizás se deba a su acceso, algo complicado para bajar con niños. El sendero pasa por delante de un antiguo molino de agua derruido y en mal estado.


Avanzamos por la parte superior hasta llegar a la Cala Blanca, apartada en otro rincón, y que el camino nos desciende hacia su playa. En su otra punta, de piedra caliza o arenisca, hay socavadas unas curiosas cavidades que parecen los palcos de un teatro, pequeñas cuevas donde resguardarse.


De nuevo en la parte alta marchamos cerca de la Casa de la Morena, aunque en el mapa hay confusión entre esta casa y el Cuartel de Cala Blanca. Después viene otra sucesión de diminutas calas y pequeñas playas, pero el sendero se vuelve más fatigoso con constantes subidas y bajadas.


El calor y la humedad resultan agobiantes y nuestras reservas de líquidos disminuyen. Dejamos atrás la Playa de los Hierros y la plataforma rocosa que se adentra en el mar se divide y rompe formando escollos y diversos peñascos que emergen de las aguas creando un litoral muy agreste.

Nuestra próxima referencia es el Cuartel de Siscar que vemos encaramado en su montículo; sus últimos usuarios fueron los guardias civiles que hacían la ronda entre los cuartelillos de Puntas y El Siscar. El primero fue rehabilitado como albergue juvenil y el segundo aún se conserva en pie, en un promontorio bellísimo.

Con la deshidratación mis fuerzas de agotan. En la pequeña Playa de Siscar vemos una lancha fondeada donde sus ocupantes se están dando un baño. Decidimos bajar y pedirles si me pueden trasladar a las Puntas de Calnegre. Aceptan con una amabilidad exquisita y en cinco minutos me dejan en el puesto de socorro de la Cruz Roja.


Con un poco de hielo en la nuca y la ingesta de líquidos todo vuelve a la normalidad. Nos despedimos de esta familia agradeciendo su solidaridad. Mientras, el resto del grupo termina el recorrido por la Playa del Siscal, Playa Baño de las Mujeres, y llegar a Cala Calnegre y el chiringuito El Líos, donde les tenemos preparada una gran paella.
RECORRIDO:LINEAL.

AGUA EN RUTA:NO.

DISTANCIA:14,140 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:15 HORAS

ALTURA MÁXIMA: 65 M.

ALTURA MÍNIMA:0.00 M. (nivel del mar)

DESNIVEL POSITIVO: 495 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 495 M.

DIFICULTAD:MODERADA

SIERRA NEVADA: TRAVESÍA CIRCULAR A LOS TAJOS DE LA VIRGEN

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Cuenta la tradición que el 5 de Agosto de 1717 el párroco Martín de Mérida acompañado de su criado viajaba desde el pueblo alpujarreño de Válor hasta Granada cruzando a pie la sierra. Tras pasar el Collado de la Carigüela, justo por encima de estos lagunillos, les sorprendió una gran tormenta de nieve y granizo acompañada de rayos y truenos cobijándose bajo una lancha de esquisto donde pensando que estaban ante los últimos instantes de sus vidas se encomendaron en súplicas a la Virgen. Cuenta la leyenda que inmediatamente cesó la tormenta y entre el sol y las nubes el párroco creyó ver la imagen de la virgen sobre los tajos tendiéndole los brazos. Agradecido el cura prometió construir allí mismo una ermita a la Virgen y extender su culto. El milagro fue muy difundido en Granada y por los pueblos de alrededor, creándose una gran devoción a la Virgen de las Nieves. La ermita construida en los Tajos de la Virgen no era lugar apropiado para la peregrinación por el difícil acceso y por la nieve que arruinó la obra. En 1724 los habitantes de Dílar erigieron otra capilla en los Prados del Borreguil que igualmente quedó destruida por la nieve. En 1745 se levantó otra en el Picón del Savial, junto al Refugio de Ermita Vieja. Este lugar era mucho más accesible y mantuvo el culto hasta finales del siglo XVIII. Por último en 1796 se construyó el Santuario de la Virgen de las Nieves en las afueras del pueblo de Dílar, siendo la única ermita que hoy en día conserva la imagen y el culto. Por ello, la Virgen de las Nieves, protectora de pastores y montañeros, le da nombre a estos tajos y a los lagunillos ubicados bajo ellos.

En la Sierra Nevada occidental, entre los conocidos refugios de la Carihuela y de Elorrieta se extiende una estremecedora arista conocida como la Arista de los Tajos de la Virgen que conecta, en su parte más occidental, con los dos últimos “tresmiles” de esta parte de Sierra Nevada antes de descender definitivamente del reino de las alturas: Tozal del Cartujo (3.152 m) y el Cerro del Caballo (3.011 m).
Simplemente es la cumbre central de los Tajos de la Virgen, que forman una recortada divisoria. En efecto entre los Tajos del Nevero (3.202 m) y los Tajos de la Virgen (3.242 m) la cresta muestra una topografía mucho más compleja que los suaves perfiles que acostumbra a dibujar la alineación montañosa central de Sierra Nevada.
Las dos cumbres entre el Puntal de la Loma Púa (3.227 m) y los Tajos de la Virgen (3.242 m) pueden ser identificados de dos maneras según la cota de referencia. Así podríamos hablar del Tajos de la Virgen Oriental o bien, del Puntal de Loma Púa Central y del Tajo de la Virgen Central, o alternativamente del Puntal de Loma Púa Occidental. Se ha preferido utilizar los Tajos de la Virgen como cumbre de referencia por dos razones. En primer lugar la orientación orográfica de la Loma Púa es muy concreta y termina en el Puntal (3.227 m) que antecede al collado de la Carihuela (3.200 m), no prolongándose más allá. Corolario de esto es que los dos “tresmiles” citados no forman parte de esa cuerda, sino de la división hidrográfica Dilar-Guadalfeo. La segunda razón es que, si bien se identifica claramente el Puntal de Loma Púa (3.227 m) como la cima más cercana a la Carihuela, no es, al menos significativamente, la más elevada. Si se dominase Puntal de la Loma Púa Oriental (3.228 m) a la cumbre aquí reseñada como Tajos de la Virgen Central, resultaría ligeramente más elevada o del mismo orden que la cima de referencia. Por ello parece lógico designar estas cotas dentro del término de “Tajos de la Virgen”, que se aplican globalmente a los cortados que dominan la antigua y pequeña cuenca glacial que da origen al río Dilar. (Mendikat.net)

CÓMO LLEGAR:Por la A-7 dirección Murcia-Granada, en la capital tomar dirección Motril y por la A-395 subir a Sierra Nevada, Hoya de la Mora y Albergue Universitario. Desde aquí parten los autobuses que cada hora suben hasta la Posiciones del Veleta y donde comenzará nuestra ruta a pie.
Para reservar plaza en el minibús lanzadera que comunica el Albergue Universitario con las Posiciones del Veleta hay que llamar al Servicio de Interpretación de Altas Cumbres de la Vertiente Norte de Sierra Nevada al teléfono 671564407.

COMPONENTES:VICENTE, PATRO, PEPE Y SANTI.

1ª JORNADA 21/08/2016:

ITINERARIO:TRAYECTO EN BUS: ALBERGUE UNIVERSITARIO-POSICIONES DEL VELETA / COLLADO DE LA CARIHUELA / PUNTAL DE LOMA PÚA / TAJOS DE LA VIRGEN / EL FRAILE DE CAPILEIRA / TAJOS DEL NEVERO / REFUGIO ELORRIETA / TOZAL DEL CARTUJO / TAJOS ALTOS / CERRO DEL CABALLO / LAGUNA Y REFUGIO DEL CABALLO.

LA RUTA: El año pasado cuando realizamos nuestra Integral de Sierra Nevada desde el Refugio Postero Alto al Mirador de Nigüelas, evitamos los Tajos de la Virgen utilizando el sendero que va desde los Laguinillos de la Virgen al Refugio Elorrieta, dejando para otra ocasión su cresta.

Hoy nos hemos decidido, para lo cual hemos montado una circular a nuestro estilo, alargándola hasta el refugio del Caballo donde pernoctamos y regresar al día siguiente por Vereda Cortá. También para recortarla un poco en su inicio, desde el Albergue Universitario tomamos el Bus-lanzadera hasta las Posiciones del Veleta.


El Track de la ruta comienza con el recorrido en Bus-lanzadera. Ya en las Posiciones cargamos con las mochilas y empezamos a caminar por la carretera. Al ser domingo está muy concurrido. Con es lógico las primeras vistas son a los Vasares del Veleta, y por el otro lado, asoman la loma del Mulhacén y la Alcazaba.


A medida que tomamos altura en el fondo del valle distinguimos la Laguna de las Yeguas y enseguida la gran barrera de los Tajos de la Virgen, nuestro objetivo de hoy, y a sus pies los Lagunillos de la Virgen y el hilo del sendero que los esquiva surcando su ladera hasta el Refugio Elorrieta.


Pronto alcanzamos el Collado de la Carihuela (3.200 m), decidimos no subir al refugio ya que tampoco lo vamos a hacer al Veleta (3.396 m) que ya conocemos de sobra. Comenzamos desviarnos hacia la derecha buscando la senda que asciende al Puntal de la Loma Púa que apenas es una cuesta empinada hasta su cima donde encontraremos los restos de unas trincheras de la Guerra Civil.


Puntal de la Loma Púa (3.227 m) nueva muesca en nuestro cinto de “tresmiles”. Las vistas son extraordinarias, de gran amplitud y en el cogollo del reino de las alturas de Sierra Nevada. El Veleta, Cerro de los Machos, Puntal de la Caldera, Mulhacen, Alcazaba, y el trazado de la Carretera de la Sierra.

Descendemos de la cima para tomar el sendero que nos dirige hacia los Tajos. Está bien amojonado y con hitos muy visibles. Llevamos dos Traks en el GPS, uno que recorre su afilada arista y sus bloques donde hay que trepar y extremar precauciones, y otro más sereno, que que recorre los Tajos a pie de cresta sin sobresaltos.


Aunque estamos acostumbrados a pequeñas trepadas elegimos la segunda opción ya que al final dando un pequeño rodeo alcanzaremos la cima. El tránsito es muy asequible y apenas hay que subir y bajar entre el descompuesto pedregal. Los verticales paredones de la cresta son impresionantes.

Después de pasar por debajo de la cima comenzamos a elevarnos girando a la derecha entre las paredes, mojón tras mojón hasta alcanzar la parte alta donde forma una especie de rellano, seguimos por la derecha hasta su punto culminante: Tajos de la Virgen (3.242 m) nuestra máxima altura en esta ruta.

Obtenemos panorámicas de ensueño y una vista sorprendente de nuestros próximos objetivos, el Fraile de Capileira y el Cerro del Caballo. Regresamos al collado para comenzar a transitar por la cuerda; nos encontramos con algunas cabras que apenas nos hacen caso. Nubes de algodón chocan contra el Mulhacén y vienen hacia nosotros.

Encaramos un tramos derruido y de grandes bloques en el que destaca el Fraile de Capileira (3188 m), enorme monolito natural de pizarra que recuerda la silueta de un fraile y que es la referencia más clara y conocida de esta arista montañosa pudiéndose identificar claramente a gran distancia tanto por la vertiente norte como por la vertiente sur.

Nada más dejarlo atrás empieza un enorme caos de desmesurados peñascos y bloques que parecen el resultado de un devastador cataclismo. No es difícil su tránsito pero resulta muy entretenido y laborioso, con constantes sube y baja buscando el mejor paso entre los grandes pedruscos, no hay que perder de vista los hitos.

Poco a poco iniciamos la subida hasta los Tajos del Nevero (3.213 m) en la parte más alta de la cuerda montañosa, vigilados atentamente por las cabras. Cada vez tenemos más cerca las deshilachadas nubes. Marchamos por el cordal sin apenas desniveles y muy cerca de los verticales abismos hasta que divisamos el antiguo pluviómetro.

El Refugio de Elorrieta ubicado a 3.187 metros de altitud, fue construido entre los años 1.931 y 1.933 y cuyo fin era facilitar las tareas de investigación hidrológica y botánica en la cuenca alta del río Lanjarón y como refugio para toda una nueva zona de repoblación de las Altas Alpujarras.

En su día fue el refugio más elevado de España hasta la construcción del Refugio de la Carihuela en 1993 que por unos metros le quitó ese honor. Es completamente desolador ver como un edificio con tanta historia está cayendo actualmente en un vergonzoso olvido institucional que de no cambiar se verá condenado a la ruina total y a la desaparición de todo un emblema histórico del montañismo andaluz.

Tras el almuerzo y un breve descanso proseguimos bajando hacia la especie de collado donde se cruzan las rutas de ida y regreso. En esta zona comienza el valle del río Lanjarón, cuya laguna vemos en el fondo con visible escasez de agua. Tenemos que volver a coger el cordal por la derecha.

Por delante tenemos otro grupo de cuatro que va haciendo la Integral, son más jóvenes y quieren llegar al Mirador de Nigüelas a media tarde. A partir de ahora ya es terreno conocido que tenemos pateado del año pasado. Desde uno de los acantilados observamos la Laguna Cuadrada, algo irregular en esta fechas.

Emprendemos la subida al Tozal del Cartujo (3.150 m) última referencia visible de los “tresmiles” hasta llegar al Cerro del Caballo que apenas los roza, pero es un clásico en el inicio o final de la Integral. Desde su cima verificamos el cordal que hemos recorrido desde el Refugio Elorrieta.

En la bajada junto a los precipicios, observamos los altos y reposados vuelos de los buitres aprovechando las corrientes de aire, y poco después descubrimos una rocosa repisa que les sirve de otero y donde hay reposando un buen número de ellos, debe ser un sitio habitual por los restos de excrementos que se ven.

Seguimos coronando pequeños montículos hasta que ya tenemos a la vista Refugio y la Laguna a los pies del Cerro del Caballo. Nos detenemos en la senda de bajada para escrutar si hay mucha gente y continuamos la senda de subida a la cima. Antes nos desprendemos de las mochilas, que recogemos en la bajada.

Cerro del Caballo (3.011 m) Es el tres mil más meridional de la Península. Todas nuestras miradas se centran en la bucólica cubeta de la Laguna con el minúsculo refugio, y el estrecho valle del río Lanjarón que mañana recorreremos de regreso. De bajada, recuperamos las mochilas y descendemos a la Laguna.

Refugio del Caballo (2.840 m) no guardado y de reducido tamaño, unas 10 plazas cómodamente, como siempre está impecable. Hay cinco personas, cuatro ingleses y un guía que han ocupado todo el suelo del refugio, pero a nuestra petición se aprietan para dejar espacio.

Tomamos posesión con tranquilidad y nos relajamos, descendemos a la Laguna para asearnos y rellenar nuestras reservas de agua que tratamos con pastillas. Conversamos con el guía y chapurreamos algunas palabras con los demás, muchos de ellos viven en los pueblos de la Alpujarra. Preparamos una cena de picoteo y a dormir.

WIKILOC:

RECORRIDO:CIRCULAR.

AGUA EN RUTA:SI. (En chorreras y lagunas, tratando el agua con pastillas)

DISTANCIA:21,4 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:15 HORAS

ALTURA MÁXIMA: 3.242 M. (Tajos de la Virgen)

ALTURA MÍNIMA: 2.559 M. (la Hoya de la Mora)

DESNIVEL POSITIVO: 950 M.

DESNIVEL NEGATIVO:680 M.

DIFICULTAD:ALTA.

2ª JORNADA 22/08/2016:

ITINERARIO:REFUGIO DEL CABALLO / LAGUNA CUADRADA / PASO DE LAS CADENAS / VEREA CORTÁ / CHARCA PALA / LAGUNA DE LANJARÓN / CRUCE REFUGIO ELORRIETA / LAGUNILLOS DE LA VIRGEN / LAGUNA DE LAS YEGUAS / HOYA DE LA MORA.

LA RUTA:Amanece tras una tranquila noche, todos nos levantamos pronto y comenzamos a recoger, mientras calentamos el agua para el desayuno, bajamos a la Laguna para asearnos, y hacer algunas fotos. Hace un claro día que invita a salir ya con pantalón corto. Café, galletas, frutos secos y salimos.

Bajamos por el sendero que va a la cubeta de la Laguna girando a la derecha para coger el senda que sigue descendiendo. Últimas fotos a las serenas aguas de la Laguna que reflejan el entorno como un en espejo. Conseguimos una singular foto de nuestras sombras proyectadas por el sol del amanecer.

El sendero es una gozada a estas horas, el sol todavía está muy alto y nos deslumbra impidiendo que hagamos fotos, por lo que nos vamos girando hacia atrás a medida que nos alejamos de este espectacular paraje, que pese a su desolación, conmueve el alma. Cerro del Caballo, su Laguna y su refugio.

Alcanzada una altura media en la ladera del valle del río Lanjarón la mantenemos con muy pocos desniveles en busca de la Vereda Cortá. Cerca del cauce del río se van distinguiendo en las zonas húmedas de las chorreras y brotes de agua, grandes manchas y rodales de borreguiles, entre el verde intenso y el amarillo pajizo.

Nuestra senda, todavía muy pegada a las rocosas paredes se abre paso entre los peñascos y comienza una subida zigzagueante y empinada con lo que nos ofrece nuevas vistas a las chorreras en la otra ladera y nos dejar en el fondo del cauce el hilillo de agua que en estas fechas lleva el río Lanjarón.

Una vez arriba, tenemos las últimas miradas al Cerro del Caballo y la profundidad del valle, alcanzamos la cubeta de la Laguna Cuadrada. Pequeña y con pocas reservas de agua, que pese a la actual irregularidad en alguno de sus laterales, nos hace imaginar el porqué de su nombre cuando está a rebosar.

Nos elevamos un poco para volver a bajar salvando un abrupto tajo en la pared de rocas. Está equipado con unos ocho metros de cadena que nos ayudan a progresar sin mayor dificultad, aunque siempre hay que tomar las debidas precauciones. Este paso es el que da nombre la la Vereda Cortá.

Tras el paso seguimos ascendiendo un poco siempre pegados bajo las paredes del Los Tajos Altos y del Cartujo. El sol ya ilumina todo el cauce y hacia atrás admiramos la profundidad del valle, donde los borreguiles nos marcan el exiguo curso de río Lanjarón que se pierde en la lejanía.

Después de una pequeña charca entramos en la Vereda Cortá propiamente dicha, construida en mampostería en tiempos del Refugio de Elorrieta, y utilizada para la repoblación de las Altas Alpujarras. Serpentea y salva pequeñas ramblas y chorreras facilitando una agradable marcha.

Remontamos una zona peñascosa para volver a llanear por un tramo de grandiosos bloques con apagado pero espectacular colorido de negros, marrones, plomo y ocres, con miradas al verde de los borreguiles del cauce del río. Llegamos a la exigua Laguna Pala escondida en un recodo rocoso.

Rodeándolo tenemos las primeras vistas al Refugio de Elorrieta encaramado en lo alto de su loma. Borreguiles y chorreras cercanas al desagüe presagian la cercanía de la Laguna de Lamjarón. De tamaño mediano y reducida, actualmente tiene más renombre que agua, habrá que visitarla en invierno.

Comienza una larga y demorada subida por la loma del Refugio Elorrieta que dejamos a nuestra derecha, tenemos que llegar a su collado para cruzarnos con el sendero de ayer. Hay mojones que marcan la senda aunque hay varias vía abiertas. Arriba ir un poco a la derecha para encontrar el sendero a los Lagunillos de la Virgen.

Una vez en el carril, el descenso es una gozada y las vistas muy extensas con el valle del río Dilar y a la Laguna de las Yeguas. Transitamos por debajo del Fraile de Capileira con su característica y visible silueta, y más adelante, tras el zigzagueante sendero, a pie de los Tajos de la Virgen.

Es una bajada rápida y desenvuelta en la que observamos en lo alto la agreste rudeza de los Tajos de la Virgen. Con nieve este es un paso delicado debido a las grandes posibilidades de aludes y avalanchas. Casi a pie plano llegamos a los Lagunillos de la Virgen, hermoso rincón de agua y borreguiles.

Cruzamos las pequeñas chorreras para subir por una cuesta que en la bajada nos obsequia con grandes miradas a la Laguna de las Yeguas, que mantiene considerable cantidad de agua gracias a su dique, lo que nos hace dudar entre laguna y embalse. Ya son visibles los observatorios y antenas.

Por camino ancho junto a una chorrera entramos en la zona de las pistas de esquí, con sus largas barreras de madera para contener la nieve cuando llegue el momento. Atravesamos la zona central en dirección a Pradollano, haciéndose visibles los remontes y el Túnel del gran Tiburón.

Pasamos por debajo de algunos telesillas y tomamos rumbo hacia pintoresco Altar de la Virgen de las Nieves, monumento construido en 1968 por sufragio popular consistente en un altar hecho con piedras del lugar seguido de arco apuntado de 9 metros y rematado con una imagen de la Virgen con el Niño de 3 metros de altura.

Sin llegar a subir, lo rodeamos acortando camino hacia nuestro aparcamiento en la Hoya de la Mora, donde finalizamos la travesía. Nos aseamos un poco y tras unas birras en el chiringuito marchamos para casa, parando antes a comer en Venta Quemada. Espléndida Ruta.

WIKILOC:

RECORRIDO:CIRCULAR.

AGUA EN RUTA:SI. (En chorreras y lagunas, tratando el agua con pastillas)

DISTANCIA:8,2 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:15 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 3.150 M. (Collado Elorrieta)

ALTURA MÍNIMA: 2.559 (La Hoya de la Mora)

DESNIVEL POSITIVO:410 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 770 M.

DIFICULTAD:MODERADA

DATOS TOTALES DE LA TRAVESÍA:

WIKILOC:

ITINERARIO:TRAYECTO EN BUS, ALBERGUE UNIVERITARIO-POSICIONES DEL VELETA / COLLADO DE LA CARIHUELA / PUNTAL DE LOMA PÚA / TAJOS DE LA VIRGEN / EL FRAILE DE CAPILEIRA / TAJOS DEL NEVERO / REFUGIO DE ELORRIETA / TOZAL DEL CARTUJO / TAJOS ALTOS / CERRO DEL CABALLO / LAGUNA Y REFUGIO DEL CABALLO / LAGUNA CUADRADA / PASO DE LAS CADENAS / VEREDA CORTÁ / CHARCA PALA / LAGUNA DE LANJARÓN / CRUCE REFUGIO DE ELORRIETA / LAGUNILLOS DE LA VIRGEN / LAGUNA DE LAS YEGUAS / HOYA DE LA MORA.

RECORRIDO:CIRCULAR

AGUA EN RUTA:SI. (En chorreras y lagunas, tratando el agua con pastillas)

DISTANCIA:34,280 KM (Incluido el trayecto en Bus desde el Albergue Universitario a las Posiciones del Veleta) INTINERARIO A PIE: 27,4 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 10:20 HORAS (En dos jornadas)

ALTURA MÁXIMA: 3.242 M. (Los Tajos de la Virgen)

ALTURA MÍNIMA:2.559 M. (Aparcamiento Hoya de la Mora)

DESNIVEL POSITIVO: 1.365 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 1.450 M.


DIFICULTAD:ALTA.

CRESTEANDO LA SIERRA DE EL CANTÓN, RUTA CIRCULAR

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Rodeada por sus cuatro costados de sierra, la pedanía abanillera de El Cantón ofrece al visitante un paisaje de gran belleza. Varios kilómetros antes de entrar en la población ya se divisan las cantera de las que se extrae el mármol rojo, cantón o coralito, como también se le llama, y tan conocido fuera de estas tierras. En la Sierra del Cantón con 909 metros de altitud, se encuentra un espécimen singular llamado Caralluma Mumbyanao chumberillo de lobo. Es una especie vulnerable y en peligro de extinción, se trata del único cactus europeo y habita en una área geográfica muy reducida, limitada a las provincias de Alicante, Albacete y Murcia. Otra especie poco extendida que habita en esta sierra es el rabo de gato y destacable es, también, la presencia de brezos. Entre la fauna de estas tierras sobresalen las aves rapaces, como el águila perdicera y los azores, las perdices, y diversas especies de reptiles, desde la culebra bastarda hasta los lagartos y lagartijas. El hallazgo de herramientas de sílex, piedras pulimentadas y restos agáricos en el yacimiento del Moreterico, en la lindante sierra de Barinas, con restos cerámicos y de útiles de piedra como hachas, nos recuerdan que hace más de cuatro mil años las sociedades de cazadores y primeros agricultores se abrían paso en estas geografías. Tras ellas llegarían las primeras civilizaciones, encontrando en zonas del entorno de El Cantón vestigios de la íbera y la romana. La Historia Medieval sería testigo de cómo las aldeas de Abanilla manufacturaban muchos de los productos artesanales que se vendían en la vecina Orihuela, a la que Abanilla estaría ligada hasta el siglo XIII de una manera administrativa. Todavía en esta aldea de El Cantón se confeccionan productos como los higos secos con almendras o las puntillas y encajes de bolillos que, antiguamente, constituían parte de las mercancías llevadas a Orihuela para su venta. Al contrario que en otras aldeas de Abanilla próximas a la Comunidad Valenciana, en ésta no se habla el valenciano ya que la población que fue agregándose, sobretodo a raíz de la reconquista y, principalmente, durante las posteriores repoblaciones de la Edad moderna, provenían en su mayoría de Castilla.
CÓMO LLEGAR:Por la CV-84 dirección Aspe. En la rotonda continuar por la CV-845, pasar por Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes y en la pedanía de Barbarroja entramos en la región de Murcia por la MU-410 y al llegar a Macisvenda girar a derecha por la calle de la iglesia, salir del pueblo y seguir por camino de tierra durante algo más de 2 km hasta llegar a una pequeña explanada a la derecha con dos bloques de mármol, donde comienza otro camino que sube hasta una cantera. Aparcar.

COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO:INICIO / DESVÍO DERECHA Y DE CRUCE REGRESO / PRIMERA LOMA / CANAL / PICO DEL BILI / CAMINO / IZQUIERDA / CANTERA / RECTO / BARRERA / DCHA. BAJADA LIBRE / CAMINO REGRESO / CRUCE REGRESO / FINAL.

LA RUTA:Primera ruta de la nueva temporada. Pese a la cercanía del comienzo del otoño el calor sigue apretando aunque hoy las máximas y las mínimas se han reducido. Hemos elegido la cercana pedanía de El Cantón en Murcia, pero lindando con la provincia de Alicante, para crestear su montaña.

Se trata de una pequeña sierra que llama la atención desde la carretera por su forma de muralla o barrera. Hace casi dos años cuando subimos al Asiento (854 m) en la sierra de Barinas, nos sorprendió su agreste panorámica. En sus laderas se cobijan algunas canteras de mármol de la apreciada calidad “coralito”.

Iniciamos prosiguiendo por el camino que nos ha traído hasta el aparcamiento, para en unos quinientos metros dejarlo por la derecha, no hay mojones ni señal alguna que indique el desvío, por lo que hay que estar atentos al GPS. Sin senda, “ladera a través” comienza una fuerte subida.

Es un tramo abrupto y desolado, de rocoso firme invadido de matorral bajo, donde predomina el romero y el espino negro que muestran la carencia mantenida de falta de lluvias. Hacia atrás las vistas se van ensanchando a la cercana sierra de la Pila y al Zulúm de Abanilla.

A golpe de GPS intentamos buscar el transito más factible, hay restos visibles de antiguos incendios, lo que entorpece un poco más la subida. Enfilamos el lomo donde vemos algunos pinos que se salvaron, el desnivel se eriza y tenemos que apechugar; por la derecha tenemos una cantera y otra en la sierra de enfrente.

Alcanzada la primera loma distinguimos muy claro el siguiente objetivo, otro gran lomo que se inicia en un paredón. A la cantera de la derecha se sube desde el camino donde hemos dejado el coche, y al fondo, reconocemos la silueta del Agudo. Por la izquierda ampliamos las vistas a la otra cantera que el sol alumbra.

El siguiente lomo comienza con un enorme paredón vertical en forma de media luna. A medida que nos vamos acercando encontramos más restos de pinos quemados vestigios del último incendio. Cerca de su base comenzamos a rodearlo por la izquierda con miradas a la Serra d'Agaiat.









Volvemos a pegarnos a las paredes cerca de unos pinos hasta encontrar una especie de canaleta rocosa por la que se puede ascender. Seguimos sin ver marcas ni mojones. Es una trepada sencilla en la que nos ayudamos con las manos apoyándonos en las rocas y troncos de los pinos.

Ganamos altura con facilidad y comenzamos a ver por detrás de la sierra la gran cantera de mármol blanco marfil de La Algueña, de enormes proporciones, y que se nos antoja la obra faraónica de las pirámides de Egipto, pero lo que están haciendo es comerse la montaña literalmente.


Avanzamos de forma vertical y escalonada para coronar el gran peñasco, a cada paso crecen las panorámicas hacia el valle de Abanilla donde solo sobresale su sierra y la de Orihuela, con los surcos y Bad Lans del río Chícamo, y en la otra vertiente, la alargada mirada al completo de la Serra de l'Algaiat.

Una vez arriba, el transito por la cresta es bastante evidente pese a la ausencia de mojones o marcas, hay tramos con buena anchura y otros en los que tenemos que extremar las precauciones, con constantes ondulaciones que lo hace muy entretenido. Al inicio de alguna rambla los acantilados son impresionantes.

Hace un día espléndido y el calor no aprieta. Seguimos bajando y subiendo rocosos montículos que nos permiten obtener sugestivas miradas. Marchamos de Oeste a Este por lo que el sol nos deslumbra constantemente y resulta casi imposible hacer fotos en ese sentido, nos tenemos que conformar mirando hacia atrás.


El próximo objetivo es el lomo principal y el más elevado donde está ubicada la cima. La primera mirada nos sorprende por su envergadura y encrespada silueta, también por el nuevo desnivel a superar. A partir de la especie de collado que une los dos lomos aparecen los primeros mojones.

A medida que nos vamos acercando a la grandiosa mole su tamaño parece menguar, resultan entretenidas las maniobras de aproximación, salvando diversos roquedos y pasando por un pequeño reducto de pinar, para cuando nos damos cuentas estamos en su umbría y subiendo en diagonal por su izquierda.


Poco antes de alcanzar la cima comenzamos a tener magnificas vistas de 360º. El Pico del Bili (909 m), la máxima altura de esta sierra está marcada por una piqueta metálica con un trapo anudado, y otra piqueta más pequeña con una placa y los datos de la cumbre encima de un montón de piedras entre matas de esparto.


Apenas encontramos sombra en un lateral del cordal para zamparnos nuestro merecido almuerzo. En un entorno montañoso de mediana altura distinguimos el Carche, la Pila, la sierra de Orihuela, la de Abanilla con el Zulúm y el Agudo, sierra de Crevillente, de la Cava y de l'Agaiat con la pedanía de El Cantón.

Emprendemos el descenso por la cuerda de la sierra, siguiendo algunos mojones y trazos de senda que van y vienen. Es una bajada curiosa puesto que vamos de lomo en lomo pero sin ver el siguiente, por lo que crea un poco de incertidumbre creyendo que va a haber un precipicio.

Todas la miradas son para la sierra de l'Algaiat y las casas de El Cantón, lejano punto de referencia. Dejando atrás un gran lomo, las trazas de senda desaparecen y todo es mucho más pedregoso, tenemos que estar muy atentos a los mojones y se convierte en una bajada técnica donde tenemos que asegurar nuestros pasos.

Los lindes de la cresta se afilan y en varias ocasiones tenemos que dejarla por la derecha buscando pasos más asequibles, por seguridad el ritmo se hace mucho más lento y nos lo tomamos con calma. Casi llegando al final hacemos un giro a la izquierda en un tramo libre sin mojones para evitar tocar la carretera.

Conectamos con un camino de tierra para comenzar a rodear la montaña. Mirando hacia arriba, vemos los increíbles paredones verticales por los que hemos transitado en su parte alta, para culminar el fuerte descenso. Llegados a unos bloque de mármol, tomamos el camino de la izquierda.


Por el nuevo camino nos adentramos en la ladera por una exigua pinada a las destartaladas y abandonadas instalaciones de una antigua cantera de mármol, depósitos de agua, transformadores inutilizados y en una especie de cueva, con mesas y sillas, restos de una oficina con albaranes de ventas por los suelos.

En la cantera giramos a la derecha donde el camino hace una gran curva a la izquierda paseándonos por bancales de viñas de uva tinta para caldos de vino de la zona alicantina. En suave ascenso seguimos rodeando esta larga sierra hasta toparnos con una viga metálica que corta el camino.

La traspasamos ascendiendo a una planicie donde dejamos el camino por la derecha, por donde bajamos campo a través un buen tramo hasta conectar con otro camino que seguimos por la derecha, y en casi dos kilómetros nos dejará en el aparcamiento. Ruta muy interesante y agreste, no apta para todo el mundo. Imprescindible GPS.

RECORRIDO:CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA:11,100 KMS.

TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:00 HORAS.

ALTURA MÁXIMA:911 M.(Cumbre del Bili)

ALTURA MÍNIMA:428 M. (Camino de la Boquera)

DESNIVEL POSITIVO:734 M.

DESNIVEL NEGATIVO:734 M.

DIFICULTAD:ALTA.

TREKING EN EL NORTE DE GALES

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Gales (en inglés, Wales; en galés, Cymru) es una nación constitutiva del Reino Unido. Se ubica en una península al oeste de la isla de Gran Bretaña, donde limita al oriente con Inglaterra y al occidente con los mares de Irlanda y Céltico del océano Atlántico. Tiene una población total de tres millones de personas y es un país bilingüe, cuyas lenguas oficiales son el galés y el inglés. Es una de las naciones celtas y posee una identidad cultural propia que se conformó tras la retirada de los romanos de Gran Bretaña. La derrota de Llewelyn por Eduardo I en el siglo XIII concluyó la conquista anglonormanda de Gales y significó el comienzo de siglos de ocupación inglesa. El país fue incorporado a Inglaterra mediante el Estatuto de Rhuddlan de 1284 y más tarde por el Acta de Unión de 1536, creando la entidad legal hoy conocida como Inglaterra y Gales. En el siglo XIX se desarrolló una política local. En 1955 Cardiff fue elegida capital y en 1999 se creó la Asamblea Nacional de Gales, la cual atiende asuntos internos. Su jefe de gobierno es el ministro principal (First Minister). La capital y ciudad más grande es Cardiff (en galés: Caerdydd), con 320.000 habitantes. Durante un tiempo fue el principal puerto mundial de carbón y, durante algunos años antes de la Primera Guerra Mundial, tuvo un tráfico más intenso que Londres o Liverpool. Dos tercios de la población viven en Gales del Sur, con otra concentración en el occidente de Gales del Norte. Desde el siglo XIX el país ha adquirido una reputación de lugar folclórico, lo cual se debe en parte al renacimiento de la tradición eisteddfod. Después de Londres, Cardiff es el mayor centro de comunicaciones del Reino Unido. En 1216 Llywelyn el Grande fundó el Principado de Gales. A principios del siglo XV, es decir cien años después de la conquista inglesa, Owain Glyndwr restauró brevemente la independencia definiendo el carácter moderno del país. Desde el reinado de Eduardo I de Inglaterra, el monarca británico ha venido concediendo el título de príncipe de Gales a su heredero al trono.

LLandudno, ciudad situada en la costa del norte de Gales, es uno de los lugares más turísticos y populares del país. Es la única ciudad de Gales, que sigue conservando todo el carácter y la arquitectura de la época Victoriana, en la cual era una de las destinaciones turísticas más escogidas por su preciosa bahía, magníficas playas, aire sano y un elegante y señorial ambiente.

En la época Victoriana, este era destino vacacional para miembros de la realeza europea, artistas, escritores, etc. Por su situación geográfica, al final de la península, esta rodeada de mar y montaña, convirtiendo este lugar en único, por sus maravillosas vistas, entorno y paisaje.

Es muy típico oír de boca de los que visitan Llandudno, que en este lugar se siente uno como en el fin del mundo, y es por eso, que lo que aquí se percibe, es paz, tranquilidad y calma. Aquí se puede disfrutar de la naturaleza, ir un día de compras, conocer la historia, hacer deportes de riesgo, adentrarse en el mundo de Alicia en el país de las maravillas, subir en el carismático tranvía de la época Victoriana o simplemente relajarse y disfrutar del aire puro y limpio que aquí se respira.

Great Orme es la punta que domina la bahía, una peculiar montaña, con forma de cocodrilo, puede ser explorada caminando, en el tranvía que sube hasta la cima o desde el aire, mediante teleférico. Aquí se encuentran unas minas de carbón, datadas de la época de bronce.

Hoy día se pueden visitar con un guía turístico. Happy Valley, (jardín situado a los pies del Great Orme) esta inspirado en el cuento de Alicia en el país de las maravillas. La familia Liddell solía pasar sus vacaciones en este pintoresco lugar, siendo la hija de estos (Alicia), la que inspiro al escritor Lewis Carroll a escribir el cuento.

CÓMO LLEGAR: Vuelo directo Alicante-Manchester. En el aeropuerto nos recoge el microbús que nos traslada a Llandudno, y durante la estancia, al inicio de las rutas y al final de ellas nos llevará de nuevo al pueblo.

COMPONENTES:VICENTE MONERRIS (GUÍA), MARIBEL, TONY, MARBEN, FRAN, IVAN, DAVID, JAVIER, SUSI Y VICENTE.

http://alicanteaventura.com/ha sido la empresa para este maravilloso viaje y su gerente Vicente Monerris, nuestro guía. Esta ha sido su tercera incursión por Gales y el éxito está asegurado. Os comentamos a grandes rasgos la estructura del viaje:
Nuestro cuartel general está montado en la pequeña residencia TRINITY, en un principio para estudiantes extranjeros de inglés, y recientemente ampliada para albergar a los componentes de alicanteaventura.com. Dirigida por la entusiasta emprendedora catalana Raquel, que reside desde hace varios años en Gales, casada con un galés.
Todo está organizado con distintos horarios para que apenas nos crucemos con los demás residentes. Los desayunos (a las 08:00) y las cenas (a las 18:30) funcionan a modo autoservicio, la cocina está a unos pasos del comedor y en la cual nos servimos lo que nos apetece pudiendo repetir si lo deseamos.
Ubicada en un precioso edifico de estilo victoriano en la ladera de la montaña, nos ofrece unas inmejorables postales a la bahía de Llandudno, con sus constantes mareas en luminosos amaneceres y encendidas puestas de sol. Es una bendición despertar con estas vistas.
Para todos los desplazamientos el marido de Raquel con su microbús nos llevará al inicio de las rutas, recogiéndonos al final de las mismas. Al ser tan tempranas las cenas tenemos mucho tiempo para salir a tomar unas pintas o visitar la ciudad, que realmente merece la pena, es un ambiente tranquilo y sosegado.

Mañana será nuestra primera ruta: El Castillo de Conwy.

EL CASTILLO DE CONWY

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En la costa norte de Gales, Inglaterra, se encuentra el Castillo de Conwy en la localidad del mismo nombre. Erigido dentro de la que constituyó la segunda campaña del rey Eduardo I de Inglaterra en estas tierras, entre 1283 y 1289, su diseño (destinado a proteger la entrada del mismo río Conwy) corrió a cargo de James de St. George al igual que otros muchos situados en la misma área. En él, se cree que el monarca se gastó unas 15.000 libras, lo que lo convertiría en la fortaleza más cara de todas las que Eduardo I construyó durante su mandato. El castillo fue declarado por la Unesco como lugar Patrimonio de la Humanidad en el año 1986. Dividido en dos patios (uno interior y otro exterior, separados por una enorme muralla) y cada uno de ellos rodeado por cuatro torres de acompañamiento de unos 21 metros de altura por 9 de diámetro y unas paredes de alrededor de 4.5 metros de grosor, el castillo parece que tiene una estructura concéntrica aunque, sin embargo, es totalmente lineal. Del mismo modo que otros, como el de Caemarfon por ejemplo, está construido sobre una roca y, de la misma manera, se aprovecha de otros accidentes geográficos. Posteriormente, en el siglo XIII, se decidió levantar el Bodysgallesn Hall en las cercanías para que hiciese también las funciones de torre de vigilancia para el Castillo de Conwy y, de este modo, poder evitar mejor los ataques provenientes del norte. En este sentido, se cree que algunos de los materiales que se usaron en la construcción del castillo fueron sacadas de esta propiedad de Badysgallesn. Permaneció casi intacto hasta la Revolución Inglesa y, a comienzos del siglo XVII, fue en gran parte destruido; a mediados de ese mismo siglo William Milward, en el nombre del tercer Lord de Conway, retiró toda la madera, el hierro y el plomo que habían sido utilizados en la construcción de la fortaleza.
COMPONENTES:VICENTE MONERRIS (GUÍA), MARIBEL, TONYI, MARIES, FRAN, IVAN, DAVID, JAVIER, SUSI Y VICENTE.

ITINERARIO:PUERTO / CUMBRE DE CONWY / MURALLA / PUEBLO DE CONWY / PLAYA / LLANDUDNO.


LA RUTA: La diferencia horaria nos hace madrugar en exceso, pero a cambio tenemos bellos amaneceres desde la ventana de nuestra habitación y, abrigándonos un poco nos da tiempo a efectuar un pequeño paseo por la colina, tomando bonitas fotos de este inédito paisaje antes del desayuno.

A las ocho, con puntualidad británica, bajamos al comedor. Tostadas, bollería, mermeladas, frutas y bebidas calientes. También tenemos preparados en bolsas los picnics para la comida en la montaña, bocadillos de dos clases, fruta, agua, un snack y alguna golosina. Tenemos tiempo hasta las nueve para preparar nuestras mochilas.


Una vez arriba del microbús, el concienzudo Lloyd nos recuerda las normas de seguridad y nos dirigimos hacia el otro lado de la pequeña península de Llandudno, atravesando el río Conwy para llegar a las cercanías de Dwgyfylchi, donde hacemos nuestra primera incursión en el Parque Nacional de Snwdonia.

Iniciamos por un camino vecinal para cruzar el pueblo en dirección a la iglesia y por detrás de ella pasar junto al cementerio. Es curioso en cada país ver como entierran y recuerdan a sus muertos. Discurrimos entre las vallas de una tranquila urbanización de chalets y casas de campo.


Dejamos las casas y el asfalto por un estrecho sendero a la derecha que comienza a elevarse transversalmente por la ladera de una rambla. Desaparece la vegetación arbórea pero el matorral bajo se vuelve exhaustivo a base de helechos y plantas autóctonas, en la otra ladera se ven restos de incendios recientes.


Al tomar altura, miramos hacia atrás el curso de la rambla que hemos superado y al fondo redondeadas lomas con bucólicos pastizales. En un cruce tomamos un camino más ancho que nos sigue subiendo por las colinas donde vemos casas de campo entre verdes prados que pastan ovejas.

Vamos alcanzando cotas más elevadas y la plancha nubosa se deshilacha formando algunas nubes de algodón por donde se cuelan los rayos del sol. El paisaje comienza a ampliarse y a cambiar con vistas al mar y al estuario del río Conwy, lo que provoca una rara sensación geográfica.


Ganada la máxima altura las dudas visuales se despejan, vemos Llandudno y su diminuta península “a dos mares” y la ancha desembocadura del río Conwy. Bordeamos la loma para afrontar la bajada y aparece en el horizonte la rotunda imagen del Castillo de Conwy con su conglomerado de torreones y almenas.


La visión es fantástica, así que decidimos parar a tomar nuestro picnic con estas panorámicas.
Luego comienza un suave descenso entre las colinas hasta el final del camino que acaba en una tranca de madera que cierra el acceso al Parque Natural y que tenemos que saltar, entrando en el pueblo de Conwy.


Por un puente metálico cruzamos la vía férrea y bordeamos la margen del río, que resguardado sirve de embarcadero; esta es una zona protegida por su hábitat, nos acompañan enormes ejemplares de árboles con sus ramas inclinadas casi tocando las aguas. Nos acercamos a la zona amurallada el pueblo medieval de Conwy.







Entramos en el recinto amurallado con cuidadas casas adornadas con macetas de flores. Enseguida tenemos a la vista la casa más pequeña de Gran Bretaña. Adosada a un torreón y pintada de rojo chillón, tiene una anchura de 3,05 metros y una altura de 1,80 metros, estuvo habitada hasta el año 1900 por un pescador que medía 1,90 metros. Ahora permanece abierta y se puede visitar.


Por otra puerta entramos al pueblo para comenzar a subir a las murallas que lo rodean. Es un tranquilo paseo recorriendo las almenas que pese a los más de setecientos años que llevan construidas se mantienen en relativo buen estado de conservación debido a su constante mantenimiento.


Para que su acceso sea sencillo han sido dotadas de barandas metálicas, largas rampas para evitar algunos escalones o piso de madera para salvar tramos peligrosos. Dentro del recinto amurallado pocas casas superan las dos alturas, por lo que parece que caminemos sobre los tejados.


Los torreones son los más deteriorados y solo podemos acceder a dos de ellos, siempre protegidos por barandas ya que sus peldaños de subida son muy expuestos y hay que tomar las debidas precauciones. Desde ellos, las vistas son más elevadas y extensas, llegando a las colinas y al castillo.


Últimas fotos y comenzamos la bajada, a mitad de ella, salimos a las calles del pueblo y cruzamos un paso a nivel cerca de un bonito puente, saliendo del recinto amurallado junto a una gran escultura católica de San Juan, María y María Magdalena al pie de Jesús crucificado.

Llegamos a una plaza en el centro del pueblo de Conwy, donde hay una columna culminada por una pequeña estatua del rey Arturo. Aquí Monerris nos da un tiempo libre y turístico donde podemos escoger entre visitar el Castillo de Conwy o pasear por el pueblo, nosotros elegimos la segunda opción.


A la hora acordada reunidos en la plaza, emprendemos el regreso hacia Llandudno. Marchamos por la calle junto a las impresionantes murallas del castillo hasta llegar al puente que cruza el estuario del río Conwy, al final del mismo, giramos a la izquierda para situarnos en la otra ribera frente al castillo.


Las primeras imágenes son todas para el castillo y la población de Conwy, luego al estuario del río, que al igual que las playas de Llandudno está afectado por las mareas, a estas horas menguante, con apenas unos dedos de agua. Momentos aprovechados por algunas aves para picotear pequeños moluscos.


Más adelante, cerca de la desembocadura, las aguas han retrocedido con mayor intensidad dejando al descubierto una gran superficie de arena de playa. Abandonamos el camino y aprovechamos para caminar por la arena disfrutando de una agradable sensación inesperada.

Cerca del final de la inusitada playa, tras subir por unas rocas, volvemos al camino que nos adentra por las primeras casas de Llandudno y su paseo marítimo hasta llegar al puerto en este lado de la península, nuestra residencia está al otro lado, en la otra bahía.

Callejeamos por las principales avenidas por las que vamos encontrando alguno de los personajes de Lewis Carroll en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, como el nada amigable gato y la Reina de Corazones, existe un circuito para poder localizarlos. Llegamos justo para la ducha y la cena.
RECORRIDO:LINEAL.

AGUA EN RUTA: SI. (En el pueblo de Conwy)

DISTANCIA:17,1 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:30 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 263 M. (Montaña de Conwy)

ALTURA MÍNIMA: 0,0 M. (Nivel del mar)

DESNIVEL POSITIVO: 310 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 310 M.

DIFICULTAD:MODERADA.

BETWS-Y-COED, Y LA CASCADA DEL RÍO LLUGWY, PARQUE NACIONAL DE SNOWDONIA

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El río Llugwy (en galés Afon Llugwy) es un afluente del río Conwy que nace más arriba de Capel Curig, al norte de Gales. La media anual de precipitaciones en la zona del nacimiento del río es la más alta registrada en Gales y en el Reino Unido. El Llugwy sigue la carretera A5 hasta que une al río Conwy a la altura de Betws-y-Coed. Durante su recorrido, pasa por diversas cascadas y es travesado por el Puente del Minero, un puente de madera muy singular. Estas son las dos atracciones turísticas más populares.
Betws y Coed (“casa de oración en el bosque”, en ingles) Las crónicas relatan que el primer registro del nombre del pueblo se remonta a 1254 y fue fundado en torno a un monasterio de finales del siglo VI. El pueblo creció muy lentamente con el desarrollo de la industria del plomo minera local. Es el principal pueblo de la región de Snowdonia. Mayoritariamente, construido en la época Victoriana y situado justo en el centro del Parque Nacional de Snowdonia, hacen de este lugar un típico pueblo de montaña. Rústico, por un lado ambiente mochilero y por otro, el del turismo de compras y paseos. Pero, principalmente, este precioso rincón del norte Gales, es frecuentado por amantes de la naturaleza y deportes de riesgo. Aquí acuden miles de escaladores, senderistas, ciclistas, campistas, etc. para pasar el día o unas vacaciones donde pueden enriquecerse de todo lo que la naturaleza puede ofrecer. Betws y Coed también ofrece la oportunidad de practicar deportes de agua como por ejemplo; vela, bajar el rio en canoa, rafting, pesca, etc. En esta zona del norte de Gales, se encuentran lagos, cascadas e infinidad de ríos por los cuales se puede a lo largo de la orilla, dar un paseo muy agradable o simplemente sentarse y escuchar el tranquilizante sonido de la corriente del agua. En Betws y Coed se encuentra el río Llugwy, varios puentes unen la zona mas turística con la zona rural, el puente Pont y Pair, construido en el siglo XV, es el más importante, situado justo en el centro del pueblo (últimamente demasiada gente arriesga su vida, saltando desde él al río, un "deporte" de moda. Repartidos entre la calle principal "Holyhead Road" y la zona de la estación de tren, puede encontrar todos los servicios que pueda necesitar, restaurantes (cocina típica de la zona), cafés con una atmósfera sana y deliciosos pasteles caseros!!!, tiendas (sobretodo dedicadas al deporte) , supermercados y alojamiento en pequeños y encantadores hoteles de piedra, B&B (cama y desayuno), casas de huéspedes, lujosos hoteles, etc. También puede acampar en varias zonas autorizadas y alojarse si lo desea, en casas rurales, albergues o granjas, es el lugar ideal para los mas pequeños, naturaleza, un aire limpio y actividades especialmente dedicadas para niños, este, es definitivamente el paraíso perfecto para familias.
COMPONENTES:VICENTE MONERRIS (GUÍA), MARIBEL, TONYI, MARIES, FRAN, IVAN, DAVID, JAVIER, SUSI Y VICENTE.

ITINERARIO:BETWS-Y-COED / PUENTE / RÍO LLUGWY / CASCADA / IZQ. SUBIDA / DERECHA / DCHA. BAJADA / PUENTE / BETWS-Y-COED.


LA RUTA: Seguimos coleccionando amaneceres desde nuestra ventana. Tras un buen desayuno partimos de nuevo al interior del Parque Nacional de Snowdon, a su pueblo más importante, Betws y Coed, en inglés, “casa de oración en el bosque”, fundado en torno a un monasterio de finales del siglo VI.


Antes de comenzar la ruta visitamos la estación del tren donde también tienen un museo ferroviario, paseamos por la zona de cafeterías oyendo recomendaciones para tomar algo al regreso. Como curiosidad observamos varias esculturas metálicas de animales, gorilas, cuervos, el gallo...


Continuamos hacia el Pont y Pair, famoso puente medieval construido en el siglo XV y donde tomamos contacto con el río Llugwy, en esta zona su cauce es rocoso y sus aguas turbulentas, aunque en estas fechas no es muy caudaloso. Cruzamos el puente para situarnos en su ribera izquierda según el curso de las aguas.

Lo que más nos llama la atención es el frondoso bosque que envuelve el cauce del río donde proliferan espigados pinos de bello porte y fastuosos robles. A pie de río las aguas son más tranquilas. Algunas rocas taponan el cauce y se forman algunos meandros, en verano el baño está asegurado.


Comienza un precioso tramo de pasarelas de madera que nos eleva a poca altura del suelo y serpentea entre los troncos de los árboles. Está claro de que se trata de un acceso especial para que gente con alguna minusvalía puedan disfrutar de las vistas al rio y la espesura del bosque.


Salimos a un espacio más abierto con verde prado, siempre acompañando al río. A nuestro paso encontramos enormes y majestuosos especímenes de roble, y el gran tocón de un ejemplar abatido. Luego en el río, posada sobre una roca vemos una elegante garza real.

Llegamos a un puente de madera que vadea el cauce del río y que será por donde regresaremos a la vuelta. Vemos un tocón de un árbol cortado donde han incrustado a golpes, gran cantidad de monedas de canto. Debe ser costumbre porque en otra ruta las veremos clavadas en estacas de madera.


El sendero deja de ser un paseo y se inclina hacia arriba, una valla de alambres y estacas nos separa del cauce del río que observamos entre las ramas. Durante un buen trecho caminamos entre las raíces de los grandiosos pinos, prestando atención para no tropezar, hasta alcanzar otra planicie.


Monerris encuentra una silla abandonada y nos reagrupamos. El entorno boscoso es impresionante, los pinos y abetos superan los 20 metros de altura, y la zona es mucho más húmeda por lo que algunos ejemplares de setas empiezan a surgir en el suelo y en los tocones.

Cruzamos un torrente por un pequeño puente de madera y enseguida otra estructura de madera, escaleras, plataformas y barandas nos descienden varios metros en dirección al cauce, la espesura nos impide ver que llegamos a un espléndido mirador sobre el río.










Por arte de magia la gran cascada aparece ante nuestros ojos. Estamos algo alejados de ella, pero la visión es espectacular, el agua se precipita desde unos quince metros de altura en varias chorreras formando una ancha cola de caballo, quizás en primavera el caudal de agua sea mucho mayor.









Decidimos tomarnos nuestros bocatas contemplando este bello espectáculo desde el mirador. Supongo que el haberlo construido a tanta distancia se debe a medias de seguridad, no se deben fiar de que los británicos intenten saltar desde lo alto de la cascada, con el consiguiente peligro.


Emprendemos el regreso por el mismo camino, para a los pocos metros tomar un sendero a la izquierda que nos eleva por la ladera hasta un ancho camino mullido y herboso que seguimos por la derecha. Poco a poco el camino se torna de tierra y se estrecha, siendo un sendero balizado.


Más tarde queda asfaltado y lo compartimos con ciclistas, para dejarlo por la derecha, bajando un terraplén entre los abetos, donde vemos algún ejemplar derribado. Desembocamos en el puente de madera que vimos al principio de la ruta y que ahora cruzamos.


Bajamos al lecho del río para subir por unas escaleras a la otra ribera junto a una bonita chorrera. Proseguimos por la izquierda por ancho camino un tramo hasta que subimos, dejando el cauce y caminado por la acera de la calle principal admirando las fachadas de bonitos hoteles familiares.








Estamos muy cerca del fin de la ruta y aprovechamos que pasamos por delante de tiendas de artículos de montaña, para hacer algunas compras. Después junto a una iglesia admiramos un ejemplar de abeto de enorme proporciones. Cerramos la ruta tomando un té en espera del microbús de Lloyd.
RECORRIDO:CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: SI. (En el pueblo)

DISTANCIA:9,6 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:30 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 198 M.

ALTURA MÍNIMA: 27 M. (Cauce del río)

DESNIVEL POSITIVO: 215 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 215 M.

DIFICULTAD:BAJA.


POR LOS ACANTILADOS Y EL FARO DE SOUTH STACK EN LA ISLA DE ANGLESEY

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El Sendero Marítimo de Anglesey (Anglesey Coastal Path en inglés) discurre por toda la longitud del Área de Destacada Belleza Natural en Anglesey, Gales, Reino Unido. Es una red de senderos con derechos de paso en Inglaterra y Gales públicos y algunos están designados como senderos permisivos. La ruta sigue la costa de Anglesey, casi dando la vuelta completa. Hay dos puntos en los que el camino no atraviesa las fincas: en Plas Newydd y en Llanfachraeth. Como es circular, oficialmente empieza y termina en Holyhead. El sendero está bien señalizado por todo el recorrido. Los fondos del Objetivo Europeo han contribuido en este proyecto, que pretende satisfacer la creciente demanda de paseos costeros. El camino fue creado por una asociación dirigida por la agencia comunitaria Menter Môn y el Concejo Condal de la isla de Anglesey. Se inauguró formalmente por el primer ministro de Gales Rhodri Morgan, el 9 de junio de 2006.
Anglesey, o Ynys Môn, es una isla en la costa noroeste de Gales. Dos puentes se extienden a lo largo del Estrecho de Menai, conectando a este bello paraíso europeo con tierra firme: el Puente de Menai y el Puente Britannia. Una vez siendo parte vital del Reino de Gwynedd, ahora esta isla compone el Condado de la Isla de Anglesey junto con Holy Island y otras cercanas. Casualmente,Anglesey este sitio es el más grande dentro del Mar de Irlanda, la isla más grande de Gales, y la quinta en toda Gran Bretaña. Es recomendada por su increíble paisaje y gran posibilidad de un retiro pacífico para sus visitantes. Anglesey es una isla relativamente baja, con muchas montañas planas que se reparten por el lado norte de ésta. Por más pequeñas que puedan llegar a ser, las más altas son Holyhead (220 metros), Mynydd Bodafon (178 metros), Mynydd Eilian (177 metros), Mynydd y Gran (170 metros), Mynydd Llwydiarth (158 metros), y Parys (147 metros). El lado sur presenta el Estrecho de Menai, y en las demás direcciones encontramos el Mar de Irlanda. La isla en sí se divide en varios poblados, los más grandes siendo Holyhead, Llangefni, Benllech, Menai Bridge, y Amlwch. Al este nos podemos encontrar con Biwmares, hogar del Castillo de Beaumaris (construido por Eduardo I), y que hasta el día de hoy permanece como un lugar ideal para pasear en bote o hacer carreras de yates. Dentro de estos bellos pueblos podemos visitar atracciones así como el Zoológico Marino de Anglesey, que hace un pantallazo diario de la flora y fauna de la región, particularmente marina, que va desde langostas hasta anguilas congrio. Todos los peces y crustáceos que se muestran en éste fueron tomados de diferentes partes de la isla y colocados en reconstrucciones de su hábitat natural. Como visitantes podemos comprar además sal, langostas, o perlas recogidas en la zona. Toda la costa rural de la isla ha sido designada un Área de Impactante Belleza Natural, algo que tiene muy merecido debido a sus extensas playas pacíficas, en especial aquellas que van desde Ynys Llanddwyn a Rhosneigr, o las bahías en Carmel Head. Un paraíso sin igual, con todos los ecosistemas posibles, Anglesey nos espera con los brazos abiertos.

COMPONENTES:VICENTE MONERRIS (GUÍA), MARIBEL, TONYI, MARIES, FRAN, IVAN, DAVID, JAVIER, SUSI Y VICENTE.

ITINERARIO:HOLYHEAD / ACANTILADOS / REFUGIO / FARO DE SOUTH STACK / CAFETERIA / CANTILADOS / PLAYA / PORTH DAFACH.

LA RUTA: Amanece un precioso día sin nubes, aunque todos los pronósticos son de que caiga alguna gota, pero hasta ahora nos vamos librando. Desayunados y con las mochilas subimos al microbús de Lloyd, que hoy nos trasladará a Holyhead, en la isla de Anglesey, cruzando el Puente Menai.

Aquí si está nublado y amenazando lluvia. Nos deja en el puerto deportivo y por un camino asfaltado iniciamos buscando el mar; nuestra ruta de hoy recorrerá parte de los acantilados de la isla de Anglesey. Pasamos por una curiosa edificación, vallada y abandonada, en forma de castillo medieval pero pintada de blanco.

Un poste balizado nos indica el sendero que baja hacia el mar en una playa pedregosa, a la derecha tenemos el puerto y por detrás, varias torres vigías desde donde se oteaba el horizonte para hacer frente a posibles ataques. Traspasamos un portón entre abundante matorral bajo.

Tomamos un poco de altura y se ensancha la visión al puerto, donde vemos atracados algún ferry y un crucero. Esta parte del océano Atlántico corresponde al Mar de Irlanda, muy frecuentado por esta clase de embarcaciones que hacen el transporte marítimo entre las islas.

Enseguida tenemos los primeros acantilados, no tienen gran altura pero están cortados a bisel y cuando el mar esté bravío será impresionante ver romper las olas. Después hay un saliente donde varios pescadores plantan sus cañas, y en otro, está posada una bandada de aves marinas.

Viene un bonito tramo donde el verde de los pastos llega prácticamente hasta el mar, para nosotros que somos de secano nos sentimos como niños con zapatos nuevos. Para sorpresa, algo más alejados de la orilla, hay pastando una manada de caballos salvajes, que nos permiten acercarnos prudentemente.

Avanzamos siempre junto al mar entre múltiples tonalidades de verdes, serpenteando la acantilada costa y acercándonos a las montañas, donde predomina la gama de los marrones. Es un entorno bucólico y agradable en el que no te das cuenta de que el cielo sigue tapado y sopla un poco de aire fresco.

Esta parte del sendero está bajo protección y aparecen algunas peanas de madera con información sobre la fauna y la flora del lugar. Leyendo una de ellas nos damos cuenta de que en las rocas hay una foca, que al vernos se lanza al agua, y al poco tiempo asoma su cabeza entre las olas del mar.

Proseguimos por el mullido césped y atravesamos una tranca, ésta está abierta. Al haber fincas particulares tenemos que dejarlas tal cual las encontramos, cerrando o abriendo el paso al ganado. Estamos en un espacio especial, que cuando tomemos altura nos daremos cuenta que tiene forma de corazón.¿?

El tráfico de ferrys es constante en el mar. Pasamos por otra tranca que hay que dejar cerrada, y el camino comienza a empinarse para subir unos promontorios rocosos que tenemos enfrente; a partir de ahora iremos separándonos del mar para izarnos a la parte más elevada de la ruta.

Antes, desde una barrera de grandes peñascos tenemos panorámicas a los acantilados recorridos. Desde la altura todo es más espectacular, distinguimos pequeñas calas inaccesibles, la serpenteante dársena del puerto y, el bancal de césped esmeralda en forma de corazón.

Comienza una larga subida en diagonal por la ladera de la montaña, seguimos viendo el mar pero no los acantilados. El sendero se abre paso entre el matorral bajo y helechos con un bonito colorido otoñal. Pasamos por delante de una especie de refugio de cemento, aunque no tiene puerta.

El ascenso es moderado pero constante, surcando la ladera hasta alcanzar su parte alta. Volvemos a sorprendernos con la magnífica visión del Faro de South Stack, espectacular centinela del mar de Irlanda, en un diminuto islote unido a la isla de Anglesey por un corto puente.

Es una visión fugaz puesto que tenemos que seguir subiendo lomas donde vuelve a aparecer de nuevo y ocultarse. También vemos una gran casa en otro acantilado junto a un diminuto islote. El faro está bajo un saliente, un pequeño istmo, y el sendero acorta para verlo desde el otro lado.

Bajamos desde las colinas para dirigirnos de nuevo a los acantilados, justo al borde hay una garita para protegernos en los días de fuerte viento y donde tenemos una excelente mirada, ahora muy cercana, y a nuestros pies el Faro, que reúne todos los requisitos, apartado, solitario y con buena visibilidad.

Continuamos bordeando los precipicios hasta otro mirador, que con un murete de piedras da comienzo a la trepidante bajada hacia el Faro, son unos cuatrocientos escalones de ida y otros tantos de vuelta. Monerris aconseja no bajar porque además del esfuerzo, el puente suele estar cerrado.

El camino sale a una carretera que en pocos metros nos lleva a la Casa de la Naturaleza, en la que, como no podía ser de otra manera, hay una surtida cafetería. Decidimos almorzar en su interior tomando unas cervezas. La carretera da acceso a gente impedida o a los que vienen a ver las panorámicas del Faro

Retomamos la marcha bajando de nuevo a los acantilados, tomando posesión de un espléndido mirador al Faro. En una pared vertical del acantilado distinguimos cómo progresan dos escaladores. Luego pasamos junto al Centro de Información de la Torre Ellin's.

Nos alejamos del mar por un camino que nos acerca a unos verdes prados, donde dentro de un vallado pacen preciosos caballos percherones, éstos están más acostumbrados a ver gente y se acercan para que los acariciemos, lo que desata una prolongada sesión fotográfica.

Cruzamos la carretera para entrar por un portón a un camino que discurre paralelo a la misma y la valla de varias fincas con verdes prados. En cercados de piedra y postes con alambre pace el ganado vacuno, ovejas blancas y negras, y otro apartado redil machos cabríos.

Obtenemos las últimas miradas al Faro, apartado en su islote o sobresaliendo entre las lomas, ha oscurecido un poco y con paciencia, esperamos a que su luz giratoria nos enfoque para hacer la foto alumbrándonos. Por sendero mullido y esmeralda nos acercamos de nuevo al mar.

Empezamos un extraordinario recorrido por los acantilados de la isla de Anglesey, asomándonos y metiéndonos en todos los recovecos del litoral, admirando desde la altura las numerosas entradas del mar ganadas a las rocas o los tremendos farallones que se adentran en él.

Tras un tramo alfombrado de césped para encarar un diminuto golfo en el mar, en un núcleo de rocas más alejadas, vemos un grupo de gente joven que están practicando un nuevo deporte que consiste en avanzar trepando por los acantilados marinos. Van provistos de neoprenos y salvavidas.

Nos elevamos para salvar unos escoyos y subir a la parte alta de los acantilados, despidiéndonos de ellos. Avanzamos otra vez cruzando prados para salir a una curiosa zona donde todas la casas que hay son de madera, que han sido transportadas una vez fabricadas. Saltamos por un portón.

Arribando al final de la ruta tenemos otra sorpresa, la Playa de Porth Dafach. Escondida entre dos pivotes que se adentran en el mar, no se intuye hasta que estamos encima de ella. Y por supuesto también está influenciada por las mareas, que en este momento está en bajamar.

Es un delicioso espectáculo. Decidimos bajar a la arena, ahora que no está el mar, y atravesar todo el espacio entre arena, charcos, rocas y algas, hasta tocar las frescas aguas del Atlántico, aquí el Mar de Irlanda. Es una rara sensación para la gente que vive junto a mares que no menguan.

Disfrutamos como críos ante lo novedoso, luego nos reagrupamos en la playa y seguimos unos metros hacia Porth Dafach donde nos recoge Lloyd con su microbús. De todas las rutas realizadas, la de hoy ha tenido un encanto muy especial, el fabuloso colorido del paisaje, los acantilados y el bucólico Faro de South Stack

WIKILOC:

RECORRIDO:LINEAL.

AGUA EN RUTA: SI. (En la cafetería)

DISTANCIA:16,5 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:45 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 185 M.

ALTURA MÍNIMA:0,0 M. (Nivel del Mar)

DESNIVEL POSITIVO: 240 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 240 M.


DIFICULTAD:MODERADA.

SNOWDON (1.085 M.), PARQUE NACIONAL DE SNOWDONIA

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Snowdon (en galés, Yr Wyddfa) es la montaña más alta de Gales, con una altura de 1.085 metros, y el punto más alto de las Islas Británicas fuera de Escocia. Está ubicado en el Parque Nacional de Snowdonia (Parc Cenedlaethol Eryri), en Gwynedd, y ha sido descrito como "probablemente la montaña más ocupada de Gran Bretaña". Ha sido designado como una reserva natural nacional debido a su rara flora y fauna. Las rocas que forman Snowdon fueron producidas por volcanes en el periodo ordovícico, y el macizo ha sido esculpido extensamente por glaciación, formando el pico piramidal de Snowdon y las aristas de Crib Goch y Y Lliwedd. Las caras de los precipicios de Snowdon, incluyendo a Clogwyn Du'r Arddu, son lugares importantes para la escala de piedras, y la montaña fue utilizada por Edmund Hillary para entrenarse antes de ascender el Monte Everest en 1953. Snowdon tiene una de las mejores vistas en Gran Bretaña, y a la cima puede llegarse por senderos bien conocidos. La cima también puede alcanzarse con el Snowdon Mountain Railway (Ferrocarril de Montaña de Snowdon), una línea de tren que comenzó a funcionar en 1896 y lleva a pasajeros cubriendo los 4,7 kilómetros desde Llanberis hasta la estación de la cima. En la cumbre hay un centro de visitantes llamado Hafod Eryri, construido en 2006 para reemplazar al que había sido construido en los años 1930. El nombre Snowdon es la expresión del inglés antiguo para "colina nevada", mientras que el nombre galés - Yr Wyddfa - significa "el túmulo", pudiendo referirse al túmulo lanzado sobre el legendario gigante Rhitta Gawr luego de su derrota a manos del Rey Arturo. Al igual que otras figuras de la leyenda arturiana, la montaña está conectada al legendario afanc (monstruo acuático) y las Tylwyth Teg (hadas). Un estudio de 1682 estimó que la cima de Snowdon era de 1.130 metros; en 1773, Thomas Pennant realizó una nueva estimación de 1.088 metros sobre el nivel del mar en Caernarfon. Estudios recientes ponen a la altura del pico a 1.085 metros, haciendo de Snowdon la montaña más alta de Gales y el punto más alto del Reino Unido fuera de Escocia. Snowdon es una de las tres montañas que son escaladas en el National Three Peaks Challenge. El primer ascenso registrado de Snowdon fue realizado por el botánico Thomas Johnson en 1639. Sin embargo, el historiador galés del siglo XVIII, Thomas Pennant, menciona una "feria triunfal sobre esta nuestra montaña de montañas" luego de la conquista de Gales por parte de Eduardo I en 1284, lo que podría indicar la posibilidad de ascensos anteriores. Snowdon ofrece una de las vistas más extensas de las Islas Británicas En días excepcionalmente despejados, se puede observar a Irlanda, Escocia, Inglaterra y la Isla de Man, al igual que 24 condados, 29 lagos y 17 islas. La vista entre Snowdon y Merrick (sur de Escocia) es la línea de visión teórica más larga de las Islas Británicas con 232 kilómetros. Snowdon ha sido descrito como "probablemente la montaña más visitada de Gran Bretaña"; un número de senderos bien mantenidos llevan a la cima del Snowdon desde todos sus lados, y pueden ser combinados de varias maneras. El sendero circular que comienza en Pen-y-Pass y utiliza la ruta Crib Goch y la ruta sobre Y Lliwedd se llama Snowdon Horseshoe (lit. Herradura Snowdon),y es considerado "como uno de los mejores senderos de montaña en Gran Bretaña". Las rutas allí están organizadas para ir en contra de las agujas del reloj, comenzando con el sendero que comienza desde Llanberis. Durante el invierno, todas estas rutas se vuelven significativamente más peligrosas y muchos aventureros inexperimentados han muerto a lo largo de los años tratando de escalar la montaña usando los caminos principales.
COMPONENTES:VICENTE MONERRIS (GUÍA), MARIBEL, TONYI, MARIES, FRAN, IVAN, DAVID, JAVIER, SUSI Y VICENTE.

ITINERARIO:LLANBERIS / IZQDA. DEJAR ASFALTO / REFUGIO / CIMA DEL SNOWDON / MISMO ITINERARIO DE REGRESO.

LA RUTA: Hoy es nuestra última ruta. El Snowdon. Monerris no las tiene todas consigo, esta será su tercera subida guiando un grupo y en las dos anteriores no lo consiguió, bien por la lluvia o por las fuertes rachas de viento que les impedían avanzar. Después del desayuno Lloyd nos traslada a Llanberis.

Al final de las calles del pueblo prosigue una pista asfaltada donde se inicia la ruta del Llanberis Path, pasando por un portón con una reja metálica para que el ganado no pueda salir del parque. Hay algunos carteles y peanas que describen el sendero con datos técnicos y recomendaciones.


Giramos a la izquierda junto a un enorme roble y una residencia de montañeros. Enseguida entramos en campo abierto y el paisaje cambia por completo, los verdes, marrones y ocres en tonos pajizos lo invaden todo, pasamos por los márgenes de algunas fincas. El cielo sigue encapotado.


Vamos tomando altura y al mirar hacia atrás vemos las casas del pueblo junto a un embalse alargado que desconocíamos. Poco después, un gran pilón de piedra nos indica la dirección del camino, torciendo a la izquierda por una ancha pista de tierra protegida por canaletas para que no se desmorone en las lluvias.

El grupo se disemina en distancias cortas y cada uno va cogiendo su ritmo, es una larga y constante subida en la que tenemos que superar un desnivel cercano a los mil metros. En las onduladas y coloridas lomas se esparce el ganado lanar que acampa a sus anchas.

Es una ruta muy transitada y de frecuentes lluvias, por lo que  el camino está muy cuidado y en muchos tramos ha sido enlosado con piedras planas a modo de calzada romana. Llegamos a un portón que se puede salvar subiendo unas escaleras de madera, pero como siempre, manualmente se abre y se cierra.


Al frente podemos ver verdes colinas más elevadas donde las grises nubes están enganchadas, las trazas del camino nos llevan hacia ellas. El ruido de un tren nos llama la atención y vemos una máquina de vapor que en ascenso empuja un solo vagón. Monerris nos explica que es el tren que sube hasta la cima.

Efectivamente, luego nuestro camino pasa por debajo de los railes del tren y tras un buen tramo llegamos a un aparente refugio de montaña que tiene unas mesitas en la terraza, pero en su interior es una cafetería situada en un punto estratégico. Estos británicos son la hostia.


Tras un breve receso continuamos. Enfrente tenemos un preciosa montaña, sin ningún árbol, pero coronada hasta la cima de verde pasto esmeralda. Otro tren esta vez con la locomotora por delante, arrastra un vagón de color rojo lleno de gente. Resulta un poco anacrónico pero va con el paisaje.

El camino hace unas revueltas donde el trazado se encrespa y tenemos que apechugar con el fuerte desnivel, después un breve tramo más reposado, y encaramos otras inclinadas rampas mucho más duras. Hacia atrás vemos como se estira el reguero de gente que pese a ser lunes está subiendo.


Coronando este fuerte tramo, entre respiro y respiro, observamos por nuestra derecha en el fondo del barranco, como va creciendo la pequeña masa de agua hasta que se convierte en un lago que desagua al valle. Es de tamaño menor, pero resulta sorprendente encontrarlo a tan poca altitud.

Otro fuerte empujón por un camino descompuesto, con una valla de palos y alambre derribada, y arribamos a otro paso por debajo de la vía férrea. Esto nos permite observar la otra vertiente del valle, cerca de una pequeña estación del tren de cremallera con doble raíl para paradas técnicas.

Reanudamos el ascenso, todavía queda un buen tramo pero el desnivel ya no es tan inclinado. Las nubes enganchadas en las montañas nos impiden ver y calcular la distancia que nos queda hasta la cima. Tenemos una preciosa perspectiva de los railes del tren que llegan al final del valle.


Por la ladera de la montaña vemos bajar echando humo otra locomotora con otro vagón, el carril férreo serpentea entre peritadas curvas suavizando el descenso. En la estación técnica hay parado otro convoy que antes de llegar éste, arranca de nuevo dejando libre la parada, está todo calculado.


Cortas y livianas rampas nos siguen elevando; se abren nuevas y prolongadas vistas al valle. Aparecen tres lagos más, uno de ellos de buen tamaño, rodeados de fincas y pastizales, y por fin, algunas manchas de vegetación boscosa. Comenzamos a meternos dentro de la bruma de las nubes.

Aunque la visibilidad es escasa se percibe la cercanía de la cumbre, comienza el cordal de la cresta hacia la cima. Se destapan las panorámicas en la otra vertiente de la montaña que nos dejan boquiabiertos. Otros dos lagos aparecen a nuestros pies, en un entorno pirenaico surcado de senderos en zigzag.









Nos recreamos en este balcón de preciosas miradas, mientras el aire mueve la bruma y a medias conseguimos ver como la gente pulula en la cumbre. Una piedra grabada nos marca el camino: COPA SUMMIT, y un menhir de mediano tamaño nos ve alejarnos hacia ella.


Parece que la bruma nos ve llegar y se da un respiro aclarando el panorama. No me lo puedo creer, a la cumbre se sube por escalones de granito y la Estación-Cafetería está apenas a unos metros de ella. Llega otro vagón cargado de gente y resulta difícil abrirse paso hasta el punto geodésico.

Pico Snowdon (1.085 m.) El pilón tiene una placa de bronce a modo de brújula con las coordenadas a todos los puntos. Raquel nos ha prestado una bandera española y otra de Gales, que no sin esfuerzo logramos desplegar. http://alicanteaventura.com/ha logrado por fin conquistar el Snowdon.


Nos abrimos paso para bajar. Logramos sitio en una pequeña barrita en la cafetería donde pedimos las bebidas y tomamos nuestro almuerzo. Las chicas están cansadas e intentan conseguir billete de bajada en el tren, pero es imposible, todo está reservado de antemano.


Hacemos unas fotos desde el exterior y emprendemos el regreso que es el mismo de subida. Al no llover ni hacer aire, técnicamente la ruta no tiene dificultad, pero al superar casi los 1.000 metros de desnivel acumulado y otros tantos de bajada, podemos calificar la ruta de MODERADA.


Miramos el tren alejarse y nos lo tomamos con calma. El sol va abriéndose paso entre las nubes e ilumina con pequeñas ventanas las montañas del valle. Al igual que en la subida, el camino está muy concurrido en la bajada. Nos fijamos en pequeños detalles y las ovejas que pastan en el verde paisaje.








Pronto llegamos al diminuto lago de la subida viendo otro humeante tren cremallera. Pasamos el refugio-Cafetería y más adelante nos fijamos en un poste vertical de mediana altura, que al igual que vimos en un tocón en otra ruta, le han sido incrustadas a golpes, infinidad de monedas de canto.

Poco a poco vamos cubriendo el recorrido llegando al camino asfaltado y a Llamberis, cerrando esta preciosa ruta. Lloyd nos recoge en el microbús para desplazarnos unos kilómetros hasta el Hotel Pen-y-Guryd, donde Edmund Hillary y su equipo se prepararon para su ascensión al Everest en 1953.

Construido en 1810, fue originariamente una casa de campo y se amplió en un hotel a principios del siglo XIX. Siguen regentándolo descendientes de la misma familia y poco ha cambiado desde entonces. No hay televisión y sigue atrapado en el túnel del tiempo, las comidas se anuncian a golpe de gong.

Sus pequeñas salas y el bar se han convertido en un museo donde del techo cuelgan las botas que utilizaron en la expedición. Vitrinas con piolets y otra con los crampones, un par de botas y las gafas de ventisca que probablemente usaron. Una gran foto ampliada de Hillary y su sherpa Tenzing.








En el bar hay otra vitrina más grande y con más utensilios, sombreros gorros, brújulas, chalecos, taza de té, piquetas metálicas y otra botella de oxígeno, e incluso un pedazo de cuerda con la que dicen se ataron Hillary y Tenzing en la cumbre. Las leyendas se alargan. Unas pintas y regresamos.

RECORRIDO:LINEAL, IDA Y VUELTA.

AGUA EN RUTA: SI. (En el refugio y en la cafetería de la Estación)

DISTANCIA:15,5 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:15 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 1.085 M. (Cima del Snowdon)

ALTURA MÍNIMA: 120 M. (Llanberis)

DESNIVEL POSITIVO: 975 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 975 M.

DIFICULTAD:MODERADA.


UNA TARDE DE LLANDUDNO

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Tras la jornada de treking, hoy ha sido una ruta suave, le pedimos a Lloyd que nos deje en el centro de Llandudno. Hace una tarde preciosa y queremos caminar antes de la cena por el paseo de la bahía, admirando las fachadas victorianas de los hoteles y aprovechando que la marea está en bajamar.


Comenzamos más allá del obelisco que está a mitad del paseo, y enseguida tenemos otro de los personajes del cuento de Alicia en el País de las Maravillas, El Sombrero Loco. Todos los componentes del cuento se hallan esparcidos por la ciudad y existe una guía para encontrarlos.

Al frente podemos ver nuestra residencia en la ladera de la montaña Great Orme que domina la bahía. Hay mucha gente que baja a la playa de guijarros y se adentra en los dominios del mar ahora alejado, para caminar por la arena mojada y las algas varadas buscando al crustáceo rezagado.

Hay tres pasarelas en la playa, la primera es de cemento y escalonada lateralmente, quizás para facilitar el meterse o salir del mar a poca profundidad sin tener que caminar sobre las piedras. Las dos siguientes son de madera y se adentran muchos metros en el mar, sobre todo la segunda.


Nos decidimos por bajar y recorrer la segunda que al ser más larga, ahora está tocando el mar. Situada justo a los pies del grandioso edificio del Grand Hotel y del paseo marítimo que también de madera está elevado varios metros sobre el nivel del mar y que luego visitaremos. Un buque pasa junto a ella.








Esta larga pasarela hace un ángulo a medio camino con lo cual se amplían las miradas a todos los lados. Había un grupo de chavales en la punta intentado coger cangrejos con un sedal y cebo. Ahora tengo bonitas perspectivas para mi solo, aunque tengo que ir con precaución para no resbalar.

Aconsejo a ellas que no avancen más y que vayan retrocediendo, yo intento seguir un trecho más pero las maderas mojadas y los restos de algas lo ponen muy difícil y me hacen desistir. Doy media vuelta y retrocedemos hasta poder poner pie en tierra en el paseo de la bahía donde está el obelisco.

Nos vamos al paseo marítimo, también de madera pero mucho más ancho y sin peligro a resbalones. Al inicio tiene algunas atracciones de feria para los críos y algunas casetas de helados y chucherías. Después viene el paseo flanqueado por bancos de madera a ambos lados, que como es costumbre aquí, están dedicados al recuerdo de alguna persona.

Al final del todo se amplia en una especie de rotonda donde hay una cafetería. Allí nos encontramos con un personaje popular, “el hombre del mono”, al que gusta disfrazarse y lleva un mono de peluche. Hace poco que se ha casado y su mujer también participa en sus bailes.

Contemplamos los Molinos eólicos en el mar y vamos regresando hacia la residencia para la ducha y la cena. Por el camino seguimos haciendo fotos a un entorno muy peculiar. La tarde comienza a caer y un ave marina posa para nosotros teniendo como fondo el Great Orme con su forma de cocodrilo.

ABANILLA, DEL ZULUM AL AGUDO, IDA Y VUELTA POR EL CORDAL

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La Sierra de Abanilla se localiza en su totalidad al este del término municipal de Abanilla, limitando por el este con la provincia de Alicante (término municipal de Orihuela). Dentro de la Región de Murcia, se encuentra en la parte oriental de la misma, en su comarca Centro-Este. Dentro del término municipal de Abanilla se encuentran también otros dos LIC de la Región de Murcia: “Río Chícamo” (ES6200028) y “Humedal del Ajauque y Rambla Salada” (ES6200005), este último sólo incluido en parte en este término municipal. La extensión aproximada del LIC declarado con el nombre “Sierra de Abanilla” en la Región de Murcia es de 986,51 Ha. No obstante, forma parte de una cadena montañosa que continúa por el este hacia la provincia de Alicante, constituyendo una prolongación de la Sierra de Crevillente, ésta última propuesta también como LIC por la Comunidad Valenciana (“Serra de Crevillent” - ES5213022). En su extremo suroeste, limita con la localidad de Abanilla, siendo bordeado en sus proximidades, al norte y al oeste, por el Río Chícamo. Al sur, se encuentra la carretera comarcal MU- 413. A excepción de su zona oriental (en la que continúa la cadena montañosa), el LIC se encuentra prácticamente rodeado por campos de cultivo.
Como dormida en el regazo de la Sierra de Abanilla, silente, apacible y luminosa, la antigua Al Banyala, famosa a principios del milenio por la confección de tapices que se exportaban a Oriente, ofrece al visitante un entorno vario y sorprendente, muy semejante al de la lejana Palestina. Su orientación a poniente y la cima del monte Zulum, que la resguarda de los vientos, provocan estíos muy calurosos e inviernos cálidos y suaves. Lo precario e irregular de las precipitaciones (apenas 300 mm de media) y la vegetación, formada por coscoja, matorral y tomillares, confieren al municipio un paisaje en gran parte árido salpicado de pequeños oasis donde florece el almendro, el albaricoque, el limonero, la pereta, la vid y el dátil. Un pueblo pintoresco, colocado por la naturaleza entre los límites geográficos de Murcia y Alicante, que vivió años atrás de la artesanal fabricación de canastos. Accediendo desde el sur, dobla el viajero una curva en el camino ascendente huyendo del sol que cruje en las barrancas, atraviesa el cauce estéril y desolado del río Chicamo y, de súbito, la mirada se llena de verdes. Como un espejismo, la huerta del valle de Mahoya procura sosiego al caminante: los frutales en flor, las altivas palmeras, el oro de sus dátiles, el último palmero que escarda las hojas, el rumor del agua en las acequias, el terciopelo de los melocotoneros.... Los accidentes orográficos más importantes del municipio forman un anfiteatro al norte del término con las sierras de la Espada, de Quivas y del Cantón. Situada al nordeste de la provincia, dista 28 kilómetros de Murcia. El término municipal abarca una extensión de 236.6 kilómetros cuadrados y limita al norte con los municipios de Pinoso (Alicante) y Jumilla; al sur, con los de Orihuela y Benferri (Alicante); al este con los de Orihuela y Algueña (Alicante) y al oeste con el de Fortuna. La villa ofrece todavía un laberinto de calles antiguas, empinadas y estrechas, fruto de la influencia árabe. La herencia musulmana es aquí manifiesta: el paisaje, los frutos, la filosofía del agua, el estampido de un arcabuz, los alfanjes, escudos, melodías, sedas y turbantes que lucen las kábilas y mesnadas en los desfiles de primavera, devolviendo las voces del pasado. (La Verdad Digital)

CÓMO LLEGAR: Por la Autovía A-7/E-15 dirección Murcia. Salida en la nº 515 ORIHUELA/BENFERRI, continuar por la CV-870, pasar Benferrí y La Murada, entramos en la Región de Murcia y la carretera pasa a ser RM-13. A un km aproximadamente de Abanilla, girar a la derecha por una pista asfaltada y poco después por otra a la izquierda. Dejaremos el vehículo a la entrada de un camino de tierra en ascenso, a la derecha, que sube a una central eléctrica de placas solares.

COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO:CAMINO PLACAS SOLARES / DESV. SUBIDA AL ZULUM / ZULUM / RISCO DE CUEVA NEGRA / EL AGUDO / BAJADA DCHA. / REGRESO POR EL MISMO ITINERARIO.

LA RUTA: Después de la Sierra del Cantón concluimos con la Sierra de Abanilla el periplo de sierras colindantes entre las provincias de Alicante y Murcia. La primera mirada es al pueblo de Abanilla que distinguimos por delante de la cercana silueta de la Sierra de la Pila. Iniciamos subiendo por el camino de tierra.

Subimos bordeando una barranquera en dirección a la quebrada Peña Gotera, arriba de la cuesta una valla circunda las instalaciones de una central de placas solares. Desde un terraplén tenemos vistas más amplias de Abanilla y por el otro lado la Sierra de Redován y el sol que comienza a despuntar.

El camino se acaba y seguimos trazos de sendas. Sin dejar de subir comenzamos a rodear la Peña Gotera y sus cárcavas superando una plancha rocosa. Las vistas siguen creciendo y vemos el pueblo completo y la central de placas solares, antes de ir girando a la derecha y entrar en la cara norte.

El sendero comienza a definirse y está muy pateado al menos en esta zona; se abre paso entre los pequeños pinos, lo de pequeños hay que matizarlo, puesto que la carencia de lluvias en la comarca influye mucho en su desarrollo. Con cortas rampas y lazadas ganamos altura fácilmente.

Pronto alcanzamos el cordal de la sierra que sigue elevándonos. Más rastros de la sequía, troncos y ramas de pinos secos, hasta el matorral bajo como romero tiene un color pajizo. Para subir a la cima del Zulum hay marcado con mojones un desvío a la derecha, es un tramo corto pero con fuerte desnivel.

Entramos en una especie de canaleta inclinada sencilla de trepar que luego se alarga por la derecha, y termina en una barrera de rocas en los pinos. Hay que proseguir por la derecha, aunque sabemos que la cima está cerca, no vemos nada porque los peñascos nos impiden atisbar el pilón del punto geodésico.

Cumbre del Zulum (623 m.) las panorámicas son muy brumosas, una nube deshilachada cubre la zona y distinguimos algunas montañas por su silueta. Primero, a golpe de zum nuestro destino final, El Agudo; la Sierra de L'Algaiat, la Sierra de El Cantón, el Carche y la Pila están tapados, y apenas la Sierra de Orihuela.

Para el descenso utilizamos una vía distinta, por la izquierda de cara al sur, sorteamos unos pedruscos mirando al segundo puntal de la sierra, solitario y de más difícil acceso, luego vamos girando a la izquierda ya por senda, que nos devuelve hasta el mojón de subida. Hemos hecho una especie de triángulo.

Desde el mojón, comenzamos a bajar por la izquierda e ir separándonos de la cumbre para buscar de nuevo la cuerda de la sierra. Las miradas hacia atrás son prodigiosas, con las dos cumbres del Zulum, la que no hemos subido y de menor altura, es un enorme farallón cuya cresta cae en picado.

El nuevo recorrido trascurre por la cuerda siguiendo el sendero de la divisoria y a veces tomando pequeños atajos a media ladera para evitar algún promontorio o loma, en un continuo subir y bajar para lo que hay que estar en buena forma. Subimos para alcanzar otro punto de referencia.

Cumbre del Risco de la Cueva Negra (599 m.) tiene forma de muela rocosa pero no presenta ningún obstáculo. Tenemos buenas miradas al Zulum con su macro cantera adosada, que espero no tengan permiso para comerse el resto de sierra. En el otro lado El Agudo sigue creciendo.

Antes de iniciar la inclinada bajada nos fijamos en los “badlands” hacia el noreste, donde se aprecia la hendidura en la montaña de El Cajer, producida por el cauce del río Chícamo. Es un descenso en forma de tobogán con una fuerte subida; en el centro tiene una gran roca con un cruz pintada de blanco.

Recuperada la cuerda de la sierra comienza un sin fin de ondulaciones que vamos superando a buen ritmo. En una de las vertientes vemos las cárcavas producidas por la bajada de aguas torrenciales en las tormentas. Nos desviamos por la izquierda para evitar una loma, pero al regreso no haremos este paso.

Poco a poco nos echamos encima de el Agudo. Enlazamos con el sendero que viene desde Los Vives, para seguir lomeando por la izquierda donde ya tenemos una visión ladeada de su mole rocosa, la cresta lateral que sube por la Rambla de la Lima. Alcanzamos el collado en su parte norte.

Cogemos la subida directa entre el maltrecho bosque de pinar, bastante escabrosa y con fuerte desnivel, tiene mucha piedra suelta que incomoda el ascenso, el último paso es rocoso, sin llegar a ser una trepada, pero vale la pena el esfuerzo después de haber llegado aquí.

Cumbre de El Agudo (731 m.) hay alguna diferencia de metros en la altura dependiendo del mapa que se use. La bruma se ha disipado y las vistas son extensas, llegando a la Sierra de Crevillente, y por el otro lado, una formidable perspectiva de toda la cuerda que hemos recorrido.

Tras un merecido almuerzo emprendemos el regreso, pero haciendo una variante. Mirando al collado, nos vamos por la derecha, senda incipiente que luego se reafirma, la bajada es mucho más atenuada y se llega al mismo sitio. Ahora viene la vuelta que es tan fuerte como la ida, pero con miradas diferentes.

A medida que  nos vamos alejando de El Agudo volvemos la vista atrás de vez en cuando, que ahora libre de bruma nos muestra su impresionante mole. Por delante, la serpenteante linea del cordal de la sierra se distingue mucho más nítida y con nuestros puntos de referencia claros.

Al llegar al Risco de la Cueva Negra después de haber superado el mayor escollo, bajando y subiendo su profundo tobogán, sabemos que lo tenemos al alcance de la mano. Llegar al Zulum es coser y cantar, ya que ahora no tenemos que subir a su cumbre y la bajada hasta el camino es rápida.

WIKILOC:

RECORRIDO:LINEAL, IDA Y VUELTA.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA:15,7 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 07:15 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 726 M. (El Agudo)

ALTURA MÍNIMA: 245 M. (Inicio)

DESNIVEL POSITIVO: 1.075 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 1.075 M.


DIFICULTAD:DIFÍCIL.

RUTA CIRCULAR CON SUBIDA DIRECTA AL PENYÓ DIVINO

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A finales de 1969 en un lluvioso día de noviembre, entraba por primera vez en el valle de la Font de l’Arc y descubría la pared sur del Peñón del Divino (antiguamente conocido como Peñon del Adivino; por haber vivido en su cueva un santón morisco). El conjunto que formaban las agujas y paredes, desde el Puig Campana hasta el propio Divino, pasando por Els Castellets, las paredes y agujas del Valle de Buda y el Pico del Caballo, nos dejó, a mi compañera y a mi, totalmente impresionados. Ese día nació el deseo de abrir una vía en la parte central de la pared del Divino y ese mismo día conocimos a Vicente “el Cabrero”, autentico etnógrafo de la zona, que desde entonces se convirtió en nuestro guía. En 1970 una cordada inglesa visitaba la zona y se apuntaba la primera escalada al Ponoig con la vía “Espolón de los Ingleses”, publicando posteriormente en la revista Climbing un artículo con el título “Las Dolomitas de la Costa Blanca”. Este hecho nos impulsó a iniciar la apertura de nuevas vías en la zona. Por fin, a principios del año 71, hice una salida con Maldonado y otros compañeros del Centro Excursionista de Alicante para explorar la pared de El Divino. Un buen día, cargados como mulas, llegábamos a la cueva situada al pié de la pared y nos decidimos por trepar por la rampa herbosa que da acceso a la repisa central. Ese día abrimos los dos primeros largos de la parte superior de la pared y, ya de noche, descendíamos de nuevo por la rampa. Tras una segunda incursión, en la que abrimos el tercer largo y abandonamos agua y material en la repisa central, a finales del 71 volvíamos con la idea de abrir en un solo ataque la parte inferior de la ruta, vivaquear en la repisa y terminar de abrir la parte superior al día siguiente. El sábado bien temprano iniciábamos la escalada a la izquierda de los desplomes rojos y escalando en libre toda la zona inferior; llegamos al atardecer a la plataforma central y al vivac. Esa misma tarde llegaron compañeros del Centro Excursionista de Valencia con los que mantuvimos la correspondiente conversación "a grito pelado" y nos desearon suerte. Al día siguiente abrieron la primera en la Aguja del Rinoceronte. El domingo escalamos como posesos y prácticamente en libre logramos abrir el resto de la pared, a través de la placa cimera que nos hizo sudar de todo. Sólo se instalaron tres remaches de expansión en toda la vía (además de los seis o siete clavos que Maldonado debió meter a puñetazos). Creo que en su momento aquella escalada fue una buena actividad que supuso el comienzo de la apertura de vías en las grandes paredes de la zona.
Cuando conocí la pared pensaba que escalaría lo que quisiera, cuando quisiera, con quien quisiera, como y por donde quisiera; pero la realidad es que escalé lo que pude, cuando pude, con quien pude, cómo y por donde pude. (PJ Notario)
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 dirección Valencia, salida en la nº 66 VILLAJOYOSA, tomar la CV-770 hasta Sella. Antes de entrar en el pueblo girar a la derecha y seguir por la pista asfaltada al Refugio de la Font de l'Arc, donde acaba el asfalto. Aparcar en el Refugio.

COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO:REFUGIO / MOJÓN SENDERO IZQ. / CUEVA / HACIA LA CANAL / EN LA CANAL / EL MURET / TREPADILLAS / HACIA LA PARED / PANORÁMICAS / GIRANDO TREPADAS / SENDA PEDRERA / BALCÓN / PEÑA CON CARRASCA / PASITO LATERAL / GIRO A LA CIMA / PENYÓ DIVNO / CORDAL / BAJANDO / DESTREPE / PEDRERA / CRUCE REGRESO / REFUGIO.

LA RUTA: Iniciamos desde el refugio donde ya hay algunos coches aparcados y una calma total. Tomamos el PR-CV 9 por la derecha que discurre el camino hacia Benimantell. Las primeras miradas son a nuestro objetivo de hoy, el Penyó Divino y su grandiosa pared extra-plomada.


Durante un kilómetro seguimos la pista en suave desnivel, todo está despertando, las crestas del Castellet y las paredes del Divino que el sol comienza a alumbrar. A la izquierda del camino veremos una piedra con una gran mancha roja y el comienzo de una senda que sube por los márgenes.


Unas decenas de metros más arriba debemos seguirla por la izquierda, pronto se va definiendo y prosigue entre un bosquete de pinos. Nos dirige hacia la base de las paredes donde los pinos han tomado posesión, y comienzan a aparecer hitos que nos facilitan el trasiego entre las rocas.

Sin dejar de subir y entre abundante vegetación seguimos el contorno de la pared rocosa girando cerca de un peñasco cuarteado. La altura nos va ampliando las vistas hacia el Barranc de l'Arc y por detrás de las crestas dels Castellets aparece un invitado especial, el Puig Campana.


Tras el recodo tenemos a la vista la boca de la cueva bajo un espectacular segmento rocoso que sube hacia arriba, mientras nos acercamos, observamos a dos escaladores progresando sobre el lomo rocoso. Las vistas siguen ensanchándose, vemos como se asoma Sella y el Cabeçó d'Or completo.








La forma de la boca de la cueva es estrecha y alargada, con una ligera inclinación que la hace singular. Desde su interior podemos obtener preciosos contraluces al Puig Campana. Su habitáculo no es muy amplio pero vale la pena desviarse un poco si os gusta visitar esta clase de oquedades.


Proseguimos por debajo del lomo que están subiendo los escaladores, tras algunos hitos que nos señalan el recorrido. Comienzan a verse algunos puntos rojos que también nos marcan la ruta. Las vistas a los paredones son brutales y enfrente los dientes de sierra dels Castellets sobresalen del pinar.


Nos dirigimos hacia la canal del Barranc de les Perxes. Para entrar en ella, tenemos que bajar un poco, atentos a los puntos rojos, para subir por el lomo y entrar en la ancha boca de la vertiente, cerca de las verticales placas de la sierra. El Puig Campana sigue creciendo ante nuestros ojos.









Las marcas rojas nos hacen meternos en el lecho del estrecho cauce, donde se unen las dos inclinadas vertientes. El desnivel se acentúa pero no resulta muy difícil seguirlo pese al matorral bajo. Por delante solo vemos rocas, pero por detrás la masa forestal de pinar se hace extensa.








A medida que la canal del barranco cada vez más inclinada se va cerrando, debemos ir girando hacia la pared de la derecha, sin perder los puntos rojos que nos dirigen hasta una especie de murete de piedra seca, que marca un antiguo paso de pastores por el que hay que subir.


Se trata de una trepada sencilla pero muy aérea, siguiendo los puntos rojos y utilizando los múltiples agarres que nos proporcionan las rocas. Tras unos primeros metros trepando hacia la derecha, la ruta gira a la izquierda y continúa por la base de la pared que tenemos delante. Preciosas vistas que llegan al mar.


El trayecto nos da una pequeña tregua para alcanzar un barranco que va girando poco a poco a la derecha hacia una pedrera. La altura superada nos permite tener bellas estampas a los puntales del Alto de la Peña de Sella y a un hermoso pinar de forma triangular en su confluencia.

La pedrera aunque corta nos hace esforzarnos para llegar a la pinada que hay arriba junto a las paredes, donde un rellano hace un balcón con nuevas miradas al paisaje. Sobre nuestras cabezas tenemos una pétrea cornisa coronada por una solitaria carrasca enraizada en las rocas.


Giramos a la derecha para trepar a la cornisa que es muy aérea pero con espacio suficiente para considerarla segura. Más vistas. Continuamos rodeando por la izquierda este espolón contundente, haciendo un pasito lateral de pocos metros y con agarres firmes, avanzando por su falda.


Comenzamos a girar a la derecha siguiendo los mojones y puntos rojos, presintiendo la cima a medida que avanzamos sobre las duras rocas. Empezamos a visualizar la torre del “palomaret” mientras que el Mas de Patarrana en peor estado, queda escondido entre la vegetación.


Cima del Penyó Divino (1.121 m.) su estratégica ubicación lo sitúa entre los colosos de Aitana y Puig Campana. Con miradas al mar por encima dels Castellets y el pantano del Amadorio, y también del Penyó Roc y el Bérnia. A nuestros pies la espectacular panorámica del Barranc del Arc. 


Después  del merecido almuerzo emprendemos el regreso siguiendo el sendero por el cordal de la sierra. Al principio es claro y evidente, pero comienza a esfumarse apenas se inclina la bajada. Atentos a las marcas que aunque proliferan se evaden. Hay que seguir un poco a la izquierda y luego por la derecha.


Las espléndidas vistas siguen cautivándonos, son de ensueño. Estamos pateando el valle más bonito de la provincia de Alicante. Localizadas de nuevo las marcas proseguimos por la derecha, procurando asegurar nuestros pasos en las zonas de lapiaz y piedras sueltas.


Llegamos a un punto en el que tenemos que bajar haciendo un pequeño destrepe de unos cinco metros por un roquedo, sencillo de realizar, pero en el que debemos centrar nuestra atención. En el descenso el paisaje va menguando poco a poco y acortando su extensión.


Escorándonos hacia la derecha llegamos a la cabecera de una torrentera de mediano tamaño y menor inclinación. La alegre bajada nos introduce en el bosque donde conectamos con la senda inicial cerrando el círculo. Accedemos a la pista del Barranc de l'Arc y en un kilómetro finalizamos en el Refugio.
RECORRIDO:CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA:6,83 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:40 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 1.121 M. (El Penyó Divino)

ALTURA MÍNIMA: 501 M. (Refugio de la Font de l'Arc)

DESNIVEL POSITIVO: 715 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 715 M.

DIFICULTAD:DIFÍCIL.


RUTA CIRCULAR AL MONDÚVER, PENYALBA Y COVA DE LES MALLAETES

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La cueva del Parpalló se encuentra situada dentro del Paraje Natural Municipal Parpalló-Borrell, espacio natural protegido de 560 ha. localizado en el término municipal de Gandia, el cual fue declarado por el Consell de la Generalitat Valenciana como Espacio Natural Protegido. Está catalogada como Bien de Interés Cultural y, desde el año 2008, está en proceso de revisión por la UNESCO para ser declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad. Está a unos 400 m. sobre el nivel de la mar en la vertiente sur del Mondúver, macizo montañoso del periodo cretáceo. En la cueva de Parpalló se ha encontrado el mayor conjunto de arte mueble prehistórico de Europa. Su cronología abarca todo el Paleolítico Superior. Lo componen más de 6.000 plaquetas de piedra caliza con representaciones simbólicas y de animales. Es por tanto uno de los más importantes tesoros arqueológicos de  la Península Ibérica, y la convierte en uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del continente. En el Museo de Prehistoria de Valencia y en el Museo Arqueológico de Gandía (MAGa) se encuentran expuestas algunas de las mejores plaquetas de la cueva.  La entrada de la cueva se presenta como una gran grieta de 15 metros de alto por 4 de ancho.Toma su nombre de un ave que solía habitar cerca de la cueva. En castellano se le conoce como avión (Riparia, riparia).  El yacimiento fue descubierto por Joan Vilanova i Piera en unas prospecciones en 1872. Poco después publicó parte del material descubierto. Después de esta noticia, la cueva fue visitada por algunos aficionados e investigadores, como el naturalista Eduard Boscà o el Padre Leandro Calvo, que también recogieron algunos materiales arqueológicos. En 1913 Henri Breuil prospectó la cueva y encontró, aparte de piezas de sílex, la primera plaqueta grabada, que él interpretó como una cabeza de lince pero que probablemente sea la parte posterior de otro animal.  El religioso francés mantenía buenos contactos con la prehistoria valenciana lo que le llevó en 1913 a visitar las cuevas del Parpalló y Meravelles(Gandia). En 1928 Lluís Pericot visita la cueva por recomendación de Breuil y de P. Bosch Gimpera y, un año después, empieza las excavaciones bajo el patrocinio del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia, que duran de 1929 a 1931. Durante estas tres campañas de excavación, Pericot recoge y estudia todo el material prehistórico así como las 6.000 plaquetas grabadas que constituyen el conjunto de arte amueblo más importante de Europa. El material excavado por Pericot ha sido revisado y estudiado posteriormente en numerosas ocasiones y ha servido para varias tesis doctorales, dando como resultado una secuencia cronológica sin interrupción de la prehistoria mediterránea peninsular de 15.000 años.
CÓMO LLEGAR: Por la A-7 dirección Valencia, salida por la nº 691 en la rotonda elevada Universidad/San Vicente del Raspeig, tomar dirección Alcoy, una vez pasados los túneles de la Font Roja, continuar hasta la salida nº 425 ALBAIDA/GANDIA/ATZENETA. Tomar la N-340/CV-615, continuar dirección Gandía hasta conectar con la CV-675 que nos llevará a nuestro destino, el Centro de Interpretación Parpalló Borrell, a la derecha poco antes de legar a La Drova.

COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO:CENTRO INTERPRETACIÓN / FONT DEL PARPALLÓ / SENDA/ COLL DE LA RAFELA / CIM DEL MONDÚVER / ATAJO / CARTELES PR / PUNTAL FONT NOVA / CIM DE LA PENYALBA / VARIANTE COVA MALLADETES / COLL DE LA PENYALBA / ALT DE LES ÁLIGUES / COVA MALLADETES / BARX / CENTRO DE INTERPRETACIÓN.

LA RUTA: Ruta que teníamos aplazada desde el incendio de marzo de 2013 en Barx, dejando que la sierra se regenere pero nada vuelve a ser igual, los incendios lo arrasan todo. La primera vez que hollamos el Mondúver fue en 2011 desde Xeresa, hoy lo haremos desde La Drova. añadiendo la emblemática Penyalba.

Hace un buen día y parece que el calor remitirá un poco, sin embargo, una bruma de nubes bajas invade el valle y aumenta el grado de humedad. Iniciamos pasando por delante del Centro de Interpretación que permanece cerrado. La mole del Mondúver coronada por su nido de antenas es muy visible.


Pasa algún grupo de ciclistas al enfilar el camino de tierra. Seguimos en suave ascenso con variada información de la zona del Parpalló en diversos paneles. El sol y la bruma nos dejan ver los puntiagudos picos de la otra vertiente. Hacemos un corto desvío a la Font del Parpalló pero está canalizada.


Volvemos a la pista principal y otros paneles nos indican que estamos al pie de la Cova del Parpalló situada en un peñón rocoso algo más elevado y vallada. Este abrigo natural presenta tres accesos en el interior. Se piensa que en la antigüedad la cavidad era de proporciones mucho mayores. Se halla excavada en calizas del período turonense-senonense.


Proseguimos con vistas a los agrestes peñones del Mondúver y a los picos de la otra vertiente donde las nubes parecen disiparse. A la izquierda encontramos una diminuta boca de cueva en la que podemos ver signos y restos de estalagmitas que fueron saqueadas rompiéndolas desde su base.


Siguen sorprendiéndonos los farallones rocosos de la sierra en los que ahora descubrimos en su parte alta, la entrada de una gran cueva cuya oquedad tiene salida al otro lado por donde le entra la luz. Siempre nos han atraído las cuevas y nos entran ganas de subir a verla, pero desconocemos el trazado de la ruta.



Llegamos a un punto que marcamos como senda, dejando la pista de tierra para comenzar a subir por la izquierda hasta el Coll de la Rafela, a los pies de la Peña Negra y entrando en la otra vertiente. Se atisban los estragos del último incendio, apenas han quedado pequeños grupos de pinos como islas solitarias.


En la otra vertiente tenemos vistas al mar, que es un decir, puesto que la bruma lo invade todo y las vistas son indefinidas. El sendero nos dirige hacia la parte alta de los peñones, vamos dejando atrás el espolón de la Peña Negra. Es un recorrido en ondulado ascenso que resulta muy agradable.


Enfilamos la cresta por su parte interna asomándonos de vez en cuando al otro lado, ganando afilados peñones, que mirando atrás, la bruma que se levanta al golpear las paredes les da un toque misterioso y agreste. Rodeamos el último de ellos con fuerte desnivel y apoyando las manos.


Nada más dar la vuelta tenemos la primera imagen cercana de del nido de antenas de la cima. Aunque todavía nos queda subir por su lomo y transitar todo el cordal. Un corredor nos pide un apósito pero no podemos ayudarle. Lo difícil de esta cima es encontrar el punto geodésico entre tanto artilugio.

Cumbre del Mondúver (841 m.) imposible hacer la foto sin que salga alguna antena. Estéticamente es una de las cimas más feas que he subido, no me vale lo del precio del progreso. No deseamos almorzar aquí, además de que es pronto todavía, miramos la Penyalba, nuestro próximo objetivo.

Para no bajar por la pista asfaltada, encontramos un sendero algo difuso al principio y con piedra suelta entre abundante vegetación de matorral bajo. Luego se define mejor y nos permite atajar dos grandes curvas de la carretera hasta llegar a una especie de collado donde hay un poste con paletas informativas de las variantes del PR-CV 51.


Desde aquí tenemos una percepción clara de que para llegar a la Penyalba hay por delante dos cumbre más. Al mirar hacia atrás, el cono del Mondúver parece salir de la bruma y en el mar se aclaran un poco las vistas, aunque en los barrancos cercanos las miradas son muy nítidas.

Es un trayecto muy afectado por el incendio del 2013, el matorral ha brotado pero la tierra está descarnada. De todas formas resulta muy entretenido transitar por él, la primera parte por la cresta entre las regeneradas coscojas incomodan y luego unos metros más abajo por donde sobrepasamos el primer montículo.

Llegados al segundo hay dos versiones según indican unas antiguas paletas de madera, por la cresta apoyando las manos y con alguna trepadita, o caminado unos metros por debajo. Elegimos la segunda opción por ser más rápida y en ésta sí coronamos el Puntal de la Font Nova (739 m.)

Brumosas pero buenas vistas a la Valldigna, con Tavernes y Simat como poblaciones más importantes. Cuenta la historia que Jaime II que volvía de tierras murcianas al pasar le dijo a su capellán Vall digna per a un monestir de la vostra religió, a lo cual éste le respondió Vall digna, y el rey le concedió las tierras.


Cada vez tenemos más cerca la Penyalba con su poderosa pared frontal. Alcanzamos otra bifurcación balizada del Sendero PR-CV 51. La subida a la cima es de ida y vuelta a este punto por donde continuaremos luego. Ahora tenemos que atacar el poderoso y rocoso frontal de la sierra.








Es muy asequible y cuando llegamos a su base creemos que hay que trepar por una especie de canaleta, pero es mucho más simple. El sendero comienza a rodear por la derecha la enorme muela y siguiendo las marcas se sube fácilmente. En el último tramo, algo inclinado, hay dos cuerdas de escalada que sirven de apoyo.

Cumbre del Penyalba (772 m.) marcada por una paleta informativa de madera y en el otro lado por un buzón metálico que representa un refugio de montaña del CETV. Con preciosas vistas cada vez más limpias damos cuenta de nuestro almuerzo. Luego deshacemos sendero hasta la bifurcación.

En la bifurcación, ahora bajamos por la izquierda. El nuevo ramal desciende oblicuamente casi en el mismo sentido que habíamos venido, salvando un inclinado tramo de ladera. Llegamos a otra intersección balizada con paletas de madera que seguimos por la izquierda, hacia la Cova de les Malladetes.

El sendero comienza a rodear las faldas del Penyalba a media altura; con la bruma despejada tenemos buenas vistas hacia el valle y observamos los daños causados por el incendio, apenas quedan cuatro pinos esparcidos. Desde el Coll del Penyalba, tras un titubeo, subimos al Alt de les Áligues.

Desde el alto hay una bajada inclinada hasta un roquedo, donde entre arbustos vemos la entrada a la Cova de les Malladetes. Cerrada por una puerta metálica, pensamos que hoy no vamos a poder ver ninguna cueva pero al rodearla por su valla observamos un gran agujero en la tela metálica.








Pasamos a su interior con mucho cuidado porque hay marcadas zonas con hilos de excavaciones actuales y en un rincón vemos algunas herramientas, hacemos varias fotos en sus cavidades y salimos. Los abundantes hallazgos encontrados de este yacimiento se conservan en los museos Gandía y Valencia.

El descenso prosigue con miradas a la Valldigna, observando Simat y su Monestir de Santa María de la Valldigna, que ya hemos visitado alguna vez cuando hicimos las rutas de los Monasterios. Mirando hacia arriba se pueden constatar los daños del incendio al no haber ningún árbol, solo el matorral se ha regenerado.

Unas paletas informativas nos dirigen hacia Barx girando a la izquierda. Marchamos por un terraplén paralelo a la carretera y entramos en la población cruzando por sus calles, muy tranquilas a estas horas, para salir por el Oeste para conectar con un camino ancho con marcas de GR.


Marchamos varios kilómetros por el camino paralelos a la carretera, pasando por antiguas naves ganaderas ahora en desuso. Desfilando con vistas nítidas frente a la gran pared del Penyalba y luego del Mondúver, cerrando el círculo de la ruta en el Centro de Interpretación. Preciosa ruta la disfrutada hoy.

RECORRIDO:CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA:16 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:30 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 841 M. (El Modúver)

ALTURA MÍNIMA: 380 M. (Centro de Interpretación)

DESNIVEL POSITIVO: 840 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 840 M.

DIFICULTAD:MODERADA-ALTA


EL CARCHE POR EL BARRANCO DE LA GUARAFÍA Y LA SENDA DEL MOSQUITO

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La Sierra del Carche se sitúa en el cuadrante Nororiental de la Región de Murcia, y reparte su superficie entre los términos municipales de Jumilla y Yecla. Cuenta con 5.942 Ha de superficie. Es uno de los espacios regionales propuestos como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) para formar parte de la Red Natura 2000. El parque cuenta con núcleos rurales, en la periferia, como El Carche, La Rosa, Raspay, Casas del Puerto y La Alberquilla, y algunos caseríos, en su mayor parte derruidos, como la Casa de la Yedra, las Casas del Cantal y de Pisana, que dan cuenta de habitantes pasados. Los relieves de la sierra son, principalmente, de naturaleza caliza, con interesantes estructuras geológicas como cabalgamientos, fallas o el diapiro salino del Cabezo de la Rosa. El punto más elevado del Parque se alcanza a los 1.371 m. del Pico de la Madama. La Sierra del Carche es una elevación montañosa de gran interés geomorfológico perteneciente a las Cordilleras Béticas, que se encuentra integrada por un sucesión de materiales que van desde el Triásico al Cuaternario . Los materiales dominantes son Calizas, dolomías y margas. Es característica la presencia de un diapiro salino conocido como Cabezo de la Rosa, elevación suave (domo) de tonos rojizos originada por el afloramiento de sales y de yesos en las fracturas del terreno de los últimos movimientos tectónicos. Estos materiales se formaron hace 200 millones de años en un ambiente continental que periódicamente era inundado por el mar y dejaba grandes zonas inundadas con aguas salinas, donde se depositaban los carbonatos y evaporitas (sales y yesos). En su zona central se localiza la máxima altitud de la de la sierra extendiéndose hacia el Noroeste para concluir en la Sierra de las Pansas. En ella encontramos escarpes, cornisas, cabalgamientos, sistemas de fallas, profundos barrancos como el de San Cristóbal, Guarafía y la Yedra, alguno de los cuales, cuando recogen agua tras las lluvias, dan lugar a bellas cascadas, como ocurre en el paraje de El Saltador.
CÓMO LLEGAR: Salida en dirección a Aspe por la CV-84, sin entrar en la población seguir 
por la CV-846 a La Romana, en la rotonda continuar por la CV-834 hasta conectar con la CV-83 hasta Pinoso. Tomar dirección Yecla por la C-3223, al poco de pasar el desvío al Raspall, girar a la izquierda por la MU-15 A dirección Jumilla, continuar durante 8 km hasta unos carteles del Parque Regional del Carche, tomar la pista de tierra de la izquierda durante unos 2 km, hasta el aparcamiento a la entrada el Barranco del Saltador.

COMPONENTES:VICENTE, PEPE, PATRO Y SANTI

ITINERARIO:INICIO / BARRANCO DEL SALTADOR / IZQUIERDA BARRANCO / SALIDA BARRANCO / PISTA / AL POZO DE NIEVE / POZO DE NIEVE / LA MADAMA / REFUGIO / PISTA 1 / DESVÍO A PR-JU 3 / SENDA DEL MOSQUITO / APARCAMIENTO.

LA RUTA: Nunca habíamos subido al Carche por la zona de Yecla, y nos ha encantado, rodeados de un apretado bosque de pinar mayoritariamente autóctono, fresco y verde por las recientes lluvias. Vamos a subir por el Barranco de la Guarafía o Rambla del Saltador, y bajar por la Senda del Mosquito.

En el aparcamiento ya hay otro grupo preparados y que salen antes que nosotros tomando otra deriva. Con la bajada de las temperaturas mínimas hace una mañana fresquita que se agradece. El sol comienza a iluminar las cumbres cercanas. Iniciamos por un letrero que indica Barranco del Saltador.


Enseguida nos metemos en el cauce del barranco, de momento poco profundo y estrecho, con abundante matorral bajo y piedras sueltas. Las laderas están atestadas de pinos que han brotado al azar por las piñas caídas. Hay numerosas ramas y troncos de pino abatidos, quizás por las aguas en lluvias torrenciales.







Avanzamos laboriosamente en un entorno descuidado y salvaje, tal como nos gusta ver la naturaleza. Aquí la poda es natural, subsiste el que resiste en pie gracias a la fuerza de sus raíces o la porción de tierra que lo alimenta. Los pinos son de porte delgado y muy espigados, sus copas buscan la luz del sol.


Pronto sabremos el porqué el nombre del barranco es “del Saltador”. Rocosas paredes atoran el cauce y tenemos que superarlas apoyando las manos, en otras son auténticos escalones los que hay que subir. Debe ser una gozada venir en época de lluvias y contemplar las numerosas cascadas.


El cauce sigue taponado por densa vegetación, por troncos de pinos caídos que lo cruzan de parte a parte haciéndonos agachar la cerviz para pasar por debajo. Apenas tenemos unos metros de sendero y desaparece, solo algún esporádico mojón nos muestra por donde salvar el obstáculo.


De nuevo otro paso escalonado y después una pared, tal cual. Ésta ya requiere un sencilla trepada en toda regla. Siempre hay algunas piedras que nos ayudan a estirarnos y levantar el pie, buscando buenos agarres para izarnos. Salimos a una pista de tierra pero el barranco continúa al cruzarla.


Seguimos subiendo aunque apenas nos damos cuenta por lo entretenido del recorrido. La siguiente traba es una preciosa pared rugosa para lo que tenemos que dejar a un lado los bastones para utilizar las manos. Aseguramos los apoyos de los pies puesto que la humedad y la tierra los hace resbaladizos.


Muchos de los atascos son sencillos y otros que no lo parecen los exageramos con nuestras poses de escaladores, pero siempre prestando mucha atención. En algunos que por altura pueden hacer retroceder a los menos experimentados, suele haber, marcado con mojones, un escape lateral para solventarlo.


Poco a poco vamos viendo el frontal de la sierra mucho más cercano. Volvemos a tener por delante una nueva pared que parece infranqueable, estamos intentando afrontarlas todas, y rebuscando encontramos una grieta que nos permite elevarnos con buenos apoyos, estando atentos por si hay que echar una manos al compañero.









Llegamos a otra pista de tierra donde hay un aljibe a la derecha y parece que acaba el barranco. Pero no es así, veremos a la izquierda un mojón de piedras junto a la vegetación, metiéndonos entre las ramas sigue una incipiente senda que nos sube entre las rocas y la foresta.


Tenemos que elevarnos unas decenas de metros para salvar un gran bloque peñascoso que inclinado obstruye el cauce. Superado volvemos al estrecho lecho, y tras un nuevo escalón rocoso vamos saliendo paulatinamente del barranco, entrando en el cerrado bosque de pinar, y por un mojón a otra pista de tierra.


Ahora sí se ha acabado el Barranco del Saltador. En la pista hay otro aljibe de brocal abierto, proseguimos por la derecha unos cientos de metros con las primeras vistas a La Madama, el refugio y las antenas por detrás. Estamos atentos a otro mojón que por la derecha tomamos el desvío hacia el Pozo de Nieve. 


El nuevo sendero intrincado entre la vegetación, nos baja primero para cruzar el Barranco de San Cristóbal y subir a la otra ladera donde está el Pozo de nieve. De forma cónica, se encuentra en lamentable estado de conservación y con peligro de derrumbe. Parece que la Consejería tiene previsto restaurarlo.

La senda continua subiendo hasta alcanzar de nuevo la pista, que tras andar unos pasos por ella, la dejamos por un sendero a la derecha, ver mojones, que enfila el lomo de la sierra camino de la cumbre. Después de haber estado metidos entre la vegetación del barranco, el cielo abierto nos parece una maravilla.


Extensas panorámicas se abren a nuestros ojos y aunque el pinar ralea, cubre todas las lomas de los alrededores. El claro día nos permite observar todas las montañas cercanas al mar. El sendero serpentea ganando altura con facilidad, acercándonos a marcha forzada hasta la cumbre.


La Madama del Carche (1.371 m.) Prolongadas vistas a las Salinas de la Rosa, la Sierra de la Pila y la Morra de la Mina con la Sima de las Grajas. El refugio se mantiene bien pero ha sido visitado por el tonto del espray. Almorzamos en un lateral resguardados de la ligera brisa.

Emprendemos el regreso deshaciendo camino por el sendero de la loma hasta bajar a la pista de tierra que ahora seguimos por la izquierda, dejando atrás el sendero de subida y bajada al Pozo de la Nieve, pasando por donde hemos salido del Barranco del Saltador, para en unos metros tomar por la derecha el PR-JU 3.

Tras una breve y moderada subida el camino comienza a bajar y poco después conectamos por la derecha con la Senda del Mosquito que prácticamente cabalga entre las vertientes del barranco del mismo nombre y la del Barranco de la Guarafía, por el que hemos transitado en la subida.

Es un descenso rápido y progresivo entre el bosque de pinos y abundantes sabinas, con la vista puesta en las laderas de enfrente atestadas de pinar hasta su parte más elevada. Debemos de estar muy atentos para asegurar nuestros pasos y evitar resbalones por lo inclinado del sendero. 


En una especie de rellano se amortigua el descenso y conectamos con una pista de tierra que nos pasa por delante de la Cueva de la Pólvora, de la que no vemos la entrada, poco antes de llegar al final de la ruta. Preciosa ruta la realizada, sobretodo la primera parte, con el ascenso directo por el cauce del Barranco de la Guarafía.

RECORRIDO:CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA:12,5 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:50 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 1.371 M. (Pico de la Madama)

ALTURA MÍNIMA: 748 M. (Inicio)

DESNIVEL POSITIVO: 697 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 697 M.

DIFICULTAD:MODERADA.


A LA REPLANA Y EL POU DE NEU DEL CARRASCAR PER LA FONT DEL LLOP

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El Pou de Neu del Carrascar se encuentra próximo a Castalla, en la sierra de l'Argüenya o Carrascar de Castalla, dentro del macizo de Maigmó. Es uno de los neveros más peculiares del Mediterráneo, situado a 1020 msnm, y es único por su estructura. Mientras la mayoría de pozos del levante tienen cubierta redondeada u ovalada, este tiene una cubierta piramidal de planta hexagonal. La cava data del S XVIII y actualmente tiene una profundidad de poco mas de ocho metros por casi diez de diámetro. Su estructura interior es circular mientras que exteriormente es hexagonal, en cada uno de los lados encontramos un ventanal adintelado con arco rebajado de unos 150 cm. de ancho por 175 cm. de alto. En el acceso norte encontramos una pletina de hierro en arco, empotrada en el muro, de la cual cuelga una anilla de hierro que servía para colgar la garrucha de subir la nieve y los agujeros en el muro donde estaría situada la escalera de acceso al fondo del pozo. La construcción del pozo es de mampostería trabada hasta el nivel del suelo, donde arrancan grandes sillares bien labrados que en su parte interior van abovedándose formando una gran cúpula culminada por una piedra de clave. En el exterior las seis caras están cerradas por una gran cubierta piramidal a seis aguas formada por quince hileras de losas labradas que terminan en un elaborado alero tallado a modo de moldura. La cubierta estaba coronada por una pieza cimera hoy desaparecida y se encuentra en grave riesgo de derrumbe, las mellas en la cubierta hacen que la vegetación enraíce y el agua penetre hacia el interior, el alero esta prácticamente perdido y las ventanas han tenido que ser apuntaladas para evitar el desplome de los arcos. Aun así el pozo, de propiedad privada, es una muestra de arquitectura industrial rural única que impresiona al visitante por el esmero de su construcción y por su simpatía interior con un neogótico que sorprende. Saliendo de Castalla por la antigua carretera de Sax CV-801 por detrás del castillo, a unos 5 Km. y en el P.K. 23,7 tomamos a la izq. la pista forestal de la Font del Carrascar, tras dejar unas casas pasamos unos campos de almendros y poco antes de la font (hay una verja verde) tomamos el camino a la derecha que nos lleva a la casa del Carrascal (inconfundible por dos grandes piedras de mármol y una gran tapia de piedra). Bordeamos el vallado de la casa y frente a la fachada principal, junto a un estanque donde arranca un camino que llega a la misma casa, tomamos un último camino pedregoso a la izq. en dirección a la cima con bastante pendiente, en unos 400 m. tras pasar un bancal de almendros el camino se bifurca a la altura de un canchal de gravas, girando hacia la derecha encontraremos la cava entre carrascas, encinas y pinos. Ese mismo camino (hacia la izq.) atraviesa por el collado de les Formoses la sierra, bordeando la Replaná por el norte hacia la casa Castalla y les Formoses llegando a la zona del Catí. Actualmente el pozo ha sido restaurado.

CÓMO LLEGAR: Por la A-31 dirección Villena, en Sax salida en la nº 195 y por la CV-80 dirección Castalla, al poco tomar la salida 4 y antes de volver a entrar en la CV-80, salir a la derecha por una carretera estrecha donde a la derecha hay un talud de tierra y arriba unos cipreses pequeños, es una gran balsa que nos sirve como referencia. Seguiremos por esta carretera durante 1,5 km aproximadamente, punto donde comienza la ruta, junto a una finca.

COMPONENTES:VICENTE.

ITINERARIO:INICIO / FONT DEL LLOP / CRUCE DCHA. / SENDA / COLLADO QUIJAL / SENDERO / CIMA DE LA REPLANA / COLLADO / POU DE NEU / CRUCE DCHA. / FONT DEL LLOP / FINAL.

LA RUTA: Hoy salgo en solitario y por las posibilidades de lluvia elijo una ruta cercana. A La Replana, hemos subido por muchos sitios, por las Crestas del Quijal, por les Fermoses, por Castalla, por la Font del Carrascar... pero hasta ahora nunca lo habíamos hecho desde la Font del Llop.

El día está totalmente cubierto, el ambiente es húmedo y no hace frío. El trazado de la ruta es circular en la segunda parte, en la primera es un largo trecho que repetiremos al regreso. La ruta se puede acortar lo que queramos dejando el coche más adelante, pero recordad que venimos a hacer senderismo.

Por delante tenemos el impresionante manto verde de la pineda, oscurecido por el día pero de intenso matriz proporcionado por las recientes lluvias. El camino de tierra en suave ascenso nos introduce en el cauce del Barranco de la Carrasquica que serpentea moderadamente.


Pasamos por bancales de labor mayoritariamente de almendros, que ya han sido arados en espera de las primeras lluvias, cuyas aguas se han filtrado sin dejar rastro alguno. Por detrás vemos la gran barrera rocosa del Reconco (1.207 m.) y de frente pasamos cerca de la Casa de la Font del Llop de Baix.

Al acercarnos la masa forestal el pinar se va apretando y quedan pocos claros abancalados. Después distinguimos la Casa de la Font del Llop de Dalt con varios pinos majestuosos que le dan sombra, está bien conservada aunque no parece haber nadie; domina una pequeña hoya de bancales de secano.


Enseguida tenemos a la vista una alargada balsa de cemento vacía y reseca donde se acumulaban las aguas de la fuente y poco más adelante junto a un murete de piedra está la Font del Llop con su estrecha canaleta. Apenas mana un hilillo de agua por su caño y como en la mayoría de nuestros acuíferos la sequía hace estragos.

Remontamos por la izquierda donde el camino se inclina rodeando un loma. Dejamos atrás una gran casona de dos plantas algo deteriorada y otra algo más alejada que parece habitada y creo que es la Casa la Torreta. Llegamos al cruce donde comienza la ruta circular, debemos seguir por la derecha.


El camino toma dirección a la sierra por el cortafuego creado para las torres eléctricas de alta tensión. Poco después se convierte en sendero para abordar el fuerte desnivel. Hacia atrás la bruma nos deja ver la población de Castalla. La senda se acerca a las paredes para superar el último tramo.

Alcanzamos un collado entre las Peñas del Quijal y en la otra vertiente la bruma sigue cubriendo todas la lomas. Tomamos un sendero a la izquierda que evita el caminar por el camino de tierra, lo cual siempre se agradece. Sale de nuevo al camino junto a una cadena entre dos pinos que corta el paso a vehículos.


Poco después unos mojones marcan otro sendero por la izquierda separándose del camino otra vez. Es un tramo que serpentea cerca de los abismos, entre matorral bajo, sobretodo coscoja y romero, y con esporádicos pinos en esta especie de rellano hasta que divisamos el punto geodésico.

La Replana (1.229 m.) Pese a su altitud es una cima poco agraciada, metida en el centro de una planicie con vistas al sur, Maigmó y la Silla, que hoy apenas se distinguen invadidos por las nubes brumosas. Mientras almuerzo llegan dos montañeros de Elda por la senda de les Fermoses.


Desde la cima continuamos el sendero que vuelve a conectar con el camino de tierra, prosiguiendo por la izquierda con vistas al Reconco que las nubes va dejando ver, por detrás nos alejamos de las Peñas del Quijal, y más adelante, vemos el Cantal del Llam y al fondo Onil entre las nubes.


Viene una fuerte bajada en dos rampas por camino descarnado que nos dejan en el collado, que ahora ha pasado a ser propiedad de la Finca el Carrascal, con una preciosa barrera de madera, supongo que subvencionada, y peanas descriptivas de la flora de la Replana y la Ombría del Mas del Carrascal.

Proseguimos bajando por la izquierda donde todos los caminos que nos salen por la derecha corresponden a diversas entradas de la finca. La verdad es que al prohibir el paso a vehículos y sobretodo a motocicletas de trail, está todo mucho más cuidado. Por la izquierda otra barrera nos lleva al Pou de Neu.


La reconstrucción del Pou de Neu del Carrascar ha sido un éxito, puesto que han respetado su carismática estructura de planta hexagonal y han vuelto a rematar su cubierta piramidal con un pináculo de piedra tallada. Su entorno ha sido mejorado y se han replantado especies de plantas autóctonas.

Continuamos en camino en moderado ascenso. Al fondo vemos el Más del Carrascar que también ha sido remodelado. Esta es una zona muy frecuentada por ciclistas. Poco a poco vamos cerrando el círculo de la ruta llegando al punto donde antes comenzamos el sendero.


Vamos deshaciendo el camino de esta mañana pero ahora en descenso, con distintas miradas a las masías y casas que antiguamente dieron vida a estas tierras, unas en abandono y otras que han reformado manteniendo su actividad. Alcanzamos la Font del Llop y su hermoso pino.


Ahora solo nos queda proseguir hasta el fin de la ruta entre cuidados bancales de almendros y el Barranco de la Carrasquica, volviendo de vez en cuando la vista a una de las mayores pinedas de la provincia. El tiempo nublado y el ambiente húmedo nos ha permitido una agradable ruta.
RECORRIDO:CIRCULAR

AGUA EN RUTA: SI. (La Font del LLop)

DISTANCIA:13,5 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:00 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 1.229 M. (La Replana)

ALTURA MÍNIMA: 662 M. (Inicio)

DESNIVEL POSITIVO: 675 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 675 M.

DIFICULTAD:MODERADA.

EL OTOÑO EN LOS PARQUES NATURALES DE ASTURIAS Y CANTABRIA

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Continuamos nuestro periplo otoñal de viajes al norte peninsular. Esta vez hemos elegido Los Picos de Europa como genérico y nos moveremos por los alrededores del Parque Nacional, entre Asturias y Cantabria, haciendo rutas por sus hayedos y en los Parques Naturales que lo circundan, pequeñas joyas forestales que deben ser visitadas.


Intentamos avanzar con las nuevas tecnologías, smartphone, tablet y por supuesto el ordenador portátil para descargar los tracks de las rutas en el GPS. Con Google Maps hemos diseñado un mapa de nuestro viaje, añadiendo puntos o pestañas de colores de los lugares que queríamos visitar y que previamente hemos documentado. Por ejemplo, de color verde los parques naturales, de rojo los tracks de las rutas, de azul pueblos bonitos, etc, etc. Nos ha sido de gran utilidad.


Cada dos días de ruta hemos tomado uno de “descanso” aprovechando para conocer y recordar lugares. Hemos estado en Covadonga, en los Lagos, en el Mirador de la Reina y el de Fito, en los bonitos pueblos de Torazo, Lástres, Ribadesella, Taranes, Mogrovejo. Potes, el Puente Romano de Cangas de Onís, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana con su Santa Reliquia, la maravillosa Cueva del Soplao, las praderas de Fuente Dé, que pese a no funcionar el funicular vale la pena acercarse a contemplar los Picos de Europa, y como no, atravesar los desfiladeros de la Hermida y el Cares para llegar a Arenas de Cabrales y subir hasta Camarmeña, al Mirador de Naranjo de Bulnes.


Al tener que desplazarnos por carreteras comarcales y de montaña para llegar a los puntos de inicio de las rutas, hemos elegido tres puntos como centro de actividades, acortando así las distancias. El primero de ellos ha sido Pola de Lena, bonita población y puerta de entrada a Asturias, con dos noches. El segundo Cangas de Onís, entrada a Picos de Europa por Asturias con tres noches, y ya en Cantabria, cuatro noches en Ojedo, a 1,5 km de Potes capital de la parte cántabra, mucho más tranquila y menos turística.


Trescientos millones de años han sido necesarios para que los Picos de Europa presenten su actual topografía; distintos plegamientos y glaciaciones han conformado su tortuoso paisaje, de altivas montañas presididas por impresionantes agujas y afiladas aristas, de profundas y retorcidas gargantas surcadas por aguas cristalinas, que dan paso a frondosos valles cubiertos de bosques y praderas.


Ya en el Paleolítico Superior (entre 35.000 y 10.000 años de antigüedad), aparece en escena la especie humana. En este período la actividad principal era la caza. Su preferencia por los abrigos rocosos ha dado lugar a una gran cantidad de cuevas paleolíticas con presencia de este arte rupestre en la Península.








Es en el Neolítico cuando el hombre domestica los primeros animales herbívoros y aprende a cultivar la tierra. Surgen así los primeros pobladores de los Picos de Europa que, asentados en los valles, se desplazaban temporalmente a los pastizales de montaña, donde el ganado encontraba abundancia de alimento.



Entre los siglos II y I a.C. llegaron los pueblos Celtas. Antiguos pobladores de estas montañas, eran un pueblo propenso a divinizar los fenómenos y elementos de la naturaleza y distinguido por su valor en la lucha. El "Mons Vindius" era su Dios, al que veneraban, que no era otro que el "Monte Blanco", haciendo alusión a las blanquecinas peñas calizas que asoman de los macizos Central y Occidental. Abrigados por su dios de Piedra, astures y cántabros eran invencibles en las contiendas hasta que el propio César Augusto tuvo que intervenir para conseguir la pacificación tras diez años de luchas internas.


Siete siglos después (año 711), llegaron los árabes y de nuevo las peñas brindaron su protección a los astures. De esta forma, Don Pelayo, con un reducido ejército, consiguió vencer al ejército musulmán, entre aquellos bosques y macizos rocosos, en la famosa batalla de Covadonga (s. VIII). Se había iniciado un proceso que duraría más de 600 años y que se conoció como la Reconquista.












A lo largo de la Edad Media toman protagonismo las iglesias y monasterios, se fundan pequeños pueblos y se construyen caminos entorno a los Picos de Europa.


En estos parajes, la vida se sustentaba en la caza y ganadería. La fauna salvaje era tan abundante que todavía en el siglo XVI los hombres de Abamia iban a misa armados con lanzas. Desde entonces hasta nuestro siglo, el aislamiento geográfico mantuvo tradiciones y paisajes inalterables.


En el marco de las celebraciones que con motivo del 12º centenario de la histórica batalla de Covadonga, el 22 de Julio de 1918 se declara Parque Nacional de la Montaña de Covadonga del macizo de Peña Santa. En Covadonga fraguó para España el ideal de los Parques Nacionales.


Son muchas las voces que, durante una década, piden la integración del resto de los Picos de Europa en la Red de Parque Nacionales, y que se establezca un modelo de gestión que asegure la conservación de sus valores naturales y el desarrollo para sus pobladores. A tal fin, el 30 de mayo de 1995, las Cortes Generales aprueban la declaración del Parque Nacional de los Picos de Europa.
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